Crucifijo en el Monasterio de las Mm. Clarisas

  

La pequeña ermita a la que se retiraron en 1220 una venerable señora de la nobleza salmantina, llamada doña Urraca, junto con algunas devotas compañeras para vivir en comunidad, se encontraba situada entre la iglesia de San Román y la muralla, bajo la advocación de Santa María y luego se conoció como de los Milagros. 

Construida por la Comunidad una nueva iglesia en 1238, se consagró el templo en 1250. Era de estilo gótico, destacando las ventanas y las puertas de la iglesia con arco apuntado, enmarcado por alfiz. 

Un incendio ocurrido en 1413 fue causa de la pérdida de la mayor parte del estilo gótico que atesoraban monasterio e iglesia, pues solamente se salvaron los muros maestros, según se afirma, lo que no parece del todo cierto como se verá más adelante. 

Se reconstruyó de nuevo a comienzos del siglo XVI y se dotó a la iglesia y al coro con bóveda de estilo mudéjar con armadura central de par y nudillo, con arrocabe, tirantes y faldones y adornos de cenefas, florones, figuras y escudos reales de Castilla y León, conjunto que quedó tapado con la falsa bóveda barroca de yeso y ladrillo en la reconstrucción efectuada en el siglo XVIII. 

Bernardo Dorado, en 1776, dice: "La ampliación de este antiguo Religioso Convento, siendo uno de los esplendidos de la Provincia, se ejecutó en nuestros tiempos, mejorando su Iglesia con lucidas bobedas, y excelentes Retablos de primorosa talla, y escultura, dorados à toda costa y primor, como tambien el Convento en sus Claustros interiores, y demás oficinas, resultando ser oy uno de los magestuosos de este Pueblo"1. 

En las paredes del coro bajo, rehecho en 1747, y seguramente abovedado de ladrillo y enlucido de yeso por Andrés García de Quiñones, han aparecido en el año 1976, después de dos siglos de ocultamiento, una colección de 20 medallones de excelente talla y factura y un valioso conjunto de cerca de 140 metros cuadrados de frescos murales del medievo, en dos franjas superpuestas, a modo de grandes tapices con historias de la vida de Santos, de Cristo y de la Virgen, que databan de los siglos XIV y XV, de estilo románico de transición. Son muestra de lo que debió ser el antiguo monasterio, como lo acreditan también los restos de pintura al fresco con motivos geométricos de sabor mudéjar. 

Por parte de la Dirección del Patrimonio Artístico de la Comunidad de Castilla y León se terminó la restauración de lo descubierto, en 1989 consiguiendo el premio Europa Nostra de Restauración el año anterior. En 5 de marzo de 1976 ya había sido declarado el monasterio Monumento Histórico Artístico. 

Existen pocas noticias sobre el Cristo ubicado en el convento de las religiosas que comentamos, conocidas vulgarmente por las Claras. 

Ángel Riesco Terrero dice que: "tras las rejas del coro bajo, pueden apreciarse: un buen crucifijo (copia imitativa del XIII)"2. Cabe la suposición de que sea el que se salvó del incendio del convento en 1413.

 

Crucifijo del convento de las Mm. Clarisas.
Fragmento de una fotografía del Museo Conventual de las Claras

 Don Manuel Gómez-Moreno habla de varios Crucifijos e imágenes de la Virgen y de santos, y destaca un "Crucifijo, menor del tamaño natural y muy retorcido, en el coro"3. 

Recientemente y a partir de la inauguración del Museo conventual, en 1989, podemos tener acceso a la contemplación de este Cristo, que por haber permanecido en la clausura, no era posible visitar y por tanto nos eran desconocidas sus características. 

Don Luis Garrido y don Ángel Pisón nos dicen, a propósito de este Crucificado: "Un gran crucifijo con un Cristo trabajado en madera a finales del siglo XIII o principios del XIV. Presenta un estilo de transición entre el románico y el gótico, tal como se advierte en la románica estaticidad horizontal de sus brazos y manos, perfectamente combinada con las notas goticistas que ofrecen su cabeza, ligeramente inclinada, y sus pies, montados y cogidos con un solo clavo"4.

Colocado sobre una ventana de arco escarzano, que da vista a la iglesia, este Cristo presenta las siguientes características: Cabeza pequeña y alargada, con inclinación hacia la derecha que obliga a presentar el cuello forzado y curvo en el lado izquierdo, ojos cerrados, nariz pequeña, barba poco rizada y triangular, melena oscura poco ondulada y no muy abundante, que cae pegada a la cabeza en delgadas guedejas sobre los hombros, corona de espinas tallada toscamente. 

Tórax poco abombado de costillas mal dibujadas y contrahecha anatomía por la cadera izquierda que se desplaza, arco del epigastrio muy abierto y señalados pectorales, pequeña llaga poco pronunciada y sin apenas sangre, brazos muy horizontales, largos y finos sin venas ni músculos, manos abiertas con ligera flexión hacia los clavos, piernas poco musculosas y labra tosca, la izquierda ligeramente curvada para apoyar el talón en el larguero y sobre ella la derecha con la rodilla adelantada y con el pie en torsión lateral exterior lo que le hace adoptar una extraña figura. 

Todo el cuerpo presenta colorido oscuro tostado que le da un aspecto tétrico. 

El paño de pureza es grande y de tono blanquecino que destaca sobre las carnes. Se levanta ligeramente dejando ver a partir de la rodilla derecha y cayendo en el resto con pequeños pliegues pegados al cuerpo, como si de tela mojada se tratara y colgando de la cintura sin anudamiento hasta casi las pantorrillas. 

Posiblemente sea el Cristo salmantino que presenta una postura más forzada entre la cabeza, el tronco y las extremidades inferiores. 

La Cruz no muy grande ni ancha, es plana y de color negro con cabecero reducido en el que una pequeña tabla alargada y de forma romboide de color gris aloja las letras infamantes.

 

Crucifijo del convento de las Mm. Clarisas

 

 

 

 

1.- Bernardo Dorado, Compendio histórico de la ciudad de Salamanca. Su antigüedad, la de su Santa Iglesia, su fundación y grandezas  que la ilustran. Salamanca, 1985. Edición facsímil de la de 1776. Pg. 196.

2.- Ángel Riesco Terrero, Datos para la Historia del Real Convento de Clarisas de Salamanca. León, 1977. Pg. 18.

3.- Manuel Gómez-Moreno y Martínez, Catálogo monumental de España. Provincia de Salamanca. Valencia, 1967. Pg. 182.

4.- Luis Garrido y Ángel Pisón, El Real Convento de Santa Clara y su Museo. Salamanca, 1994. Pg. 31.


 Por José María Hernández Pérez

06/03/2023 Rev. 00