El antiguo convento de Sancti Spiritus fotografiado por Cándido Ansede en 1928 desde la torre del Aire |
Por Dr. Ángel Sánchez Sánchez22/02/25 Rev.00
EL CONVENTO DE LAS COMENDADORAS DE LA ORDEN DE SANTIAGO
La ermita de Santa Ana, erigida en el siglo XI, estaba situada en la calle del Pizarral, a pie del templo de la capilla del Cristo de los Milagros de Santa Ana o de los Milagros, alojándose el Convento femenino de la Orden de Santiago de la misma advocación, que ya en 1223 era foco de difusión del ideal espiritual de la orden. La Orden de Santiago no se creó hasta el año 1171, bajo el reinado de Fernando II. El obispo don Gonzalo y su Cabildo, en el año 1222, hicieron entrega a estas Señoras denominadas de Santa Ana de la iglesia parroquial de Sancti-Spiritus, con la condición de conservar el nombre de Sancti-Spiritus.
En el año 1268, Martín Alfonso hijo ilegítimo del Rey Alfonso IX de León, y de Teresa Gil de Soverosa, y su esposa María Méndez de Sousa, acordaron en un documento de mutua donación que todos los bienes donados por ambas partes serían: “heredamiento de Sancti Spiritus de Salamanca, en a qual casa vos don Martín Alfonso e donna María Méndez de Sousa fazedes monesterio de donnas de nuestra Orden de Santiago”, en concreto al prior fray Diego de Manino y el Concejo de Salamanca, con el encargo expreso de que repoblara sus alrededores, así como de que se conservara la iglesia con su carácter parroquial que poseía desde su fundación.
Sepulcro de Martín Alfonso de León en la iglesia de Sancti Spiritus. Fotografía de José Luis Filpo Cabana Wikimedia Commons |
Desde 1223, un extenso territorio urbano salmantino, pasó a denominarse “La Puebla de Sancti Spiritus”, siendo señorío y parroquia de la Orden de Santiago, siendo su núcleo principal el monasterio de Sancti Spiritus y, por tanto, funcionaba como foco de difusión del ideal espiritual de la misma.
En “Historia de Salamanca”, Villar y Macías refiere la existencia de un grupo de mujeres de caballeros que, mientras sus esposos estaban ausentes por participar en campañas militares, se retiraban a hacer vida religiosa en la ermita de Santa Ana, permaneciendo allí muchas de las que quedaban viudas, de modo que acabaron constituyendo un beaterio, motivo por el cual las monjas adoptaron el título de “Comendadoras” y el privilegio de vestir el hábito de Santiago otorgado por el Rey Alfonso X El Sabio en 1282. Las religiosas profesaron la Regla de Santiago, habiendo sido recibidas en el Capítulo de la Orden celebrado en Mérida en 1269, y la asignación de este convento a la Orden de Santiago hizo que fuera llamado las Comendadoras de Santiago.
El patronazgo sobre el convento fue ejercido entre 1268 y 1379 por cuatro mujeres, siendo la primera de ellas, fundadora del monasterio María Méndez de Sousa, y las otras tres la reina María de Molina, Violante Sánchez de Castilla y la reina Juana Manuel de Villena, esposa de Enrique II de Castilla.
El monasterio se declaró definitivamente de la Orden Militar de Santiago en el Capítulo de Ocaña de 1480, y la reina doña María de Molina fue gran protectora de este monasterio, al que puso bajo su amparo, y los Reyes Católicos expidieron en Salamanca a 28 de noviembre de 1486 Real Cédula acudiendo en su auxilio.
Esta comunidad salmantina desapareció precisamente el día 26 de julio de 1786, festividad de Santa Ana, cuando Carlos III mandó desde Madrid a tres Capellanes de Honor que, por medio de cinco coches, dispersaron a las pocas monjas que quedaban por diversos conventos de España, quedando solamente en Salamanca dos legas y una religiosa que, por circunstancias de edad o salud, no pudieron desplazarse.
Una vez que todas las religiosas abandonaron el convento, como consecuencia de su traslado, así como por su estado ruinoso y deterioro, fue demolido el antiguo edificio ese mismo año 1786, pero no la iglesia.
El 11 de agosto de 1790 concluyó Jovellanos el Reglamento para la dirección del nuevo monasterio de Sancti-Spíritus de la ciudad de Salamanca, decidiéndose en 1793 que volvieran a ocuparlo las religiosas de la Orden de Santiago y puso la primera piedra para otro de nueva construcción el 4 de octubre de 1793 el citado Gaspar Melchor de Jovellanos, caballero de la Orden de Alcántara, cuyas obras finalizaron en 1803, edificio que contaba con un claustro así como diferentes dependencias monacales así como la existencia de una biblioteca y un archivo; Sancti-Spiritus prosperó gracias al apoyo de la nobleza y el clero local hasta el siglo XIX, pero las religiosas de Sancti-Spiritus de Salamanca nunca volvieron a habitarlo.
Plano de la planta baja convento de Sancti Spiritus realizado por de Manuel Martín en 1793 |
Tras la Guerra de la Independencia, el 2 de mayo de 1808, se pensó utilizarlo como colegio del Rey, aunque no llegó a realizarse, siendo utilizado para encerrar a 250 ingleses, prisioneros del ejército francés.
Finalmente, la construcción fue suspendida hasta 1843, en que realizaron las obras necesarias para acondicionar el monasterio con destino a cárcel pública. La parte alta se destinó también a cuartel del arma de Infantería y durante la guerra civil de 1936 sirvió de nuevo como cuartel. Posteriormente, la zona más próxima a la iglesia fue destinada a la Escuela de Artes y Oficios Artísticos (que había sido creada en 1879), a la Audiencia Provincial, al Archivo Municipal y al Cuartel de la Guardia Municipal. (Todo ello al mismo tiempo, con separación por plantas, aunque no siempre independientes). Finalmente se derribó por completo en 1968, en la actualidad se ha convertido en bloques de edificios modernos, tanto por la parte de cuesta de Sancti-Spíritus como por la parte que da a la Gran Vía. Actualmente sólo permanece en pie su iglesia, declarada como Bien de interés cultural, Patrimonio histórico de España el 10 de junio de 1988.
Vista del convento e iglesia de Sancti Spiritus en 1915 obtenida por un aerostato militar de los ingenieros del Parque de Guadalajara y la misma zona en la actualidad. |
El viejo edificio de las Comendadores de Santiago fotografiado por Guzmán Gombau. |
Como algo imborrable hay que referirse, a la memoria histórica de Salamanca, puesto que el convento de las Comendadoras de Santiago, nombre que llevará la plaza situada en la trasera de la iglesia de Sancti Spiritus, tras la desamortización de Mendizábal fue utilizado como cárcel durante la Guerra Civil y la postguerra, y aunque el convento se clausuró oficialmente en 1931, y fue cuando inauguraron la cárcel de La Aldehuela, pero al estallar la Guerra Civil reabrieron, la de las comendadoras y allí encerraron a 148 brigadistas internacionales los que estuvieron presos en dos cárceles, la Prisión Provincial y el Convento de las Comendadoras de Santiago, tres de ellos vinculados estrechamente con Salamanca fallecerían en la Guerra o en la posguerra. Uno fue fusilado en la tapia del cementerio; el segundo fue ruso, fue canjeado y murió en combate durante la Guerra Civil y el tercero, esloveno, pereció en un accidente de aviación en 1948.
Brigadistas prisioneros en el patio de la prisión militar instalada en el edificio del exconvento de las Comendadoras durante la guerra civil española |
Por todo ello el 3 de febrero de 2024, el Centro Documental de la Memoria Histórica, en la sede de la Plaza de Los Bandos, se realizó un nuevo acto de Homenaje a las Brigadas Internacionales, realizado por la Asociación Salamanca Memoria y Justicia y el Ayuntamiento en la trasera de la iglesia de Sancti Spiritus, donde se ha descubierto una placa en recuerdo de los brigadistas que reza así: “En este espacio, donde se ubicó el antiguo convento de las comendadoras de Santiago sufrieron prisión miembros de las Brigadas Internacionales por defender durante la Guerra Civil el entonces orden constitucional. En su memoria y reconocimiento. Salamanca Enero de 2024”. Dicha placa se ha situado en el “rincón de Salamanca” donde se levantaba dicho convento, de hecho, allí mismo, el concejal de Hacienda, Fernando Rodríguez ha reconocido que, a petición de la propia asociación, ese rincón convertido ya en plaza que los salmantinos de la zona pasará a denominarse “Plaza de las Comendadoras de Santiago”.
Acto de la asociación Salamanca Memoria y Justicia en homenaje a los voluntarios de las brigadas internacionales presos en Salamanca. Fotografía de salamanca24horas.com |
Tras recordar estos hechos, intervinieron, por un lado, el escritor Ángel González Quesada que habló de la estancia de los Brigadistas Internacionales en el Convento de las Comendadoras de Santiago, entonces Prisión Militar, así como su intervención en la Guerra Civil española y su lucha por la paz. Por otro lado, Carmen Barba Romo, Licenciada en Humanidades, ha dado a conocer la historia, bastante desconocida e ignorada, de la vida de las mujeres de dicho convento, las “freilas”. Este grupo tuvo especial relevancia en la historia de Salamanca, debido a su papel como defensoras de su patrimonio frente al poder civil y religioso. Ambos, tanto brigadistas como freilas, compartieron el mismo espacio en épocas diferentes, pero su lucha fue la misma, la lucha por unos ideales que ambos consideraron justos.
En dicho acto también intervino Julio Fernández, presidente de la Asociación Memoria y Justicia, hablando sobre la antigua cárcel de Sancti Spiritus y el director de la misma, Manuel Alonso Ledesma, natural de Ledesma (Salamanca) y que promovió la construcción de la cárcel de la Aldehuela. No se sabía nada de él, pero fue una persona relevante en su momento, las palabras del concejal de Hacienda, Fernando Rodríguez, y el escritor Ángel González Quesada clausuraron el acto con unos versos escritos en recuerdo y homenaje a los Brigadistas Internacionales.
LA IGLESIA DE SANCTI SPIRITUS
La iglesia original de Sancti-Spíritus fue demolida en el siglo XVI y se construyó un nuevo templo de acuerdo con el estilo gótico. En el año 1494 se producen una serie de reformas en la iglesia que influirá en el coro que se encontraba a los pies de la misma, y tenía dos plantas, posteriormente en el año 1498 se construyó un confesionario y la edificación de un coro alto. De esta iglesia primitiva tan sólo se conserva una portada de mitad del siglo XIII situada en la parte norte del coro y que sirvió como comunicación con el monasterio. En el siglo XVI, la iglesia de Sancti Spiritus sufrió una reforma aprobada por Carlos I, en la que se derriba el campanario primitivo, así como se realiza un ensanche del coro de las monjas, que permitiría alcanzar el objetivo final del proyecto, como era alargar y realizar una iglesia con mayor capacidad. La obras fueron emprendidas por doña Leonor de Acevedo, Comendadora de la Orden de Santiago, con la autorización y licencia del emperador Carlos I, que tras muchos debates se comenzaron el 18 de febrero de 1541. El obispo de Salpe, don Gaspar Flores consagró el nuevo templo el 15 de abril de 1544, reedificado por Juan Gil de Hontañón según planos del lego dominico fray Martín de Santiago, en estilo renacimiento, trabajando en ella los maestros canteros Juan de Lanestosa y Juan Carrión.

La iglesia de Sancti Spiritus, tras su reforma, presenta una única nave de estilo gótico tardío en su estructura cubierta, de dos tramos con capillas y hornacinas entre contrafuertes y capilla mayor ochavada. Dichos tramos están culminados por una bóveda de crucerías estrelladas, mientras que las capillas tienen bóvedas de cañón, y la capilla mayor también de crucería, dibuja una semiestrella de seis puntas. La fachada en contraste con la estética gótica de la iglesia, aparece como uno de los ejemplos más claros del arte renacentista del siglo XVI que pervive en Salamanca. Hay que resaltar que el coro fue realmente el motivo por el cual se construiría la nueva iglesia y se destruiría gran parte de la primitiva, el coro bajo está marcado por una portada con un vano adintelado y que está flanqueado por pilastras con arquillos ciegos como decoración y están rematadas por capiteles conrintios con cabezas de puttis (motivos ornamentales consistentes en figuras de niños desnudos y alados), y sobre ellas se sostiene un entablamiento liso, y tiene como cubierta un gran artesonado de estilo renaciente mudéjar. El coro alto se abre a un vano cuadrangular con balaustrada, enmarcada por dos semicolumnas sujetadas por calaveras aladas. La sacristía antigua del siglo XVI no queda casi ningún resto, ya que fue destruida para construir una nueva, con bóvedas de cañón con lunetos donde se abren una serie de vanos. La iglesia posee un retablo mayor de forma curva, conformado por 5 calles y tres cuerpos y la representación principal es la de Cristo resucitado justo en el instante en el que abandona el sepulcro, a su lado aparece representados San Juan Bautista y San Antón, y en la parte superior del retablo existe un relieve en el cual se encuentra representada la venida del Espíritu Santo. También cuenta con retablos colaterales, de los cuales el más representativo es el retablo del Ángel de la Guarda, por encima, en el segundo cuerpo se observa una representación de la Virgen, el niño y San Juan. Otro retablo es el de Inmaculada Concepción, también articulado en dos cuerpos. Por último, destaca el retablo de San Sebastián, el cual consta de dos cuerpos.
También podemos contemplar en el presbiterio de la iglesia, una serie de sepulcros donde fueron enterrados tres miembros de la realeza leonesa y castellana entre los siglos XIII y XIV, entre los que figuran los fundadores del convento Martín Alonso de León, hijo ilegítimo del rey Alfonso IX, María Méndez de Sousa, esposa del anterior e hija de Mendo González de Sousa y de Teresa Alfonso Téllez de Meneses, y Violante Sánchez de Castilla, hija ilegítima de Sancho IV de Castilla y de María de Meneses.
Por último, destacaremos una de las tallas más sobresalientes que alberga la iglesia como es el Cristo de los Milagros, talla gótica del siglo XIV, procedente del desaparecido convento de Santa Ana, (desde donde se trasladaba procesionalmente el domingo posterior al jueves de la Ascensión), que se encuentra a los pies del coro bajo de la iglesia, siendo una talla de madera policromada que remarca el sufrimiento de Cristo en la Cruz, el cual tiene una función devocional, pero como prioridad tiene transmitir o evocar un conjunto de creencias. La imagen se adecua a modas y gustos modernos, el cual posee una nutrida colección de más de 100 mantos, así como los postizos del pelo y el paño que la cofradía coloca en relación al tiempo litúrgico. Las mujeres salmantinas, desde muy antiguo, tienen por costumbre el rezo de los Credos ante el santo Cristo. Consiste la tradición en rezar un credo el primer día, dos el segundo y así sucesivamente hasta completar un mes y a partir de ahí, otro mes, decreciendo el número de credos.
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Wikipedia. Iglesia de Sancti Spiritus (Salamanca)