Ubicación: Calle Hilarión Eslava, 47 1º- Dcha. 28015 MADRID Telf.: +34 91.549.65.31 E-mail: acieschristi08gmail.com |
El emblema es una cruz verde símbolo de juventud y esperanza. La palabra “Sitio” expresa el “TENGO SED” de Jesús: significa el ardor de evangelizar que debe caracterizar a todos los miembros del “Acies Christi” (en castellano “Ejercito de Cristo”). Están presentes en Madrid, Salamanca, Cáceres, Santiago de Compostela, A Coruña, Oviedo, Puerto Rico, y El Paso, Texas.
El Instituto Acies Christi es un instituto secular masculino de la Iglesia católica de derecho diocesano, fundado por el sacerdote español Avelino López de Castro, en 1940, en Cáceres, y como tal, integrado por laicos (célibes o casados) y sacerdotes. El gobierno es representado a nivel internacional por un presidente que se encarga de mantener la comunión entre todos los miembros. La sede central se encuentra en Madrid. Las actividades del instituto generalmente son individuales, es decir cada miembro puede realizar una determinada actividad pastoral de acuerdo a su propia elección. Solo en algunos casos de extrema necesidad, aceptan obras apostólicas bajo la responsabilidad de la dirección general. A sus miembros se les conoce como Acies Christi y en algunas partes como Avelinos.
Su fundador, Avelino López de Castro nació en Cortina–Trevías (Asturias), el 1 de marzo de 1896. Murió en Salamanca el 26 de junio de 1958. Sus restos reposan en la iglesia parroquial de San Miguel de Trevías donde se bautizó, recibió su primera comunión y celebró su primera misa, en 1923. Se sintió llamado a la vida religiosa, e ingresó en el noviciado de los dominicos en Corias (Asturias). Su salud le obligó a abandonar el noviciado; pero conservó toda su vida un gran aprecio hacia la Orden de Santo Domingo. Pasados unos años ingresó en el seminario de Oviedo. Su intensa labor, que dejo huella profunda en el mundo juvenil, fue corta, por la Revolución de Asturias, en octubre de 1934, que puso en peligro su vida, y en 1935 pasó a desempeñar el cargo de canciller secretario de la diócesis de Coria-Cáceres, a las órdenes del recién consagrado obispo, fray Francisco Barbado Viejo.
En Cáceres asumió el cargo de consiliario diocesano de la Juventud de Acción Católica, a la que dedicó sus desvelos y todo el tiempo que le permitía su labor en la Curia, promoviendo un movimiento de acción católica y juvenil, al que supo imprimir una profunda formación religiosa, un fuerte impulso a la labor apostólica entre los jóvenes y un cuidadoso cultivo de actividades lúdicas, artísticas, deportivas y musicales, que servían de acicate y soporte humano al crecimiento cristiano de los jóvenes. Allí desempeñó su tarea durante ocho años, hasta su traslado a Salamanca, en 1943, siendo nombrado arcediano de la catedral de Salamanca y canciller y secretario de cámara de monseñor Fray Francisco Barbado Viejo O.P., obispo de Coria-Cáceres y de Salamanca, asumiendo también la dirección del movimiento juvenil de Acción Católica, y en el ambiente universitario tuvo la oportunidad de ampliar los horizontes de la UNO (Unión de Nuevos Operarios) con otras personas, principalmente de Galicia, Asturias, País Vasco y Valladolid.
En 1947, cuando se promulgó la “Provida Mater Ecclesia”, Avelino y sus seguidores vieron que el destino de la hermandad era constituirse como Instituto Secular, y se vio la conveniencia de contar con sacerdotes, que fortalecieran y complementaran la formación y acción de los miembros seglares. En 1953, se ordenaron en la diócesis de Salamanca, pero prácticamente incardinados en el instituto, los cinco primeros sacerdotes de la hermandad.
En 1957, la hermandad envió sacerdotes para atender a emigrantes españoles en Bélgica, Brasil y Cuba.
Avelino enfermó gravemente a comienzos de 1958 y falleció el 26 de junio de ese mismo año en Salamanca, sin tener la alegría de ver sancionada por la iglesia la institución a la que dedicó todos sus desvelos.
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El 12 de abril de 1962, la Hermandad de Operarios Evangélicos fue erigida canónicamente, como instituto secular de derecho diocesano, por Marcelino Olaechea, arzobispo de Valencia. Poco después, por indicación de la Santa Sede, cambió su nombre al actual de Instituto Secular Acies Christi, aunque en el seno del instituto se sigue utilizando el nombre de hermandad. En Salamanca, los Avelinos tuvieron dos sedes, una residencia universitaria situada en la calle Rector Lucena, 20, que actualmente se encuentra cerrada, y la otra sede en la calle Gibraltar, en la Casa de Lis, donde acudían los jóvenes a estudiar, rezar, compartir actividades, y tener reuniones de grupos de estudiantes con los Avelinos más jóvenes. Hay que destacar que, dentro de los Avelinos en Salamanca, debemos citar, a dos personas importantes que han marcado historia, dejando ambos huella en la ciudad charra, que debemos de recordar y agradecer su labor prestada, como son: El Dr. D. Agustín Ríos González “el cura Ríos”, sacerdote, exjefe del Servicio de Hematología, y profesor emérito de la USAL, que instauró, en 1954 el Servicio de Hematología en el Hospital Universitario de Salamanca, perteneció al Instituto Secular Acies Christi, siendo también capellán de la Universidad, falleciendo en febrero de 2017 a los 87 años en la Residencia Sacerdotal de la Casa de la Iglesia, en el Palacio de Calatrava de Salamanca. |
Del mismo modo, otro de los sacerdotes que perteneció a los Avelinos, fue D. Marcelino Legido, (1935-2016), natural de San Esteban de Zapardiel (Ávila) donde había nacido el 9 de enero de 1933, además de presbítero y profeta fue filósofo en la Universidad de Salamanca, habiendo estudiado en Salamanca y Alemania, compartiendo la vida con los emigrantes, renunciando a la cátedra de filosofía en Salamanca, para estudiar teología ordenándose presbítero de la iglesia de Salamanca en el 1970. Se pensó a nivel universitario que iba a ser, y que fuera el “gran profesor de la Pontificia”, hombre clave de la nueva Iglesia de transición de España, pero dejó el camino del pensamiento teórico de la Universidad, abandonando la misma para cambiar por la “carrera” de cargos en la Iglesia, retirándose al campo charro para dedicarse por entero con la gente pobre del mundo rural de Castilla, así como ayudar y apoyar con sus conocimientos, a los obreros del barrio de los Pizarrales, en Salamanca.
Puede consultarse la biografía de Marcelino Legido en https://marcelinolegido.es/biografia/Artículo principal y fuentes: Informe Cartográfico de la Diócesis de Salamanca durante el Obispado de Francisco Barbado Viejo O.P. (1943-1964)