El Comercio en la Plaza Mayor I





Por José María Hernández Pérez
                       31/12/2019 Rev. 00


Índice de locales
Acera del Ayuntamiento Arco de Zamora Número 0.0 Número 0.1 Número 0.2 Número 0.3 Número 0.4
Arco de Toro Número 1 Número 2 Acera del Pabellón Real Número 3 Número 4 Número 5
Número 6 Número 5 y 6 Número 7 Número 8 Número 7 y 8 Número 9 Número 10 Número 11 y 12
Número 13 Número 14 Número 15 Acera de san Martín Arco del Ochavo Número 16 Número 17
Número 18 Número 19 Arco de san Pablo Número 20 Número 21 Número 20 y 21 Número 22
Número 23 Número 24 Número 25 Número 26 Número 27 Número 26 y 27 Arco de san Martín



ACERA DEL AYUNTAMIENTO






Arco de Zamora



Los lados correspondientes a las aceras de poniente y norte poseían edificaciones similares a las actuales del Corrillo y fueron derribadas y construidas de nuevo. En letra cursiva se va a dar cuenta de quienes eran los propietarios de cada una de ellas, antes de la construcción de la actual Plaza Mayor.


Fotografía de Juan Miguel Pando Barrero. 1964. Colección C. Kent


Número 0.0


Vivienda propia de la Casa de la Ciudad.

La esquina a la calle de Zamora, que en la actualidad luce una artística ventana con el escudo de la ciudad sobre el dintel, albergó antes de 1867 la sillería de montar y guarnicionería de Manuel García Prieto (trasladada desde el piso principal del número 10 d) en la acera del Pabellón Real, que ocupaba desde 1863) y donde se componían todo tipo de objetos de viaje.
El local es ocupado por la tienda de tejidos de Eduardo Blanco hasta que se traslada al número 16 en 1892.

Se traspasa en 1899 la guarnicionería a Leopoldo García Prieto, alias “El Algarve”, dueño de “La Lusitana”, sillería y guarnicionería en la plaza de Quintana, 12, esquina a Sánchez Barbero, fundada en 1809 con el nombre de “Los Algarves” y que vende también canarios y comida especial para ruiseñores. A poco vuelve a ser de “Hijos de Manuel García Prieto” pero como bazar y tienda de tejidos, permaneciendo cerrado entre 1904 y 1906, sirviendo para exponer los premios que se concedían en ferias y exposiciones. En su comercio recibe los encargos del grabador de metales B. Larramendi, de Vitoria.

En 1907 abre tienda Leoncio Alonso y Crespo y de nuevo vuelven los Hijos de Manuel García, hasta que el local es recuperado por el Ayuntamiento. (Se traslada provisionalmente el Ayuntamiento a la Diputación en julio de 1897, para dejar paso a la Audiencia Provincial que amenazaba ruina y en diciembre se encuentra en la Lonja. Vuelve a la Plaza el 15 de setiembre de 1904, con motivo de la visita  del rey Alfonso XII y cuatro años después se instala en esta dependencia el Archivo Municipal). El 25 agosto se había trasladado la Inspección de la Guardia Municipal al Ayuntamiento desde la Audiencia.

En junio de 1927, el Archivo Municipal se convierte en Oficina Municipal de Turismo, gracias a la insistencia del concejal don Andrés Pérez Cardenal. Más tarde se convierte en trastero municipal y a partir de 1942 sirvió de alojamiento al cuartelillo de la Inspección de la Guardia Municipal, con acceso por la calle de Zamora a través de una puerta giratoria, pues ya se había convertido la puerta de la Plaza en artística ventana. Rige los destinos de la Guardia Municipal el capitán del regimiento de Wad Ras, don Cayetano Muñoz Martín, que había sustituido a don Quintín Sánchez Talavera a su jubilación. Luchó decididamente por la creación del Montepío llegando a ostentar la presidencia a nivel nacional. Fue introductor de la gira campestre anual a celebrar en la finca del Villar de los Álamos, del ganadero don Antonio Pérez de san Fernando, con capea incluida en su placita de tientas, gracias a los buenos oficios del guardia José María Hernández, muy amigo del patriarca y de sus hijos Juan Mari y Antonio Pérez-Tabernero. Dotó a la Guardia Municipal de uniformes de nuevo diseño el 24 de febrero de 1935, siendo alcalde don Miguel Iscar Peyra.

A finales de los cuarenta, siendo Jefe de la Guardia Urbana don Agustín Moreno Muñoz, el cuartelillo se trasladó a lo que había sido Cárcel Provincial en la Cuesta de Sancti Spíritus, donde compartió espacio con la Audiencia Provincial y la Escuela de Artes y Oficios. Publicó una serie artículos de divulgación sobre circulación vial en LA GACETA, que no pudo terminar al morir ahogado el 27 de julio de 1951 entre Villamayor y Zorita, durante gira campestre de los “serenos”, de cuya plantilla también era jefe. En estos años se dio la curiosa circunstancia –y no es broma- de que en la plantilla de la Guardia Municipal sus dos brigadas se llamaban: uno Pedro Cuadrado y el otro Pablo Redondo, el primero de tez morena y el segundo de pelo blanco y el rostro casi albino. Pedro Cuadrado Rodríguez se jubiló en diciembre de 1955.

Alberga luego dependencias del Ayuntamiento, con entrada por la calle de Zamora, durante algún tiempo y el día de san Juan de Sahagún de 1962 se reinaugura el Salón gótico de sesiones, decorado por Ramón Melero, siendo alcalde Miguel Cruz Hernández, ya que en 1932 había sido decorado en estilo neobarroco por el arquitecto municipal Ricardo Pérez, reservándose para eventos extraordinarios el Salón principal.



Número 0.1


La vivienda era propia de la Casa de la Ciudad.

La puerta principal del Ayuntamiento salmantino, en rica madera taraceada, da acceso al vestíbulo y a la magnífica escalera imperial de mármol de Carrara que lleva al gran Salón de recepciones. La escalera es de las de ida, que desemboca en extensa meseta y dos vueltas, de ramales idénticos, que dan entrada al Salón de recepciones del piso principal, de cómodo acceso dada la disposición de la huella y contrahuella, con rica balaustrada y pasamanos de mármol, todo ello en mármol de Carrara. El arranque de la escalera se adorna con dos grifos alados, vigilantes y custodios de la entrada.

La primitiva escalera principal de Ayuntamiento, en estilo churrigueresco de cuando la construcción de la Plaza Mayor, había sido sustituida por otra de estilo modernista, que no era ni rampa, ni escalera y precisaba reparación en 1930 por importe de 20.000 pesetas.

El arquitecto Luis Vega Pérez y Gaspar Figueras Móstoles, maestro de obras, ofrecieron a la Corporación salmantina la escalera imperial del palacio isabelino del conde de Santamarca, derruido en 1929 para ampliación del Banco de España de Madrid, en la calle de Alcalá, manzana 273, números 70 y 72, de 58.714 pies, tras su demolición, que incluía el peldañeado y mesetas, tiro, zancas y zócalos laterales y frontal constituidos por casetones de mármol italiano (almohadillado veronés), cinco escalones del vestíbulo y un gigantesco espejo mural que duplicaba la preciosa perspectiva.
La escalera, adquirida en tiempos del alcalde don Miguel Iscar por 29.250 pesetas, se trasladó desde el palacio del conde de Santamarca, el adinerado almeriense don Bartolomé Eladio de Santamarca y Donato, situado en la madrileña calle de Alcalá.
En 1929 se derribó el palacio que era un acabado ejemplo de la arquitectura isabelina con estucos a base de roleos y diversa guarnición, obra del arquitecto José Alejandro y Álvarez levantado en 1846, junto al palacio del marqués de Alcañices. De cuatro pisos y tejado con mansardas, constaba de planta noble a la que se accedía por medio de esta magnífica escalera imperial, salón de pinturas, salón de baile, antesalas, sala de armas, salón de té, gabinete azul, sala verde, salón rosa, despachos, comedores, sala de billar, capilla y antecapilla, además de un extenso jardín.
No se adquirieron dos grandes estatuas con figuras femeninas de bronce sobre pedestales de nogal, soportando candelabros con 12 lámparas belgas, que iban situadas en los laterales, ni unas hermosas vidrieras que se rompieron al ser desmontadas.

Don Bartolomé casó en 1840 con doña Rita Donato y Castoso y falleció en 1874 heredando sus bienes y el título la hija Carolina Santamarca y Donato que había nacido en 1849 y sobrevivido a su madre y a sus tres hermanos, Julia, Leopoldo y Rita. Casada con don Juan Zabala y Guzmán que era el XXV duque de Nájera, por su matrimonio pasó a ser marquesa de Montealegre, de Sierra Bullones, de Guevara y de Quintana del Marco, condesa de Oñate, de Treviño de Paredes de Nava y de Castronuevo y por supuesto duquesa de Nájera. Al fallecer sin hijos el 17 de enero de 1914 heredó sus posesiones (a excepción de una considerable manda para un colegio asilo para niños huérfanos y pobres de Madrid, la Fundación Santamarca, que aún existe y que pudo terminarse con los beneficios de la venta del palacio) y el título de Nájera el hermano de su marido Luis de Zabala y Guzmán casado con Guillermina Heredia y Barrón que tampoco tuvieron descendencia por lo que heredó la hermana María del Pilar; posteriormente la hija del mismo nombre y en 1916 el hijo de ésta Juan Bautista Travesedo y García Sancho casado con María del Carmen Martínez de las Rivas y Richardson, que eran los habitantes del palacio de Santamarca a su demolición.

El 30 de mayo de 1931 se adjudicó el concurso celebrado para colocar el peldañeado, la pavimentación y el zócalo de mármol del vestíbulo al marmolista don Samuel Seseña García, con domicilio en Doctor Riesco, 41. Se optó por el sistema de administración y se le abonaron los jornales a razón de 350 pesetas semanales. El 2 de junio se aprobó la reforma de los escudos de las balaustradas y el del frente de la meseta central para esculpir las armas del Ayuntamiento republicano, con la corona murada.

A la instauración de la República llegó a la Alcaldía don Primitivo Santa Cecilia, único opositor a la compra de la escalera, el 25 de junio se aprobó el retranqueo del arco de entrada al zaguán para una mejor vista y días más tarde se hizo una transferencia de crédito de 23.000 pesetas para las obras de reforma.
Para enmarcar la magnífica escalera se contó con la colaboración de un  delineante, el artista bilbaíno Luis Lerchundi, quien dibujó y dirigió los trabajos de las tracerías del artesonado, ventanales y dos preciosas vidrieras necesarias para iluminación abriendo los recuadros laterales de los segundos tramos y el arquitecto municipal don Ricardo Pérez modificó el Salón de sesiones proyectándolo en estilo neobarroco.

El Ayuntamiento gestionó, desde agosto, que la inauguración oficial de la escalera se celebrara con motivo de las Ferias, siendo alcalde don Fidel Olivera, por dimisión del anterior, elegido Diputado a Cortes. Finalmente se consigue su inauguración el 12 de setiembre con una fiesta homenaje a la bandera nacional y al ejército. Al llegar las fuerzas armadas a la Plaza Mayor mientras el abanderado espera a pie firme frente a la fachada del Ayuntamiento baja por primera vez las escaleras una Comisión presidida por el Pendón de la ciudad, portado por el Regidor Síndico señor García Puente, a los acordes del himno de Riego. Juntos Bandera y Pendón vuelven a pisar la escalera para ser exhibidas, ambas enseñas, desde el balcón principal, entre los aplausos de un público que abarrotaba la Plaza Mayor.

Por ironías del destino, al cumplir la escalera 85 años, conmemora sus “Bodas de Mármol”.



Número 0.2


Esta vivienda era propia de la Casa de la Ciudad.

Puerta de entrada a la finca de don Vicente Rodríguez Santamaría.
La finca se dedica a oficinas de la Fundación Rodríguez Fabrés, con acceso a través de unas artísticas puertas de madera, hoy desaparecidas. Antes de la guerra civil y hasta los años sesenta en que se jubila vivía aquí y cuidaba de los locales de la administración, Silvestre González. La entrada a las oficinas de la Fundación Rodríguez Fabrés daba acceso también a una residencia femenina en los años posteriores a la guerra civil y a finales de 1960 el Ayuntamiento compra las oficinas de la Fundación Rodríguez Fabrés, convirtiéndose en otra puerta de la Casa Consistorial.



Número 0.3


Las viviendas que se van a detallar tienen en común la similitud de dimensiones (aproximadamente un arco), la expropiación efectuada por el Ayuntamiento ante la negativa a construir de los propietarios y la edificación por parte del Consistorio. La primera era propiedad de la Real Clerecía de san Marcos; la siguiente del Mayorazgo fundado por don José Francisco Álvarez, ocupada por su hijo don José Narciso Álvarez de Rueda, Regidor perpetuo de la Ciudad y Comisario de la Fábrica de la Plaza; sigue la vivienda de la Capellanía fundada por don Antonio Nieto de Grado, conocida como la “Casa yerma” por la paralización de sus obras y a continuación las viviendas del Colegio de San Basilio. Anteriormente la última vivienda, junto a la tabernilla del vino blanco, había sido del Cabildo, desde 31 de agosto de 1544, por testamento del licenciado Juan Bedel, esposo de Beatriz Hernández. En 1606 se divide en dos para sus hijas Beatriz e Isabel y la de ésta es la que pasó al Colegio de san Basilio y más tarde al Concejo.
     


Donde se encuentra hoy el café Novelty se viene diciendo que estuvo el café del italiano Cechini, inaugurado a los cuatro días de la batalla de Arapiles, en julio de 1812 y al que erróneamente se considera como el primer café salmantino. El más antiguo es el café de Grajal, situado donde hoy el “Abadía Plaza”, en el que ya en 1811 se daban bailes, pagándose 3 francos por persona cada noche.

El Novelty sería el mismo local, denominado “Café Nuevo” o “de Araujo”, cuya techumbre se desplomó el viernes 12 de setiembre de 1845, muriendo en el accidente su propietario don Antonio Soriano Sánchez, (que se alojaba habitualmente en el Parador de los Toros) y que nacido en 1800 en Lagunilla, del obispado de Coria, era hijo de Antonio Soriano y de Isabel Sánchez, también nacidos en el mismo pueblo. Durante la Guerra de la Independencia y siendo casi un niño estuvo en la guerrilla de Julián Sánchez “El Charro”, fue asentista del ejército liberal en la primera guerra carlista y gracias a sus buenas relaciones amasó una gran fortuna que le permitió ser uno de los mayores compradores de fincas desamortizadas. Casado con Florentina de Moreta Coca, de Miranda del Castañar, se convirtió en un acaudalado hombre de negocios y terrateniente con propiedades en Salamanca, Castellanos de Moriscos, Rágama y Ciudad Rodrigo, adquiriendo dos años antes de su muerte la dehesa de Arauzo con 5.350 huebras.

Sus hijos Rodrigo y Ricardo se deshicieron del inmueble del “Café Nuevo” vendiéndolo a don Vicente Rodríguez Santa María el mismo año de la desgracia, continuando los negocios del padre, aunque Ricardo solo le sobrevivió 10 años, por lo que Rodrigo, nacido en el pueblo de su madre en 1828, se hizo con las riendas, ampliando el negocio de asentista de granos, suministrador de recuas al ejército y brigadas de transporte, con el comercio de harinas exportadas por el puerto de Santander, acrecentando el capital familiar llegando a ser el mayor terrateniente de la provincia apoyándose en la política que le permitió llegar a Senador casi hasta su muerte en 1892. Ayudó también su casamiento con Pilar Gaviria Gutiérrez, hija del banquero e Intendente de la Casa Real, socio de la casa Rothschild en España y ganadero de reses bravas, en el cortijo “Seroncillo” de Gerena, don Manuel Gaviria y Alcoba, conde de Buena Esperanza y marqués de Gaviria.

Los varios locales pasaron a la propiedad de don Vicente Rodríguez Santamaría “El Solitario” dedicados a una casa de banca y a un extenso almacén de tripas de cerdo para matanzas, que se mantuvo cerrado durante muchísimo tiempo, posesiones que se extendían hasta la calle de Toro por la derecha y hasta la calleja de la Bola (hoy Doctor Piñuela, fundador del Asilo de san Rafael) por el lado posterior. Tenían una planta de 533 m2 y constaban de 3 pisos, bajo y sótanos. Eran el resultado de los dos inmuebles por su padre Vicente Rodríguez Santa María en 1877 y 1845, respectivamente. Pasaron a su propiedad, en 1885 a la muerte de su padre y después a la fundación Rodríguez Fabrés. 

Una panera en la calle de Toro fue derribada por el Ayuntamiento, para alineación de la calle, tras ser expropiada en el precio de 16.417 pesetas.

Retrato de D Vicente Rodríguez
Fabrés por J. Poujade
Las fincas de don Vicente Rodríguez Santamaría, que fallece el 15 de diciembre de 1890, a los 77 años, las heredó su hijo don Vicente Nicomedes de san Nicolás Rodríguez Fabrés y Santamaría, quien había nacido en Salamanca en 1843 y al morir el 5 de setiembre de 1904, ante la sorpresa de todos los salmantinos, pues era tan huraño como su padre, dejó una fortuna de 20 millones de pesetas y sus numerosas posesiones en la provincia, (entre las que destacan la finca de La Vega y la Granja Agrícola), para que se constituyera una Fundación, influenciado por su director espiritual el canónigo magistral don Francisco Jarrín Moro, a quien nombra su albacea testamentario y que dos años después es preconizado obispo de Plasencia. Crea dos establecimientos benéficos diferenciados: uno acogerá a niños entre 5 y 12 años, quienes aparte de una educación formativa y religiosa recibirán la preparación elemental necesaria para ulteriormente desenvolverse en las ramas agrícola y ganadera y el otro atenderá a personas mayores de 60 años que careciendo de familiares que les atiendan estuvieran imposibilitados para trabajar.

El edificio del Asilo de La Vega fue reformado en 1905 y las obras de la Granja escuela de agricultura, con presupuesto de 8.582.083 pesetas, se iniciaron en 1914 siendo artífice de ambas el arquitecto jerezano, afincado en Salamanca, don Joaquín de Vargas Aguirre, sin que nos conste en que consistieron las reformas y las obras pues el archivo de la Fundación se perdió en 1920.

Devoto especial de dos vírgenes tapió dos retablos (no los trasladó de lugar, como se ha indicado en alguna parte) y construyó unos nuevos para enterrarse él en el suelo, delante del que había sido de la Virgen de la Vega, reservando el de la Virgen del Pilar, a la derecha, para sus padres y abuelos, una vez que se cumplieran las prescripciones sanitarias pues, momentáneamente, fue inhumado en el panteón familiar del cementerio salmantino, tras ser embalsamado por los doctores Bustos, Arturo Núñez y Gonzalo García.

Café Novelty con D. Luis González
de la Huebra sentado al fondo
Se atribuyó a don Vicente Rodríguez ser pretendiente de doña Gonzala Santana, “La Pollita de Oro”, pero no fructificaron las relaciones, permaneciendo solteros ambos. 

Puesto el local en alquiler, con las obras iniciadas en enero, la noche del 1 de mayo de 1905 se inaugura el café horchatería Novelty, de los hermanos Federico y Vicente García Martín, con un banquete servido por el repostero Manuel Iglesias del restaurante Tournier de Madrid, competidor de Lhardy. Los hermanos García tenían una platería en la Lonja del Mercado, junto a la plaza del Poeta Iglesias y durante años fueron empresarios de la Plaza de Toros.

Decorado por Huebra, los muros están decorados con tapices de diseños de asuntos de caza, los veladores y sillas son de madera curvada y el mostrador también de madera lleva tapa de mármol. Los muebles y cortinajes son de color verde claro que es el que predomina en todo el establecimiento y los ventanales a la Plaza son de cristal emplomado. El artesonado del techo fue realizado por los artistas Alfonso García y Estanislao Curto y la iluminación eléctrica corrió a cargo del ingeniero Sr. Puig. Es abierto como cervecería, contando con salón de billares, pista de baile con claraboya de colores y restaurante, regido por el cocinero Cristóbal Puche. El 3 de agosto de 1906 se produce un accidente en la cocina, consecuencia de que al volcarse la máquina de café se derrama el ardiente líquido sobre los mozos Vicente Bazo y Julio Carranza, no alcanzando al citado cocinero. Julio Carranza, más tarde, se convierte en el cerillero del café durante muchísimos años.

El 6 de abril de 1905, obtienen la primera licencia del Ayuntamiento para sacar los veladores y las sillas a las aceras, y colocan el primer toldo de la Plaza Mayor que ocupaba seis arcos, en el café horchatería, dejando el paso libre bajo los soportales. El canon asciende a 25 pesetas por arco y año y en 1912 ya ha subido a 60 pesetas por arco.

En la noche del 15 de agosto de 1906 el recién llegado Gobernador Civil don Alberto Larrondo, acompañado del Inspector de policía señor Plaza y varios agentes de vigilancia, pide al sereno que le abra la puerta del café, negándose éste a hacerlo, por lo que lo hacen sus acompañantes, subiendo a toda prisa al piso principal y a la voz de “Alto al Gobernador” una veintena de contertulios sale huyendo, arrojándose incluso por los balcones de la Plaza. Se incautaron más de mil pesetas abandonadas en la mesa y quedaron fichados 9 contertulios de juegos prohibidos.

El 29 de junio de 1907 cierra Novelty por reformas que se adjudican al contratista Ramón Martín Ramos en 19.500 pesetas y se reabre el 2 de setiembre inaugurándose las veladas musicales con el pianista don Jesús Pinedo Álvarez, Primer premio del Conservatorio de Madrid, durante muchos años referencia musical del Novelty. En noviembre actúa la rondalla salmantina “Bohemios” dirigida por Eladio González. Además de las veladas de conciertos se dan espectáculos cinematográficos.

El 16 de noviembre se contratan los servicios del cocinero repostero que ha prestado sus servicios en Lhardy y en el verano en el balneario de Alhama de Aragón.

El 15 de diciembre actúa el “Quinteto Cosmopolita” compuesto por 3  mujeres bajo la dirección de J. Conte, acompañado del maestro Pinedo, llegando hasta el 3 de febrero del año siguiente, en que actúa Alfredo Roland, primer premio del Conservatorio de París, acompañado al piano por el maestro Pinedo.

A partir del 18 de diciembre de 1908 inaugura la temporada un septimino compuesto por: director Gustavo Benoit, contrabajo; Louis Borrel, saxofón; Alfredo Roland, violín; Jesús Pinedo, piano; Carlota Borrel, 2º violín; Luisa Benoit, violín ripiano y mademoiselle Delacroix, 1er violín. Actuaron durante seis meses estrenando como “propina” un pasodoble de la profesora de piano en Salamanca Manolita Algueró, la que correspondió dedicándoles otro pasodoble: “Gratitud”, que  interpretaron el 16 de enero de 1909.

El 4 de mayo debuta la arpista Lolita Vercruysse acompañada del maestro Pinedo durante la temporada primaveral. Desde el 3 de noviembre, hasta el mes de febrero, actúa la orquesta de señoritas “Cosmopolita” dirigida por Gustavo Benoit, contrabajo, compuesta por Blanche Prat, violín, premio de Paris; Louise Benoit, violín ripiano, Premio de Bordeaux; Jeannete Frome, violoncello y  Muriel Fife, viola, Premios de Londres; Cecile Prat, pianista, Premio de Nantes y Jesús Pinedo, harmonium, Premio de Madrid. Triunfó sobremanera la inglesa miss Jeannete Frome, con sus “solos” de violoncello.

En enero de 1910 Novelty intenta la contratación de las concertistas Hermanas Moreu, violín y arpa, que irán acompañadas al piano por el músico local maestro Pinedo, que han quedado cesantes por reciente incendio del teatro de la Zarzuela de Madrid.



El 11 de noviembre de 1911 inaugura la temporada el “Cuarteto Vasco” compuesto por María Zabala de Luque, piano; María Teresa Badenes, tiple; Celia Badenes, mezzosoprano; Eduardo Luque, violín y Jesús Pinedo al armonio, finalizando su contrato el 13 de diciembre.

El 2 de enero de 1914, comienza la temporada la Orquesta Cosmopolita integrada por Gustave Benoit, director, violoncello y contrabajo, primer premio del conservatorio de Toulouse; Buenaventura Daró, primer violín concertino, primer premio del conservatorio de Barcelona; señorita Muriel Fife, segundo violín y viola, primer premio del conservatorio de Londres; señorita Rose Gaudivert, pianista, primer premio conservatorio de Montpelliert y Jesús Pinedo, armonium, primer premio del conservatorio de Madrid. En noviembre de 1916 lo hace el Trío Tales, varios días: Vicente Montolín, clarinete; José M. Bertomeu, piano y el niño de 11 años Vicentito Montolín, oboe.

Contratado el concertista de bandurria Manuel López, acompañado al piano por el maestro Pinedo, hace una temporada de conciertos en marzo de 1918 y a continuación actúa el barítono de ópera Angelo Maini con el mismo acompañante una temporada. A primeros de junio actúa el sexteto del maestro Damián Vicioso (violín); Clotilde Pulido (violín ripiano); María Francés (violín 2º); Paulette Vicioso (violoncello) y Antonio Antunes (contrabajo). A partir del 17 de julio actúa un trío compuesto por: Pinedo, piano; Luis González, violín y Luis Santos, violoncello. En octubre dan comienzo los conciertos invernales con la actuación del cuarteto “Cabarat” compuesto por madame Cabarat, violín 2º y sus hijas: Germana, violoncello; Alicia, primer violín y Adriana, piano, vestidas con falda negra y blusa blanca. Vuelven en el mes de noviembre y de nuevo el 2 de febrero de 1921 para una larga temporada.

En mayo de 1919 actúa el “Quinteto Hispania” constándonos dos de sus integrantes: el concertino Juan Fabre y la violinista salmantina Elvira Losada. En diciembre de 1923 actuación durante unos días del Cuarteto Cosmopolita.

En su primitiva época y dada la penuria del momento que atravesaba la ciudad, tanto para el  restaurante como para el salón, los propietarios tenían que valerse de sus propios medios y fabricar por sí mismos, de manera artesanal sifones, hielo y helados, con notable éxito, pues el hielo era vendido en grandes cantidades a cualquiera hora del día e incluso de la noche y la tradición de la heladería se ha mantenido hasta la actualidad, siendo célebre desde el primer momento su anuncio en prensa “Helados para hoy”. Vendía leche de cabra pura a 40 céntimos litro y mandaba empleados a la Plaza de toros para despachar medias noches, emparedados, pasteles y meriendas los días de corrida.

El día 1 de enero de 1911 el Novelty estrena puertas giratorias obra del artista Isidoro García y en ese mismo año se hace cargo de las cocinas Cristóbal Puche.

En 1914 la Fundación Vicente Rodríguez Fabrés arrienda de nuevo el café “Novelty” y el primer piso de la calleja del doctor Piñuela por 75 pesetas mensuales.

El 8 de marzo de 1918 fue traspasado a Emilio García Villa, alias “Revive”, que había sido maestro titular de la escuela de Sexmiro, y desde 1908 ejerce como tenedor de libros para el comerciante Enrique Prieto y dirige la hospedería “La Castellana”. Montó una exclusiva sala de billares, su restaurante era afamado y en él se celebraron infinidad de bodas de los habitantes de la capital y de la provincia, que finalizaban en animado baile, amenizado por una orquesta de músicos uniformados que actuaban también todas las noches en el salón redondo.

El 15 de abril de 1921 fue instalada una máquina para la fabricación de barras de hielo, artículo que se despachaba a cualquier hora. El 25 de mayo de 1928 el Rey Alfonso XIII y su hija la Infanta Beatriz, en su visita a Salamanca, son agasajados por el Ayuntamiento con una cena de gala servida por el “Novelty”, en la que el menú degustado fue: consomé doble, pastelitos Richelieu, langostinos Bella-Vista, pechuga de ave suprema “Regencia”, espárragos salsa holandesa y lomo al jerez. Helados, piña, dulces de frutas, pastelería y quesos. Vinos Burdeos, Riscal y Diamante, Jerez.

Las tertulias diarias eran muy frecuentadas y no cabe duda de la altura intelectual de las tertulias pues no hay que olvidar que, en la Salamanca de la época en que se inauguró, vivían personalidades tan ilustres como Luis Maldonado, José María Gil Robles, Pedro García Dorado Montero, los hermanos Domínguez Berrueta, Esteban Madruga, Indalecio Cuesta, Elías García Barrado o Federico Anaya.

Una de ellas denominada “La Sentina”, era presidida por don Miguel de Unamuno y sus componentes tomaban asiento en la zona izquierda, servida por el camarero Sebastián Gómez, en un rincón alumbrado por la mortecina luz de los soportales. La integraban miembros de profesiones liberales: Antonio Palacios, Fernando Iscar, José Onís, Guillermo Sáez, José Sánchez Gómez, Santiago Madrigal, Cándido María Cambón, Adolfo Núñez, Julio Salcedo, Antonio Díez, Gregorio Fraile, Filiberto Villalobos, Eufrasio Iglesias, Adolfo Vérgez, Godeardo Peralta, Casimiro Población, Eloy Bullón, Fernando Zaballa, Manuel Olivera, Luis García Romo, Manuel Hernández, Manuel de Castro, Manuel Gascón, Primo Garrido, César Real, Romualdo Hernández, Francisco Díez, José y Eusebio Calón, Bernardo Olivera, Manuel Peláez, Iscio Sánchez, Manuel Rubio, Jesús Firmat, Marcelino González, Eduardo Iglesias, Eudoxio de Castro, Vicente Redondo, Juan Manuel  y Agustín Martín, Francisco Jiménez, Rafael Cuesta, Juan Partearroyo, Alfredo de la Mano, Eduardo García López, Cesáreo Calvo, Eloy y Luis Romano, Manuel Tirado, Cándido García Barrado, Gonzalo y Ramón Santos Mirat, Rafael e Ignacio García Cobo, Luis Infante, Enrique Esperabé o Blas Santos y como en ella se hacía política no era infrecuente ver en las listas de candidatos al Ayuntamiento o al Gobierno de la Nación a alguno de sus integrantes.

Encontrándose en Madrid el profesor Sáez hubo crisis de gobierno y en la Villa y Corte no tenían idea sobre la composición del nuevo gobierno, pero bastó una conferencia telefónica al Novelty y el doctor Filiberto Villalobos le facilitó la lista completa.

Se supone que el nombre de “La Sentina” se lo diera el propio don Miguel, que ya en 1902, emplea tal vocablo en su obra “En torno al casticismo”.

Siendo los tertulianos gente de orden en todos los aspectos se llegaba al extremo de exquisita puntualidad en los horarios y respeto absoluto a los asientos, sentándose los contertulios siempre frente a los mismos veladores.       

Mereció ser diana de los graciosos dardos de las “Quisicosas” de El Adelanto donde despidiendo al Gobernador Civil don Luis García Alonso, se decía: “… Por eso en la levantina / ciudad, tendrá usté el anhelo / de Novelty su “Sentina” / del Casino y su “chamelo”. O refiriéndose a los veraneantes salmantinos en la vecina playa portuguesa de Figueira da Foz: “… Y al verse sin su piel fina / puede que algunos sí cejen. / Ese sí que es despellejen / y no el que usa “La Sentina”.

El 19 de abril de 1914 se celebra una cena en el Suizo, sin brindis, donde se reúnen 26 “sentinistas” obsequiados por Claudio Gambotti que se ha hecho cargo del afamado establecimiento el 2 de febrero y merece: “… No dirán que La Sentina / es tertulia atrabiliaria / que más bien es asamblea / permanente culinaria”.

Remozado el Casino en 1923 fue tomado por asalto por los miembros que quedaban de “La Sentina”.

La “Peña de los Brujos”, formada por aficionados a los toros, a los deportes o al teatro, presidida por José Cimas Leal y Morán, de la que formaban parte abogados, médicos, viejos ganaderos o propietarios, se asentaba en la parte de la derecha y era servida por el camarero Luis Beltrán, junto a la columnata que sostiene el artesonado. La integraban: Francisco Seirul-lo, Eduardo Bonín, Juan Manuel Sánchez de Carreros y su yerno Eduardo Aparicio, Santiago Sánchez de Terrones, Victoriano Angoso de Villoria de Buenamadre, Andrés Sánchez de Buenabarba, Andrés Segovia, Primitivo de Castro, Francisco Bravo, Pablo Unamuno, José Patricio García, Pedro Sandoval, Antonio Lamamié de Clairac, Eladio Rodríguez, Luis Revuelta, Carlos G. Ceballos, Gregorio Diego, Pedro Sánchez, Serafín Serrano, Eugenio Solís, Ramiro Lafuente, Moreno de la Parra o Ávila que fue presidente.     

Se convertían en corresponsales donde quiera que estuviesen mandando telegramas a “la Peña” con los resultados de las corridas, de las exposiciones, de los conciertos, de los estrenos en el teatro y de cuanto reseñable hubiera, telegramas que se exponían en el escaparate del Novelty para deleite de todo el mundo.

Amigos y admiradores homenajean al torero Pepe Amorós
en el Novelty. El Adelanto de 1 de octubre de 1931
Rindieron homenaje a gran cantidad de toreros destacando los que hicieron a los paisanos hermanos Amorós: Pepe y Eladio, “El Chico de La Revoltosa”. Al botones Minuto, como recadero de la Peña de los Brujos, le dotaron de vistoso uniforme y fue uno de los aficionados que contribuyeron a la compra del estoque con el que tomó la alternativa en San Sebastián Pepe Amorós.

En la parte de arriba se reunían en otra peña: José María Cossío, José Antón Oneca, José María Ramos Loscertales, Ramón Bermejo Mesa, José Camón Aznar o Armando Pavón.

Hubo otra pequeña tertulia eminentemente política conformada por personalidades de la talla de Diego Martín Veloz y Blas Santos Franco.

El primer turno de la mañana estaba dedicado a las tertulias de labradores, ganaderos, marraneros y ovejeros embaídos en sus tratos, a los que seguían las reuniones de estudiantes, en veladores presididos por tapices con pátina. Luego llegaban las tertulias de industriales, comerciantes y banqueros con la flor y nata salmantina: Pérez Moneo, Juan Casimiro Mirat, Carlos Luna, Primitivo Muñoz, Francisco Téllez, Miguel Iscar Peyra, Antonio Peláez, Siro Gay, Jesús Rodríguez, José María Viñuela o Fernando Angoso.

En el café Novelty por deferencia y respeto a las tertulias estaba prohibido jugar al dominó para que no molestara el ruido producido por las fichas sobre el mármol de los veladores. Recién inaugurado, en Ferias manda a sus camareros a la Plaza de Toros para despachar medias noches, emparedados, pasteles y mermeladas.

En los primeros tiempos fue el encargado de todos los camareros Eugenio Gutiérrez, y además de atender a la numerosa clientela, entre la que se encontraba una infinidad de estudiantes, (a los que ayudaron en sus apuros monetarios), destacaron: Sebastián Gómez Santos y Luis Beltrán Iglesias, que vendían al principio ramos de camelias y otras flores traídas de Portugal y Valencia, Juan José Gómez García, Isidoro Echevarría, Manuel Sánchez del Campo, Enrique Esteban Martín que se casa el 12 de octubre de 1917, los hermanos Fidel y Manolo Sendín, luego dueños de El Mesón, Sandalio Silguero de Los Limoneros o el cerillero Julio Carranza y el camarero más veterano de Salamanca, Vicente Santos Benito, que se inició de botones en el Hotel Comercio de la calle de Zamora, ya de camarero estuvo 4 años en el Suizo y otros 14 en el Pasaje, llegando al “Novelty” en 1922, para jubilarse el 31 de mayo de 1957. Posteriores son: Enrique Gaona, Vicente Martín, Daniel, Pepe, Adrián,  Emilio o “Minuto”. Sebastián Gómez había regentado la pensión “La Castellana” en Zamora 1 y 3 y falleció el 22 de diciembre de 1935. Luis Beltrán y Juan José Gómez, fallecieron, respectivamente, el 24/4/1932 y el 30/5/1941.

En el “Novelty”, de Emilio García Villa, alias “Revive”, dan sus conciertos el cuarteto femenino Cabarat, con las hermanas Germana y Alicia Cabarat, violoncello y violín, respectivamente, (que 6 años antes habían actuado todas las noches siendo el trío Cabarat en el café “Términus”), el quinteto Hispania y la agrupación musical Bati-Randi que alterna sus actuaciones con el “Suizo” y con  el “Pasaje”. Ya en 1923 actúa el cuarteto Cosmopolita.  El quinteto Hispania estaba compuesto por Telmo Vela, primer violín, José R. Ontumuro, segundo violín, Manuel Montano, viola, Domingo Taltavull, violoncello y José María Franco, piano, conjunto que en 1922 da carácter oficial a su agrupación y la llevan en triunfo por toda España y el extranjero. En febrero de 1923 vuelve el cuarteto Cabarat.

La Unión Deportiva Salamanca nació en los salones del “Novelty” pues el 9 de febrero de  1923 se celebró la primera Asamblea General como Unión Deportiva Española de Salamanca, dimitiendo la anterior Junta Gestora y eligiendo una nueva presidida por don Federico Anaya, alcalde de Salamanca; Vice-presidente don Enrique Saavedra y Gaitán de Ayala: Secretario don Fernando Sánchez Sánchez; Vice-secretario don Enrique Esperabé de Arteaga; Tesorero don Pedro Gutiérrez Corcuera; Vice-tesorero don Fernando Domínguez Zaballa y Vocales, don Luis Maldonado y don Timoteo Gómez. También se nombraron los Delegados de las diversas secciones deportivas, pues se pensaban instalar, además del campo de fútbol, dos pistas de tenis, piscinas de natación, campo de tiro de pichón, pistas para concursos hípicos y carreras pedestres, aparte de magníficas tribunas. Se integraron en la Sociedad más de 1.000 personas.

En Asamblea Extraordinaria posterior se acordó la compra a don Gaspar Alba de sus terrenos de “El Calvario” mediante un préstamo de la Caja de Ahorros, con garantía hipotecaria de 51.000 pesetas y el dueño del “Novelty” don Emilio García Vila aportó la cantidad que faltaba: 13.000 pesetas.

En 1933 en el “Novelty”, que sigue con el mismo dueño, se dan tres conciertos diarios a cargo del Trío Madrid compuesto por Juan Bernal, piano, el salmantino Pablo Ceballos, violoncello y Juan Paláu, violín.

En sus locales se fundó en julio de 1936, la emisora Radio Nacional de España, por el general Millán Astray, cuando la emisora local E.A.J. 56, propiedad de don Manuel Martín García, que se encuentra en zona roja se halla en apuros económicos. Radio Salamanca se pone a disposición de la nueva España y se hace cargo de la emisora el fotógrafo Guzmán Gombau Guerra, transmitiendo ininterrumpidamente las 24 horas del día. Desde los altos del Gran Hotel se traslada la emisora a otras instalaciones técnicas montadas con todos los adelantos al frontón de san Bernardo y la redacción al palacio de Anaya, en un aula próxima  la Escuela Normal de Maestros, inaugurándose el 19 de enero de 1937, con un discurso del Caudillo que comenzaba: “La España auténtica saluda al mundo”. Se nombra director a Jacinto Miquelarena y en febrero de 1938 Radio Nacional se traslada a Burgos, aunque los partes se siguieran firmando en Salamanca, excepto el del final de la guerra que se fechó en Burgos.

En los comienzos de la Guerra Civil el “Novelty” se constituyó en el centro neurálgico de la propaganda del Régimen, reuniéndose diariamente aquí los principales prebostes políticos y erigiéndose (no muy de tapadillo) en decisivo nudo de comunicaciones del espionaje y del contraespionaje.

Punto de reunión de los escritores del Régimen, pasaron por sus salones, entre otros: “El Tebib Arrumy” con sus crónicas de la Guerra civil; Agustín de Foxá que escribió aquí su célebre “Madrid de Corte a checa” o José María Pemán que dio forma a su “Poema de la bestia y el ángel”. También fueron asiduos contertulios Pedro Laín Entralgo, Dionisio Ridruejo o Antonio Tovar.

El café restaurante “Novelty” se remoza completamente en diciembre de 1940 por obra del arquitecto Francisco Gil, incluyendo una pajarera en la rotonda del medio y en las Ferias de 1943 inaugura la luz fosforescente, siendo el primer establecimiento que lo hace en España. Se dan diariamente conciertos de música clásica por excelentes profesores.





Terminada la Guerra Civil, en el “Novelty” ahora denominado “Nacional”, actúa el Trío de Castilla compuesto por Antonio Arias, violín, Gerardo Gombau, piano y Lorenzo Puga, violoncello, quienes en 1942 pasan al café “Castilla” y en 1943 consiguen el Primer Premio en el Concurso Nacional de Música de Cámara. En 1941 también actúa la gran cantante señorita Berta y  al año siguiente el Negro Rivera y la señorita Ysa Molina hasta los días de Ferias en que da sus conciertos el trío compuesto por Federico Quevedo, piano, Rafael Martínez, violín y Santos Gandía, violoncello, que en 1952 será uno de los 15 integrantes de la Agrupación de Solistas Españoles. En marzo de 1943 actúa el trío compuesto por Rafael Martínez, Ricardo Vivó y Federico Quevedo y en octubre da grandes conciertos el propio Rafael Martínez con su Orquesta. Al año siguiente el Quinteto de Música Clásica y en 1945 la Orquesta Gurruchaga y sus estrellas azules que dan paso a la gran Orquesta Gisber con 7 profesores.

En 1944 aparecen los célebres helados ”Ilsa” en el ”Novelty” y en “Las Torres”.

Publicidad de 1945 cuando el Novelty todavía era el Nacional


En diciembre de 1946 llega la Orquesta Ávalos procedente de las mejores salas de fiestas, que regresa en octubre del año siguiente y en 1948 se escucha a la Orquesta Fuster, y a continuación el musical Quinteto Astoria Club.

A los herederos de Emilio García Villa, dueños del café “Nacional”, les sucedió en 1951 el empresario Aureliano García Barber, con dudosos negocios en Tánger, quien lo denomina ya en 1951 como “Nacional-Novelty” y en setiembre de 1954 se anuncia como de la empresa Domínguez, de Agustín Domínguez González, que llegaba de Barbadillo totalmente ayuno de lo que era el negocio del café pues su oficio había sido el de tratante y carbonero. Es auxiliado por su esposa doña Manuela Rodríguez.

Reabiertos el café y el restaurante en setiembre de 1961 con el machacón anuncio de ”Pida un cimbalino, no un café”, en 1963 se cierra el restaurante, se clausuran las bodegas y pasa a regir el negocio el hijo Francisco Domínguez Rodríguez, quien lo transforma radicalmente, en 1970, muriendo en 1972 a los 51 años, aunque su padre no fallece hasta el 8 de abril de 1974. Nuevamente bautizado como “Novelty” en 1964, sigue siendo lugar de encuentro de escritores y políticos, conspirándose en sus locales en las postrimerías del Régimen.

Exterior del café Novelty en los años 70

Interior del café Novelty en los años 70


El Ayuntamiento acucia ya a la cafetería pretendiendo extender sus dependencias y estuvo a punto de cerrar en 1978, ya que le expropió tres cuartas partes del local, incluida la zona trasera correspondiente al nº 3 de la calle del Doctor Piñuela. Fue redecorado por Salvador Yáñez en setiembre de 1979 y se colocó, en la parte más próxima al Ayuntamiento, la tienda de embutidos de la famosa marca “Finca El Gejo”, junto a una heladería, recordando la excelente elaboración que de este artículo se efectuaba en los primeros tiempos.

El café “Novelty” continúa en la actualidad prestando sus excelentes servicios, bajo la firma Hermanos Domínguez de la Peña, con “Paco Novelty” al frente, que ha simbolizado el homenaje a las tertulias literarias de escritores y poetas que por él han pasado en una estatua de tamaño natural de don Gonzalo Torrente Ballester, obra de Fernando Mayoral en el año 2000, sentado ante el velador que habitualmente ocupaba y desde donde impartía su magisterio intelectual hasta su fallecimiento en 1999.

Se halla aún abierta la Heladería, que ha permanecido a lo largo del tiempo, constituyendo un hito en la Plaza pues desde la fundación del café hubo una fábrica de  hielo en su interior.




Número 0.4


Las dos viviendas, de igual extensión, también expropiadas y construidas a expensas del Ayuntamiento, eran: la primera propiedad de la Capellanía de Sancha Calamón, de la parroquia de san Julián y la siguiente la casa de Pedro de Oviedo Paz y Carrizo, Caballero veinticuatro, vinculada al Mayorazgo fundado por don Antonio Carrizo y habitada por doña Josefa de Oviedo, casa que en 1755 había pasado a ser propiedad de la parroquia de san Martín.



Nada más terminarse la construcción de la Plaza Mayor en 1755, se instalan en esta esquina los primeros industriales: dos herreros y un veterinario.

Recién acabada la guerra de la Independencia Cayetano Lurasqui, que había nacido en 1752 instala su establecimiento de bisutería, juguetería y quincalla. Cuando la Plaza acaba de terminarse compró la totalidad de la vivienda  abriendo el establecimiento en 1810 y al morir con 70 años, continuó con el negocio su esposa María Hernández Valeros, bajo la denominación de Viuda de Lurasqui, convirtiéndolo en la mejor bisutería de la capital, donde se vendían incluso bujías y parafinas y los juguetes denominados “tirinenes”.

Publicidad de Viuda de Lurasqui  en Adelante, 1867 febrero 24

El Fomento, 2 de noviembre de 1883


El Progreso, 27 de abril de 1884 

Al trasladarse ya como “Hijo de Lurasqui”, aunque era su hija Filomena, en 1883 a lo que fue la sombrerería de “El Rincón” y fallecida ésta en enero de 1881, se hizo cargo del negocio su esposo, el abogado y político Miguel Zahera Herrero. Se anunciaba como grandes novedades, sombreros alta novedad, acordeones y cajas de música Aristones.
El negocio de juguetería abunda poco en la Plaza Mayor llegando en 1886 la firma Cristóbal Rodríguez y Hermano al número 38, teniendo además artículos de ferretería, herramientas, quincalla, cristal, bisutería y regalos.
Propiamente jugueterías son José Román Gallego y Atilano Martín con establecimientos en la plaza del Corrillo 2 y 5, respectivamente y Moro e Hijos, en Zamora 1 y 3.
Más adelante, tras la guerra civil, Jesús Rodríguez López tiene una planta dedicada a juguetería donde se despliega el amplio abanico de juguetes personalizados.


El 6 de setiembre de 1887 la totalidad de la vivienda que era propiedad de la Viuda de Cayetano Lurasqui  pasa a ser el comercio de telas “El Antiguo comercio de San Román” de Manuel González San Román y Hermano, (llamado Ricardo, que fallece el 3 de marzo de 1898), quienes llevados del fervor patriótico peninsular de aquella época y a ser oriundos de Fuentes de Oñoro, donde tenían otro comercio, le cambian el nombre y lo denominan “La Unión Ibérica”, donde se venden telas, colchas, franelas y brocateles. Se anuncian con entrada también por la calle de Herreros, 1, hoy Toro. En marzo de 1906 se trasladan, mientras duran las obras, a la calle del Prior 3 y 5.



El comercio de telas “La Unión Ibérica”, tras ser “Sobrino de Manuel González”, por fallecimiento de Manuel González  el 20 de setiembre de 1908, antes de 1920 pasa a manos de Juan José Gómez como tienda de tejidos; luego, en 1926, el negocio se transforma en el café restaurante “La Granja Dorèe” fundado por el ingeniero de Obras Públicas Parisio Pérez, (dueño también del café “Regina” en la calle del Prior), quien muy pronto lo cedió a Valentín Pérez Sierra, de profesión contratista de Obras Públicas. Padre de una numerosa familia y dedicado a sus negocios, en 1934 regaló el café a su hija mayor Alfonsa, casada con Ramón Franco, quien inaugura el 23 de abril a las 9 de la noche un restaurante en el piso principal del café “La Granja” y una pensión en el segundo.

Banquete de inauguración del restaurante de la Granja Dorée
el 23 de abril de 1934 con la asistencia del gobernador y del alcalde.
Foto de Almaraz publicada en El Adelanto del 25 de abril de 1934

En febrero de 1936, pasa el conjunto a ser regido por el forfoledano Manuel Luis Sánchez, que había tenido antes el café “La Habana”, en la plaza de la Libertad y que era el encargado del café “La Granja”, quien contrae matrimonio con la citada hija al quedar viuda, ampliando el restaurante del piso principal y habilitándolo para café y tertulias. Fallece el padre de la propietaria el 2 de octubre de 1956.

Las tres plantas del negocio, pasaron a los herederos de Alfonsa, los hijos habidos en sus dos matrimonios, quienes han cedido la explotación a una sociedad, que ha cambiado el nombre de “La Granja” por el de “Los Escudos”, a primeros de los setenta, lugar de tertulia de agricultores y ganaderos, donde siguen cerrando sus tratos, como anteriormente, con el apretón de manos y el “alboroque” que consistía en el agasajo a los que intervenían en la compra-venta, pero de donde va desapareciendo la inconfundible indumentaria del tratante de ganado. Los últimos supervivientes de la clásica “blusa” negra, anudada por debajo de la cintura, son “El Lili” y Daniel Flores “El Fréjoles”, (quien falleció a finales de julio de 1977) y de los que se cuenta que se repartieron, como buenos hermanos, una docena de blusas que “El Lili” compró por tierras zamoranas, a 35 duros cada una, pues en Salamanca no las encontraban de su gusto.

Recuerdo como camareros de “La Granja Dorèe” al veterano Conde y a Villalta, así como a otro hermano de éste, que pasó al Astoria y como asiduos clientes hasta su muerte el 5 de setiembre de 1963 al patriarca de los gitanos Rafael Motos Jiménez, que se dedicó al trato como su padre y al elegante picador y caballista Pepe “Chicarro” Iglesias, que había fallecido tres años antes.


El café de “La Granja” en 1971 pasó a ser de Luis Inestal, que fue quien le cambió el nombre por el de “Los Escudos” y desde febrero de 1982 viene siendo dirigida la cadena  de establecimientos por José Manuel Martín Regalado, pues son cuatro “Los Escudos”: Cuesta de Sancti Spíritus, La Reja y Plazuela de la Libertad. Se había ampliado el negocio en setiembre de 1982 inaugurando el Pub “Los Escudos”, con entrada por la calle de Toro, número 1. Explota además “Aguas Don Pepe, J.M.” con  manantial de aguas minerales naturales sin gas en El Montalvo. Continúan efectuándose las transacciones comerciales y los tratos entre ganaderos.

Se cierra en setiembre de 2015 adquirido por el industrial salmantino, con restaurantes en Barcelona, Silvestre Sánchez. Siendo reinaugurado, manteniendo el nombre de Los Escudos, en abril del 2017.







Arco de Toro








Número 0.4, d)

Calle Toro, 2
Calle Toro, 1
Sobre el arco, tiene ya su consulta en 1867 un médico y cirujano dentista, apellidado Niño, con acceso por la calle de Toro, 2. Ocupa el local en 1882 otro dentista, Carlos Albessard, que había tenido su consulta en la calle de la Rúa, nº 20. Le sustituye el también dentista Ignacio Giraud, que llega en setiembre de 1887 y se traslada a la calle de Zamora, 3, pral. en 1890. Vuelve a instalarse Carlos Albessard en 1901.

Sobre la tienda de tejidos “La Unión Ibérica” en 1872 tiene una academia de clases de dibujo en el piso 4º, 3º, con entrada por Toro, 1 el artista don Ramón Micó.

La consulta del médico dentista Joaquín León Arias, se encuentra hacia 1890 en el piso principal. Era cirujano dentista honorario de las Casas de Beneficencia. En la misma planta se encuentra instalada la central de teléfonos. Después de 1912 se traslada el médico dentista a la calle de la Rúa, 22, frente a la calle de los Corrales. Desde el 27 de julio de 1920 el principal está ocupado por el médico oftalmólogo doctor José Gómez Díez.

El dentista Carlos Albessard en 1904 fija su residencia en Peñaranda y ocupa  el local que ha dejado vacío el cirujano dentista Julián León Arias, que se traslada desde enfrente y pide autorización para colocar las muestras anunciadoras de su profesión en el ángulo de la fachada.




Número 1


Consistía en la vivienda de la Memoria de don Pedro Vidal, que expropia y construye el Ayuntamiento para cerrar la Plaza.


A la esquina derecha de la Plaza, saliendo hacia la calle de Toro, llega trasladado desde otro lugar, en febrero de 1845 el sastre Mirat y en 1870 ya estaba la confitería de la señora Engracia (¿o señora Calixta?), mujer beata de las antiguas, que se pasaba el día rezando en constante bisbiseo. En cuanto sentía la campanilla que anunciaba al sacerdote portando el Viático de los enfermos por una esquina de la Plaza se ponía de rodillas, comenzaba a santiguarse y no se levantaba hasta que dejaba de oír la esquila por otro lado. Parecida puesta en escena realizaba cuando de un cortejo fúnebre se tratara.

En 1878 se convirtió en barbería y peluquería de Melquíades Estévez Martín, que en 1892 ha pasado a ser de sus hijos Lorenzo Estévez y Hermano, con local también en el número 8, principal, aunque Melquiades no fallece hasta el 15 de abril de 1939.
En 1904 roban las chapas anunciadoras del primitivo local que cierran con posterioridad a 1910, instalándose el negocio de al lado, “La Antigua”, sombrerería de Rafael García con sombreros de paja y reformas de sombrerería, que se anuncia en el número 2. El peluquero Lorenzo Estévez había fallecido el día 11 de mayo de 1907.

En 1926 cogió el traspaso “El Trust de las medias” de Ángel García Domínguez, que había sido empleado de la casa Siro Gay y que se había establecido anteriormente por su cuenta en otro local de la calle de Toro. Cierra el establecimiento el 1 de marzo de 1929 para trasladarse al número 17 de la Plaza, dejando el local a la actual joyería y platería “Santiago”, con especialidad en filigrana charra, dedicada también a la compra venta de oro y plata y a la venta de artículos de importación, que abre sus puertas el 8 de setiembre del mismo año. Dando muestras del descontrol en la numeración de la Plaza se anuncia en el número 2.

Santiago Martín Torres, nacido en Sequeros en 1882, llegado a la edad de buscar trabajo le tocó sufrir las privaciones de los empleados de comercio en la época, hasta que especializado en joyería se dedica a la profesión de viajante. Casado en 1915, con Pilar Cortés, que residía en Béjar, abre un bazar en esta ciudad y posteriormente ya viudo y con tres hijos muy pequeños llega a Salamanca y se pone a trabajar en la tienda de curtidos y cordelería de José Merás cuya tienda ya existía en la llamada Isla de la Rúa, nº 3, antes de 1880 a nombre de su padre Francisco Merás. Eran parientes pues el padre de Pilar tenía en Béjar la tienda de “Chocolate Merás” y se llamaba Federico Cortés Merás.

Se establece Santiago Martín por su cuenta en lo que a él le gustaba, el ramo de joyería y sigue vendiendo especialmente sus artículos de filigrana charra. En 1950 la única modificación en la estructura de la tienda que se permite es rasgar el pétreo muro y abrir un amplio escaparate a la calle de Toro.     

A principios de los años cuarenta ayuda al patriarca Santiago en las labores de la tienda su hija pequeña Pilar, quedándose definitivamente al frente del negocio en los años cincuenta junto a su esposo, el abogado procurador Ángel Marcos, aunque todavía el patriarca no puede resistir el tirón de la tienda y continúa visitándola, hasta su fallecimiento en 1967.

La joyería “Santiago” sigue vendiendo sus especialidades regentada por la hija Pilar y ya viuda, en la década de los ochenta sus hijos Pilar y Ángel Luis Marcos Martín, ayudan en la tienda sin olvidar sus estudios, que acaban pero no ejercen, pues se ponen al frente del negocio.



Interior de la Joyería Santiago

Los dos hermanos llevan a cabo en 1990 la renovación del interior del establecimiento para adaptarse a las necesidades comerciales del momento, pero mantienen intacta la noble fachada de madera, típica de principios del siglo XIX. La madre, Pilar Martín que durante tantos años llevó las riendas del establecimiento, ya jubilada desde unos años antes, fallece a finales de los noventa.



Número 2


Esta vivienda era propiedad de la Capellanía de Sancha Calamón, de la parroquia de san Julián y fue expropiada y construida a expensas del Ayuntamiento.


Nada más terminarse la construcción de la Plaza en 1755, abrió sus puertas una sombrerería que, andando el tiempo se denominaría de “El Rincón”. En 1870 es el comercio de tejidos “Los Gavilanes” de un tal Romero, alias “El Bigotes”, que luego se estableció en la calle de Concejo. Llega el gran comercio de José y Vicente García Iglesias, conocidos por “Los Gallineros”, (¿o serán los mismos gavilanes?), accionistas de la empresa que va a construir la nueva Plaza de Toros de la Glorieta. Vicente fallece el 25 de enero de 1941.

Escaparate con cierre metálico diseñado por
el arquitecto D. Santiago Madrigal para la
tienda de textil de D. Matias Maroto en 1911
Hacia 1880 se instala la sombrerería de Rafael García, alias “El Cartero”, quien en 1911 se traslada al vecino local con su fábrica de gorras a nombre de Rafael García y Compañía y cede la tienda a Matías Maroto con negocio de pañería, lanería y grandes novedades para señora y caballero, lanas, toallas y tiras bordadas. El arquitecto Santiago Madrigal se encarga de reformar la fachada y la realiza en madera de pino rojo del norte pintado al óleo. Se anuncia como la tienda de “El Rincón” y en el número 1 de la Plaza. Efectúa liquidación en mayo de 1914 y se traspasa el local el 15 de enero de 1915 a tejidos y confecciones “Cacho Hermanos y Compañía”, que tiene depósito de géneros de punto y ropa blanca y un gran surtido en mantas, colchas y tapabocas y camisería fina. Antolín Cacho, uno de los hermanos, muere el 9 de agosto de 1943. Habían sustituido a Celedonio Sánchez Calzada en el nº 10 dando el traspaso a José Acedo Bernardo, que fallece el 12 de octubre de 1928.

La tienda de tejidos de “El Rincón” de Cacho Hermanos y Compañía da el traspaso en 1935 a Felipe de Dios del Rey, que ha llegado de Arabayona de Mógica y se instala con sombrerería de señora y caballero con lo que vuelve de nuevo el negocio de sombrerería y la denominación de “Sombrerería del Rincón”, hasta que cierra en abril de 1942 para trasladarse al número 1 de la escalerilla del Pinto en su bajada.

En setiembre de ese mismo año ocupa el local de “El Rincón” el establecimiento de “Bogue” con especialidad en gabardinas, confecciones de caballero, pijamas y camisería a medida. Se trata de la firma Jiménez y García S. A. (Gumersindo Jiménez y Celso García), que se anuncia a primeros de los cincuenta  con las pañerías Jiménez. Recuerdo como empleado a Jesús Merchán, hijo del guardia municipal José Merchán Sánchez, muerto en acto de servicio.

Celso García, excelente sastre salmantino, con taller en la calle de Zamora, frente al Casino antes de la Guerra Civil, gracias a los numerosos contratos para suministros al ejército consiguió ampliar su negocio y montó varias sucursales en Madrid: Puerta del Sol, 11, Carmen, 1, Serrano 50 y otra en el complejo Azca, del Paseo de la Castellana. Todos con el tiempo fueron absorbidos por “El Corte Inglés”, que por ironías del destino, nació como sucursal de la tienda “La Incompetible”, luego “La Popular” salmantina en los soportales del Corrillo, de los hermanos Gordo Centenera, descendientes del patriarca y fundador Fernando Centenera Pero Martín.

En Salamanca y en sociedad con Joaquín Moreno Rebollo, abrió la tienda de “Moga” en la Plaza Mayor, 21, luego ampliada al 20, y con Gumersindo Jiménez Livianos creó la “Sociedad Jiménez y García S. A.”, abriendo las tiendas de “Pañerías Jiménez”, también en la Plaza en el número 44, “La Fábrica”, en el Pozo Amarillo, 2, las “Nuevas Pañerías”, luego “Nuevas Galerías” en Toro, 23 y la “Camisería  Bogue”. Falleció en Madrid en su finca de la Colonia de la Florida el 29 de mayo de 1969.

Continúa en este local la tienda de confecciones “Bogue”, hasta que se traspasa en 1981 a Pilar Calpe Timoneda quien se establece con el bazar “El Dorado”, con Casio, “rey y pionero del cuarzo y el digital” y especialista en relojes analógicos Casio, de los que se anuncia como único servicio técnico oficial.

A finales de la década de los noventa el bazar de “El Dorado”, se convierte en la tienda de bolsos y complementos de “Carlos Moga”, que afectado por la crisis cierra sus puertas a principios de 2011, poco antes de que lo haga la otra tienda de la misma propiedad en la Plaza, junto al arco de la calle del Prior, habiéndose convertido en la actualidad en una moderna heladería, en la que destacan como especialidad de la casa los helados de yogurt y la pastelería. Pertenece el nuevo establecimiento a una gran cadena internacional, la “Paradice Cream”. Tras el cierre de la heladería, abrió en 2017 el comercio “Be Beauty”, estética y uñas.



ACERA DEL PABELLÓN REAL





Número 3


Esta vivienda era propiedad de Manuel Gutiérrez y también fue expropiada y construida por el Ayuntamiento. Anteriormente había sido de doña Felipa de Vargas, viuda de don Cristóbal Bernal, quien la adquirió en 28-V-1625 a don Leandro Guarijo y a su mujer Ana de Guzmán. Pasó a la Catedral por testamento de doña Felipa en 6-XI-1627.  

La acera del Pabellón Real no tenía edificaciones sólidas, estando formada por la “isla de cajones firmes”, casillas con pilares de piedra e incluso balcones para presenciar festejos en la parte que daba a la Plaza, propiedad del Ayuntamiento, que los alquilaba. El consistorio en 1619 proyectó estas edificaciones para cobijar a los comerciantes que instalaban sus puestos móviles en la zona destinada a espectáculos, dilatándose la obra entre 1691 y 1692. Esta isla constaba de una sola planta con puestos a los dos lados y disponía de bodega. La parte baja estaba constituida por un arco que daba acceso a la Plaza del Carbón o del Caño. Los puestos de madera se dedicaban a la venta de carnes y frutas en dos partes perfectamente diferenciadas en cuyo centro se alzaba “la torrecilla” del repeso (donde el actual arco de san Fernando) que tenía dos plantas, construidas en piedra y que se derribó en el mes de junio de 1730.

             
En 1887, la Viuda e Hijo de Lurasqui traslada aquí el negocio que poseía al otro lado del arco de Toro. El matrimonio Lurasqui vivió en la Plaza, pero en el número 27, en la acera de san Martín y al fallecer doña María y su hija Filomena, casada con el abogado y político Miguel Zahera Herrero, a éste no le interesó continuar con el negocio y el local estuvo unos años cerrado.

Eladio Amorós Francés, ya en Salamanca desde unos años antes, ocupa el 1 de mayo de 1907 este local con la zapatería “La Revoltosa” que tenía en Toro, 35 (frente al teatro Liceo) y que era sucursal de la fábrica del mismo nombre en Madrid, Pez, 19. Le sustituye el 4 de mayo en su antigua tienda,
calzados “La Exclusiva” de Bernardo Acosta quien proclama no haber tomado traspaso ni existencias de nadie, pero la verdad es que en 1908 se anuncia como Sucursal de “La Revoltosa” y el 15 de noviembre se traslada a Toro, 4, junto al Arco de la Plaza.

La verdadera “Revoltosa” figurará siempre en la Escalerilla del Pinto 1 y 3 y en algún momento en la Plaza de la Verdura o Plaza del Mercado 1 y 3 pero jamás en la Plaza Mayor, ignoro porqué motivo. Eladio Amorós Francés, que amplió la tienda, era padre de los toreros Eladio y Pepe Amorós Cervigón.

En el principal se instala a principios del siglo la corsetera bilbaína Manuela Moure, que venía del número 45 de regentar la corsetería de Jacinto Niño.

Eladio que fue conocido en el mundo del toro como “El Chico de la Revoltosa”, se vistió de luces por primera vez con 13 años en una becerrada que se celebró en Tejares, debutando en Madrid en 1921 y tomando la alternativa en Zaragoza en 1928, durante las Fiestas del Pilar, de manos de Chicuelo, siendo testigo Nicanor Villalta, con toros de Graciliano Pérez Tabernero. Protagonizó la primera versión de la película “El Niño de las Monjas” en 1926 con Lolita Astolfi y murió en 1987 en el Asilo de san Rafael salmantino.

Eladio Amorós. Foto Gombau
Alternó con Chicuelo, Granero, Juan Luis de la Rosa y lo más granado de la torería. Hizo las Américas en 1932 y triunfó en Maracay, Lima, Quito y Guayaquil, pero no consiguió convencer a la afición mejicana.

Pepe Amorós
Pepe tomó la alternativa en San Sebastian en 1939, actuando de padrino Antonio Márquez y de testigos Marcial Lalanda y Vicente Barrera. Actuó en varias Ferias de Salamanca con regular éxito alternando con los mejores matadores de la época: Vicente Barrera y Manolito Bienvenida el 12 de setiembre de 1931, Fuentes Bejarano y Nicanor Villalta el día de san Mateo. En 1935 con Domingo Ortega, Bienvenida y Niño de la Palma el día 13 y con Armillita y Antonio Bienvenida el día 14, cortando orejas. En 1937 con Chicuelo, Marcial Lalanda y Curro Caro el día 14. En 1938 con El Estudiante, Maravilla y Fernando Domínguez el 11 y en 1943, ya en su declive, junto a Nicanor Villalta y Antonio Bienvenida el día de san Mateo, abandonando la lidia por un percance en el pie.

La zapatería “La Revoltosa” además de los calzados tuvo sección de blusas, faldas, abanicos, tejidos y ropa hecha. En 1919 Eladio Amorós amplía el negocio con las ventas al por mayor y fallece en Alicante el 30 de diciembre de 1921, aunque la tienda continúa abierta atendida por sus hijos: Eladio, Antonio, Pedro, José y Teresa

En estos años además de “La Revoltosa”, tienen tienda abierta como “Calzados Cervigón” en Quintana, 4,  “La Imperial”, Doctor Riesco 13 y 15 y “Las Baleares”, Doctor Riesco, 63.

Reforma de la fachada de La Revoltosa por Victor D'Ors 1939

En 1939 pasa a la propiedad de Manuel Navarro Monjas, quien modifica totalmente su fachada, según el proyecto confeccionado por el arquitecto Víctor D´Ors y curiosamente también se anuncia en Plaza Mayor, número 2, como la joyería Santiago, aunque en el proyecto de modificación de fachada figure en el número 1.

El Adelanto 5 de abril de 1942


El 6 de abril de 1942 llega al local de la bajada de la escalerilla del Pinto 1, Felipe de Dios del Rey con su sombrerería y poco a poco va sustituyendo este negocio por el de labores relacionadas con la confección de géneros de punto, vestidos de novia y complementos.
En los años ochenta inaugura la tienda con especialidad en vestidos de novia “Feldy”, acrónimo de Felipe de Dios, con entradas que se comunican por la Plaza del Mercado 2 y Ruiz Aguilera, 14 y en la sociedad familiar formada al efecto, intervienen su hijo José María de Dios de Dios y otra hija, María Natividad como consejera delegada y propietaria.

El 5 de octubre la zapatería La Revoltosa cede el local por cesación del comercio comenzando la liquidación de géneros por reforma y cambio de industria, pero se demora en el tiempo hasta que llega al año siguiente la tienda de ropa y confecciones de señora “Milka”, propiedad de José María de Dios de Dios que ocupó estos locales, dando lugar a otro negocio distinto del existente en la bajada de la escalerilla del Pinto, a donde había llegado su padre, Felipe de Dios del Rey con la nueva “Sombrerería del Rincón” en el año 1942. El patriarca Felipe de Dios fallece el 13 de julio, con 84 años y es enterrado en el panteón familiar de Arabayona de Mógica. Dirige el despacho de la tienda José María de Dios, junto a su esposa María Encarnación Sánchez Jiménez, en la actualidad ayudados por su hija María del Carmen.

Milka fue cerrado en 2016 y tras largo tiempo con el local cerrado se inauguró, en diciembre de 2019, un restaurante Burger King de comida rápida.



Arco de la escalerilla del Pinto o de los Panaderos


Arco de la escalerilla de Pinto. Ansede y Juanes h. 1928




En la acera de este Pabellón Real adquirieron la casi totalidad de los inmuebles, cuando en 1799/1800 puso el Ayuntamiento en venta parte de los Bienes de Propios, Antonio Martín, Andrés Condado, José Aguirre, Pedro Esquiaín y algunos plateros.


Las escalerillas de piedra se habían inaugurado el 26 de febrero de 1888 y junto a la pared de la confitería “La Madrileña” Juan Torres, en 1896, instaló  un artístico quiosco de hierro y cristal para la venta de periódicos, en un ligero chaflán. Era el único punto de venta de la afamada revista “El Nuevo Mundo”. El quiosco, a finales de siglo, era regentado por Sebastián Álvarez, que también despachaba lotería. Denuncia el quiosco Segundo Gómez y desaparece por orden gubernativa el 3 de julio de 1900.
Más tarde el quiosco se sustituye por otro más modesto, también metálico donde vende décimos de lotería la popularmente conocida como “La Barazala”, no sé si porque tal mujer fuera esposa o hija de José “El Ciego”, conocido por Barazal, que tuvo su despacho de prensa y loterías en la Plaza de la Lonja, 2, además de vender fotograbados, tras pasar por otro quiosco en el Arrabal.
Su habitual pregonero antes de la Guerra era Cesáreo Moreno Martín, “El Manquito”. El primitivo quiosco de Barazal, antes de 1920, estuvo en Poeta Iglesias y era de madera pintada de ocre, ocupado después por el bar de Pepe “el hornero”. Durante unos años antes de la República fue el quiosco de la Acción Católica.






Número 4


La antigüedad de esta tienda como confitería se remonta a enero de 1845, cuando la acreditada confitería de la Acera del Correo, que vendía canela de primera calidad, se traslada aquí.


Celebrado el sorteo de la Lotería Primitiva en Madrid, en esa época los números eran dados a conocer al público salmantino por medio de una tabla en la pared de la confitería del Arco de Panaderos, 4, en el lugar en que luego, en 1896, colocó un quiosco de hierro Juan Torres, sustituido después por el conocido como de “la Barazala”.

Se convierte hacia 1867 en la “Confitería de Béjar”, que en 1884 se traslada a la calle de la Rúa, número 5, cambiando el nombre por el de confitería “Hernando” por la persona de Víctor Hernando Ocas, que es quien se coloca al frente de la industria hasta su fallecimiento el 28 de marzo de 1911. Se establece en el local la confitería “La Madrileña”, que tiene antigüedad de 1870 y es propiedad de los hermanos Gómez Sauceda, nacidos en Morata de Tajuña, por lo que honran con el nombre de “La Madrileña” su confitería. Desconocemos cual fuera su primer emplazamiento pues hasta 1881 no aparece en la calle de Zamora nº 5, aunque cabe suponer que fuera el domicilio de Segundo Gómez en el Doctor Riesco, 49 y a partir de su llegada a la Plaza, logran medalla de plata en la Exposición del año siguiente. Era lugar de reunión para las tertulias de eclesiásticos.

En 1891 vendía naranjas mandarinas a peseta la docena y dátiles procedentes de Fez, directamente importados en el barco Villam Nayués, hasta Cádiz y los conocidos chocolates de los cistercienses de san Isidro de Palencia, “chocolates de la Trapa”, convento que había adquirido el prócer salmantino don Fulgencio Tabernero para regalárselo a la orden del Císter. También despachaba los excelentes chocolates de los padres benedictinos con canela, sin ella y a la vainilla.

Segundo Gómez y María Martín Morán presentan recurso de alzada por el despacho de lotería concedido al quiosco de Juan Torres, ubicado en el lateral de la confitería, y en julio de 1900 ganan el pleito, por lo que se ha de retirar el quiosco. A su vez les es denegada la solicitud que presentaron para colocar dos escaparates, aunque insiste en octubre de 1901 Antonio Quirós en nombre de María Martín, consiguiéndolo en 1904, ya fallecida.

En 1903 sigue recibiendo mercancías de África en el vapor Joaquín Piélago pese a la guerra existente en Marruecos.

En 1913 es de Hermana y sobrinos de Victor Hernando que tienen otra confitería en Rúa 1 y en junio toma el traspaso de La Madrileña su antiguo dependiente Santiago Barcala, que en octubre de 1906 regentaba la pastelería confitería La Iberia en Pérez Pujol, 5.

A Segundo Gómez, ya en 1920 le ha sustituido su sobrino Teodoro Martín Martín, que coge el negocio en alquiler y pasa luego a ser propietario, falleciendo el 15 de agosto de 1968, a los 73 años. (Era hijo de Teodoro Martín Morán, fallecido en 1903, casado con Rosario Canalejas Humanes). Se hace cargo de la tienda su hijo mayor Ángel Martín Canalejas. Sigue con su actividad la acreditada confitería rigiéndola la hija de Ángel Martín y Manuela Rivas, Lourdes Martín Rivas desde 1995,  casada con Enrique Marcos Escudero, recientemente fallecido el 15 de enero de 2019, donde siguen destacando sus especialidades en chochos típicos salmantinos, hojaldres, mantecados y bollo maimón.


Número 4, d).- Puerta de acceso a viviendas. En el principal desde 1885 se encuentra la peluquería de Eugenio López Benito quien fallece el 8 de agosto de 1913. En 1916 la peluquería  pasa a ser de Santiago Pérez, montada con todos los adelantos modernos. Hacia 1921 y hasta pasada la  Guerra civil se hace cargo Alberto Pérez Martín, como propietario, hasta su fallecimiento el 17 de enero de 1958. Prestan sus servicios en esta peluquería Hilario Leandro Toribio (que fallece en 29 de agosto de 1985) y Casimiro Hernández, quienes luego se establecen por su cuenta en la calle de san Justo, número 8 el primero, en 1942 y en la de la Rúa, junto al hotel Universal, el segundo, que luego se traslada a Ramos del Manzano 27, esquina a san Justo, el 25 de agosto de 1945.





Número 5


Sabemos que ya existe la sombrerería de Anastasio Tato en 1865 porque sufre un incendio. En enero de 1869 exhibe en su escaparate un gran retrato del general Espartero. En 1877 pasa la tienda a sus hijos Mariano y Antonio Tato Fernández, con artículos recibidos directamente de París, casa que ha sido premiada en la Exposición Internacional de Filadelfia. El 3 de noviembre de 1886 fallece de repente Mariano, cuando se encontraba jugando al dominó en el hotel de las Cuatro Estaciones y el 9 de enero de 1888 también fallece Antonio, que al morir su hermano había puesto al frente de la sombrerería a un oficial madrileño. La tienda pasa a propiedad de su viuda Victoria Tato Fernández, modista en sombreros, que tiene a su hermano Jesús de maestro sombrerero, que había tenido establecimiento abierto en la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo y sufrido un incendio en diciembre de 1885, y que fallece el 8 de febrero de 1898, por lo que Victoria, en 1904 liquida las existencias y cierra en setiembre. Se dio la circunstancia de ser la única mujer que figura entre los primeros accionistas de la Explotadora de la Nueva Plaza de Toros, de la Glorieta. Falleció el 12 de febrero de 1922. Se hace con el local Gerardo Anta Velasco con lo que amplía su establecimiento del número 6.





Número 6


Es ocupado por la academia de corte y confección de Vicenta Pertierra, fallecida en 1906 y esposa del popular sastre madrileño Ramón Fernández Robles, alias “El Sastrín. En noviembre de 1897 se arrienda el portal la bodega y el tercerillo. Lo adquiere en mayo de 1903 Gerardo de Anta Velasco y abre en este local un comercio de objetos para regalo, loza, cristal y artículos de bazar, incluso ortopedia, que se anuncia siempre como de Gerardo Velasco. Pasado algún tiempo se denomina “El Seis” y a continuación amplia el negocio con el local del número anterior para despachar tejidos al por menor.

En 1905 se traspasa el bazar de Victoriano Martín en la Plaza Mayor, 6.




Número 5 y 6

Una vez unidos ambos locales y después de 1920 se convierten en “Casa Polo”, confecciones para señora, existiendo otro local destinado a tejidos y novedades, con la denominación de “El Seis”, en la Lonja de la Cárcel, número 6.

En 1930 llegan las pañerías “Jiménez Ridruejo y Compañía” a la Plaza Mayor. El creador del comercio de las afamadas “pañerías Ridruejo” es el patriarca Epifanio Ridruejo, quien desde El Burgo de Osma en Soria, extiende la firma abriendo numerosas sucursales por localidades de Castilla la Vieja. Ya en 1899 funda la Cámara de Comercio de Soria, siendo Presidente de la Asociación Mercantil e Industrial de la provincia.

Jiménez Ridruejo 1930
Aunque tenemos constancia de que sigue con su negocio en El Burgo de Osma lo cierto es que en 1915 “Martínez y Jiménez” sustituye a la antigua Casa Ridruejo por lo que sospechamos que Jiménez será el apellido del esposo de una de sus hijas. Es posible que en esta época entrara a trabajar en esta tienda Ramón García Santana, creador de los Almacenes ARA.

Cuando Ridruejo arriba a la capital charra lo hace bajo la firma comercial “Ridruejo Ledesma” en la segunda década del pasado siglo y se instala en la Plaza del Poeta Iglesias, estando especializado en novedades y géneros para señora.

Jiménez Ridruejo 1952

Llegan a la Plaza como “Almacenes Ridruejo” y despachan tejidos, novedades, mantillas y mantones de Manila en una tienda cuya portada modifican dando predominio a la madera, con marcos de adornos modernistas, en cuyo interior acristalado anuncian en doradas letras sus especialidades y las numerosas sucursales con que cuenta la Casa, cuya central se encuentra en El Burgo de Osma.

En abril de 1952 abren en Toro, nº 7, en lo que había sido zapatería de Eustaquio Romero Álvarez desde el 1 de setiembre de 1903, que fallecería en noviembre de 1941, una sucursal para sus secciones de cortinas y tapicería, bajo el nombre comercial de “Almacenes Jiménez Ridruejo y Compañía”, regidos por Zenón Jiménez Ridruejo Calleja, que fue concejal del Ayuntamiento y además Presidente de la Cámara de Comercio desde 1961 hasta 1977. El 2 de mayo de 1959 abandonan el establecimiento de la Plaza Mayor.


Ocupa los locales “Calzados Rey”, de la misma propiedad que la antigua zapatería Micó de la Plaza del Corrillo, 9 y 11, casa que databa de 1924.


Don José Micó García fallece el 20 de enero de 1973 y el 9 de abril de 1976 abre sus puertas la cafetería “Ficus” que, por cierto, se anuncia en los números 7 y 8.

En 1998 todavía es la cafetería “Ficus” y al año siguiente el establecimiento que le sucede es el café “Real”, junto a una heladería, regentados por una Sociedad Civil Particular. El café Real tiene algunos socios de la misma propiedad que el “Asador don Mauro”.



Número 6, d).- Puerta de acceso a viviendas. El médico dentista Ludeña, por mejora del local, se establece entre 1901 y 1906 en el piso principal y en noviembre de 1941 se instala la fotografía de moda Juanes.




Número 7

En 1867 se instala la sastrería y novedades de Juan de Mendívil y Collantes, denominada “El Siglo XIX”, que en 1878 presenta en la Exposición de productos celebrada, con la presencia del Rey, modelos de casacas y fracs. Muere su dueño el 26 de abril de 1884, a los 45 años de edad y su hijo Ángel se traslada en 1885 a la calle de Zamora 9, principal y en mayo de 1886 marcha a Valladolid.

El Siglo en La liga de los
Contribuyentes 30-09-1883
“El Siglo XIX” da paso en 1885 a la “Camisería de Madrid” de Jaime Mañosa Espinel que confecciona toda clase de ropa blanca para señora, caballero y niños, admitiendo composturas. (Recibe los encargos de la planchadora catalana situada en Toro, 3). Viene de la calle de la Rúa número 1, donde se encontraba ya en 1870, y donde había montado un taller para las enseñanzas de planchado, dirigido por una profesora salmantina. Dura poco pues se traslada en 1889 a la calle de Toro, número 1, principal, cuando la sastrería para sacerdotes de Juan Pérez Hernández, denominada “La Argentina” se va al número 11, cuyo dueño fallece el 10 de setiembre de 1904. En 1907 Jaime Mañosa publica un método teórico-práctico de corte y confección, muriendo el 2 de marzo de 1922.

Comercio de tejidos de Eraña
Noticiero Salmantino 8-08-1899
En 1889 es sustituida la sastrería por la nueva camisería “Eraña”, cuyo dueño Tomás (antiguo habilitado del clero) se anuncia como Sucesor de J. Mañosa, situado entre las tiendas de sombrerería de Tato y de Luis Nava  y vende camisas y calzoncillos a medida, cuellos y puños, corbatas, grandes cantidades de géneros blancos del país y extranjeros, hilo y algodón, retortas y holandas belgas, surtido completo de elásticas, pantalones, calcetines y toda clase de géneros de punto. En 1900 es Síndico del gremio de tejidos al por menor. 

En 1902, Jaime Mañosa (hijo), que ha quedado como dependiente del Sr. Eraña se instala en la calle de Toro, 4, para pasar en enero de 1903 al nº 31, como guantería, frente al teatro Liceo. Para evitar confusiones el Sr. Eraña advierte que la separación de su dependiente en nada afecta a la marcha normal del establecimiento.



Número 7, d).- Puerta de acceso a viviendas. En 1860 la peluquería y barbería de Melquiades Estévez se sitúa en el principal. Tiene ya otra en el nº 1. Cuando pasa a ser de sus hijos Lorenzo Estévez y Hermano, en julio de 1897, exhiben un hermoso techo con una pintura representando “La Fama”. Aunque se dice que en 1899 queda al cargo de la peluquería solo Lorenzo Estévez habiéndose establecido en otro lugar Ramón, lo cierto es que en 1901 se sigue anunciando como gran salón de peluquería y barbería de Lorenzo Estévez y Hermano cuando efectúa reforma para introducir unos cómodos sillones, invento francés.
Como nota curiosa se ha de consignar que en 1900 queda suprimida la “bandeja de Pascua” en ambos establecimientos. En setiembre de 1899 los precios son: Corte de pelo, 25 céntimos, Rizado, 25 céntimos y Afeitado, 25 céntimos. Al quedarse los hermanos sólo con el local del número 8, permaneció sin uso el primitivo local de la barbería del número 1 hasta 1926. Se da la circunstancia de que en la peluquería se venden canarios el año 1916. Continúa el establecimiento con diversos dueños hasta pasada la Guerra civil.
En otro de los pisos vive don José María Viñuela Corporales, propietario de la camisería inglesa en el número, 44, de la Plaza. En el principal sobre el número 9, encima de la farmacia de Urbina se encuentra Julio Santiago Ceballos, representante de la sociedad de seguros “La Catalana”.




Número 8



En 1850 es ya el comercio de Manuel Piñuela, que aunque no se denomina bazar, vende de todo: bastones, navajas, petacas y carteras, papel de hilo, jabones de olor, ligas elásticas, peinetas, paraguas de seda y algodón, compases de matemáticas, graduadores de vino, leche y aguardiente, bolas de billar francesas y sobre todo es almacenista de papeles pintados de la fábrica de Mr. Kob Gustave Picko de París.

Manuel Clemente Pérez, cuyo negocio de sombrerería databa de 1800 en el número 23, llega al número 7 en mayo de 1870.

Sombrerería de Luis Nava
El Castellano 9 de abril 1903
Le sucede a finales de siglo su hija Filomena, casada con Luis Nava Iglesias, quien se anuncia como “Sucesor de Pérez, el Cartero” ya en 1900 y fallece el 2 de abril de 1930.

Desde la Plaza de la Verdura llega Antonio Peláez Nieto, con su comercio de telas fundado en 1880, que vende también gabardinas y trincheras. Su hijo Fernando Peláez de las Heras en 1918, adquiere el número 7 a la sombrerería de Luis Nava y el 15 de enero de 1921 instala una caja registradora de la marca “Nacional” como novedad en el comercio salmantino.





Números 7 y 8


Fernando Peláez modificó la fachada, según proyecto realizado por el arquitecto Francisco Gil. Fernando Peláez, junto con Jesús Rodríguez López y Luis Martín se reúnen con el alcalde Francisco Bravo el 11 de abril de 1940 con objeto de que los comerciantes de la Plaza se comprometan a colocar ventanas uniformes en todos los huecos y a retirar la iluminación eléctrica existente por los muchos desperfectos que ocasiona su deficiente tendido.


En 1960 se le concedió la Medalla al Mérito en el Ahorro y al año siguiente el empleado Julián F. Javier G. Muriel fallece en activo. En 1963 se rinde un homenaje al empleado Manuel Turrión Piorno con motivo de cumplir 50 años al servicio de la empresa.

Publicidad de Hijo de Antonio Peláez  El Adelanto 26 de septiembre de 1942
Antes de que se produjera el fallecimiento de Fernando Peláez de las Heras el 11 de julio de 1978, su hijo Fernando y sus 5 hijas no continúan el negocio, cesando en noviembre de 1975 y en marzo de 1977 se presenta en ambos locales la exposición e información del complejo residencial Valdelagua, del empresario salmantino Mariano Rodríguez Sánchez, no sin las quejas en la prensa por la decoración exterior dada al establecimiento. Sirve también para anunciar en 1999 el complejo residencial con campo de golf de Villamayor. En 1980 son las oficinas de “Construcciones Mariano Rodríguez”, creador de Edimaro S.A. para promoción y construcción de edificaciones.


Más adelante el nº 7 queda para exposición de la Ciudad Residencial Valdelagua y el 8, para las oficinas de la agencia inmobiliaria. El 24 de agosto de 1982 en las labores de desescombro de la vivienda, propiedad también de Mariano Rodríguez, que al mismo tiempo era dueño de la empresa constructora, afloró desde el techo de uno de los pisos un tesoro compuesto por antiguas monedas, de las que se recuperaron 177, acuñadas entre 1744 y 1804.

Una cuadrilla de obreros que se encontraba efectuando tareas de desescombro en la tercera planta del edificio por medio de una grúa, al realizar un tirón sobre la fachada que luce al Mercado, levantó parte del suelo y el remate de una de las ventanas, comenzando a surgir una lluvia de monedas de oro que se deslizaron por las escaleras hacia los pisos inferiores del inmueble e incluso cayeron a la calle por la parte trasera del edificio, para regocijo de los taxistas que tenían su “situado” bajo los balcones.

Los 19 operarios que trabajaban en las obras de rehabilitación, rápidamente procedieron a efectuar un reparto no equitativo del tesoro, pues cada uno se guardó las piezas que pudo apañar, ignorantes de las consecuencias penales que tal hecho podría acarrearles, hasta que el dueño del inmueble y al mismo tiempo propietario de la constructora, Mariano Rodríguez Sánchez, consiguió llegar a un acuerdo con los trabajadores implicados para que el tesoro fuera adquirido legalmente por el Estado.

El día 27 se comunica el hallazgo a la policía nacional y se le entregan varios sobres individuales en los que aparecen las piezas recogidas por cada uno de los obreros.

Ya el día 30, en Comisaría se tasan las piezas, fijando el justiprecio, procediendo en el acto a su entrega al Museo Provincial, acordándose los términos del depósito ante el Director don Manuel Santonja Gómez y en presencia del propietario del inmueble, tres representantes de los obreros y el supervisor numismático don Emilio Sánchez.

Mariano Rodríguez Sánchez nació en san Miguel de Valero el 12 de diciembre de 1933 y sus inicios son como albañil junto a su padre. Contratista de obras Públicas desde 1972 crea Pavimentos Asfálticos Salamanca S.L. y a lo largo del tiempo abarca todas las ramas de la construcción, diversificando sus actividades con el porcino ibérico. Funda el diario “Tribuna” en noviembre de 1994 que desaparece  el 12 de abril de 2011 y en 2002 abre el hotel Doña Brígida Golf S.P.A.

La Caja de Castilla y León abre en 1990 un cajero automático para cambio de divisas en el nº 7, que dos años después explota la empresa Sabera y más tarde ocupa la entidad bancaria Caja España. Más tarde son ocupados los locales por las oficinas y exposición de la empresa inmobiliaria de Mariano Rodríguez Sánchez, que fallece el 19 de mayo de 2015 y últimamente se encuentran vacíos y en venta.



Número 9


En la esquina, se encontraba la pastelería de Emilio García Calama, conocida como la confitería de “Las Guapas”, por sus dos hijas, donde formaban animadas tertulias caballeros de la buena sociedad de la época. En las Ferias de 1884, con motivo de la Exposición provincial, presenta un minucioso trabajo consistente en la reproducción del edificio del Ayuntamiento confeccionado con azúcar. Despachaba el afamado chocolate de los padres agustinos y todavía en julio de 1895 sigue despachando el Ferro-Self, de aguas ferruginosas. Cierra el 4 de agosto  su establecimiento en la Plaza donde había permanecido durante 26 años y se traslada a la calle de Toro, 63, muriendo en Madrid el 27 de febrero de 1908.


Farmacia de Urbina a finales del siglo XIX
Pasa el local a ser la farmacia y laboratorio de Jerónimo Ortiz de Urbina y Olasagasti, casa especializada en dosimetría y específicos, el 13 de setiembre de 1896, como consecuencia de la adquisición de la farmacia de Ángel Ruiz Piñuela. En su inauguración ostentaba el número 9 en la magnífica fachada de madera en estilo modernista que conserva en la actualidad. Por detrás, con entrada por los soportales de la Plaza del Mercado, abre también una droguería y perfumería. Durante muchos años su producto estrella fue el Agua de santa Águeda, para las grietas en los pechos.

En 1966 alguna de las escenas de “Nueve cartas a Berta”, la primera película del cineasta de Lumbrales Basilio Martín Patino, se rodaron en sus dependencias. La banda sonora era original del músico Gerardo Gombau, salmantino casado con Angelines Martín, hija del vecino librero Cuesta.

La farmacia de Urbina, a lo largo de su dilatada existencia se ha transmitido de generación en generación. Al patriarca Jerónimo Ortiz de Urbina y Olasagasti, le sustituyó su hijo, Juan Ortiz de Urbina Mirat, casado con María Lourdes Calvo Iscar, fallecido el 16 de abril de 1967. Pasó la farmacia a su hijo, Manuel Ortiz de Urbina Calvo y en la actualidad la farmacia es regentada por su hijo, también llamado Manuel, Ortiz de Urbina Sandomingo. En la presentación interior y exterior de la farmacia se ha sabido respetar el bello patrón decorativo de su fundación el 13 de setiembre de 1896.


              Arco de san Fernando

El Arco de san Fernando. Juan Miguel Pando Barrero. 1964



En 1888 se construyó la escalinata para bajada a los soportales pues hasta entonces era una rampa de tierra demasiado peligrosa dado su gran desnivel y en 1902 existe un quiosco de prensa bajo el arco.

El Ayuntamiento salmantino no se aclaró en su día sobre cuál era la ubicación para un evacuatorio. Habló primero de evacuatorios en la escalerilla del Ochavo y arco del Toril al pedir presupuestos el 27 de marzo de 1916, luego de un solo evacuatorio subterráneo en la escalerilla del Ochavo tras la aprobación del dictamen de la Comisión de Hacienda, después insistió en el arco del Toril a la aprobación del presupuesto de 12.500 pesetas en dos ejercicios: 1917 y 1918. Finalmente el 6 de junio la cifra exacta del presupuesto es de 12.423´68 pesetas para un evacuatorio en el arco del Toro.

El proyecto, confeccionado por el arquitecto municipal don Joaquín Secall y Domingo, consistía en enrasar la escalinata, (construida en 1888 para salvar el desnivel de tierra existente), con el pavimento de la Plaza, por medio de una terraza central encristalada que diera luz al evacuatorio subterráneo, al que se accedería por medio de las escaleras resultantes en los laterales, de subida y bajada a los Portales de san Antonio. La terraza llevaría un cerco con balaustre imitación de los balcones del Ayuntamiento y en ella se fijarían 2 columnas de hierro para el soporte de los focos de luz eléctrica para iluminación. Se suprimiría el quiosco de prensa instalado en 1902. Se pensó en su inauguración para las Ferias de setiembre.

Los evacuatorios constarían de 8 urinarios en dos baterías de a 4, mas dos retretes con placa turca para servicio gratuito, además de dos lavabos. Se instalarían además 2 retretes de pago. La obra sería de mármol y cristalería con puertas de hierro colado, detrás de las cuales se instalarían cristales esmerilados. Con este motivo desaparecían los antiestéticos armatostes de la Plaza Mayor que iban a quedar muy a la vista al modificarse la jardinería con la llegada en marzo del  nuevo jardinero mayor municipal Francisco Cid, cuyo primer pensamiento era arreglar la Plaza y luego hacer un invernadero en la Merced.

Evacuatorios subterráneos en las escale-
ras del arco de san Fernando o del Toro
En enero de 1918 se pide que se activen las obras y que se exija al Sr. Bolao el ingreso de las cantidades que tiene al descubierto. Pablo Blanco pide licencia para instalar un quiosco de periódicos el 4 de abril y el 18 de julio lo hace Rosa Martín. El día 13 se habían retirado las vallas para dar acceso a las escaleras de subida y bajada pero sigue sin inaugurarse el evacuatorio, aunque una “Quisicosa” de El Adelanto de 58 versos, de esas fechas diga: “Nuevo, moderno, flamante, / luce ya el evacuatorio, / con el cual es bien notorio / se da un paso de gigante / hacia la ciudad emporio. / A su vista me admiré / y casi palidecí / ¡quién puede negar a fe / lo que se progresa aquí! / Junto al viejo Arco del Toro / esplende su traza fina / este moderno tesoro / de la higiene salmantina. / …

Tal ensoñación no fructifica hasta el día 3 de junio de 1920 en que se abren sin ceremonia alguna.

Dedicado a diferentes usos con el paso del tiempo: al principio fue alquilado a Rosa Martín que lo dotó de puerta metálica en 1931, situando la Continental de Turismo; después una parte se dedicó a salón de limpiabotas de Ricardo, “El Calvo”, que a su vez era dueño del salón de billares a la entrada de la calle del Prior y la otra mitad a despacho de prensa. Con el tiempo se estableció en la parte baja el negocio de cueros con especialidad en la confección de botos camperos de Angel Barrado Pérez, “Campero”, que llegaba de una zapatería en la calle de Toro al lado del Banco de España y que el 28 de febrero de 1944 se encuentra en el Corrillo, 3, para pasar luego a Meléndez 21. También fue despacho de localidades para espectáculos e incluso tienda de productos fitosanitarios.

En 1964 desaparecen los urinarios y sigue el quiosco metálico. El 10 de febrero de 1965 inaugura la Oficina de Turismo Juan de Arespacochaga, director general del ramo, en el quiosco metálico acristalado.

El quiosco de la Oficina Municipal de Turismo desaparece en mayo de 1994, al tiempo que la pequeña tienda de moda infantil que había en sus bajos, al efectuar el Ayuntamiento la reforma de las escaleras, por resolución de 15 de marzo, en la cantidad de 8.820.478 pesetas.

       



Número 10


En 1850 es ya el comercio de José Brusi Crespo, que recibe el chocolate de los señores Martínez y Compañía de “La Fama de Burgos”. Pasa luego a su hijo Valentín Brusi ya en 1867.


Antes de 1880 es bazar, al mismo tiempo que tienda de telas y paños, propiedad de Celedonio Sánchez Cañada, quien fallece en 1921.

Suceden a Celedonio Sánchez Cañada (que había sido dependiente de Vicente Carnero) los Hermanos Cacho, que al poco tiempo traspasan el negocio a José Acedo Bernardo y su hermano Remigio, que tenían en la Lonja, 13 y 15, tejidos y géneros de punto y establecido “el precio fijo y económico”.

El Adelanto del 12 de junio de 1904
El 17 de enero de 1911 se vende el número 10 de la Plaza y en 1914 el negocio de José Acedo ha pasado al peñarandino Hipólito Montero quien monta una tienda de ropa blanca, camisas, confecciones, tejidos y grandes novedades a la que, con su gusto por lo francés, denomina “Le Bon Marché” convirtiéndola en otra sucursal de su negocio. En la primera década del siglo es dueño de “La Villa de París”, tienda de tejidos y confecciones situada en la Plaza del Poeta Iglesias, números 13 y 15 y tiene una sucursal en la Lonja, 6.


Hipolito Montero en El Adelanto
de 11 de septiembre de 1915
En todos los establecimientos tiene una florida exposición despachando árboles frutales y plantas de todas clases, con dedicación especial a los rosales procedentes de los viveros de una extensa finca de su propiedad que desde primeros de siglo era un gran centro de producción agrícola, denominado “Villa Montero”, situado en las proximidades de Peñaranda, ciudad de la que fue Alcalde nombrado el 9 de julio de 1904 y donde tenía una sucursal del Comercio Nuevo de Tejidos, en la plaza de la Corralada, 29. Fue especulador en granos y director del periódico “La Voz de Peñaranda”, firmando bajo el seudónimo de Rothermon.

En julio de 1917 como Presidente del Sindicato de Comerciantes convoca Asamblea donde se discute el incumplimiento del descanso dominical y de la jornada ordinaria, pese a la existencia de una ley que amparaba ambos derechos. Integran la Comisión que se nombra para redactar la proposición final: Primitivo Muñoz, José María Viñuela, Mariano Rodríguez, Antonio Peláez, Arturo Pozueta y José Gordo Centenera, que es el único comerciante que no tiene establecimiento abierto en la Plaza Mayor. La Asamblea se produce como consecuencia del apedreamiento de los locales comerciales que permanecieron abiertos en la festividad obrera del primero de mayo.

La librería “Calón” ocupa este local en 1924, trasladándose desde el número 33 de la Plaza, habiendo comenzado en 1918 la fabricación de mobiliario de oficina de robusta calidad, que expone en la calle del Prior, en los números 4 y 6. Traslada la tienda en julio de 1935, provisionalmente, a la calle denominada Sin Sol (hoy Deán Polo Benito) y enseguida a la calle de Concejo. En uno de los pocos bombardeos que sufrió la ciudad durante la Guerra Civil, el 21 de enero de 1938, la tienda quedó destrozada, trasladándose en 1940 a la calle del Prior ocupando los números antes citados, negocio que ha cerrado recientemente.




Al marchar la librería Calón, el 24 de setiembre de 1935 se inaugura la tienda de artículos para regalo de “Segurado”, con altas novedades para señora, caballero y niño, que además vende el esmalte de uñas y brillantina ondulante marca Monterrey. Su dueño Gabriel Segurado Seisdedos, hizo bueno el dicho de “El fermosellano y un pardal, dondequiera están” pues nacido en este pueblo de la raya de Zamora, emigró como tantos otros jóvenes a Argentina. La portada y escaparates fueron decorados en estilo art déco por el arquitecto Eduardo Lozano Lardet.

Al morir Gabriel el 31 de noviembre de 1975 sigue la tienda de la firma “Segurado”, regentada ya por la hija, Gloria Segurado y su esposo, Juan López Escudero, que tuvo una peluquería en la plazuela de la Libertad, número 6, si mal no recuerdo llamada “La Higiénica”.
La tienda de regalos “Segurado” cierra en abril de 2011 y pasados unos meses se establece una heladería artesana moderna con especialidades de helados de yogurt y pastelería, perteneciente a la  cadena multinacional “Smooth”. Segurado es salón italiano.

En 2013 abre la pastelería heladería Santa Lucía bajo la gerencia de Manuel Sánchez Varas y Raquel García.

Número 10, d). Puerta de acceso a viviendas. En 1863 se encontraba en el principal la guarnicionería de Manuel García Prieto, que como se ha dicho antes, se traslada a los bajos de la Casa consistorial a finales del siglo XIX. En 1907 tiene su sede la representación de la compañía de seguros “La Catalana”. Ya en 1911 monta su clínica el dentista Manuel González Peláez, profesor del Instituto Rubio, que fallece en 20 de junio de 1927 y al marchar en 1914 a Toro, 2, pral. se traslada el doctor Matías Ludeña, desde el número 14, d), falleciendo el 12 de febrero de 1934. Desde 1931 venía ocupando el local su hijo, también odontólogo. A partir de enero de 1942 es la Sastrería Moreno.
En una de las plantas de esta vivienda tuvo su despacho en 1901 el abogado Ángel Borrego de Dios que se hizo célebre por la construcción de una barriada en la carretera de la Estación, que incluía un Mercado público y una iglesia.
En 1980 abre otra tienda en el principal la boutique Thossely y la Academia Salamanca, para preparación de oposiciones, ocupa el 2º, dcha. Cierra Thossely y ocupa su lugar, en 1984, “L´Homo”, con ropa para hombre.
En el primer piso se instala la pensión “Los Ángeles” y también se alojan las oficinas de Internet, que estuvieron en la planta baja.





Números 11 y 12


En marzo de 1879 se arrienda el portal y la covachuela del número 11 y pasados unos meses Ricardo González y Hermano, ocupan este local y el siguiente con un comercio conocido como “la tienda de los Ricardos”, para artículos del hogar, donde dan la oportunidad de poder pagar con dinero portugués. Sobre 1892 reciben los encargos del sastre de cámara de Su Majestad, Sobrino de Pescador, de la calle de Sevilla, 6, en Madrid.



En 1901 son los almacenes de pañería de “Ricardo González Martín”, ya sin el hermano, (que se llamaba Pelegrín y que abandona la sociedad, pues no muere hasta el 17 de abril de 1913), convertidos en bazar, tienda al por menor, ropas hechas y tejidos. Ambos fueron dependientes de Vicente Carnero. En otro local de Espoz y Mina, 14, tienen almacén de tejidos y venden también alfombras, hasta 1912 en que arriendan los locales y se trasladan a Prior 3 y 5, vendiendo los utensilios del salón Variedades, cuyo piso principal han adquirido y ponen en renta. Tuvieron muchos años como apoderado a Ricardo Escalante.

El Fomento 6 de febrero de 1883
Ricardo González Martín ya en 1909 vive en una casa señorial en Zamora 40, frente a la iglesia de los Carmelitas, viudo de Manuela Iglesias González. Al fallecer el 23 de agosto de 1935 heredan, (al haber fallecido su padre, Manuel González Iglesias, el 23 de setiembre de 1914, con 32 años y su tío Justo en 1904, con 20 años), los nietos Marichu y Manolo González Orús (hijo póstumo) los comercios de la Plaza y de la calle del Prior. Su madre es Pilar Orús Loaso, casada en segundas nupcias con el notario don Martín Sánchez-Ferrero. Desde su juventud trabajaron en esta tienda Jesús Santander Leturio y Gerardo Iglesias.

Dan el traspaso a Manuel González Peláez, que procedente de Guijuelo, se establece con sus almacenes de mercería, paquetería y géneros de punto en los números 12 y 13 de la Plaza del Mercado en 1919, junto al arco de la calleja de Hovo Hambre en locales que habían pertenecido ya en 1888 a la pañería y tienda de tejidos “La Primavera” de Mariano Rodríguez Galván y da a su establecimiento el también poético nombre de “La Costa Azul”. Cerró a finales del siglo XX, abriendo un nuevo local en la plaza de los Sexmeros.

El Adelanto 17 de septiembre de 1942

Mantiene el nombre de “La Costa Azul” para el establecimiento abierto en la Plaza Mayor en sus números 11 y 12, pero esta tienda durante toda su existencia es considerada como Sucursal de la primitiva de la Plaza del Mercado.

GON-VAL en Plaza Mayor 11. Fotografía de Guzmán
Gombau en el Archivo Enrique de Sena


Fallece el 19 de junio de 1927 y bajo la dirección de Julio González Fernández, sufre diversas transformaciones girando en torno a la firma “La Costa Azul”, desdoblándose hacia 1946, en Sederías Doyes en el número 12, con su anexo de tejidos y confecciones “El Metro”, que tiene entrada por los Portales de san Antonio, 4 y en 1949 la firma se constituye en sociedad anónima y es regida por su hijo Eduardo, quien a primeros de los cincuenta, abre la camisería “Gon Val” en sustitución de “La Costa Azul”, junto a las sederías “Doyes” que cambia de negocio el 4 de julio de 1957 pasando a ser modas y regalos Cristy. Recuerdo como empleados a Amador Fuentes y a Luis Sánchez Sánchez, fallecido el 27 de junio de  1962.


Sederías Doyes en Plaza Mayor 12.
El Adelanto 16 de abril de 1941


“La Costa Azul” sigue en la tienda de Plaza del Mercado, 10 y 12. Muere el 4 de abril de 1972 y a primeros de los 90 “Cristy” se convierte en un locutorio telefónico, más tarde complementado con un servicio de Internet y luego en la cafetería “El Reloj de la Plaza”. Finalmente, tras breves ocupaciones hosteleras fallidas, en 2018 abre la cafetería "Jamón y Tapas".

Bar restaurante
El Reloj de la Plaza

En el 12, “Sederías Doyes” se convierte en la oficina de “Viajes Salamanca”, regida por Juan José Marcos y posteriormente en la oficina de turismo “Portugal Interior”. En diciembre 2014 se transforma en almacén de “La tahona de la abuela”, con tapas saladas y dulces que tiene ya varias tiendas en Salamanca y una cafetería en Prior. Ana Sillero es la representante del establecimiento.




Número 12, d).- Puerta de acceso a viviendas. En 1851 se encuentra, en el piso principal, aunque por poco tiempo, la fábrica de guantes de Luis Mérel, que vende  sus artículos al por mayor y al detall. Antes de 1900, estaba un taller titulado “Modista y Corsetería”, sin que nos conste el nombre de su propietaria. En agosto de 1903 muere en esta vivienda el notario don Isidoro Alonso Montero, que la ocupaba desde el 21 de junio de 1900. En 1904 pasa a ser de la modista y corsetera ortopédica Florentina Gombau, trasladada desde el número 38, 3º. Tuvo su despacho en este número el corredor de comercio Castor González Sánchez en 1912 y a partir de 1948, montó su estudio fotográfico el gran salmantino, conocedor y amante de la Plaza Mayor, sobrino de la anterior, Guzmán Gombau Guerra. Era el hijo menor del célebre fotógrafo Venancio Gombau y nació en 1911 en el estudio de su padre en la calle del Prior, 18. Especializado en el reportaje y en la información de actualidad colaboró en La Gaceta y en El Adelanto como periodista y como reportero gráfico.

Fue locutor de las primeras emisiones de EAJ 56, Radio Salamanca, a su creación en 1935 y luego director al iniciarse la guerra pues el concesionario de la emisora, don Manuel Martín García se encontraba en la zona roja.

Una serie de reportajes en la prensa sobre la Plaza Mayor dio lugar a la publicación en 1955 de un excelente libro donde se detalla y pormenoriza todo lo relativo a la Plaza, de la que es profundo y enamorado conocedor, dada su observación diaria privilegiada desde fuera y desde dentro de su domicilio.

Suya fue la iniciativa, en marzo de 1944, de fundar una nueva cofradía semanasantera formada por integrantes del gremio de prensa, papel y artes gráficas, que dio lugar a la Hermandad Dominicana del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, con sede en el templo de san Esteban y en la que fue Secretario de la Primera Junta de Gobierno.

Casado con Carmen Herrera con la que tuvo 11 hijos, en los años setenta se traslada a Madrid y dice adiós a la fotografía. Trabaja vinculado a la Asociación de la Prensa y fallece en 1984.

Se establece en el 2º la boutique Thossely, que durante algún tiempo convive con la sucursal que había establecido recientemente en el número 10.




Número 13

Antes de 1873 es la relojería de Severiano García y desde 1879 aloja las pañerías y novedades de Senén Martín Angoso, casa que estaba especializada en artículos para el clero y que se anuncia como “Senén Martín”, con paños y novedades del Reino y extranjero. Anteriormente el comercio había sido de la firma Senén Martín y Compañía, con establecimiento en la misma Plaza Mayor en el número 31, a donde había llegado desde la calle de san Julián, frente a la iglesia. Tiene surtido de lo más selecto y elegante a precios económicos y confección esmerada de toda clase de prendas.

La Provincia 13 de
septiembre de 1890
Su promoción, a principios de siglo, consiste en el regalo de un bastón de Filipinas comprando durante dos meses por importe de 70 pesetas.

El Adelanto 16 de enero de 1923
Al fallecer Senén Martín el 19 de setiembre de 1917 el comercio pasa a ser “Hijo de Senén Martín”, Luis Martín Martín, quien traslada el establecimiento a la esquina del Corrillo en agosto de 1927, permutando con la confitería de Pablo Rodríguez, conocida como confitería de “La Baltasara”, que había sido fundada en 1886 en el número 27 de la Plaza.
Pablo Rodríguez reabre su establecimiento en el nuevo domicilio el día de Santiago de 1927, falleciendo el 4 de marzo de 1928. La tienda sigue  especializada en hojaldres, hornazos, buñuelos de viento y panecillos de san Antón, ya de la Viuda, la célebre “Baltasara”, aunque dirigen el negocio su hijo Pablo y sus hermanas.

El Adelanto 4 de junio de 1927
Sigue la pastelería, ahora ya, de Pablo Rodríguez Fonseca y al fallecer el 25 de julio de 1952 la dirige otro Pablo, ya nieto, junto con sus hermanos Julita y Jesús.

La confitería de Pablo Rodríguez en la primera década del siglo XXI da paso a la tienda de relojería “Sun Time”, filial de joyería Paulino para venta de objetos de línea juvenil. Tras ser Oficina de información de la promotora Gran Monterrey hoy es y desde 2015 el restaurante de la Tahona de la Abuela.





Número 14
La tienda aquí existente, fundada en 1820 por sus abuelos es, a finales de siglo, la mercería de doña Elvira “La Cordonera”, mujer conocida en Salamanca por su extraordinaria simpatía, quien apostada en el umbral del establecimiento, cantaba las excelencias de los géneros que vendía a cuantos merodeaban por los alrededores que los podían contemplar a sus anchas, pues el abigarrado escaparate les salía al encuentro, ya que los artículos se exhibían colgados del techo de los soportales para ser recogidos amorosamente a la hora de cierre del comercio.

Quintín Alonso. La Opinión
28 de septiembre de 1897
El comercio de Elvira, “la Cordonera”, era de Quintín Alonso y Hermana en 1896 y pasa a ser en 1901 la mercería y comercio de sedas de Quintín Alonso Gómez, (de los primeros aficionados al naciente velocípedo, con el que tuvo un aparatoso accidente frente a su establecimiento el 14 de julio de 1905), con novedades en objetos de bordar. Si sería famosa y conocida la simpática mercera que todavía muchos años después, su nombre era utilizado como reclamo publicitario pues, Quintín Alonso con comercio de sedas, se anunciaba como: “Sucesor de Elvira, la cordonera”. Y además presume de ser “Casa fundada en 1820” cuando se hace cargo del negocio.

Plácido Alonso. El Adelanto
21 de diciembre de 1921
El 13 de febrero de 1909 lo traspasa a su primer dependiente Plácido Hernández, que abre una corsetería con modelos a medida, dirigida por una acreditada corsetera, ofreciendo el “Cutipiel” con emballenado de acero en 1911 o el “Princesa” en 1915. Sufre la tienda un aparatoso incendio el 3 de enero de 1910 que llega a la tienda colindante, la confitería de la Viuda de Mariano Rodríguez y afecta por inhalación de humo a los hijos de Quintín Alonso, que dormían en los altos de lo que había sido su establecimiento. También corrió peligro la tienda de Senén Martín. Modificó la fachada y escaparates en 1913 con predominio de la madera.

Más adelante se especializa en ventas a plazos de todo género de artículos: máquinas parlantes, discos, bicicletas, aparatos fotográficos o relojes de oro. Plácido Hernández, que había sido dependiente de Siro Gay, se especializa en corsés al abrir su propio negocio y luego abre una sucursal en la Lonja de la Cárcel, 2, junto a la farmacia de Hoyos, a donde traslada sus artículos a partir de 1917, denominando a la corsetería como la “Casa de las Fajas”.

Bicicletas Dürkopp representadas
en Salamanca por Quintín Alonso.
El Salmantino 9 de agosto de 1911
Se anunciaba Plácido, muy modesto, como el que vendía los mejores corsés del mundo y destacaba su especialidad, el modelo “Princesa” a 8 pesetas en 1915. Al trasladarse de nuevo al número 45 de la Plaza, abriendo otra tienda, sigue con la de la Lonja algún tiempo y se anuncia como casa especializada en lanas y kimonos de las marcas Carmen, Mecha y Victoria.

El local número 14, desde el 1 de febrero de 1918 pasa a ser la librería “Cuesta e Hijo” de Indalecio y Rafael Cuesta González, que trasladan su establecimiento desde la calle de la Rúa número, 5, antes nº 9, donde figuraba desde antes de 1880 como Antonio Martín Olivera de la Cuesta y posteriormente, al fallecer éste en mayo de 1885, como de la Viuda de Cuesta. Venden una nueva colección de postales sobre Salamanca en brillo y colores de gran aceptación entre los coleccionistas.

Librería Cuesta en la Plaza Mayor.
El Eco Escolar, 31 de marzo de 1918
Calendario del Corazón de Jesús.
Publicidad de librería de Cuesta
en la Plaza Mayor 14
El dueño, que fallece el 18 de noviembre de 1944, será suegro del músico salmantino Gerardo Gombau Guerra. La librería Cuesta vendía también plantas y flores, no sabemos si procedentes de los viveros de su vecino de la tienda de “Le Bon Marché”, Hipólito Montero.

Recuerdo como empleados de la librería “Cuesta” a Jesús Melcón Duque, que luego se estableció por su cuenta en el paseo de san Antonio, frente a los Jesuitas, con la librería “San José” y a Francisco García, luego funcionario del Instituto Nacional de Previsión.

La librería “Cuesta” pone en venta su negocio e instalaciones en agosto de 1965 y permanece cerrada durante mucho tiempo hasta que el 18 de marzo de 1978 inaugura Carlos Moreno Rosado, otra sucursal denominada “Moga Sport”, que en enero de 1995 pasó a ser la Oficina Municipal de Urbanismo, por cesión en el legado del músico Gerardo Gombau y su esposa María de los Ángeles de la Cuesta Madruga, hija del librero, fallecida en mayo de 1984. La redacción de proyecto y la dirección de las obras corrieron a cargo del arquitecto Alberto López Asenjo. Hoy es la Oficina de “Salamanca, Ciudad del Español”.
 

Número 14,d).- Puerta de acceso a viviendas. En el principal se instala en 1852 el fotógrafo alemán de daguerrotipo Othmar Wehrlin, que se ha trasladado desde el número 33 de la Plaza.

Después el local es ocupado por el médico dentista Matías Ludeña que se traslada en 1900 desde la calle de la Rúa, 33, pral., al número 7 y desde aquí da el salto de nuevo a la Plaza en 1908, pues hacia 1890 había ocupado el principal del número 44, con entrada por Concejo, 2. Hacia 1922 se muda al número 10, d).

En 1909 y en el piso 3º se encuentra la fábrica de gorras de Antonio Aparicio Castellanos, que el 22 de abril de 1911 se traslada a Toro, 32/34, frente al Banco de España y fallece el 20 de noviembre de 1923.

Se instala el 6 de febrero de 1918 la sombrerería de señora y niñas “Casa Asiaín” con un antiguo negocio de sombreros de moda y pieles últimas novedades que tenía Joaquín Asiaín Rioja en la calle de Zamora, 34, pral. desde antes de 1912. El 10 de junio de 1918 muere de tifus exantemático, que también han contraído su esposa e hijos. En 1919 presentan el denominado Salón de Novedades para señoras y señoritas, de Mlle. Berthe Bardon-G. Gloriod y “La Maison Française” posteriormente. En 1921 es ya el “Salón de modas” con especialidad en sombreros de señora.

En el principal izquierda se encuentra el abogado y procurador Eduardo Jarrín Hostal a principios de los años veinte, falleciendo el 13 de agosto de 1925.

Es el callista Arroyo quien se instala luego, hasta que el 1 de marzo de 1967 se inaugura el restaurante y mesón “Cervantes” dirigido por los hermanos Heras de la Calle, propietarios del edificio y en mayo de 1980 ceden la explotación del negocio a la familia García Sánchez. La parte superior de las viviendas sufre un aparatoso incendio el 6 de marzo de 1981.

Sigue el restaurante “Cervantes”, que tras inaugurarlo César Domínguez, a mediados del pasado siglo XX, ha tenido varios dueños hasta llegar a “Tito García” en 1980, quien se inició en él como camarero y lleva la cafetería “Cum Laude” de la calle del Prior, 5; el bar Unamuno en la calle de Zamora; es socio de la cafetería Real y maneja las tiendas de Benetton.




Número 15

A mediados del siglo XIX llega la farmacia de Crespo, en cuya rebotica se reúnen los representantes del integrismo católico salmantino, capitaneados por don Enrique Gil Robles, que tuvo algunos rifirrafes con el obispo integrista padre Cámara, a quien tildaba de blando en su aplicación de la doctrina de la Iglesia. En 1895 se establece la sastrería de Emilio “Allú” que se traslada desde la calle Meléndez, 8, donde se encontraba ya antes de 1886 y en 1897 es ya la confitería de “Mariano Rodríguez”, abierta el 17 de marzo, quien advierte que no se quebranta la abstinencia tomando sus bollos suizos y ensaimadas pues están elaborados con manteca de vaca y no de cerdo.

Ha cerrado su establecimiento de la plaza del Corrillo, 20, donde se anunciaba con kilométricos versos y al año siguiente comercializa la típica ensaimada, elaborada al estilo de Mallorca, contratando un oficial repostero de la isla. 

Fallece en 1902, a los 58 años y continúa el negocio su viuda Fidela Iglesias Encinas que muere el 27 de enero de 1928 habiendo dado el traspaso el 17 de marzo de 1918, a “La Dalia”, confitería y pastelería de Matías Torrijos, que había inaugurado su tienda el 23 de marzo de 1912 en la calle del Navío.

    

La Dalia la confitería de Matías Torrijo.
El Castellano 5 de noviembre de 1914


En “La Dalia” se celebran reuniones de eclesiásticos, entre los que se encuentran varios canónigos. Ejerció como maestro del obrador Antonio Bolaño.

Matías Torrijos, vestía siempre de impecable blusón blanco para despachar en la tienda y para pasear por la Plaza con su perro Lulú, hasta que el 5 de setiembre de 1949 se inaugura la tienda de camisería “Oscar”, de la misma propiedad que “Segurado”, poniéndose al frente un hijo de Gabriel Segurado, convirtiéndola  en tienda de artículos para regalo, que cierra en 2011.

En 2017 el local, algún tiempo cerrado, se convierte en parte del Mesón Cervantes.

    

La Dalia la confitería de Matías Torrijo.
El Castellano 5 de noviembre de 1914










ACERA DEL PABELLÓN GENERAL, DE LENCEROS O DE SAN MARTÍN






Arco de la escalerilla del Ochavo

Antigua escalerilla del Ochavo a principios del siglo XX. Tarjeta Postal de la imprenta Kadmos


En 1805 don Anselmo Prieto solicitó modificar a su costa la escalerilla del Ochavo para realizar una covachuela bajo la meseta y se aprobó en 1807 con la condición de que enrasara la meseta con el enlosado de la Plaza.

A la salida de la Plaza por la derecha de la escalerilla del Ochavo existía ya en 1891 un quiosco de madera para la venta de periódicos, regentado por Guillermo González Esteban, hasta su muerte en 16 de setiembre de 1923. El quiosco fue quemado en una de las muchas revueltas políticas de 1930.

Escalerilla del Ochavo. Archivo Gombau


A principios del siglo XX la covachuela alojaba un comercio de mantas y ropas de abrigo donde más tarde la “señá” Josefa expendía churros y buñuelos.

La churrería fue sustituida por un despacho de pan donde se vendían especialmente sus dos variedades: francés y de viena, hasta que en 1925, la doble escalinata se transforma en curva en lugar de ochavada según proyecto redactado por el arquitecto Ricardo Pérez y la obra la realiza Francisco Mateos, siendo recibida el 20 de octubre de 1930. Desaparece el sótano que albergaba el despacho de pan, que era propiedad del hacendado, militar y político Diego Martín Veloz. Gracias a sus gestiones se consigue la pavimentación de la Plaza en sus acerones y soportales con cargo al Estado, por importe de 100.000 pesetas.

En 1931 instala un quiosco metálico, junto a la pared de la joyería Paulino, Ángel Sánchez Miguel, que fallece el 8 de abril de 1995 y desde muy joven lo ha venido regentando su hijo, Ángel Sánchez Sánchez, quien nacido en 1942, desde muy pequeño ayudó a su padre, que ya vendía periódicos en distintas ubicaciones.

En 1975 el Ayuntamiento pretendió prohibir que los periódicos y revistas se expusieran sujetos con pinzas a unas cuerdas contra la pared, exigiendo la colocación de vitrinas a los cuatro puestos existentes, pero la idea no fructificó.

Ángel Sánchez Sánchez en su kiosco
de la escalerilla del Ochavo

Al jubilarse Ángel Sánchez Sánchez siguió el quiosco de periódicos vacío hasta 2009 en que hizo donación de él al Museo del Comercio, donde se encuentra. Hombre metódico para la apertura y cierre, lo era también para la comida que indefectiblemente se le servía a las 4 ½ desde el vecino Mesón Cervantes. Dadas las reducidas dimensiones del quiosco para alojar tanta prensa y revistas, durante toda la vida los ejemplares se guardaban por la noche en la calle del Prior 2, en el portal junto al estanco, y como no abría hasta las doce de la mañana, al volver diariamente con el carretillo desde el almacén nocturno se le había acumulado un buen rimero de la prensa, depositada junto al quiosco por los repartidores a primeras horas de la mañana.

En el principal y con entrada por la Lonja de la Cárcel tiene su consulta el médico don José Gómez Díaz en los primeros años veinte.




Números 16 al 18.- Con motivo de la venta de Bienes de Propios que el Ayuntamiento efectuó entre 1799/1800, los inmuebles correspondientes a los números que se reseñan desde el 16 al 18 fueron adquiridos por Anselmo Prieto Hermosillo y el número 19 por Matías Rodríguez Villa. Anteriormente había pertenecido estas casas, numeradas del 11 al 20 en 1730 al mercader Claudio Niset, la número 11; al comerciante José Carrera, la 12; a las hijas de Diego del Campo, la 13; al mercader Bernardo Fernández las 14 a 17; a Manuel Ignacio, la 18; a José Villarnate, la 19. La 20 pertenecía  la capilla de música de san Martín, habitada por Cayetano Román. Desembocaban en el Corrillo de la Yerba en otra casa propiedad de Pedro Rodríguez Lorenzana.




Número 16


Ya en 1861 es el establecimiento de géneros, ropas hechas y sobre medidas de Bernabé Matienzo, denominado “Non Plus Ultra” y más tarde el comercio de Ricardo Contreras e Hijo. En 1892 se traslada (dice que provisionalmente) a Sánchez Barbero 3 y 5, antiguo establecimiento de calzado de “Bernardo Cachorro y Compañía”, que despachaba mantas, alpargatas, cordelería, objetos de labores agrícolas, fajas, colchas y mimbres. Este local, tras las reformas,  es ocupado ya con nuevo propietario, por la tienda de tejidos de Eduardo Blanco en octubre de 1892, que se traslada desde la esquina del Ayuntamiento a la calle de Zamora y fallece el 18 de octubre de 1923.


El número 16 es propiedad de Antonio Alfonso López.

El Cornetín 09 de abril de 1899
Pasa a ser el comercio de tejidos de la Viuda de Jerónimo Norverto, alias “El Viloma”, que lo inaugura el 2 de enero de 1899, viniendo de su establecimiento de tejidos, tapicería, decoración y alfombras, en la Plaza de la Verdura, nº 20 a donde había llegado en noviembre del año anterior. Lo cede a Prudencio Santos Benito, ya propietario de los tres locales siguientes, hacia el arco de san Pablo y que en su publicidad los viene anunciando como 16, 17 y 18. “El Viloma” se caracterizaba por sus anuncios ripiosos como, por ejemplo, promocionando los guantes Gely: “Para guantes elegantes, es un axioma bien cierto, no se encuentran otros guantes, que los que vende “Norverto”. Marcha de  la Plaza a establecerse en la calle de Concejo, números 4 y 6, en setiembre de 1900, a la tienda que había sido del Sr. Charro y al frente del despacho de perfumería, guantes, corsés y géneros de hilo y punto está ya el joven Jerónimo Norverto, llamado igual que su padre. Denomina al establecimiento como “El Siglo XX”. Mientras, en mayo de 1900, establece una sucursal en Ciudad Rodrigo como mercería y novedades.


El Porvenir 6 de junio de 1904
En abril de 1901 es ocupado por el establecimiento de camisas, confecciones, géneros de punto, pelerinas, faldones, abrigos y sobre todo ropa interior de señora  y niño, con especialidad de equipos para novias de Casto Mulas y Mulas. En el mes de julio de 1903 se anuncia la tienda como “El Paraíso”, dándole tan sugerente denominación, aunque no nos conste que la primera mujer de la humanidad vistiera de novia en el momento de unirse con Adán. Vendía también la caja registradora “La Central”, un encendedor eléctrico para el fumador y el recién inventado Gramm-o-phon, fonógrafo perfeccionado sin cilindros a 170 pesetas.

Desde el principio “El Paraíso” tiene sus talleres en San Boal, 1.

Parece que el nombre que le pusieron en la pila bautismal al comerciante fuera una premonición del negocio al que se iba a dedicar cuando fuera mayor, pues, en la época a que nos referimos, la castidad y la pureza en la novia eran virtudes que se valoraban sobremanera y el honor un atributo calderoniano por el que no hubiera pasado el tiempo.

Sin que se conozca quién fuera su propietario, pero con rotulación del establecimiento con título no tan pomposo como el de “El Paraíso”, existía ya antes de 1886 un comercio dedicado en exclusiva a los equipos para novias, que estuvo situado en la Lonja de la Cárcel, número 13, a donde había llegado desde el número 2 y que tenía una sucursal en la calle de la Rúa, 11, junto a la “Ciudad Condal”, comercio dedicado a la venta de guantes, adminículo indispensable en el equipo de una novia que se precie.

El Adelanto 23 de octubre de 1907

El Adelanto 19 de noviembre. Caja La Central

Casto Mulas, tras el incendio sufrido el 11 de enero de 1915 por su tienda “El Paraíso”, que acabó con el local y sus valiosas existencias, se traslada a Zamora 24, pral., frente a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, donde se sigue anunciando como “El Paraíso” vendiendo rebajados los artículos y montando una fábrica de ropa blanca y al mismo tiempo casa de confecciones. Fallece el 17 de febrero de 1919 y siguen sus hijos contando con 26 máquinas en el taller. El local era propiedad del terrateniente y político Diego Martín Veloz.

El Adelanto  8 de setiembre de 1916
Desde el 8 de setiembre de 1916 el local es ocupado por los ultramarinos finos y coloniales del país y del extranjero de Enrique Prieto Garnacho, nacido el 14 de febrero de 1880, que había recibido la tienda situada en la calle de Concejo número 3, donde continúa despachando todavía en 1922, de su abuelo Matías Prieto Lobato, fallecido en Corrales el 19 de febrero de 1919.

Amplía el negocio en 1910 con un despacho en Chambery, inaugurando dos años después unas instalaciones donde fábrica el acreditado “Chocolate Enrique Prieto”. También instala en el mismo sitio una fábrica de cerveza alemana y gaseosas. Estaba casado desde 1900 con Marina Alonso Moreno, hija del también comerciante de la Plaza Tomás Alonso del Moral y otra de sus hijas era la esposa de Miguel Iscar Peyra, también comerciante en la Plaza Mayor. Tenía unos grandes almacenes de coloniales en la carretera de la Estación, inaugurados en 1921 y fue representante para Salamanca de la marca de automóviles Rochet Schneider, actual Citroen.

En 1950 se trasladan sus herederos a Toro, 19, frente al Liceo, pues había fallecido el 22 de abril de 1944, sobreviviéndole 9 hijos, que cierran el establecimiento.

Interior de la Joyeria Paulino

En setiembre de 1950 el local es ocupado por Paulino García Hernández para ampliación de su establecimiento de joyería. Despacha además las más afamadas marcas de relojería y artículos para regalo entre los que destacan los objetos de plata repujada y la cerámica más exquisita, abriendo en los sótanos una exposición permanente de las porcelanas alemanas de “Roshental”. En 1962 pone en marcha  el departamento técnico y taller de relojería con cinco oficiales y al frente de ellos se sitúa Eliseo Olalla, técnico preparado en la casa Omega. El 14 de setiembre de 1959 se declaró en los sótanos del establecimiento un aparatoso incendio que, afortunadamente, no causó más que daños materiales.

Interior del Bar Lígrimo 2
017-06-02 guiademicroempresas



Desde 2017 se convierte en Bar Lígrimo, extendiéndose incluso a la covachuela de la escalerilla.
A pesar de su situación en la Plaza Mayor, el Ayuntamiento no concedió la licencia para la colocación de terraza al Lígrimo ya que hosteleros y Ayuntamiento habían llegado al acuerdo en 2015 de fijar la licencia de las terrazas por espacio de cinco años, firmándose la nueva ordenanza municipal el 21 de enero de 2015 y quedando imposibilitada la concesión de nuevas licencias hasta el año 2020. Los propietarios del bar presentaron una demanda en el juzgado contencioso-administrativo número 2 por creer que tal normativa atentaba contra el principio de libertad de competencia y de racionalidad y que la situación perjudicaba su actividad económica llegando con su apelación, al ser inicialmente desestimada su demanda, hasta el TSJCyL cuya resolución llegó el pasado 10 de julio de 2019 dándoles la razón y declarando la nulidad de la ordenanza municipal. Sin embargo la resolución llegó tarde cuando bar y covachuela estaban cerrados desde mayo.

De nuevo en diciembre de 2019, el local volvió a la actividad con otro bar con el nombre de Harro.




Número 17



Desde muy antiguo fue el comercio de Gaspar López Vicent y en 1870 es ocupado por la tienda de novedades de Santos Velasco y Sobrino, que despachaba corbatas, cuellos, puños, pecheras, tirantes y otros accesorios y además miriñaques, hamburgos y madapolanes y que una vez reformado en julio de 1899, pasa a ser el comercio de Prudencio Santos Benito, dueño de los dos locales siguientes, hasta su fallecimiento el 16 de julio de 1915. Pasa a ser el “Bazar Santos” y al frente del negocio se colocan los hijos de Prudencio y María del Carmen Baz Iglesias, Miguel y Eusebio Santos Baz. (Su otro hijo, Martín había muerto en accidente el 28 de agosto de 1901, dando lugar la desgracia ocurrida a que Prudencio Santos Benito vendiera en el mes de setiembre la fábrica de harinas Nuestra Señora de Gracia y la finca correspondiente de Pedrosillo el Ralo para evitar los ingratos recuerdos del fallecimiento.


Factura de D. Prudencio Santos Benito para D. Luis González de la Huebra 1900

Siguen las desgracias en la familia pues el 17 de junio de 1902 muere María de los Dolores Santos Baz y el 20 de junio su hermana Vicenta). Venden máquinas fotográficas Kodak con objetivos anastigmáticos y máquinas de escribir de todas las marcas, así como el gramófono “La voz de su amo”. Tienen también un despacho de helados hasta 1928.

Bazar Santos. El Adelanto 21 de agosto de 1915


Miguel Santos Baz, fue Alcalde interino de Salamanca entre 1921 y 1922 y padre del actor cómico Fernando Santos y del comediógrafo de revistas Manuel Santos Estévez, que utilizó el seudónimo de “Baz”. Fue el primer comerciante de la Plaza que tuvo coches a su nombre pues gozó de las matrículas SA-10 y SA-17, mientras que la del segundo, Enrique Prieto fue la SA-70, todas anteriores a 1915.


El Trust de las Medias. El Adelanto 5 de abril de 1928

En 1928, se establece “El Trust de las medias” de Ángel García Domínguez, que venía desde el número 1 de la Plaza y continúa con el local abierto hasta que inaugura el 8 de setiembre de 1929 la joyería Santiago. En 1934 tiene una sucursal en Madrid “La Flor de las medias”, en Fuencarral, 62. Fallece Ángel García en julio de 1958 y sus cuatro hijas y herederas trasladan “El Trust de las medias”, donde despachaba su empleada Jandri, a la calle de Toro en 1965, incorporando el local para sus secciones de óptica y fotografía la joyería Paulino.




Número 18


El local, también propiedad de Prudencio Santos Benito, hacia 1880 es ocupado por una tienda de herramientas e hierros, de unas señoras muy ancianas a las que se conocía por “Las Migueletas”, donde se celebraban animadas tertulias de señoras. Era una de las más célebres y reunía diariamente a un grupo de señoras, pertenecientes a la buena sociedad salmantina, en el “tercerillo” del popular comercio, cuyas dueñas tenían por norma no abrir los cuarterones de su establecimiento a nadie que no hubiera sido previamente identificado a través de un ventanillo.


Los “tercerillos” no eran otra cosa que una planta más, de reducida altura, colocada entre la planta baja y el principal. Eran muchísimos pues se habían colocado tantos como arcos y se les había dotado de unos balconcillos de idénticas dimensiones que abrían sobre los soportales con un pequeño antepecho y a través de ellos, sus moradores agrupados alrededor de la mesa camilla, oteaban perfectamente el deambular de los salmantinos en su incesante ir y venir. Las tertulias pueden suponerse constantes, además de variadas y el alborozo y diversión de familiares y amigos que, en grupo podían fisgar sin ser vistos, debió ser un cuadro costumbrista inenarrable. 

Con objeto de dar mayor altura a los establecimientos comerciales instalados en la planta baja, poco a poco los “tercerillos” fueron desapareciendo hasta el punto de que a mediados del pasado siglo solo quedaba uno, situado en la acera de san Martín y correspondiente a lo que hoy es el estanco de “La Boutique del fumador”.

Al cesar el comercio de “Las Migueletas”, albergó este local la administración principal de loterías del conocido como Emiliano Mañosa (aunque realmente se llamaba Emiliano Rodríguez de Dios y en 1902 se casó con Luisa Mañosa Marsans, hija del comerciante Jaime Mañosa del número 7 de la Plaza) y al trasladarse este negocio al número 24, fue ocupado por el comercio de Prudencio Santos Benito, quien en diciembre de 1898, encarga de la sección de vajillas, cristalerías, juguetería y regalos para bodas a Luis Valls Valencia, que había tenido el negocio de “El Monsagreño” en el número 47 de la Plaza y que fallece  el 11 de agosto de 1944.

Sigue con los artículos del Bazar Eusebio Santos Baz y en setiembre de 1916, el “Chic Parisien” de Zamora 13 se traslada a la sombrerería del Bazar.

Eusebio Santos. El Adelanto 9 de marzo de 1917

El local de la tienda de relojería de Miguel Santos es adquirido por “El Trust de las medias” para ampliación de su negocio del número 17 y comienza a denominarse todo el conjunto solamente “El Trust”.

El local que ocupaba parte de la tienda de “El Trust de las medias” es adquirido por Paulino García Hernández en abril de 1967 para ampliación de su negocio de fotografía y óptica de precisión y a pesar de publicarse los detalles de la inauguración, ésta ha de retrasarse por no suministrar a tiempo las lunas de los escaparates la casa comercial, que públicamente pide disculpas.




Número 19


El local que hacía esquina fue bazar de paquetería y mercería de Prudencio Santos Benito y luego lo ocupó el comercio de Eusebio Santos Baz, hijo de Prudencio, con venta de joyas e incluso las máquinas de escribir Woodstock. Se produce la rareza de que en 1898 se pone en alquiler. En 1912 la lápida en que se da cuenta de que el poeta Iglesias de la Casa vivió y murió en esta vivienda de la Plaza Mayor y que se había colocado en el interior de la Plaza fue trasladada a la parte trasera, con lo que a partir de entonces presidió la plazuela a él dedicada. Muere Eusebio el 24 de noviembre de 1940.


Comercio de Prudencio Santos. Mundo Gráfico 25 septiembre de 1912


A la izquierda, anuncio de Miguel Santos en
El Adelanto del 22 de junio de 1917.
Centro y derecha algunos reclamos
publicitarios del comercio.



En 1920 inaugura Miguel Santos Baz una relojería y óptica médica a cargo del exoficial de la casa Winzer Pablo Curtiade y al año siguiente con joyería fina. En 1927 adquiere el local joyería Paulino, que venía de la calle de Quintana, 3, donde  vende receptores de radio, platería y óptica. Tiene Paulino como maestro relojero a través de los años a Ramón Cabezas, hasta su fallecimiento en 22 de marzo de 1933 y posteriormente a Manuel Lamy, easonense casado con Isabel, una de sus hijas.

Sigue siendo la primera tienda que como joyería en la Plaza montó Paulino, aunque ahora ya dedicada a óptica y material fotográfico y cinematografía. El patriarca Paulino García Hernández fallece el 25 de enero de 1957 haciéndose cargo de la empresa los herederos, su esposa Leonor Trinchet Nicolás y sus 10 hijos.


Fotografía de Luis Cortés. Colección P. Gabaudan FCyL

Varias imágenes de escaparates y entrada
del comercio de D. Paulino García
junto al arco de Poeta Iglesias



La joyería Paulino, con las tres sucesivas ampliaciones que ha ido efectuando en 1950, 1965 y 1967 consigue ocupar toda una manzana, con los cuatro locales existentes entre el arco de san Pablo y el arco de las escalerillas del Ochavo.

Desde su inicio como joyero en la calle de Quintana, 3 y luego en la Plaza Mayor, 19, siempre tuvo un excelente taller de reparaciones y al ampliar el negocio como “Paulino S. L.”, al número 16, lo convirtió en departamento técnico y taller de relojería, ubicado en la planta tercera  y dirigido, en los primeros tiempos, por don Eliseo Olalla. Dotó al departamento con personal técnico especializado y al propio tiempo con la maquinaria más moderna de la época para las reparaciones de los más afamados relojes de la época, que eran los de las marcas: Bulova, Certina, Citizen-Seiko, Cyma, Eterna, Hever, Lassale, Longines, Movado, Omega, Patek-Philippe, Pulsar, Rado, Rolex, S. T. Dupont, Sarcar, Universal o Zenith, que tenían a “Paulino S. L.” como concesionario.

También presentó siempre las últimas novedades en las secciones de joyería, platería, adornos de casa, artículos para regalo, microscopios, aparatos y material fotográfico y de cinematografía y óptica de precisión, que lucía con toda pulcritud en los amplios escaparates y expositores. Tenía la representación de las mejores marcas de porcelana de Dinamarca, Inglaterra, Suecia o Italia.

Durante el verano de 2006 “Paulino” vende toda la manzana de viviendas a una inmobiliaria, reservándose el número 16, completo y parte del 17 para continuar con la joyería, regida por el menor de los 10 hijos de Paulino, Jorge García. Los otros locales se encuentran cerrados y sin utilización alguna en la actualidad.

Paulino García no conforme con su presencia en Salamanca y una vez concluida la contienda civil, extiende su red comercial a Madrid donde monta dos establecimientos de joyería y cristalería fina, uno en la hoy centenaria Gran Vía y otro en la aristocrática calle comercial de Velázquez, dentro de la conocida “Milla de oro”.

En octubre de 2013 abre la cafetería La Tentazion siendo su dueño Alberto Rodríguez Billar.






Arco de san Pablo




En 1891 existe el quiosco de Remigio Araujo en el Arco del Toril y una de las vendedoras de periódicos a primeros de siglo es la conocida como “La Gurrumenta”. En 1924 en el primer machón, bajo los soportales puso un taquillón de madera para distribución y venta de prensa, un personaje de pequeña estatura, llamado “El Mellizo”, quien por las tardes guardaba el taquillón en el primer portal hacia la calle de san Pablo. De aquí salía escopetado con un rimero de periódicos bajo el brazo y en un cabestrillo de cuero sobre el hombro, para su reparto domiciliario, un pequeño personaje entrañable a quien por su velocidad de desplazamiento denominábamos “Relámpago”.






Números 20 al 27.- Los comercios desde el 20 hasta el 27, fueron alquilados por los distintos gremios de mercaderes, sederos, pañeros, joyeros, merceros y drogueros.


Número 20

Ya en 1820 tenía su establecimiento de ultramarinos Francisco de la Peña Olazábal, casa especializada en chocolates, café y té de la Compañía Colonial de Madrid. En 1870, su hijo Pablo da un giro al negocio y se dedica a la venta de sedas, estambres, hilos, algodón, agujas, alfileres, horquillas, mostacilla, canutillo, cintería, galones, botonería, cordones, terciopelos, lentejuelas, huevecillo, puntillas, blondas y otros géneros. Desaparecido Pablo de la Peña estuvo unos años cerrado el local hasta que en 1890 ya era la tienda de paños y mercería de Mariano López Sánchez, casado con Alfonsa de la Peña Martínez, mientras en el local de al lado se encontraba la pañería de Abdón García López.

Francisco de la Peña Olazabal en Adelante 8 de octubre de 1865




Número 21

En 1885 era la tienda de paños y novedades de Cayetano Cárdenas, heredada de Francisco Cárdenas. Lo adquiere Abdón García López y al  morir Mariano López el 2 de agosto de 1898, a los 48 años, se pone al frente de ambas tiendas su socio Abdón García López en los números 20 y 21.




Números 20 y 21


Ambos establecimientos giran bajo la razón social “López y García” hasta que en setiembre de 1899 se disuelve la sociedad mercantil  y queda únicamente Abdón García López, con mercería, pasamanería y artículos de bordar, pasando en 1906 a ser de la “Viuda de Mariano López”.


En 1912 modifica el arquitecto Joaquín de Vargas la fachada y escaparates, mientras el despacho de géneros se traslada a Poeta Iglesias, 8.


Viuda de Mariano López.
La Unión Ibérica 10 de junio de 1900


Abdón García El Adelanto 8 de septiembre de 1913


Hijos de Mariano López
El Adelanto 21 de septiembre de 1917

Paños Vda. de Abdón García López.  Plaza Mayor, 20 y 21. 
Paños ingleses, catalanes, de Béjar y de Alcoy. 
Cuenta corriente con el banco de España. 
Publicidad aparecida en Blanco y Negro 11-06-1933


Publicidad de Vda de Abdón García. Plaza Mayor 20 y 21


Arco de Poeta Iglesias o del Toril. Comercio de Hijo
de Abdón García, Plaza Mayor 20. Fotografía de
Guzmán Gombau publicada en la revista D'Gratis

MOGA. El Adelanto 10 de septiembre de 1942



En 1915 la tienda pasa a ser la razón social “Hijos de Mariano López”, paquetería, mercería, novedades, corsés forma francesa, bisutería y perfumería. Al morir el 14 de enero de 1918 Abdón García López le sucede su hijo político Ricardo Lobato Escolar, aunque la tienda lleve la denominación de “Viuda de Abdón García López”. Ricardo Lobato (no su hermano y cuñado Emiliano, como en algunos sitios se dice) junto con otro comerciante de la Plaza, Jesús Rodríguez López y el resto de miembros que formaban la Junta Directiva de la Patronal de Comerciantes, fueron los promotores de la creación, el 8 de marzo de 1926, de la Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía. En su primera Junta de Gobierno figuraba otro comerciante de la Plaza, José María Viñuela Corporales, como segundo hermano mayor. De nuevo Ricardo Lobato, en 1945 promueve otra Hermandad filial de la del Cristo de la Agonía, que se concreta en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón, que visitará la Prisión Provincial liberando a varios presos el Domingo de Ramos por la tarde.

Joaquín Moreno Rebollo, tras una larga experiencia de 30 años como empleado del patriarca Siro Gay, (donde había tenido como compañeros a Ángel Martín, Plácido Hernández, Gumersindo Jiménez Livianos o Victoriano Martín Paredes que también se establecieron por su cuenta) abre su negocio el 14 de setiembre de 1940 en este número, luciendo la nueva tienda una portada de estilo hasta entonces no visto en Salamanca, pues se trataba de un conjunto acristalado totalmente, cuya uniformidad solo se rompía en la parte superior de la portada como consecuencia de las enormes letras en metal oro mate del rótulo identificador de la firma “MOGA”, acrónimo de Joaquín MOreno y Celso GArcía, obra del arquitecto salmantino Francisco Gil.

El establecimiento que comenzó con camisería fina y novedades para señora y caballero, va evolucionando y termina especializándose en abrigos de piel y artículos de viaje selectos, prestando especial atención a los bolsos de vestir y a los complementos para señora. Se dio la circunstancia que, si no me equivoco, fue el primer comercio que contó detrás del mostrador de despacho al público con una mujer asalariada, la guapísima Julita, pues las mujeres que en aquella época atendían, en el mercado o en las tiendas, eran propietarias o familiares. Tal vez se adelantara alguna cajera en la tienda de Jesús Rodríguez López, pero éstas no despachaba género.

En el número 20 sigue la pañería y sastrería de Hijo de Abdón García y a mediados de los años cincuenta, la casa de modas “Moga” amplía la tienda de artículos para viaje y regalo, teniendo tanto éxito entre los salmantinos que a primeros de los años cincuenta abre otro establecimiento de similares características en la calle de Toro, 22, que reinaugura en 1967.

El 28 de abril de 1977 fallece Joaquín Moreno y continúa el negocio de “Moga” su hijo Carlos Moreno Rosado.

En la primera década del siglo XXI desaparece la tienda de “Moga”, encontrándose sin uso los locales, mientras abre una nueva sucursal en la calle de Toro, número 100. En 2019 siguen sin alquilarse los dos locales.

Número 21, d).- Puerta de acceso a viviendas. En el principal se establece en 1903  Mademoiselle Arámbarri, en 1916 vive el corredor de comercio Gerardo González Moreno y en 1923 el procurador Joaquín Corona Hernández, que fallece el 21 de enero de 1932.




Número 22


Antes de 1822 ya había un puesto de venta sumamente raro pues despachaba de todo lo habido y por haber, siendo su dueño Miguel Domínguez, que falleció después de 1830. Distribuía también los periódicos nacionales, sobre todo los madrileños y en especial “La Gaceta”, que era el BOE de la época, transportados diariamente en diligencia hasta la vecina Casa de Postas, donde se colocaban los vendedores de prensa pregonando su mercancía.


En 1850 consta el establecimiento de imprenta y encuadernación de Miguel Gurruchaga Iglesias, que tiene la librería en Corrillo 10 y que en febrero de 1866 efectúa liquidación por cierre y se traslada al número 46, instalándose en este local Juan Sastre Mazo, excelente camisería a medida y confección de ropa blanca, ganador de varios premios en exposiciones de España y Francia y “Camisero de su Majestad”.

Camisería de Juan Sastre Mazo.
El Progreso, 17 de septiembre de 1885
Al morir éste le sucedieron dos socios que se nombraban “los franceses”, aunque por los apellidos el primero no lo parezca: Benito Schweizer y Merct y León Henry Dianoux Porto, a quienes se conoció como la sastrería de “Benito Suvicer”, castellanizando el apellido del primero, (También fueron conocidos como “Los sastres ingleses”). Habían obtenido diversos importantes premios: Medalla de bronce en la Exposición Universal de París y Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Niza.
Sastrería Inglesa. Dianoux y Schweizer.
El Fomento, 16 de diciembre de 1889

Los dos sastres que habían llegado a los 3 años de cerrar la tienda de camisería Juan Sastre Mazo en 1886, tras la epidemia de cólera, permanecen juntos poco tiempo pues muere Leon Henry Dianoux el 6 de julio de 1894 y al año siguiente su socio se traslada al número 38, muriendo el 7 de agosto de 1898, a los 38 años. Los dos socios extranjeros habían llegado desde otra tienda que tenían en Sánchez Barbero, 7 instalada al poco tiempo del advenimiento de la monarquía.

Factura de puros de la Expendiduría
de D. Juan Meca para D. Luis
González de la Huebra
Permanece cerrada la tienda de la Plaza hasta octubre de 1895.  Los números 21 y 22 eran propiedad de Vicenta de la Peña. Solamente hacía 8 años que se había privatizado la gestión del monopolio de tabacos, ante la imposibilidad del Estado para modernizar las fábricas y las redes de distribución y hacer frente, al mismo tiempo, a los perjuicios que originaba el excesivo contrabando. Se inauguró el estanco de Juan Meca, que aunque se viene diciendo que venía de una de las covachuelas de la Lonja de la Cárcel la realidad es que Juan Meca, Inspector Municipal pasó a Inspector Jefe de Orden Público en 1885, cesando en el cargo en diciembre de 1897, sustituido por don Francisco Martín Segurado y recibe la credencial de la expendeduría de tabacos nº 1 en agosto de 1898.

Antes de 1864 ya se encontraba establecido en los altos del comercio el licenciado Segundo Hernández Iglesias y en 1901, el abogado Enrique Meca y Vivas, que suponemos pariente de quien regenta el estanco, quien fallece el 14 de marzo de 1935. En 1906, y por motivos de salud de Juan Meca, pasa a ser el estanco de su pariente Moisés Romero García, que había tenido en Tamames la expendeduría de tabacos desde antes de 1898.  A Moisés Romero, que en 1906 cesa como Inspector del Timbre de la provincia le sustituye en el estanco su hijo mayor Manuel Romero a finales de la primera década del siglo XX, anunciándose como vendedor del papel de fumar Abadíe. Fueron cuatro hermanos: Manuel, Saturnino, Áurea y Herminia, que es quien figura en 1920 como empresaria despachando objetos de escritorio en el estanco número 1.

Estanco de Moisés Romero.
El Adelanto, 5 de diciembre de 1912


Estanco de Manuel Romero.
El Adelanto, 3 de noviembre de 1919

En 1965 muere en Oviedo Jesús Sánchez Lombardía, esposo de Herminia Romero García, que ostenta el honor de ser la regidora de la expendeduría de tabacos número 1 de Salamanca, embellecida su fachada en 1956 por obra del decorador Rafael Basulí, haciendo desaparecer el último de los famosos “tercerillos”.


La reforma de 1956 realizada por Rafael Basulí.
Fotografías del blog "El suelo de Salamanca"
 aportadas por la familia Sánchez-Romero

Posee una bodega especialmente preparada, por su temperatura y humedad ambiente, para la más adecuada conservación de los cigarros habanos. Herminia Romero, que se había jubilado hacía tiempo y fallece con 83 años, a finales de 1988, es sustituida por su hijo José Sánchez Romero quien con el tiempo delega en Carlos Sánchez-Romero Vega, en el estanco que lleva el nombre comercial de “La boutique del fumador”.
En el estanco el que se establece es Moisés Romero, quien había sido corresponsal en Tamames, aunque en 1898 se le nombra como Lisardo.




Número 23


Francisco de la Peña Olazábal tuvo en este número su primera tienda de venta de café y te, antes de trasladarse al número 20, donde con los años se cambió el tipo de negocio.


En 1872 da el traspaso del establecimiento a Baldomero Partearroyo que se dedica al negocio de la quincalla. Sobre 1880 se convierte en gran casa en pasamanería, tejidos, mercería y bisutería de Francisco Téllez Rus y Hermano, que venían de Villamiel, un pueblecito cacereño. El primero fue presidente de la Cámara de comercio e industria de Salamanca, bajo cuya gestión se adquirió la Casa de la Tierra para sede social. Admite en sus tiendas como internos a jóvenes, casi niños, como “chicos para todo”, pero que al menos tienen un jergón donde dormir y un plato a la mesa donde saciar su hambre. Con el tiempo, y si son espabilados, aparte del ascenso en el escalafón mercantil, se verán recompensados por el patrono que les ayudará y promocionará cuando decidan independizarse abriendo un nuevo establecimiento. (Fue precursor de lo que años después haría en los almacenes “El Encanto” de La Habana, César Rodríguez González con su primo Pepín Fernández y con su sobrino Ramón Areces, creadores de “Galerías Preciados” y de el engrandecimiento del “El Corte Inglés”, respectivamente).

Francisco Téllez Rus. Fotografía reproducción Ángel, publicada en
el libro La Casa de la Tierra de Salamanca de Julián Álvarez Villar

Publicidad de Francisco Téllez Rus
recién llegado a la Plaza Mayor
El Fomento 2 de julio de 1883
Anuncio de los negocios de Francisco
Téllez Rus en 1901. Archivo Huebra




La Vaquería de Francisco Téllez
en el paseo de Canalejas. Boletín de la
Cámara de Comercio Junio de 1916



Para que se vea que no todos los patronos de la época eran así de paternalistas tenemos el hecho de que pese a que en reuniones formales del gremio se acuerda cerrar los domingos y fiestas de guardar el 2 de mayo de 1886, en junio de 1890 ya solo se habla del cierre a las dos de la tarde y ni esto se cumple pues, iniciadas las conversaciones entre patronos y obreros en 1905, solamente se consigue en noviembre de 1919 que se cumpla tan reducida pretensión laboral.

Francisco Téllez se anunciaba en dos apartados: Uno como “El Sport”, gran casa de venta de vehículos y alquiler de carruajes de todas clases para paseos, viajes, bodas, etc. etc. y en el otro como Francisco Téllez, grandes surtidos en abanicos, paraguas, quitasoles y sombrillas, blondas, agremanes, corsés, cintas y todos los artículos para bordados. Tenía además una vaquería holandesa con sucursales en el Paseo de Canalejas, nº 10, Toro 32 que traslada al 16, plazuela de san Isidro y Puerta de san Pablo. Recibía los encargos en su nuevo domicilio Toro 7 y 9 y admitía los pagos en moneda portuguesa.
Al cesar en el negocio Francisco Téllez, y acabarse las afamadas tertulias, que continuaban al cerrar la tienda en su domicilio, situado en la planta principal, abre una tienda en 1904 como sucursal, Primitivo Muñoz.

En 1895 ya se encuentra establecido en la calle de la Rúa, número 32, Antonio García Álvarez con la “Librería Religiosa”, donde se vende el librillo de papel de fumar de las marcas “Jean París” y “La Suez”, quien se traslada a la Plaza Mayor el 15 de octubre de 1918. Se especializó en la venta de “belenes” recogiendo la tradición del comercio vecino de Vicente Carnero, que antecedió a “El Buen Gusto” y publicó un “Álbum de Salamanca” en el que se incluían 24 fotografías de monumentos salmantinos, confeccionado en los célebres talleres de Hauser y Menet de Madrid, valiosa pieza hoy no asequible.
Librería Religiosa de A. García.
El Salmantino 7 de octubre 1918


Librería Religiosa de A. García.
El Porvenir del empleado 15 de febrero de 1921

Antonio García, cuando ni se había soñado con los hombres del tiempo en televisión, ni se hablaba de isobaras y borrascas, se convirtió en el precursor de los partes meteorológicos pues, para dar a conocer la temperatura ambiente, instala un termómetro gigante de mercurio obsequio de la casa de “Tintas Stephen” en el machón frente a la tienda, coloca al célebre monje de la capucha, predictor del tiempo: seco, húmedo o lluvioso en un escaparate y vende en grandes cantidades el calendario Zaragozano “El Firmamento”, fundado en 1840 por don Mariano Castillo y Ocsiero, que predice el tiempo que va a hacer durante todo el año.

El célebre termómetro desapareció una noche y ante los ruegos del librero, a través de la prensa, para que le fuera devuelto pues para él tenía un componente sentimental, reapareció sano y salvo entregado por unos estudiantes gamberros que se lo habían llevado con objeto de tomarle la temperatura a un compañero que se encontraba “muy enfermo”.

Recuerdo a sus empleados José Luis Sánchez, fallecido no hace mucho tiempo y a Ricardo Mateos que todavía vive, experto en baloncesto cuando este deporte daba sus primeros pasos en la “cancha” (¿) al aire libre de la calle Imperial, donde se iniciaron figuras internacionales como Imedio y Pinedo, a quienes llegué a ver actuar. En él actuaron las figuras locales Chuchi, Sevi, Deme, Palomeque, Javier, Jorge, Rayo, Castillejos, Guevara, Adarraga, Ángel, Querol, Gil o Pacheco bajo el patrocinio de los hermanos pintores Eurico y Germán Herrero.

Antonio García Álvarez fallece el 19 de febrero de 1960, habiéndose hecho cargo de la librería en los últimos tiempos sus hijos Antonio y José García Velasco, quienes cierran el establecimiento. Permaneció cerrado algún tiempo y después se iniciaron las obras con destino al café “Nouveau” o “El Portón”, para finalmente abrir a finales de 2009 el “Restaurante Plaza 23”, Gonzalo Sendín, nieto de Manuel Sendín González, fallecido en 1990, creador de “El Mesón” en 1947, acreditado restaurante frente al Gran Hotel. También incluye “Las Tapas de Gonzalo”.




Número 24


Desde 1860 es la tienda de Vicente Carnero Ledesma que había sido premiado en la Exposición de Filadelfia, y que muere el 8 de setiembre de 1896, habiendo tenido magníficos dependientes que luego se establecieron por su cuenta: Ricardo y Pelegrín González Martín o Celedonio Hernández Cañada. El célebre “Felipe”, Felipe Rodríguez Carmona, excelente escaparatista, también se inició en la tienda de Vicente Carnero.


Al fallecer Vicente Carnero continúa con el negocio uno de sus dos hijos: Manuel, con mercería y figuras para belenes y árboles frutales, mientras su otro hijo, Antonio Carnero “El Mudo”, se dedica a la pintura, pensionado en Roma y Florencia, siendo autor de un cuadro que luce en el Carmen de Abajo.

Vicente Carnero. El Adelanto,
11 de diciembre de 1892

Nacimientos en el comercio del Buen Gusto
El Adelanto 1 de diciembre de 1901


Traspasa en 1901 la tienda a Ignacio Frutos y Manuel, que era muy respetado y querido en Salamanca, acaba suicidándose el 1 de noviembre de 1916.
Publicidad de El Buen Gusto
e Ignacio Frutos. Archivo Huebra
Ignacio Frutos denomina su tienda como “El Buen Gusto” y se anuncia  como comercio de sedas y novedades, pasamanería, mercería y géneros de punto, paraguas, sombrillas, cadenas, botonaduras, navajas, y tijeras, especialidad en ropa blanca de señora y niños, canastillas completas para acristianar, continuando con las figuras belenísticas y al fallecer en 1904 se hace cargo su viuda, Tomasa Fernández Prieto, hasta su fallecimiento el 17 de diciembre de 1915.

Una parte del local se convierte más tarde en despacho de helados y luego en administración de loterías de Luisa Mañosa Marsans, (casada con Emiliano Rodríguez de Dios, Administrador principal de Loterías) que viene desde el número 18 y fallece el 13 de julio de 1941.

La hoy conocida como Lotería Primitiva tiene su antecedente en la que con idéntica denominación fue creada por Carlos III en 1763 a propuesta de su ministro marqués de Esquilache, para no crear un nuevo impuesto y allegar de esta forma recursos a las arcas del Estado y que pervivió hasta 1862.

Ya en 1794 se publicó un compendio de todas las Gábulas del Real Juego de la Lotería en una esfera artificial que comprendía los 90 números, de la cual se entresacaban los 5 que se habían de jugar. A la supresión de la Lotería Primitiva proliferaron las rifas más o menos benéficas, destacando en Salamanca, la de la Caridad, de la Nacional, de los Asilados del Pardo o de la Domiciliaria, que dieron lugar a numerosas quejas por el daño material y moral que hacían.


Celebrado el sorteo de la Lotería Primitiva en Madrid, los números eran dados a conocer al público salmantino de la forma en que consta en un anuncio de 1845, de la acreditada confitería del Arco de Panaderos, 4, donde se pone la tabla de loterías, en el lugar que luego, en 1896, colocó un quiosco de hierro Juan Torres, sustituido después por el conocido como de “la Barazala”.

En 1865 es Administrador principal de Loterías de Salamanca Ramón Bahamonde, número 2.050 y en 1877, Rafael Huebra, con el número 2.057.

Administración de loterías número 1 de Luisa Mañosa
El Adelanto 23 de marzo de 1922
Al cesar la tienda de “El Buen Gusto”, en 1917 monta una sucursal Primitivo Muñoz, con camisería fina y mercería al por menor, modificando la portada y escaparates el arquitecto Joaquín de Vargas. Efectúa el traspaso y en 1925 abre sus puertas la confitería “La Favorita”, de Julián Sánchez Bravo, sobrino del dueño de la confitería “La Madrileña”, Segundo Gómez, compartiendo local con la administración de loterías de Luisa Mañosa. En marzo de 1943 comienza a despachar los helados Frigo, al mismo tiempo que lo hace el café Castilla.

El local de la confitería “La Favorita”, pasa a ser de Nicomedes Rivero Hernández que fallece el 15 de octubre de 1962, y sus herederos, esposa Pilar González Ballesteros, fallecida en 11 de julio de 1982 e hijo Jesús, reabren la tienda agradablemente remozada en marzo de 1964.



Pay-Pay Publicitario de La Favorita de
Nicomedes Rivero (Archivo Huebra)



Hubo en Salamanca cuatro establecimientos con el nombre de “La Favorita”, pero solo uno de ellos tenía que ver con el negocio de los dulces. Fueron éstos: “La Favorita”, camisería parisién de Benés ya existente en 1886 en los soportales del Corrillo, 8; la camisería madrileña “La Favorita” junto al café Suizo en 1890; “La Favorita”, primera casa en equipos para novias en 1900 en la calle de Zamora, número 5 y “La Favorita”, fábrica de chocolates marca “San Juan de Sahagún” de Nicolás Hernández, en la calle de Toro, 60, cuyos productos se vendían en la tienda de ultramarinos de Isidro Corona, en la calle de la Rúa, junto a la librería de El Adelanto y en la calle de san Julián, en la casa de Manuel Candelas, en 1904.
A la confitería “La Favorita” la sustituyó una heladería y posteriormente la Agencia de Viajes Salamanca, trasladada desde el número 12 y a cuyo frente se encuentra como director gerente don Juan José Marco Muñoz.



Número 24 d).- Es puerta de acceso a viviendas. En uno de los pisos tuvo a primeros de siglo una Academia de corte y confección la modista Pilar Tavera Domínguez, fallecida el 3 de setiembre de 1982, que daba clases gratis por la tarde a jóvenes pobres y a las criadas “de servir”, como entonces se decía. También tuvo en este número su taller de corte y confección en 1912 Leonor Moya Muñoz en el 2º piso.




Número 25

La finca propiedad de Francisca Olave y Romero se vende al fallecer su dueña en 1866. La adquiere Ignacio Pozueta para su sombrerería y en 1886 es ya la tienda de su hijo Arturo Pozueta Escudero, comercio de novedades al por menor y sombrerería al mismo tiempo, con un gran surtido en sombreros de todas clases, gorras de todas formas y boinas de las mejores fábricas, a precios asequibles. Finalizando el siglo recibe los encargos para la venta a plazos de pianos (de cinco duros mensuales) de la reputada y conocida casa R. Marystany. En 1888 tiene sucursal en la misma Plaza en los números 53 y 54. Fallece el 30 de noviembre de 1923.

Sombrerería de Arturo Pozueta 1893

Sombrerería de Arturo Pozueta.
El Memorandum 23 de octubre de 1892


Se traslada al número 37 y cede el local en 1901 a Manuela Catalán de Vicente, sombrerería denominada “Al modelo de París”, que efectivamente visitaba todos los años para traer a Salamanca las últimas novedades en sombreros, en corsés y en vestidos. Antes de establecerse, en sus visitas a Salamanca se hospedaba en el Hotel Pasaje, donde celebraba sus exposiciones y la venta de sus artículos, destacando el corsé de modelo patentado marca “Misterio”. Manuela, en 1904 dado su afán innovador ficha en Madrid a Aurelia Cañas, quien al ver las facilidades para el desarrollo de su oficio en Salamanca se independiza y establece por su cuenta, abriendo taller en la calle de Oliva, número 37 y el 3 de febrero de 1905 deja la tienda Manuela Catalán de Vicente para trasladarse al número 38.


Al Modelo de París.
El Lábaro 12 de marzo de 1902


Durante las Ferias y Fiestas de 1902 se celebró en Salamanca la Fiesta del Coso Blanco. La preciosa imagen del fotógrafo Aurelio Paz dos Reis perteneciente al Centro Portugués de Fotografía muestra un grupo de niñas bailando durante la misma frente a los arcos que albergaban entonces el comercio "Al Modelo de París", la peluquería de "Inestal" y la confitería de la "Baltasara", donde hoy se encuentran la joyería Cordón y la cafetería Berysa. La fotografía permite contemplar los desaparecidos "tercerillos"





Andrés Laporta.
Foto Emiliano
Ultramarinos Laporta. 29 de mayo de 1924
En 1910 se convierte en la tienda de ultramarinos finos del país y del extranjero de Gabriel García Sevilla, cuñado de Pozueta, que vende los exquisitos chocolates de santa Juliana y que al fracasar en el negocio, lo traspasa para ser la tienda de ultramarinos y coloniales de Andrés Laporta Rodríguez, en mayo de 1912, quien adquiere fama por su excelente café brasileño, que al ser tostado diariamente en la tienda de ultramarinos finos del país y del extranjero de Gabriel García Sevilla, cuñado de Pozueta, que vende los exquisitos chocolates de santa Juliana y que al fracasar en el negocio, lo traspasa para ser la tienda de ultramarinos y coloniales de Andrés Laporta Rodríguez, en mayo de 1912, quien adquiere fama por su excelente café brasileño, que al ser tostado diariamente, expande por la Plaza su exquisito aroma. Vende también las acreditadas pastillas de café y leche.

Continúan los ultramarinos “Laporta” hasta que en abril de 1946, se establece una sucursal de la joyería de José Cordón, quien venía de la calle de san Pablo, donde tenía desde 1928 un acreditadísimo establecimiento con esmerado taller de orfebrería, especializado en filigrana charra, con exportaciones a todo el mundo, habiendo recibido varios primeros premios en las Ferias de artesanía a las que había concurrido. De los primeros artistas orfebres, modestas personas salmantinas que trabajaron en el taller con un espíritu festivo y bromista digno de recordación, capaces de velar a uno de ellos como ficticio muerto, siento que solamente me vienen a la memoria Emilio y Daniel Sevillano, conocidos por “los Gaona”. A finales de esta época constituían el taller: Demetrio, Rafael, Delfín, Olegario o José Marcos.

Joyería Cordón en Plaza Mayor 25
El Adelanto 7 de abril de 1946
José Cordón de Blas había nacido el 16 de abril de 1888 en Logroño, hijo de un oficial de joyería del mismo nombre, de quien aprendió el oficio. El abuelo de su esposa, don Jaime Elena, ya se dedicaba al trabajado de la plata con especial esmero, como lo hizo don José cuando en 1907 se estableció por su cuenta montando un modesto taller en la calle de Miñagustín, trasladado sucesivamente a cinco locales distintos: Rúa, esquina a Sánchez Barbero; san Pablo, esquina a san Buenaventura; Felipe Espino; Plaza de san Justo y dependencias del almacén de hierros contiguo de Campo e Hijo, mientras duran las obras de acondicionamiento, talleres en los que además del oro y la plata trabajaba el platino, hasta entonces desconocido en la orfebrería de Salamanca.

Tras su matrimonio en 1914 con doña Rafaela Elena, abrió comercio en la calle de san Pablo 1, en un local que ocupaba la joyería “Casabés”, traspasada por un personaje célebre de la época, Cándido Cambón apodado cariñosamente “Vidita”, tertuliano del Novelty y del Suizo del que se cuentan anécdotas a cual más pintoresca. La primera que en el escaparate de su platería no había más que dos cálices y una custodia de plata, objetos litúrgicos a los que jamás les quitó el polvo y que se negó a vender aunque se le hicieron sustanciosas proposiciones. Casi arruinado por su afición a la ruleta se le buscó una colocación como profesor de caligrafía en la Normal de Maestras y fue a morir a Lisboa, en viaje sufragado por Gambotti, el del “Suizo” y tomando masagrán en un café de la Plaza del Rocío se le perforó el estómago. Es posible el parentesco entre “Vidita” y José Cordón pues la esposa de éste era doña Rafaela Elena y la madre de Cándido Cambón se llamaba Florentina Elena. El establecimiento se situaba en san Justo 2, como platería Elena y existía ya en 1844.

D. José Cordón y Dª Rafaela Elena con sus hijos Roberto, José Manuel,
Carmen y Manoli. Fotografía publicada por Marisa Cordón Rodríguez
en ‎FOTOS ANTIGUAS DE SALAMANCA

José Cordón creó una nueva escuela de arte y orfebrería con especial dedicación a la filigrana charra que se encontraba en trance de desaparición. Sus modelos, manteniendo las formas clásicas, consiguieron innumerables distinciones y premios en exposiciones nacionales y extranjeras, al tiempo que supo formar un nutrido plantel de excelentes maestros artesanos. Se le concedió el título nacional de Artesano Ejemplar el 18 de julio de 1958. De sus talleres han salido y siguen saliendo, además, coronas suntuosas para imágenes de vírgenes, (como la oro y pedrería de la Soledad de Zamora), toda clase de medallas, insignias y condecoraciones (destacando las de la Cruz de Beneficencia del obispo Alcolea) y pedrería fina engastada maravillosamente en objetos de adorno. Suyas son las mazas de oro de la Diputación Provincial. La joya más preciada parece que ha sido la corona de la Virgen de Argeme, confeccionada con platino, oro, esmeraldas y brillantes.

Al fallecimiento del patriarca en 5 de junio de 1971, la joyería estuvo regida por sus hijos José Manuel y Roberto, cuando llegó a la Plaza y José Manuel en julio de 1976 abre una sucursal en Héroes de Brunete, 31, junto a la Estación de Autobuses. A primeros de enero de 1978, sufre el tercer robo de joyas en menos de 3 años, al romper los ladrones la luna de uno de los dos escaparates de la Plaza.

Una Comisión de comerciantes de la Plaza, compuesta por Roberto Cordón, Juan Nieto Hernández y Primitivo Gay, en 1972 se quejan ante el Gobernador Civil, Ulpiano González Medina, por la circulación de vehículos en el sentido Poeta Iglesias hacia la calle de Toro al atravesar la Plaza.

Sigue la joyería de José Manuel Cordón, hoy de nuevo Joyería Cordón,  regentada por su hijo José Ignacio, pues Roberto falleció el 29 de diciembre de 2004.




Número 26

Este estrecho local a mediados de siglo fue la sombrerería de Benigno González Falcón y antes de 1890 se convierte en el comercio de Andrea, donde se venden polvos ferruginosos, un tónico reconstituyente del doctor Hipólito Bellido y Andrés para la clorosis y la anemia que también se despacha en la tienda de carnicería del Corrillo, 10.

En 1869 ya se anuncia el estudio pictórico y academia de dibujo geométrico, perspectiva lineal, estudio de sombras y proporciones del cuerpo humano, retratos al óleo, foto pintura y ampliación de fotografías de Francisco López.


Peluquería Inestal.
El Salmantino 16 de junio de 1910
En 1877 se encuentra instalada la peluquería de Gabriel Inestal. Mentidero de la ciudad, fue célebre su dueño por el vozarrón que poseía y que resonaba en toda la Plaza. Sus escaparates sirvieron como exposición para algunos de los primeros fotógrafos salmantinos como Pedro García García en enero de 1898 o la Viuda y Hermano de Oliván que en diciembre de 1887 expone fotografías de la inauguración de la vía férrea a Barca D´Alva y en mayo de 1899 una colección de retratos de charras, que son robados el día 11, pese a que los marcos se encontraban sujetos con clavos remachados. Se hace cargo de la peluquería su hijo Joaquín Inestal Bellido antes de  1913 y todavía continúa en 1922. Fue célebre en 1900 la paliza que le dio el padre al hijo convertida en noticia de la que se hizo eco la prensa.




Número 27

La sastrería de la Viuda de López e Hijo, en 1867 contrata al Sr. Hernando, sastre de Madrid cuya fama es conocida en toda España, como encargado de la tienda, donde se trabajan toda clase de prendas, abrigos de señora y trajes de niño. El Sr. Hernando se establece luego en la misma Plaza en el número 46, hasta que en 1870 se traslada al Corrillo, 12.

Hacia 1870 llega, desde la calle de san Julián, frente a la iglesia, el comercio de paños y artículos para el clero de Senén Martín Angoso, que se traslada al número 13 de la Plaza hacia 1879, instalándose en 1886 la confitería de “La Baltasara”.

Bazar de José Buxaderas
El Eco de Salamanca, 12 de Diciembre 1880

Confitería de Pablo Rodríguez "La Baltasara"
El Progreso, 30 de mayo de 1886

Se establece José Buxaderas como depositario del papel de fumar “Jaramago”.

La confitería del albense Pablo Rodríguez de la Iglesia, conocida como de “La Baltasara”, por la esposa del dueño que era quien despachaba, se instala en 1886 en este local y al desaparecer la peluquería de Inestal amplia el negocio con el número 26.






Números 26 y 27


“La Baltasara” es Baltasara Fonseca Mangas, que se ocupa del despacho a la clientela y de las relaciones públicas, ataviada siempre con delantal de un blanco inmaculado, mientras su esposo, Pablo Rodríguez permanece en la trastienda dedicado a las labores del obrador, confeccionando las especialidades de la casa: hojaldres, bombonería, pastas y caramelos y sobre todo hornazos, buñuelos de viento, panecillos de san Antón, etc. Fue la introductora del bollo suizo en Salamanca, aunque los creadores fueran los familiares de los dueños del café Suizo, que eran y son unos bollitos dulces, lacados al horno y espolvoreados de azúcar. También introdujo los “mojicones”.

Confitería Pablo Rodríguez "La Baltasara"
Boletín Cámara Oficial Comercio Junio 1914
En mayo de 1899 “El Mallorquín”, que había prestado sus servicios para la confección de ensaimadas en la confitería de “Hernando” de la calle de la Rúa durante un año, es fichado por Pablo Rodríguez y comienza a prestar sus servicios en esta confitería.

En 1924, la confitería “La Baltasara” permuta el local por el de la firma de “Senén Martín”, que se encontraba en el número 13, encargándose de habilitar el nuevo local el maestro de obras Manuel Sánchez Holgado. Desde el 19 de setiembre de 1917 en que fallece Senén Martín Angoso se ha hecho cargo del negocio su hijo Luis Martín Martín, bajo la firma comercial “Hijo de Senén Martín”, con sastrería a medida, y continuando con la especialidad para el clero. Recuerdo como dependientes a los hermanos Luis y Pepe Barrado.



Hijo de Senén Martín, El Adelanto 14 de agosto de 1927

Hijo de Senén Martín. Magisterium Órgano
de la Asociación de Maestros Católicos,
diciembre de 1935

A primeros de los setenta, “Hijo de Senén Martín” se anuncia solo como “Senén”, llevado por Bernardo Martín Hernández, quien ya anuncia liquidación por cierre de negocio, falleciendo el 12 de enero de 1986. El 11 de agosto de 1976 se inaugura la cafetería “Berysa”, cuyo nombre responde al acrónimo de BERnardo e YSAbel, matrimonio dueño del negocio. Antes tuvieron un bar, luego hostal-cafetería-restaurante, denominado “El Serrano”, (pues eran naturales de San Esteban de la Sierra), en la calle de la Rúa, 16. Hereda la cafetería el hijo, José Manuel Labrador y al fallecer en 2003, pasa a su hija Lourdes, que casa con “Nacho” Fuentes Hermida, que se había iniciado como camarero en “Las Vegas” y que hoy se encuentra al frente del establecimiento.





Ostenta el número 16 en pintura roja.



Número 27, d). En noviembre de 1860 ya se encuentra en el principal la peluquería de Mariano Guadalupe, que tiene su entrada por la escalerilla de san Martín. Vende excelente surtido de jabones, pomadas, aceites y esencias, vinagres de tocador y cosméticos.

En 1895 en el segundo piso establece su consulta el cirujano dentista Luis Peraqui, que procede de la Plaza Mayor, 45, a la que había llegado desde la calle de la Rúa, 23, marchando en 1897 a la calle de la Rúa 15, 2º, con entrada por la calle de los Corrales para finalmente trasladarse a Ciudad Rodrigo, donde se establece en la calle del Arco, número 1. Regresa de nuevo a Salamanca en julio de 1905 hospedándose en el hotel Pasaje.

En marzo de 1897 se instala una Academia de corte y confección que se anuncia bajo la advocación mariana de “Nuestra Señora del Pilar” y que está dirigida por doña María Ibero de Flores. En 1900 es dirigida por doña Gumersinda Jaspe otra academia de corte y confección de idéntico nombre en la calle de la Rosa, 18, anunciándose ambas en las mismas páginas de los periódicos y con idéntico reclamo en la redacción.

Academia de María Ibero
El Adelanto, 10 de noviembre de 1899

Academía de Gumersinda Jaspe
El Adelanto, 10 de noviembre de 1899


A primeros de julio de 1900 el Tribunal Superior de Justicia condena a doña Cruz Ibero y Soteras (doña María Ibero de Flores) por defraudación de la Propiedad Industrial del “Nuevo Método de Corte y Confección, bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar” inventado por doña Serapia Rodríguez de Pascual, profesora de corte de Zaragoza. En las mismas fechas se da la circunstancia del fallecimiento en Badajoz del esposo de María Ibero, Cayetano Flores Sánchez. Pese a la sentencia adversa doña Gumersinda Jaspe, que muere el 29 de abril de 1943, sigue anunciándose en los mismos términos y doña María Ibero de Flores hace lo propio, aunque da explicaciones a finales de setiembre. Fallece doña María el 1 de mayo de 1919 y en 1945 se instala la sastrería de Julián Moreno Esteban, que fallece el 20 de agosto de 1988. En los años cincuenta se establece una agencia inmobiliaria denominada ILCAC.


Arco de san Martín

Otto Wunderlich, Arco del Corrillo. Fototeca del Patrimonio Artístico


Los balcones de la vivienda sobre el arco se venden al Colegio Mayor de Oviedo. 

La última vivienda era del Mayorazgo de don Pedro Rodríguez de Lorenzana, Regidor perpetuo de la ciudad de León y se encontraba ubicada en la confluencia de los soportales de Petrineros hacia el Corrillo y denominada “la casa número 30”.







Edición gráfica y maquetación:
César Hernández
@salamancaenelayer



      BIBLIOGRAFÍA DE LOS COMERCIOS DE LA PLAZA MAYOR


Ansede Requejo, Cándido.- De la Salamanca de ayer. 1969.
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    Id. id. Coordinador de las “Actas Historia del comercio y la industria de Salamanca y su provincia”. 2012.
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Prensa escrita:
El Adelanto y La Gaceta Regional.
Otra prensa histórica de la época:
Adelante, El Independiente, El Semanario salmantino, El Fomento, La Liga de contribuyentes, El Progreso, El Diario de Salamanca, La Libertad, La Lealtad, La Región, El Noticiero Salmantino, Albores, El Castellano, Heraldo de Salamanca y Boletín de la Cámara de comercio e industria de Salamanca.