Cruz de la Virgen de las Angustias

Parroquia de San Pablo 

 

 

La Piedad o Quinta Angustia, de añeja tradición en la iconografía religiosa, nace en el gótico alemán antes de 1300 y siguiendo la ruta de Flandes llega a España un poco tarde. 

En la Contrarreforma es uno de los motivos y temas que afloran con abundancia a partir siempre de Miguel Ángel, al que Juan de Juni castellaniza consiguiendo obras maestras.


Nuestra Señora de las Angustias jesusario.blogspot.com


Hay un esquema que se repite, basado en los dibujos de Cristo muerto, de la colección de Viena y en la Piedad del Museo británi­co, que nos presenta el cuerpo de Cristo de costado, con el brazo derecho hacia atrás y sentado sobre las rodillas de su Madre, que lo abraza para evitar su caída. 

Durante el año 1686, en la iglesia parroquial de san Pablo la Confraternidad de la Santísima Trinidad, compuesta por seglares simpatizantes de la Orden del mismo nombre, fundaron la Cofradía de Jesús Nazareno Rescatado, cuya venerada imagen había sido traída, en 1682, por los Trinitarios Descalzos desde el castillo de San Miguel de Ultramar, en África, donde había sido ultrajada por los sarracenos1. 

Las mujeres devotas de Jesús Rescatado, el 7 de abril de 1885, crearon la Congregación de Nuestra Señora de las Angustias, que tenía por titular un grupo escultórico en madera, de tamaño menor que el natural, de la Virgen al pie de la Cruz, acogiendo en su regazo a Cristo muerto, que desfiló procesionalmente, integrado, -al igual que Jesús Rescatado- en la Procesión General del Santo Entierro, la tarde del Viernes Santo. 

Las cofrades no vestían hábito y acompañaban su "paso" luciendo el escapulario de la Trinidad. Al año siguiente costea­ron las andas sobre las que desfiló Nuestra Señora de las Angus­tias, hasta 1925 en que lució otras más artísticas y de mejor calidad. A partir de 1988 desfila sobre una carroza de madera tallada y dorada, que es la que llevaba Jesús Rescatado, a la que se añadieron unos banzos exteriores para que fuera soportada por 24 hermanos. 

En 1978 se permitió que las cofrades de la Virgen de las Angustias pudieran vestir el hábito de la Hermandad, si lo estimaban conveniente y el 10 de abril de 1987 se aprobaron nuevos Estatutos que unificaban las dos Congregaciones que pasaban a denominarse: Congregación de Jesús Rescatado y de Nuestra Señora de las Angustias. 

No se conoce la fecha en que se tallara el grupo pues la única noticia que tenemos al respecto nos la da Camón Aznar diciendo: "Una Piedad muy repintada2" en lo que coincide con don Antonio García Boiza que en 1921 había dicho ya: "¡Qué pena da ver la Piedad de San Pablo...! Parece que acaba de salir nuevecita y flamante de los talleres de Olot ..."3. 

Recientemente Arminio Sánchez Mora la data en el siglo XVIII4. Tampoco conocemos al autor de la escultura, de cierto parecido con la Piedad de Carmona, aunque el Cristo tenga la cabeza sin tanto desmayo y el cuerpo se encuentre con las piernas flexionadas, al apoyarse en la cara interna de los muslos de la Madre. 

El rostro de Cristo nos recuerda el del Jesús de la Virgen de las Angustias de Juan de Mesa, en la Real Iglesia de San Pablo de Córdoba. La encarnación es de tonalidad oscura, la llaga del costado grande con huellas de sangre y no presenta el cuerpo demasiadas magulladuras, ni manchas sanguinolentas. 

Cabeza caída hacia atrás, rostro macilento y alargado, amplia nariz, finas cejas, párpados profundos, boca entreabierta, barba recortada y puntiaguda y melena pegada a la cabeza, sin caer sobre los hombros. Tórax abombado sin dibujo de costillas, con el abdomen vencido lateralmente hacia la derecha, siguiendo la misma dirección de los caídos muslos, amplias rodillas de prominentes rótulas y piernas desmaya­das hacia su izquierda. Brazo derecho yerto, tocando en el suelo y el izquierdo apoyado sobre la pierna de la Virgen, sujetando entre los dedos de la mano un pañuelo blanco. 

El paño suprafemoral amplio, de tono más claro que el cuerpo, sin apenas plegaduras y revuelto en el centro. 

El rostro dulce, aunque afligido de la Virgen queda enmarcado entre un rostrillo blanco que asemeja toca monjil aunque con arrugas y el amplio manto azul que le cubre desde la cabeza a los pies en el que destaca el ancho estofado de los bordes. La túnica, de color morado oscuro, no presenta plegaduras pronunciadas. Luce sobre su cabeza sencilla corona de plata de las de peineta con ráfagas y rayos alternadamente, terminando éstos en estrella. 

El grupo se encuentra situado en el crucero de la iglesia en un altar al lado del evangelio y alojado en sencillo y profundo camarín, con arco de medio punto, de madera barnizada en tonos oscuros, que culmina en pequeña cruz de tronco con la corona de espinas y en su centro los tres clavos. 

La Cruz de madera, es ancha y plana, barnizada en oscuro, la tablilla de la condena pequeña, de plata, avolutada, con adornos del mismo metal en los extremos de la Cruz y el Santo Sudario de finísima tela de encaje. 

Pudiera proceder el grupo de la parroquia de San Polo, derruida en 1840 o de la de los Santos Justo y Pastor desalojada por ruina en 1890.


Nuestra Señora de las Angustias tras su restauración. Foto Óscar García


En 2017, el profesor y restaurador Francisco Javier Casaseca atribuyó la obra a José de Larra Domínguez, recogiendo una tesis ya formulada por Albarrán Martín, y fue fechada a comienzos del siglo XVIII entre 1705, año de su llegada a Salamanca, y 1739, el de su muerte, con una mayor probabilidad para 1735 año de la muerte de su esposa Mariana de Churriguera enterrada en la iglesia de San Pablo. 

La imagen de la Piedad de San Pablo fue sometida a una profunda limpieza en julio de 2022 por la restauradora Isabel Pantaleón. El proceso acabó convirtiéndose en una completa restauración al descubrirse los colores originales de la imagen. Tras seis meses de trabajo la imagen volvió a la iglesia en enero de 2023.

 

 

 

 

1.- Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón, Semana Santa Salmantina. Historia y guía ilustrada. Salamanca, 1992. Pg. 99.

2.- José Camón Aznar, Guía de Salamanca. Madrid, 1932. Pg. 109.

3.- La Basílica Teresiana. Publicación mensual. Antonio García Boiza. Artículo: Los pasos de Nuestra Semana Santa. Salamanca, 1921. Pg. 71.

4.- Arminio Sánchez Mora, Salamanca. Madrid, 1994. Pg. 87. 


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Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00