El Socalzo de las Columnas de la Plaza Mayor





Estas tarjetas postales muestran el aspecto de la Plaza Mayor de Salamanca a mediados de los años 20 y, sin duda y por diversas consideraciones, en un momento anterior a 1928. En ellas se observan grandes bloques de piedra dispersos por el suelo que con seguridad sirvieron para alguna obra de reparación en el ágora.

De entre las numerosas intervenciones en el mantenimiento y reforma de la Plaza Mayor, tal vez, la más desconocida y controvertida, por la que han pasado de puntillas los cronistas de la ciudad, ha sido la sustitución de las cuatro hileras bajas de sillares de las columnas que soportan los arcos de medio punto de los soportales. El desconocimiento llega hasta el punto de ignorarse con absoluta certeza cuándo y quienes realizaron la restauración y ni siquiera si obedeció a un proyecto único. A nuestro parecer, el aspecto actual de las columnas parece evidenciar diversos tipos y momentos de las intervenciones, unas más y otras menos afortunadas. 

Originalmente las columnas fueron construidas con sillares de piedra arenisca tosca de las canteras de la Pinilla¹ que con el tiempo se vieron seriamente perjudicados por la acción del agua, que afecta fundamentalmente a su componente arcilloso cuya principal misión es servir de cementación a la piedra y cuya desaparición provoca la progresiva arenización y la pérdida de integridad de la piedra y también, por consiguiente, de su belleza. Como es de suponer, debido al uso masivo de piedra franca, este es un problema muy generalizado en los edificios históricos salmantinos. Se constata, por el contrario, que las columnas del edificio municipal fueron realizadas en granito desde su construcción inicial con proyecto de Andrés García de Quiñones.


Acera de Correos o Pretineros de Venancio Gombau ca. 1890, la imagen muestra
el aspecto de los postes de la acera antes de las reformas.


D. Antonio Seseña Arévalo, gran conocedor tanto de las piedras como de la Plaza Mayor, en su trabajo “La Plaza Mayor de Salamanca en Planos” nos pone en antecedentes: El problema no era nuevo, porque el arquitecto municipal, a principios del mes de febrero de 1851, pasó un informe del mal estado en el que se encontraban los zócalos de algunos pilares de la Plaza Mayor, para que el ayuntamiento obligara a los propietarios de las casas a repararlos, bajo dirección técnica. Leído en sesión municipal de 3 de febrero, se acordó que pasara a la comisión de ornato y obras. Un artículo de E. Salcedo, publicado en la prensa local el 4 de enero de 1963, con el título "Un siglo de una familia salmantina", proporciona la clave para pensar que en 1915 se acomete la que será la obra técnica de consolidación más importante que ha sufrido la Plaza. Cuenta que Arsenio Andrés García, patriarca de una familia de constructores conocidos como los "Arsenios"², gravemente enfermo en ese año, va dando las normas para efectuar el socalzo de los arcos. Ya fallecido sus sucesores siguen fielmente esas pautas. Los trabajos duraron hasta 1927/28.”

El Adelanto 17 de abril de 1915

    

En efecto, al aproximarse las Ferias y Fiestas de 1914 el alcalde D. Florencio Marcos Martín solicitó a los comerciantes, para “mayor esplendor” de los fastos y por la escasez en las arcas municipales, la aportación de dinero para el arreglo de los postes³. La idea no pareció tentar a los comerciantes pero a pesar de ello y durante los siguientes meses se debieron realizar algunas reparaciones que parecían mostrar ciertas desigualdades⁴ y por ello la Comisión de Monumentos realizó, en abril de 1917, una comunicación al Ayuntamiento solicitando que hubiera uniformidad en la restauración de los postes⁵.

Con la llegada del invierno, con el endémico problema del paro obrero acuciando, la prensa local sugirió al Ayuntamiento la continuación de los arreglos como alivio de la situación⁶. 

A ello colaboraba la denuncia del arquitecto municipal, D. Joaquín Secall Domingo, sobre el mal estado de varios postes de la Plaza Mayor⁷. 

Aun así, esta supuesta intervención no puede considerarse un proyecto uniforme de reforma sino de simples arreglos para sanear una situación que se iba complicando, como con seguridad ya se había hecho puntualmente en el siglo XIX. De hecho la reforma no parece tener continuidad y en febrero de 1922, ya metidos en las obras de pavimentación de la Plaza Mayor, se alzan voces para que se continúe la restauración de las pilastras de los arcos, amén de otras obras de mejora⁸. 

A finales del año 1925 el proyecto, aunque al parecer acordado, seguía durmiendo el sueño de los justos⁹. Fue el gobernador D. Luis Diez del Corral quién urgió a la alcaldía el comienzo inmediato de estas obras¹⁰. Pero, a pesar de ello, nada parece hacerse durante el año siguiente más allá del intento de nombrar una Comisión para señalar las columnas que habían de ser reformadas. Con el nuevo invierno, ante la precaria situación del paro, los obreros hablan de falta de interés por la obra. 

Pero, sin duda, las reparaciones debieron hacerse ya que un artículo de D. José Sánchez Gómez en El Adelanto del 5 de junio de 1927 sobre el aspecto de la Plaza Mayor a lo largo de su historia y refiriéndose a la imagen que presentaba en ese momento dice: La reforma del pavimento, con sus grandes aceras y la renovación de los postes, han "elegantizado" la plaza¹¹.


Comparación de uno de los pilares del arco del Corrillo entre una fotografía de
Otto Wunderlich en los primeros años de la década de 1920 y la actualidad

Comparación del estado de la columna frente a las escalerillas del Pinto en una fotografía
de Ansede y Juanes publicada en Salamanca y sus Costumbres en 1928, aunque con toda
probabilidad la fotografía es de 1927 o anterior, y su estado actual


Los postes, por tanto, para entonces ya habían sido reformados sin que sepamos documentalmente quién o quienes realizaron los trabajos o quien pagó las obras, el Ayuntamiento o los propietarios de las casas, esto sin duda más probable. Tenemos solamente la frágil evidencia, ya mencionada, de que la reparación la realizó la empresa Hijos de Arsenio Andrés. Podemos concluir que los trabajos de reforma de los postes, que no habían sido arreglados anteriormente, o al menos la mayor parte de ellos, se habían realizado en los primeros meses de 1927. La ausencia de noticias en la prensa demuestra el poco interés mediático por la reforma.

La solución adoptada primordialmente en la reparación fue la sustitución de cuatro hiladas de sillares de arenisca tosca (zócalo y tres hiladas) por otros tantos de granito mucho más resistentes a la humedad. Hubo algunas excepciones en el número de hiladas de lo que hablaremos enseguida.

La operación de sustitución de los sillares resultó ser extraordinariamente precisa, pues aún hoy no se han percibido señales de deformación o grietas, y en muchos casos las juntas de unión resultan sumamente perfectas, lo que ha generado serias dudas sobre si la reforma se efectuó realmente y algunos se inclinan por pensar que inicialmente las columnas fueron construidas en granito en contra de las evidencias documentales y las inequívocas fotográficas.

Además, las columnas del edificio del Ayuntamiento, inicialmente de granito, ya estaban por entonces en muy malas condiciones, lo que está en contra de la suposición de que el resto de las columnas fueran construidas originalmente en granito pues hoy mostrarían un elevado grado de desgaste, lo que no ocurre.


La imagen muestra una empalizada que oculta los trabajos en el arco frente al parador
de los Toros.  Foto de Estudio Ángel, aparecida en el libro La Plaza Mayor de
Salamanca
de Conrad Kent, con seguridad de 1927


Hemos de concluir que se sustituyeron entonces una gran cantidad de sillares de las columnas, en su mayor parte perpiaños, esto es, sillares que abarcan toda la extensión de la columna.

Un paseo por la Plaza Mayor con la experta compañía de D. Antonio Seseña nos reveló los más que posibles pormenores de la restauración:

La visión de la única fotografía que muestra la intervención, obtenida por Estudio Ángel con seguridad en 1927, parece indicar que no fueron precisas la utilización de aparatosas cimbras para el sostenimiento de los arcos, sino que muestra unos simples apeos inclinados, aunque sin duda sólidos, sujetando las dovelas inferiores de los arcos en reparación mientras una sencilla empalizada aislaba los trabajos del exterior y debía de ocultar algún tipo de artefacto para la sujeción de la columna. 

En efecto, en cada columna a renovar y en el sillar más bajo a mantener, se horadaron dos huecos prismáticos, a modo de mechinales, simétricos y en los lados opuestos de la columna e interiores a los arcos consecutivos, con el fin de poder encajar en ellos el mencionado artefacto, a modo de puntal o gato mecánico, capaz de sostener la gran carga que iba a quedar suspendida. Cuando la columna no presenta estos huecos podemos suponer que los puntos de sujeción se tomaron en la imposta de la columna y que todos los sillares de la columna, los de piedra franca y los de piedra tosca, fueron sustituidos. Aquí es donde encontramos las excepciones a la regla de los cuatro sillares ya que en algunas columnas se colocaron solo tres hiladas de granito o se modificaron las calidades, utilizando piedra de inferior calidad, o se aprovechó el material renunciando a que los sillares fueran perpiaños.

Estas últimas excepciones demuestran la estrechez presupuestaria de la intervención.

    




Muestras de los huecos horadados y hoy tapados


Una vez colocados los sillares, la perfección de la junta, según D. Antonio Seseña, pudo conseguirse colocando en la base un sistema de cuñas que permitiría elevar progresivamente el conjunto de los cuatro sillares, el vano inferior creado se rellenaría con un mortero denso. Tras ello, quedaba todavía el trabajo de los canteros de darle a los sillares las formas apropiadas.

Ninguno de los pilares de los grandes arcos, los que alcanzan la segunda planta, fue renovado con esta técnica de suspender el arco, lo que nos hace suponer que su peso superaría la capacidad que admitía el procedimiento. En estas columnas los pilares fueron forrados con grandes placas de granito y, a menudo, de otros tipos de piedra que en algunos casos hoy demandan una nueva restauración. Nos cabe la sospecha de que se intentara suspender la columna de la izquierda, según se sale, del arco del Corrillo dada la presencia varios huecos horadados en el mismo en fotografías de principio de los años 20¹². 


Poste anómalo con el cuarto sillar
de piedra de distinta calidad

    

Poste anómalo con 3 sillares de granito
sustituidos y la tercera hilera no perpiaña

Poste del arco de San Fernando reparado
con chapas de granito y otras piedras

    

El mismo poste  donde se observa el
profundo deterioro en que se encuentra



El resultado de las intervenciones puede observarse en multitud de fotografías de la época y todavía puede constatarse en la actualidad. Sin embargo la falta de documentación no hace más que infundir dudas sobre los hechos. El arquitecto D. José Miguel Ávila Jalvo en su artículo Más apuntes de la obra de la Plaza Mayor de Salamanca de la revista Adeste Dinteles de 7 de octubre de 2019 deja claro la ausencia de información en las actas Comisión de Monumentos de Salamanca entre 1867 y 1971 custodiadas por la Real Academia de la Historia y según el propio D. Antonio Seseña tampoco se encuentra información en las actas del Ayuntamiento, sin que se conozca la razón de ello.

 

Arco de San Martín, Cándido Ansede, ca. 1928-1929

Soportales de la Plaza Mayor captados por un fotógrafo
aficionado belga en 1929. Salamanca en el ayer


Hemos mencionado que los postes de granito de la casa Consistorial habían llegado a 1927 en mal estado y suponemos que, a tenor del buen resultado de la intervención en el resto de la Plaza Mayor, se decidiera su reforma. En la sesión del Ayuntamiento celebrada el 30 de mayo de 1927 se aprobó el presupuesto de 3850 pesetas para el arreglo de los postes del edificio del Consistorio¹³, aunque la subasta quedó desierta¹⁴.

Hubo que esperar hasta el 2 de mayo de 1932, cuando se adjudicó el concurso de reparación y socalzo de los machones y la fachada de la Casa Consistorial a D. Lorenzo Tocino del Sindicato Único de la Piedra¹⁵.




César Hernández R.
Eduardo G. de la Huebra
Salamanca 23/01/25 (Rev.00)






Fuentes:


Antonio Seseña Arévalo, Historia de la Plaza Mayor en Planos Ayuntamiento de Salamanca, 2012

José Miguel Ávila Jalvo, Más apuntes de la obra de la Plaza Mayor de Salamanca (2ª parte) en la revista Adeste Dinteles nº 13 de 7 de octubre de 2019.

Alberto Estella Goytre, Conrad Kent y otros  La Plaza Mayor de Salamanca, 3 vols. Caja Duero, Salamanca, 2005.

Conrad Kent, La Plaza Mayor de Salamanca Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de Salamanca, 1998

Alfonso Rodríguez Gutiérrez de Ceballos, La Plaza Mayor de Salamanca, Centro de Estudios Salmantinos, 2ª Ed. (correg. y aument.), 1991

Guzmán Gombau, Salamanca, la Plaza Mayor, Ediciones Salamanca, Salamanca, 1955

Prensa histórica salmantina



Notas


1  Alberto de Churriguera había establecido la utilización de sillares de piedra tosca en los cimientos, y primeras hiladas de pilares y paredes. Unos años después, confirmó Andrés Garcia de Quiñones que “deberá utilizarse sillares de cantería tosca para las basas de los pilares y las tres primeras hiladas”

2  D. Arsenio Andrés Garcia falleció el 26 de mayo de 1915, constituyéndose en septiembre de 1916 la sociedad hijos de Arsenio Andrés. Durante la siguiente década la empresa acometió grandes obras constructivas en Salamanca como el Cuartel de Infantería, la línea Ávila a Salamanca, el anfiteatro de Madrigal en la cuesta de Moneo, el sanatorio del doctor Población en la calle de las Eras, el hospital Provincial diseñado por arquitecto Eduardo Lozano Lardet, la casa de Domingo Borrego en el Pozo Amarillo, el Gran Hotel, etc.

3   El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año XXX Número 9272 - 1914 agosto 28

4   El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año XXXI Número 9391 - 1915 enero 14

5   El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año XXXI Número 9470 - 1915 abril 17

El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XXXIII Número 10289 - 1917 diciembre 20

El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XXXIII Número 10289 - 1917 diciembre 20

El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XXXVIII Número 11570 - 1922 Febrero 14 

El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XLI Número 12741 - 1925 Noviembre 29

10  El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XLI Número 12748 - 1925 Diciembre 08

11 El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XLIII Número 13208 - 1927 Junio 05

12  Varias imágenes dejan ver huecos horadados con forma de paralelepípedo en la cuarta hilada del pilar del arco del Corrillo ¿se trató, tal vez, de un intento de dejar descolgado el arco para el socalzo, aumentando el número de puntos de apoyo?


Arco del Corrillo. Fot. Hielscher, publicada en La Esfera el 03/09/1919
muestra el deterioro de los grandes arcos de la Plaza Mayor

Arco del Corrillo en la Colección estereoscópica del Centro de Información
Artística, Arqueológica y Etnológica (CNIAAE)

Comparación de uno de los pilares del arco del Corrillo entre una fotografía de
Otto Wunderlich en los primeros años de la década de 1920 y la actualidad


13 El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XLIII Número 13203 - 1927 Mayo 31

14 El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año XLIII Número 13221 - 1927 Junio 21

15 El Adelanto : Diario político de Salamanca: Año 48 Número 14719 - 1932 Abril 19