Cruz de Nuestro Padre Jesús de la Pasión

 Iglesia de San Esteban

 

  

La leyenda Baiulensi bicrucem en un estandarte, bordado en oro y sedas sobre fondo de negro damasco, hace mención al paso que precede en la madrugada del Viernes Santo.


N.P. Jesús de la Pasión. Imagen en jesusario.blogspot.com


Se trata de una artística carroza sobre la que desfila Nuestro Padre Jesús de la Pasión, imagen de vestir del Redentor con la Cruz a cuestas, de la Hermandad Dominicana del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, nacida en 1945, alentada por el gremio de prensa, papel y artes gráficas, bajo los auspicios de la padres Dominicos, que les dejaron su iglesia de San Esteban como sede de la Hermandad1.

La talla, de tamaño natural, es obra del artista salmantino don Damián Villar, quien la realizó en 1945, teniendo como modelos el Jesús de la Pasión sevillano de Martínez Montañés, para la cofradía de Nuestro Redentor Jesucristo, radicada en el convento de la Casa Grande de la Merced, de la segunda década del siglo XVII (tallada plenamente, y con los brazos articulados en hombros y codos, aunque sin pulir ni pintar) y el también sevillano Señor del Gran Poder, obra de su discípulo Juan de Mesa, ejecutada en 1620 para la cofradía del Cristo del Gran Poder Santísimo y Madre de Dios del Traspaso, cuyo asiento es la Basílica del Gran Poder en la parroquia de San Lorenzo. El rostro se parece más al Nazareno de la Rambla (Córdoba) que talló el mismo artista. 

Presenta la imagen el cuerpo de Cristo inclinado por el peso de la Cruz, que carga sobre su hombro izquierdo, el rostro moreno apesadumbrado pero de belleza serena y clásica a lo Montañés, no exento de dolor, a lo barroco, en el estilo de Mesa. En la cabeza, ligeramente inclinada hacia la derecha y abajo, amplia corona de espinas de finos tallos dorados naturales formada por cuatro ramas de espino entrelazadas y de la parte trasera de la cabeza nacen las tres típicas potencias de la divinidad en otros tantos grupos de rayos dorados que parten de un círculo con las iniciales JHS respectivamente.


N.P. Jesús de la Pasión. Imagen de la Hermandad Dominicana


Lo ojos entornados se fijan en lo bajo y le surcan la tez hilillos de sangre, adornando su rostro rizada y abundosa barba redondeada entre la que asoma la entreabierta boca y la melena luce armoniosas y rizadas guedejas que caen sobre los hombros y espalda. Las manos en tensión y talladas bellamente, abrazan el travesaño de la Cruz con dulzura infinita. 

Fue bendecida la imagen, junto con la del Cristo de la Buena Muerte y una de la Virgen de la Esperanza -de Francisco González Macías- el 10 de febrero de 1945, por el obispo de la diócesis, fray Francisco Barbado Viejo2. 

Habitualmente recibe culto esta imagen en la primera capilla del lado del evangelio, vestida con túnica morada, ornamentada  con bordados en cordoncillo e hilos de oro, mientras que en el desfile procesional la túnica que luce es de raso blanco, bordada con adornos de oro y cíngulo de siete vueltas trenzado en el mismo metal, realizada por las Mm. Adoratrices de Madrid y regalada por doña María García López. (Desfila con tal color por inspiración de los padres Dominicos quienes argumentan que era blanca la túnica que llevaba Jesús en su camino hacia el Calvario)3. "Herodes, con sus soldados, despreció a Jesús y burlándose de Él, le puso un vestido blanco y lo envió a Pilato". (Luc 23,11) 

La artística carroza, en madera finamente tallada, con encasetonados de motivos florales y pequeños frontones en los laterales con bajo relieves de motivos pasionales y los cuatro Evangelistas en las esquinas, es obra del artista don Vicente Cid, realizada en 1991 y sustituyó a la carroza tallada por los hermanos Pastor, estrenada en 19544. 

Siempre fue sacada a hombros, incluso en los peores años de crisis de la Semana Santa salmantina, para lo que se ofrecieron los camareros salmantinos, que hoy siguen siendo mayoría en el grupo de los cuarenta hermanos que la portan. 

Al llegar la procesión a la Catedral se celebra el acto del saludo entre Nuestro Padre Jesús de la Pasión y Nuestra Señora de los Dolores, (la Piedad de Carmona), que se incorpora en ese momento al desfile procesional. 

La Cruz, enorme, pesada y del tipo cilíndrico de tronco natural con corteza, está barnizada en tono oscuro y brillante y presenta en las conteras adornos cilíndricos de oro que concluyen en boliches del mismo metal.

 

 

 

1.- Juan José Andrés Matías, Semana Santa en Salamanca. Historia de una tradición. Salamanca, 1986. Pg. 92 y Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón, Semana Santa Salmantina, Historia y guía ilustrada. Salamanca, 1992. Pg. 73.

2.- Juan José Andrés Matías, ob. cit. pg. 90.

3.- Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón,  ob. cit. pg. 78.

4. -      Id.     Id.  ob. cit.  pg. 77.


Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00