Colegio Maristas

 

Ubicación: Avda. de los Maristas, 55, 37007 SALAMANCA 
TElf.: +34 923 26 94 00




Los orígenes de los hermanos Maristas en Salamanca comienzan el 18 de julio de 1933, a través de la llegada a la ciudad charra del Hermano Bertualdo, provincial marista entonces, que vino acompañado de otro Hermano Miguel Antonio, con el fin de fundar una Residencia de Estudiantes Universitarios, que pasaría a llamarse “Residencia de Estudiantes Cardenal Cisneros”, aunque la primera intención era crear un Centro de Estudios Superiores para los Hermanos Maristas, a la vez que un Colegio. Ambos, se hospedaron en el Convento de los Padres Capuchinos, para realizar los primeros contactos y gestiones para gestionar el proyecto.

En primer lugar, intentan buscar una casa, para ello contactaron con un médico Dr. Manuel Muñoz Orea, que les arrienda una vivienda, ubicada en la Plazuela de San Juan de Sahagún, 5, frente al ábside de la iglesia. Una vez ubicados el Hermano Miguel Antonio comienza a realizar gestiones ante el obispado de la diócesis de Salamanca y autoridades, al objeto de poder regularizar la presencia de los Hermanos Maristas en la ciudad charra, así como la adaptación y anuncio de la nueva residencia.

Forman la primera Comunidad cinco Hermanos Maristas: Miguel Antonio (director), Salvador, Flavio María, Gerardo Pío, y Pereira y Silva, siendo los pioneros en la Obra marianista salmantina, y el 8 de octubre abren la Residencia, que resultó un fracaso, a pesar de anunciarse, al no acudir ningún estudiante. Por ello y ante el fin de poder ejercer su labor educadora. El día 9 de octubre de 1933, deciden hacerse cargo de unas escuelas parroquiales adosadas a la actual parroquia de San Juan Bautista de Barbalos, fundadas en 1912 por D. Luis Sevillano Sánchez, su párroco desde 1899 hasta su fallecimiento en 1929, estando inspiradas en la pedagogía de D. Andrés Manjón, Tuvieron que bregar no solo con el local que no reunía las condiciones, así como con los costes del alquiler de la residencia, debiendo alquilar la cochera de la residencia y dar clases particulares, a pesar que la nueva Constitución de entonces en el artículo 26, prohibía a los religiosos impartir todo tipo de actividad educativa, para hacer frente a todos los gastos que se originaban.

En septiembre de 1934, por medio del párroco D. Fidel, se establecen negociaciones, para la compra y habilitación de una vivienda sita en la calle de los Perdones, 6, frente a la Parroquia de San Juan Bautista de Barbalos, propiedad de Dña. Rosario Secall, vivienda que constaba de planta baja y un piso, con un patio interior amplio. Pero inhabitable, siendo adecentada, por los propios hermanos para evitar gastos. En octubre se trasladan a ella los Hermanos de la Comunidad y los 11 residentes que ya habían ingresado, dejando la anterior casa.

El número de alumnos fue aumentando ligeramente, llegando a 14 estudiantes residentes hasta julio de 1936, que, tras estallar la Guerra Civil, tienen que abandonar la residencia que se cierra definitivamente, decidiendo ampliar las clases de la escuela.

En julio de 1936 se hizo cargo de la Dirección el Hermano José Gaspar, tras ser destinado al Segundo Noviciado, en febrero de 1936, dejando iniciada la obra y la Comunidad con nuevos estudiantes, que tras terminar la guerra, la obra marista da un paso adelante, todo ello debido a la restauración de la Universidad Pontificia, por obra del obispo Enrique Pla y Deniel, que obliga al Seminario Menor a evacuar el pabellón que venía ocupando en la Clerecía, trasladándose al antiguo edificio de Calatrava, de donde tienen que marcharse los Padres Agustinos que allí regentaban un Colegio de Bachillerato.

Todo ello dio pie para que aquella modesta Escuela Marista, con tres clases de primaria, se convirtiera en un Colegio de Enseñanza Primaria y Bachillerato, reconocido por el Ministerio de Educación en octubre de 1940, comenzando a funcionar con el nombre de “Colegio de San Juan Bautista”, en la calle de los Perdones 6, residencia de los Hermanos. Muchos de los alumnos de los Padres Agustinos, se pasaron al colegio de San Juan Bautista, iniciando el curso 1940-41 con 153 alumnos de primaria en cuatro grados, y 83 alumnos de Bachiller en 4 cursos, con un total de 236 alumnos, todo ello en unos locales reducidos, para el alumnado.

El Colegio fue adquiriendo estilo propio y de Pedagogía Marista, con un gran entusiasmo por el trabajo bien hecho y seriedad en sus estudios, que a pesar de las estrecheces y carencias el alumnado fue en aumento, completándose 7 cursos de bachillerato en años sucesivos, para lo cual hubo que adquirir algunas viviendas adyacentes.

El Hermano Guillermo Cabero, impulsa el centro de acción católica, que aporta una vitalidad e influencia notable en el espíritu del Colegio, y del que surgieron un buen plantel de vocaciones religiosas y de cristianos comprometidos, llegando a publicarse una Revista Colegial que llevaba por nombre “Ecos de mi Colegio”, de carácter familiar y entrañable para muchas promociones, que sirvió a su vez de trampolín, creando inquietudes literarias, dicha revista se dejó de publicar en el verano de 1966.

En noviembre de 1943 el Hermano Alberto Cañón sucede a José Capelo, para continuar en la dirección, y en el curso 1943-44 sale la primera promoción de Bachilleres, sin dejar de pensar en gestionar la compra de un amplio solar de una vieja fábrica de cerámica y algunas casas en el barrio de San Bernardo (en la actualidad, corresponde a los terrenos ocupados por el comienzo de la Avda. Filiberto Villalobos, los bloques contiguos, Escuela de Artes y Oficios y el Colegio Mayor “El Carmelo”), con miras a la ampliación del colegio, ante el aumento de los 500 alumnos que desbordaban la capacidad de las aulas.

La Cerámica Salmantina en El Adelanto 8-04-1928

Fue en los meses de verano de 1944 cuando comenzaron, de forma rápida las obras de acondicionamiento para transformar la nave de los hornos de la fábrica de cerámica en seis aulas que, juntamente con las antiguas de la calle de los Perdones, permitían mejor la docencia al existir más espacio, del mismo modo se acondicionaron los terrenos para la construcción de un campo de deportes. Todo ello fue inaugurado en noviembre de 1944, pero ya bajo la dirección del Hermano Abundiano Arnaiz, por cese por enfermedad del anterior director Hermano Alberto Cañón.

La iglesia de San Juan de Barbalos resultaba pequeña para todos los actos religiosos colegiales, para lo cual el párroco de la iglesia La Purísima, pone a disposición del Colegio la iglesia parroquial para las misas dominicales, primeras comuniones, confirmaciones, y demás actos religiosos.

En septiembre de 1949 el Hermano Guillermo Cabero, deja Salamanca para establecerse y dirigir la “Escuela de Magisterio Luis Vives” de Tui (Pontevedra), de nueva creación y que posteriormente fue colegio de BUP, y regresa el Rvdo. José Capelo para encargarse de la dirección de Colegio hasta septiembre de 1951, en que es nombrado Visitador Provincial, dejando el Colegio con más de 600 alumnos y una veintena de Hermanos que conformaban la Comunidad Marista.

Con los años, la obra Marista obtuvo una gran reputación y vio como el número de alumnos iba consolidándose y creciendo como Colegio de enseñanza, por lo que necesitaba de un nuevo proyecto con la creación de un nuevo Colegio que aportarse todo lo adecuado para una mejor estancia, con las dependencias adecuadas a los tiempos, pensando en la educación y formación de los estudiantes. Por ello, había que buscar un nuevo emplazamiento en un momento que el Ayuntamiento realizó un Plan Urbanístico, donde se proyectaba abrir una nueva avenida que dividiría por la mitad los terrenos donde estaban ubicados el Colegio de San Bernardo, dicha avenida se denominaba Héroes de Brunete (actual Avda. de Filiberto Villalobos). Para ello se propone adquirir unos terrenos de La Comarcal, entre la fábrica de luz salmantina Electra, de unos 24.000 metros cuadrados.


Entre los años 1951-57, siendo Director del Colegio el Hermano Alberto Cañón, es cuando tiene que hacer frente a unas “campañas de descrédito” sobre la enseñanza de los Colegios de la Iglesia, coincidiendo con el paso por Salamanca del que fue Ministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez Cortés (que en 1956 los disturbios universitarios supusieron su cese), pero gracias a los resultados académicos oficiales obtenidos por los propios alumnos, fue el mejor argumento para desterrar todos los rumores de descrédito.

El Colegio pudo contar con la enseñanza de Educación Física, que adquiere un gran auge al crearse y formarse equipos deportivos colegiales, tanto a nivel interno como participación a nivel nacional, consiguiendo grandes éxitos, alcanzando varios trofeos, destacando sobre todo en el deporte de baloncesto, que consiguió el título de Campeón Nacional.

El 25 de julio de 1953 se firma la escritura privada de compra de dichos terrenos, comenzando a realizar los proyectos del nuevo colegio, siendo el 6 de junio de 1954, fiesta del Fundador de los HH. Maristas, cuando se coloca la primera piedra, en el eje de la fachada principal, del que se denominará “Colegio Marista Champagnat”, bendecida por el obispo de la diócesis Fray Francisco Barbado Viejo, con la asistencia de las Autoridades salmantinas y del Colegio en pleno, realizándose una misa al aire libre, cantada por todos los alumnos, siendo seguida por todos los asistentes con sumo recogimiento y emoción.
 
La avenida Champagnat  y el colegio Maristas en una imagen de Guzmán Gombau

Las obras son adjudicadas a la Sociedad Constructora Berrocal y Cuesta, y dan comienzo el primero de septiembre de 1954, a buen ritmo bajo la supervisión del Hermano Vicente Lorenzo (Administrador Provincial) por la primera fase, coincidiendo con la beatificación por parte del Papa Pio XII, del Padre Marista Marcelino Champagnat, el 29 de mayo de 1955, cuyo recuerdo quedará reflejado en las vidrieras de la Capilla del Colegio.

El 16 de junio de 1956, el Ayuntamiento de Salamanca concede a petición de los Antiguos Alumnos Maristas, el nombre de Avenida Champagnat a la calle donde se ubica el Colegio, y el 9 de octubre de 1956 se termina la primera fase de la obra, y en la nueva capilla, aun sin bancos, se procede a su inauguración, para dar comienzo el Curso Académico 1956-57, aunque se siguen dando algunas clases en el Colegio viejo de San Bernardo.

El 31 de enero de 1957, se vende la Residencia de San Juan de Barbalos y, al día siguiente, su comprador comenzó a derribarla, borrándose todos los recuerdos y vivencias, para todos los que vivieron en dicha residencia, quedando todavía medio Colegio por construir, y esta segunda fase de la obra se inicia en 1957, culminándose las instalaciones escolares en el año 1968, con un magnífico pabellón de deportes para un servicio educativo más completo. 

En 1966 se compran los terrenos del I.S.P.E. en 1966, y se venden los terrenos del Colegio Viejo de San Bernardo, y comienza la construcción al año siguiente de Colegio Universitario Marista (C.U.M.), como centro de estudios superiores, teológicos y civiles para los Hermanos Maristas de Castilla, pasando que pasa a ser residencia universitaria.


Colegio Universitario Marista (C.U.M.); tras él, el colegio Maristas, la subestación
de Iberdrola y el edificio de las Religiosas de Cristo Sacerdote y más allá el campo de
fútbol del Calvario (hoy estación de autobuses)







Por Dr. Ángel Sánchez Sánchez
18/11/2023 Rev. 08/02/2024




Artículo principal y fuentes: Informe Cartográfico de la Diócesis de Salamanca durante el Obispado de  Francisco Barbado Viejo O.P. (1943-1964)