La Iglesia y el Garaje de San Isidro



Por José María Hernández Pérez
13/08/2022 Rev. 00



Derrumbe de una pared de la vieja iglesia de san Isidro. El edificio, que se estaba
 derribando en ese momento, había servido sus últimos años como garaje.
Imagen de Almaraz en El Adelanto del 5 de octubre de 1935 





Dice la tradición que por encargo del rey don Fernando I, queriendo engrandecer la catedral de León con santas reliquias, escribió al rey abadí de la taifa de Sevilla Al-Mutadid, su tributario, para que le diera el cuerpo de santa Rufina, comisionando al conde don Gonzalo Núño de Lara y a los condes Fernando Ansúrez y Gonzalo Salvadórez para que escoltaran a los obispos Albito de León y Ordoño de Astorga en su desplazamiento a Sevilla en 1062. San Isidoro se apareció al obispo Albito y señaló el lugar en que se encontraba enterrado con tres golpes de su báculo en el suelo, al tiempo que le pronosticaba su muerte en breve plazo. 


San Isidoro de Sevilla, obra de Bartolomé
Esteban Murillo en la Catedral de Sevilla

 

 

Falleció a los 7 días con lo que el obispo Ordoño tuvo que encargarse de todas las diligencias y regresó con san Isidoro y el obispo Albito, que fueron enterrados en la iglesia de san Juan de León y en la de santa María de Regla, antes de ser catedral, respectivamente.

Descubierta la tumba de san Isidoro determinaron su traslado a León. A hombros de porteadores iniciaron su andadura y al efectuar un descanso en Salamanca, cerca de la Puerta del Sol, el 22 de diciembre de 1062 y tratar de continuar la marcha fue imposible levantar las andas del lugar, comenzando a beneficiarse enfermos de toda clase, por lo que se puso en conocimiento del Rey que se encontraba en Toro y éste hizo voto de fabricar a sus expensas una iglesia dedicada al Santo en el lugar de donde no se movía. Hecha la promesa pudo continuar la marcha y edificada la iglesia lució las armas de Castilla y León en el arco toral. 

Se da la circunstancia, curiosa cuando menos, de que pese a que la iglesia se edifica con dedicación a san Isidoro de Sevilla, con el tiempo nombrado Padre de la Iglesia, lo cierto es que desde siempre se apocopa el nombre y se denomina de san Isidro, como si se tratara del santo labrador, esposo de santa María de la Cabeza.

La primera mención escrita a san Isidro es de febrero de 1179 y consiste en la venta de una casa y corral a los hermanos maestros Ricardo y Randulfo por parte de María Miguel y su marido Fernando en la calle de Sancti Ysidori per a lo Azoge vieio, en 14 maravedís. Las realidad es que si el Fuero de Salamanca se data en 04/07/1140 la primera mención sería con la denominación de Sant Esidro en el capítulo CCCXIII, dee iulgado de Salamanca.


Es una de las cinco parroquias fundadas en el territorio de los francos, por los caballeros de la Orden de Jerusalem, de estilo  bizantino, planta cuadrangular con dos grandes arcos que se extendían desde el presbiterio hasta el coro para sostener las armaduras y dividir el espacio en tres. 

Sufrió importantes modificaciones en el siglo XV, obra del obispo Gonzalo de Vivero, en tiempos del rey Juan II. En el arranque de los arcos, dentro de los tarjetones, se lee: DOMPNUS JOANNES REX CASTELLE. A DOMINO FACTUM EST ISTUD, y al otro lado: DOMPNUS GUNDISALVUS DE VIVERO EPISCOPUS SALAMANTINUS.

En la siguiente centuria, hacia 1560, se construyó la portada que se conserva en la actualidad del estilo de Rodrigo Gil de Hontañón.  Está formada por un gran arco de medio punto en cuyas enjutas dos medallones albergan sendos bustos. La flanquean dos columnas de orden corintio que soportan un leve cornisamento. Una hornacina acoge una imagen en piedra de la Asunción de la Virgen, rematada por el clásico frontón.


La iglesia de san Isidro, dibujo del arquitecto Joaquín de Vargas

Guarda hasta seis memorias sepulcrales entre sus muros, dos en el presbiterio, dos a la entrada y dos en la capilla de santa Ana.

Al siglo XIV parecen remontarse los dos sepulcros que ocupan los costados del presbiterio. El del lado del Evangelio, en arco de medio punto de estilo barroco, dorado, con fondo de relieves polícromos y estatua yacente con traje doctoral y un paje a los pies sujetando el birrete y el del lado de la Epístola en arco escarzano sobre pilastras semibarrocas, coronadas de capiteles pseudocorintios, con bulto acostado de Doctor y escudo sostenido por águilas en la delantera.

Las inscripciones, medio ilegible la antigua del segundo, que tiene dos dicen así: ESTE ARCO Y ENTIERRO MANDO HACER EL DOCTOR ANTONIO GUERRERO DE ULLOA CATEDRATICO DE CANONES EN LA UNIVERSIDAD DE ESTA CIUDAD; DOTO DOS MEMORIAS PARA QUE CADA DIA SE DIGA UNA MISA EN ESTA IGLESIA DEJO SUS BIENES PARA CASAR HUERFANAS EN ESTA PARROQUIA Y OBISPADO Y  POR PATRON A GERONIMO DE MALLA SU SOBRINO Y A SUS DESCENDIENTES. FALLECIO A XVII DE JULIO DE M. D. LXXXIII.

ENTERRAMIENTO DEL DOCTOR DIEGO RODRIGUEZ DE SANT ISIDRO Y DE MARIA DE  VARGAS SU MUJER Y QUE FUE CATEDRATICO DE PRIMA…

ESTE ARCO ENTIERRO ALTAR DE LOS SANTOS REYES Y DOS SEPULTURAS QE ESTAN AL PIE DE LAS ESCALERAS QUE SUBEN A ESTE ARCO Y DICE COMO SON DEL DR. D. DIEGO RZ. DE SAN ISIDRO QUEL TODO ES DE DN. FRANCISCO PIZARRO PEDRAZA Y CASTILLO Vº. DE LA Vª. DE BEJAR… EL AÑO DE 1725. 

Los enterramientos de la entrada son anónimos, de arco apuntado y con blasones en la vertiente y delantera y los dos de la capilla de santa Ana son dos pizarras superpuestas con las siguientes inscripciones: ESTA CAPILLA ES DE JUAN  ALMARAZ FAMILIAR DEL SANCTO OFICIO Y DE MARIA TELLEZ SU MUJER…

AQUÍ YACE ANTONIO DE TAMAYO Y TELLEZ, VECINO Y REGIDOR PERPETUO DE LA CIUDAD DE SALAMANCA Y PATRONO DE ESTA CAPILLA. FALLECIO A 24 DEL MES DE ENERO AÑO DE 1687 Y DOÑA INES DE ALCANTARA Y SANCHEZ, SU LEGITIMA ESPOSA. FALLECIO EL 6 DE MARZO DE 1662 Y DE SUS HEREDEROS Y SUCESORES.

En 1609 trabajan Pedro Gutiérrez, Pedro Cuevas y Francisco de la Hoya en la capilla de Juan de Almaraz y el ensamblador Antonio Díez, cobra 940 reales el 14 de abril de 1612, por el retablo dedicado a santa Ana y Juan López concierta con el administrador de don Juan de Almaraz y doña María Téllez el dorado y estofado del retablo, en tiempos del obispo Luis Fernández de Córdoba.

Hacia 1630, rigiendo la diócesis el obispo Antonio Corrionero, se efectúan obras en la iglesia y en la torre interviniendo diversos trabajadores: Manuel Yañez Gago, Pedro Alvarado, Juan González, Juan Moreno, Francisco González, Domingo Cano, Domingo Hernández, Jerónimo de Ontiveros, Manuel Pérez de Arista y Pedro Franco. 

En 1610 se le unió la iglesia de san Pelayo, de la colación de los serranos, que solo contaba con 10 feligreses, aportando sus tres beneficios y la imagen del santo, iglesia derruida para edificar el Colegio Real de la Compañía de Jesús (Clerecía) pasando a denominarse de san Isidro y san Pelayo. Estaba sentenciada su desaparición con anterioridad pues se hallaba en pleitos con el obispo Francisco Hurtado de Mendoza cumpliendo lo que había dispuesto su antecesor Luis de Córdoba sobre el edificio y el cementerio adjunto, permitiendo el derribo y aprovechamiento de los materiales para el futuro Colegio de san Pelayo.

La iglesia de san Pelayo data de los tiempos del obispo Teodomundo y se vincula con otro hecho de leyenda como el de san Isidoro. Sancho I, el Gordo, rey de León, envió a Córdoba al obispo Velasco, para rescatar el cuerpo y las reliquias del niño Pelayo, martirizado a los 10 años por Abderraman III, en el año 925, cuando había quedado como rehén, mientras su tío Hermidigio, obispo de Tuy era liberado, siendo prisioneros en la batalla de Valdejunquera en que las fuerzas unidas de Ordoño II de León y Sancho Garcés I, de Pamplona fueron derrotadas. Pasa la comitiva a su regreso por Salamanca en el año 967, descansando unos días y en el sitio de reposo se construye una ermita que luego acabará siendo la parroquia de san Pelayo.

Existieron dos cuadros: El de la Adoración de los Santos Reyes, frente a la puerta de la entrada principal, que junto con una lápida sepulcral pasaron a la capilla de santa Catalina en la Catedral Vieja y el del Descendimiento, del lado de la epístola del altar mayor, que llevaba las armas de Francisco Pizarro y Pedraza López Dávila y del Castillo, cuya pista se perdió.


LOS SEPULCROS DE SAN ISIDRO
Durante los trabajos de demolición de la iglesia efectuados en octubre de 1935 se descubrieron los restos de cuatro sepulcros, de tres de ellos se publicaron en El Adelanto del 11 de octubre de 1935 fotografías de Almaraz, lamentablemente con una penosa calidad de reproducción:


Retablo en piedra policromada
Adoración de los Reyes

    

Sepulcro gótico con greca
del renacimiento


Sepulcro gótico de un obispo en san Isidro.
El Adelanto 11 de octubre de 1936, fotos Almaraz

Actualmente el alto relieve de la adoración de los Reyes Magos se ubica en la capilla de santa Catalina de la Catedral Vieja de Salamanca:

Alto relieve de la Adoración de los Reyes Magos
en la capilla de Santa Catalina. Imagen Huisman.eu

La lápida bajo las figuras reza:

ESTE ARCO DE LOS REIES I EL QUE ESTÁ A EL LADO DE 
LA EPISTOLA DEL ALTAR MAYOR SON DEL MAIORAZGO QUE 
FUNDO D. FRANCISCO PIZARRO I PEDRAZA, VEZINO DE LA 
VILLA DE BEXAR.

Lápida bajo el alto relieve de la Adoración de los Reyes Magos.
Imagen del blog Pinceladas de Historia Bejarana



Se desconoce la imagen que presidiera el altar mayor y si se trataba de la Virgen, bajo qué advocación se veneraba. No cabe duda que se rendía culto a la Virgen cuando la primitiva ubicación de una artística ventana barroca fue sobre la pared de la angosta calle de la Fe, trasera del altar mayor y se construyó ya a principios del siglo XVIII con el auge de las capillas camarín en Salamanca. Si tenemos en cuenta que en la fachada principal se encuentra la imagen de la Virgen en su Asunción a los Cielos, lo normal es que en el altar mayor se le rindiera veneración bajo este título, al igual que en la vecina Catedral.

Se trata de una enorme ventana rectangular en voladizo sobre basamento o repisa, quebrada en placas y dispuesta sobre cóncavas ménsulas cajeadas, de  hojarasca y tela, que resalta la verticalidad del muro y rompe con la línea del balconaje. Sobre el basamento y en su parte central un medallón rectangular apergaminado luce la salutación angélica: Ave María.

Motivos decorativos bajo el basamento desbordan la ventana dando lugar a un medallón en cuyo espejo se representa la luna con rayos, rodeada de un exuberante motivo de adornos florales y cortinaje, coronado todo ello con la cara de un mofletudo angelote.


La ventana camarín de san Isidro en la calle Libreros, su actual ubicación


El vano de la ventana está delimitado por fino baquetón, con curvatura en la clave y sencilla arquivolta interior a juego. En los laterales dos pilastras lisas, cajeadas, que se decoran interiormente con guirnaldas colgantes y formas avolutadas desbordando el cajeado.

Sencillos capiteles soportan un entablamento simple, curvo en el centro, que acoge el remate superior donde se desborda la fantasía del artista en motivos de decoración. En el centro un medallón con el sol radiante, rodeado de adornos fitomorfos y sobre el medallón, en el espejo central, el monograma mariano, soportado por dos angelotes, rematando el conjunto adornos florales, que culminan en una especie de venera barroca. En los laterales del entablamento especie de jarrones, constituidos por truncadas pirámides y cúspide de motivos florales.

Los laterales de la ventana lucen enormes volutas con motivos vegetales enroscados, que se retuercen flameantes lamiendo el costado de la pilastra y elevándose hasta los capiteles, con el adorno de una estrella en la voluta izquierda y una torre en la derecha, recordándonos los trabajos de Joaquín Churriguera.

El cerramiento exterior de la ventana consiste en una reja de hierro forjado de diez balaustres, con seis nudos cada uno y que abrazan dos barandales.

La simbología mariana se debe a que esta ventana daba luz al camarín del altar mayor dedicado a la Virgen. El programa iconográfico mariano se da en toda su extensión en esta ventana barroca pues aparecen numerosos símbolos de la letanía lauretana, que se reza como alabanza poética a la Virgen desde finales del siglo XV: Electa ut sol, Pulchra ut luna, Stella matutina, Stella maris, Turris davidica, Turris eburnea y Regina angelorum.

Así el sol y la luna del Cantar de los cantares, en los versos: 6,10): “¿Quién es ésta que avanza cual la aurora, bella como la luna, distinguida como el sol, imponente como ejército formado?”, la estrella y la luna, en Eclesiástico 50,6): ”Como estrella matutina en medio de las nubes, como luna en días de plenilunio” y la torre, de nuevo en el Cantar de los cantares 4,4): “Como la torre de David tu cuello”  y 7,5): ”Tu cuello, una torre de marfil”. 


La ventana camerín de san Isidro en la calle Estafeta


Durante algún tiempo pasó a ocupar el muro de la calle de la Estafeta (hoy Francisco de Vitoria) y con posterioridad a la construcción de la contigua Facultad de Derecho, en 1950, obra del arquitecto salmantino Genaro de No, se trasladó al actual emplazamiento en la calle de Libreros en un nuevo edificio de viviendas, levantado sobre el solar que ocupara la iglesia y que hoy constituye anexo a la citada Facultad que alberga aulas y servicios.

Sobre otros altares consta que existieron los altares laterales dedicados a santa Ana y se supone que también existirían los de San Isidoro y san Pelayo, existiendo certeza absoluta del altar dedicado a san Eloy, ubicado debajo de la tribuna en la pared fronteriza al arco y altar del enterramiento de Domingo Hernández. San Eloy era el patrono de los plateros, cofradía que tuvo su sede en esta parroquia desde 1450 y que también acogió posteriormente a las cofradías de cordoneros y libreros.

La ermita-capilla de un Cristo que, por  su ubicación, pasó a recibir el nombre de Cristo de la Estafeta era el lugar al que los estudiantes se acercaban a orar devotamente en tiempos de exámenes y a depositar en la ventana enrejada, con el cancel permanentemente abierto, sus deseos y promesas, expresados en billetes escritos. El Ayuntamiento pretendió el derribo de la ermita por ruina inminente en mayo de 1873 pero al oponerse el obispo fray Joaquín Lluch y Garriga se demoró algunos años, pero finalmente fue demolida.


Área urbana en el entorno de la iglesia de san Isidro según el plano de García San Pedro de 1864


En 1877 la imagen milagrosa del Cristo se colocó en la vecina capilla de santa Ana de la parroquia de san Isidro y para que los fieles pudieran contemplar la imagen desde el exterior se construyó una verja de hierro en la calle de la Estafeta, al lado de donde estuvo. Los feligreses se encargaron de colocar ante el Cristo una luz que ardiera día y noche.

Por Decreto de las Cortes de 22/02/1813 quitaron del presbiterio un cuadro que volvería a ser colocado en 1814 y finalmente quemado en la plaza de la Lonja por los liberales el 18 de mayo de 1821. La frase “Ser de los del cuadro de san Isidro” constituía un insulto porque, retrato de antepasados judaizantes, las familias salmantinas rehusaban emparentar con sus descendientes.

En 1820 y 1821 el arquitecto municipal denuncia la iglesia como ruinosa y se insta al párroco para que la consolidara, en especial la torre del campanario. Al año siguiente el Ayuntamiento invierte 880 reales y en 1839 pide al Obispo Agustín Lorenzo Valero y Temes, su demolición, persistiendo en 1842. Se nombra una Comisión por parte de la Cofradía para si fuera necesario el traslado de la imagen del santo Patrón a otro lugar. En 1866 está a punto de hundirse la techumbre y lo vuelve a denunciar el Ayuntamiento en 1868 y 1870. Finalmente en 1877 el concejal Maculet y el obispo Narciso Martínez Izquierdo se ponen de acuerdo y el Ayuntamiento procede al apuntalamiento, cerrándose la iglesia al culto. 

El prelado Martínez Izquierdo, el 9 de marzo de 1885 es nombrado obispo de la recién creada diócesis de Madrid-Alcalá y el día 18 de abril del año siguiente, Domingo de Ramos, es muerto a tiros por el perturbado sacerdote Cayetano Galeote Cotilla al subir las gradas  de la que luego será Catedral, precisamente de san Isidro.  

El 1889 el campanario constituye un peligro por su mal estado. El arquitecto del Ayuntamiento Pedro Vidal ejecuta el plan de alineación de la plaza de san Isidro, haciendo desaparecer la iglesia, aprovechado que ha sido pasto de las llamas en un incendio el domingo 15 de diciembre de 1893 a las 9 de la noche, quedando reducidos a cenizas el altar mayor, la nave central, el coro, la cubierta y la torrecilla


Desapareció como parroquia en 1887 tras el Arreglo parroquial del padre Cámara, considerando el estado ruinoso, denunciado ya anteriormente.

El 4 de mayo de 1895 el obispo publica las bases para la fundación del Círculo de Obreros Católicos de Salamanca, que tendrá su sede en la que fue iglesia de san Isidro, en reparación por cuenta del Obispado desde el año anterior. Se reservará una capilla para las vigilias de la Adoración Nocturna, que se ha creado en el Palacio Episcopal el día 18 de marzo de 1894 con 95 asociados, teniendo por Director espiritual al canónigo don Federico Liñan y siendo su Presidente don Juan Lamamié de Clairac.


Puerta de la iglesia de san Isidro sede del Circulo Obrero 
Católico. Tarjeta postal de la empresa Rocafull y Cía. creada 
por Emilio Rocafull tras la muerte de su padre el pintor y
fotógrafo Rafael Rocafull y Monfort hacia 1902


De las obras de rehabilitación se encarga el arquitecto Joaquín de Vargas y se inaugura en 1896. En 1908 se convierte en teatrillo para representaciones de obreros aficionados y más tarde será Salón cinematográfico. Puesto a la venta el edificio en junio de 1907, el 2 de febrero de 1910 se traslada el Círculo a la calle de la Compañía por venta a los carlistas del edificio para sede del Círculo Tradicionalista. En diciembre de 1909 se publicó su Reglamento, siendo su primer Presidente don Nicasio Sánchez Mata, director y propietario del órgano del integrismo local, “El Salmantino”, que monta y titula la “Tipografía Popular”, publicándose el primer número el 19 de octubre de 1907 y durando hasta el 11 de setiembre de 1919.


Primer número del periódico semanal
El Salmantino del día 19 de octubre de 1907


El 20 de agosto de 1920 aparece el primer número de LA GACETA REGIONAL, periódico que se imprime en los talleres de la Unión Salmantina, utilizando las instalaciones del recientemente desaparecido “El Salmantino” que había nacido en 1907. 

    


    


Distintas imágenes de la imprenta de La Gaceta Regional en la antigua iglesia de san Isidro


En noviembre de 1925 se traslada a la calle de Padilleros, número 4, donde el banquero Matías Blanco Cobaleda, fundador de la Sociedad Editorial Castellana, había adquirido una imprenta y una fábrica de bolsas de papel a Silvestre Ferreira.

En enero de 1932 se convierte en el “Garage Matías” como estación de autobuses, de donde partían y llegaban gran cantidad de vehículos hacia toda la provincia e incluso se desplazaban a Madrid, antes de los primeros tiempos de Auto Res, que luego se trasladó al otro lado de la calle de Francisco de Vitoria, teniendo la entrada los autobuses por la plazuela de san Isidro.


"Garage Matias" en la antigua iglesia de San Isidro.
Foto de Ansede y Juanes, Publicada en
Crónica el 24 de enero de 1932


En 1935, los dueños del edificio Manuel García Peña y Vidal Cristeto Martín encargan el proyecto de demolición, realizado por la empresa Hijo de Arsenio Andrés, y una nueva edificación para viviendas al arquitecto salmantino Genaro de No, siendo aprobado por la Comisión de Monumentos, con la condición de conservar los vestigios artísticos de la vieja iglesia. En julio de 1935 dan comienzo las obras y se respeta el exterior conservando las dos portadas, sustituyendo el zócalo de piedra artificial por granito, trasladando la ventana barroca a la calle de Libreros y la planta baja sigue como estación de autobuses, con planta en T, ocupando el lateral izquierdo un “Bar” y la parte derecha, el mostrador para despacho de billetes y la “consigna” para depósito de maletas y paquetería.




Parten varias líneas de autobuses: a Mogarraz y la Alberca de la empresa de “El Churrero”, Manuel García Peña, luego de Virgilio Cosme Carrasco, en la que fue célebre el señor Víctor como conductor; a Tamames, de la empresa Vidal Cristeto Martín o la de “El Pilar”, a Ciudad Rodrigo, de Pilar Sánchez Cilleros, luego de su hijo Alipio Martín Sánchez.

En 1976, al realizarse la expropiación, la mayoría de las cuatro viviendas de cada uno de los pisos principal y segundo, están ocupadas por familiares de los dos promotores, Cristeto y García Peña, siendo  adquirido el edificio por la Universidad para ampliación de la Facultad de Derecho y convertido hoy tras su vaciado interior y remodelado en el Aulario de san Isidro, dependiente de la Universidad. 


Imagen actual del aulario de san Isidro de la Universidad de Salamanca







BIBLIOGRAFIA

Gil González Dávila.- Historia de las antigüedades de la ciudad de Salamanca. 

Joaquín de Vargas Aguirre.- Dibujos salmantinos.

Manuel Villar y Macías.- Historia de Salamanca.

Enrique García Catalán.- Urbanismo de Salamanca en el siglo XIX.

Bernardo Dorado.- Compendio histórico de la ciudad de Salamanca.

María del Camino Paredes Giraldo.- Documentos para la historia del arte. Segunda mitad del siglo XVIII. 

Pilar García Aguado.- Documentos para la historia del arte. Primera mitad del siglo XVII. 

 José María Quadrado.- Salamanca, Avila y Segovia.

 Fernando Aravjo.- La Reina del Tormes.

A. Rodríguez G. de Ceballos.- Estudios del barroco salmantino. El Colegio Real de la Compañía de Jesús.

Varios.- Callejero histórico de Salamanca.          

Varios.- Documentos de los archivos Catedralicio y Diocesano de Salamanca (Siglos XII – XIII).

Prensa de la época.