Santo Crucifijo en la Iglesia de Santo Tomás Cantuariense

  

 

La iglesia de Santo Tomás no es nombrada como parroquia en el capítulo CCCXIII del Fuero de Salamanca, pese a su antigüedad y se la sitúa en el territorio de los portogaleses. Dedicada a Santo Tomás Becket, canciller real en la corte inglesa, arzobispo de Canterbury, primado de Inglaterra y mártir, canonizado en 1172 por el papa Alejandro III, ya en 1175 sus compatriotas el maestro Ricardo y su hermano Randulfo levantaron el templo a su memoria, siendo los caballeros del Temple quienes habían tomado posesión de la puebla de Santo Tomás. Fue declarada Monumento histórico artístico con fecha 22 de julio de 1983 y parroquia hasta el auto definitivo del arreglo parroquial de la diócesis de Salamanca en 1867. En 1902 era filial de la parroquia de San Pablo. 

La iglesia, de una sola nave y planta rectangular, carecía de bóveda cubriéndose con la armadura del tejado labrada en forma poco artística. 

Muy pocas son las noticias que tenemos del Crucifijo que tenía su capilla frente a la sacristía de esta iglesia. 

Entre ellas, la simple mención que hace el que fue rector de la Universidad salmantina don Esteban Madruga1, quien en el otoño de 1959 nos cuenta la creación del Colegio menor de San Ildefonso por parte de don Alonso de San Martín, beneficiado de la iglesia del señor Santo Julián de Salamanca, fallecido en 1610 y que cuatro años antes, en su último testamento, dejó y nombró por único y universal heredero de todos sus bienes a la Pía Memoria del Colegio por él fundado junto a la iglesia de Santo Tomás Cantuariense. 

En el testamento ordena que su cuerpo sea enterrado en la citada iglesia, en su capilla del Santo Crucifijo, situada frontera de la sacristía en la sepultura que está en medio de dicha capilla y efectivamente se cumplió su deseo. 

Cirlot habla de que en los ábsides hay "imágenes de Cristo y de la Virgen de la segunda mitad del XVI"2. 

Para Camón Aznar "en uno de los ábsides un retablo con una imagen de Cristo, de fin del siglo XVI y un hermoso frontal de azulejos de Talavera en el altar"3. 

Hoy el Cristo ya no se encuentra en el ábside sino a la entrada del templo, al lado de la epístola, bajo una moderna ventana, colocado sobre el muro en una especie de hornacina rectangular. 

De color oscuro brillante y de tamaño más pequeño que el natural, tiene la reducida cabeza inclinada hacia la derecha, nariz fina y pequeña, boca cerrada, cabellera abundosa de rizadas y artísticas guedejas que caen sobre los hombros e incluso se extienden ensortijadas sobre el pecho, barba larguísima que remata en dos puntas simétricas, corona de espinas tallada con hilos trenzados muy gruesos y redondos, pecho abombado con costillas bastante bien moldeadas, llaga con abundancia de sangre oscura, al igual que la del resto del cuerpo, brazos cortos y antebrazos desproporcionados con la musculatura tensa, dedos de las manos muy flexionados hacia las respectivos clavos hincándose en las palmas de la mano, piernas finas y desproporcionadas desde las rodillas hacia abajo con señalada musculatura, pie derecho que sigue la misma alineación de la pierna aunque luego apoya sobre el otro pie en posición casi perpendicular. Las rodillas separadas y adelantadas.


Santo Crucifijo de Santo Tomás Canturiense. Foto de
 Oscar García Rodríguez en La Diócesis de Salamanca (web)
 

El paño ceñidor pequeño tiene el mismo color del cuerpo y se asemeja por su forma a un pantalón corto, muy pegado al cuerpo desde muy abajo del vientre hasta la mitad de los muslos y también ceñidísimo por detrás. Los pliegues horizontales y los colgantes en ambos lados: el de la derecha más pequeño y el de la izquierda con enorme moña y amplia caída de la tela en doble curvatura hacia el centro. 

La Cruz es ancha y profunda, de color oscuro, sin cabezal y el larguero con gran distancia desde los pies hasta la base, rebuscada tablilla rectangu­lar plana de fondo blanco con dos triángulos calados que pican en los extremos y el reborde fino y dorado. 

 


 

 

1.- Esteban Madruga. El Museo - Crónicas Salmantinas, II. Artículo: Colegio de San Ildefonso. Salamanca, 1959. Pg. 39.

2.- Juan Eduardo Cirlot, Salamanca y su provincia. Barcelona, 1956. Pg. 18.

3.- José Camón Aznar, Guía de Salamanca. Madrid, 1932. Pg. 94.

 

Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00