Calvario del Sepulcro Obispo Lucero

Claustro de la Catedral Vieja

 

 

La Capilla de Santa Bárbara, de la Catedral Vieja, situada junto a la que fue Sala Capitular, la de Talavera, adquirió fama por celebrarse en ella la graduación de licenciados hasta el año 1843. 

También anualmente, el día de San Martín, se celebraba en ella la elección y se tomaba juramento al nuevo Rector de la Universidad y a sus Consiliarios.


Capilla de Santa Bárbara
Fotografía de José Luis Filpo Cabana, Wikimedia Commons


En el centro de la capilla, en artístico mausoleo del tipo de sarcófago exento y yacente, se encuentra enterrado el fundador de la capilla el obispo don Juan Lucero, quien la dotó en 1334. 

El sepulcro es ya del siglo XIV en el que se busca de tal forma el realismo que se modela el rostro de la persona difunta. De influencia leonesa lleva artística escultura de piedra policro­mada del obispo yacente, de tamaño mayor que el natural -que apoya la cabeza sobre tres elegantes almohadones-, revestido con hábitos de ponti­fi­cal, artístico báculo cortado y ornamentada casulla, con dos ángeles a sus pies soportando escudos con las armas del prelado: un refulgente lucero.


Detalle del sepulcro del Obispo Lucero


 El fondo del sarcófago lleva un pequeño bajo relieve con un Calvario de presencia estiliza­da, como todo el monumento sepulcral, rodeado de una baja verja de madera con finos barrotes y que servía como mesa, abatiendo hacia el centro sus guardas laterales (hoy desaparecidas) para los exámenes de grado universitario citados anteriormente. Sobre la mesa se situaba un atril portátil de madera, de espaldas al retablo y entre éste y el sepulcro tomaba asiento el examinando en una silla que aún se conserva. 

El Calvario de referencia, de reducido tamaño, se encuentra en la base de la cabecera del obispo soportado por los almohadones pues hay que tener en cuenta que la disposición del cuerpo es con los pies hacia el altar. 

El Cristo, de retorcida figura con la cadera desplazada hacia la izquierda, presenta halo dorado alrededor de la cabeza grande caída al lado derecho, melena sobre los hombros, barba puntiaguda, corona de espinas, brazos en ángulo recto entre sí, manos enormes, torso de gran tamaño y piernas cortas con las rodillas salientes y el pie derecho muy torcido hacia el mismo lado. El perizoma grande, que se desliza muy abajo del abdomen, le tapa las rodillas. 

La Virgen y San Juan, ambos en pie, de policromía descolorida al igual que el Cristo, se encuentran situados casi a su misma altura. San Juan presenta la mano derecha sobre la mejilla de su redondeada cara, expresando con ese gesto el dolor, reminiscencia de la fórmula empleada por el arte y la tradición oriental y la izquierda sujetando, al mismo tiempo, un libro cerrado y el manto que recoge sobre la cadera izquierda. De amplia melena negra tiene la túnica de color azul oscuro y el manto de tono rojo asomando los pies descalzos. 

La Virgen, de fino rostro, lleva las manos juntas sobre el pecho sujetando un ramo de flores entre ellas. El manto azul y la túnica roja de colores lisos y vistosos plegados naturales. 

El retablo de la capilla, de clara influencia italiana, obra al parecer de Lucas Mitata1, luce en el ático, embutido en arco ojival un lienzo del Calvario con el Cristo, la Virgen y San Juan en el centro y la Caída de Jesús y el Descendi­miento de Cristo en los laterales, separados por artísticos intercolumnios con adornos geométricos florales en columnas y capiteles que soportan adornado friso de ángeles con roleos y sencillas estípites. En las enjutas medallones de San Pedro y San Pablo y coronación de flameros que enmarcan angelotes soportando al Padre Eterno y otro superior que lo acoge. 

En su cuerpo bajo luce en la hornacina central avenerada una preciosa talla de Santa Bárbara, de mediados del siglo XVI y en los vanos laterales dos muy buenas pinturas del juicio y del martirio de Santa Bárbara, lienzos de la misma época realizados en estilo italianizante. 

Las pinturas se atribuyen a la escuela de Alonso Berruguete2 y en concreto a Diego Gutiérrez3, mientras que la talla parece ser de Lucas Mitata4. 

Todo ello separado por intercolumnios y frisos superior e inferior de las mismas características de los elementos que componen el ático. 

El antipendio y el ara son de cerámica, imitando la tela de brocatel, con azulejo de Talavera de 15604, vidriado de blanco, de azul en dos tonos, de amarillo de antimonio, de ocre, de violeta y de verde pálido. 

En 2014 investigadores de la Universidad de Salamanca descubrieron la presencia de pinturas murales góticas del siglo XIV en el arco en el que se sitúa el retablo del siglo XVI de la capilla de Santa Bárbara. La restauración llevada a cabo por los talleres Uffizzi de Salamanca, financiada por la Junta de Castilla y León, contempló la totalidad de la capilla que fue reabierta el 26 febrero de 2020 tras un año de trabajos. Un sofisticado sistema de bisagras permite mantener retablo y pinturas visibles.

 

 

 

1.- Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, Las catedrales de Salamanca. León, 1979. Pg. 31 y Elías Tormo Monzó, Salamanca. Las catedrales. (Sobre estudios inéditos de D. Manuel Gómez-Moreno). Madrid, 1931. Pg. 60.

2.- Elías Tormo Monzó, ob. cit. pg. 60 - José Carlos Brasas Egido, Las Catedrales de Castilla y León. Catedral de Salamanca. León 1992. Pg. 153 y Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, ob. cit. Maravillas ocultas de España Pg. 31.

3.- Antonio Casaseca Casaseca, Las Catedrales de Salamanca. León, 1993. Pg. 42.

4.- Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, ob. cit. pg. 31 - Elías Tormo Monzó, ob. cit. pg. 60 - José Carlos Brasas Egido, ob. cit. pg. 153 - Antonio Casaseca Casaseca, ob. cit. pg. 42 y Manuel Gómez-Moreno y Martínez, Catálogo monumental de España. Provincia de Salamanca. Valencia, 1967. Pg. 150



Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00