Este Cristo
se venera en la moderna parroquia denominada Dulce Nombre de María, situada en
el Alto del Rollo, que comenzó a funcionar como tal el 14 de abril de 1968.
Altar en la iglesia del Dulce Nombre de María |
Su nombre aparece en la publicación de Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón,1 en relación con la Hermandad del Silencio (Cristo de la Vela) cuya sede es la parroquia de Jesús Obrero del Barrio de los Pizarrales que en 1985, cuando elaboró sus Estatutos y quiso salir en procesión, pasó una verdadera odisea para encontrar la imagen que sirviera a sus fines.
Fue solicitada esta imagen a la parroquia del Dulce Nombre de María pero no se concedió autorización. Previamente se había intentado con el Cristo de la columna y el Cristo de la Paz de la parroquia de San Sebastián y con el Cristo de la Zarza de la parroquia del Carmen.
Tiene este Cristo
gótico, de tamaño poco menor que el natural, cuerpo vertical sin contorsiones,
una labra basta y la tonalidad oscura y mate. Cabeza alargada con inclinación
hacia la derecha, nariz pequeña, barba y bigote lisos de tono parduzco, corona
de espinas tallada toscamente, melena de reducida talla con dos guedejas
grandes y lisas que caen lacias sobre los hombros dejando vistas las orejas,
pecho no muy profundo y de lisa anatomía, llaga poco pronunciada y sin apenas
reguero de sangre, al igual que toda la figura, largas extremidades superiores
de potentes antebrazos en posición casi horizontal, manos de gruesos dedos
ligeramente flexionados, piernas cortas y grandes pies paralelos y atravesados
por un sólo clavo.
Cristo de la iglesia del Dulce Nombre de María Fotografía de salamancaenelayer.com |
El paño superfemoral de tonalidad marrón oscuro es grande, cubriendo por debajo de las rodillas y dejando ver la mayor parte del abdomen. Por delante va recogido arriba en el centro y colgando en dos órdenes más hacia el interior con plegados lisos que caen también por detrás y por los lados como si se tratara de un vestido.
La Cruz, relativamente estrecha, oscura sin llegar al negro, carece de
cartela para la inscripción ignominiosa.
1.- Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón, Semana Santa salmantina. Historia y Guía
ilustrada. Salamanca, 1992. Pg. 141.