Cristo Gótico de la Iglesia desaparecida de San Bartolomé

  

La iglesia, conocida como San Bartolomé de los Apóstoles, para distinguirla de la de San Bartolomé el Viejo, se alzaba en el territorio de los serranos, (que llegaron a Salamanca para repoblarla al mando de don Fruela de León), donde hoy se encuentra el Palacio de Congresos y Exposiciones, y erigida hacia el año 1174 por el caballero don Berengario fue consagrada por el obispo Pedro Suarez, citándose ya en el capítulo CCCXIII del Fuero de Salamanca. 

El templo románico, de pequeñas dimensiones y el ábside cubierto al interior con bóveda de cañón, se amplió y reformó a mediados del siglo XVI con mezclas de plateresco y barroco por los maestros canteros Martín Navarro y Miguel de Aguirre1, gracias al mecenazgo del duque de Alba, don García Álvarez de Toledo, que tenía su palacio junto a la iglesia, donde luego se edificara el Colegio Mayor de San Bartolomé. 

Fue de nuevo reformada la iglesia en 1757 por Manuel Ribera, bajo la supervisión de Simón Gabilán Tomé2 y dos años después consta que dora un retablo Diego Enríquez. 

En el arreglo parroquial de 1867 dejó de prestar sus servicios como parroquia y fue cerrada al culto a finales del siglo pasado, terminando por derrumbarse sus ruinas por los años veinte de este siglo. 

En la iglesia de San Bartolomé existe un "Crucifijo de tamaño natural, en  la sacristía, obra del siglo XIII y muy bien conservado, aún en la encarnación o pintura; muestra expresión de dolor, la herida del pecho muy abierta, el cuerpo arqueado; corona real, mutilada; cruz de gajos".(*) 

(*) "Cerrada al culto la iglesia, el crucifijo gótico pasó al Museo y las esculturas y pinturas, a la capilla del Colegio de Anaya, actual parroquia de San Sebastián". 

Esto es lo que nos dice Gómez-Moreno3 quien más adelante reseña un Cristo como "Crucifijo de fines del siglo XIII, cuerpo algo arqueado y piernas cruzadas; cruz de gajos; intacto y muy notable"4 que suponemos sea el mismo, descrito anteriormente, que ya ha llegado al Museo provincial en 1903. 

No tenemos más noticias del paradero de este Cristo hasta que en 1932, Camón Aznar habla de un "Cristo de madera del siglo XIV"5 y todavía en 1956, Cirlot señala un "Cristo de talla del XIV"6  entre las esculturas del Museo Provincial, lo que nos hace suponer se trate de la misma imagen a la que nos estamos refirien­do. 

Ya no se encuentra en el Museo en el catálogo que hace Gaya Nuño7 en 1968, tampoco lo cita en su inventario Amelia Gallego8 en 1975, mucho menos Alfonso Rodríguez G. de Ceballos9 en 1989 y, por supuesto, tampoco aparece en el último catálogo de Mercedes Moreno Alcalde en 199510. 

Se trata, a juzgar por la fotografía que publica don Manuel Gómez Moreno11, de un Cristo gótico de alargada figura rectilínea desde los pies a la cadera, pero con una torsión exagerada del tronco hacia su lado izquierdo, en una doble curvatura que desco­yunta el brazo derecho.

 

Cristo Gótico en el Catálogo Monumental de Salamanca
de Manuel Gómez-Moreno fotografía 399


La cabeza reducida y de fealdad apreciable, que se acrecienta con la poca delicadeza del trabajo en cejas, bigote y barba, ojos cerrados y oblicuos, corona de espinas tallada burdamente y melena con desordenadas guedejas que caen lacias sobre los hombros.

Brazos gruesos bastante horizontales, poco delicados, manos rudimentariamente labradas, pecho hundido y costillas pronunciadas, llaga del costado enorme con abundancia de huella sanguinolenta, piernas poco agraciadas con torsión inverosímil de ambos pies para ser atravesados por único clavo y sudario que cubre por encima de la cadera hasta las rodillas y por detrás, con caída vertical, plegaduras sobre las piernas muy artísticas -para la época en que fueron ejecutadas-, nudo central con lazada que deja caer el paño con bastante gracia, después de ancha doblez en la cintura. 

Presentaba extraordinaria similitud con el Cristo del claustro bajo del monasterio de las Claras: en la posición de la cabeza, en la colocación de los brazos, en la torsión del cuerpo hacia el mismo lado y sobre todo en el cruzamiento inverosímil de los pies.

La Cruz de madera muy oscura, robusta, de tronco natural de gajos, con cabecero y transversal muy cortos. El cartel con la condena, plano, grande y de línea romboidal con enormes letras. 

La Cruz de gajos, con ramas tronchadas, tan utilizada en la iconografía románica y luego en la gótico-tardía, procede de los escritos de San Ambrosio: "Por un árbol Adán nos acarreó la muerte, por un árbol Cristo nos devuelve la vida".

 


 

1.- María del Camino Paredes Giraldo, Documentos para la historia del arte en la provincia de Salamanca. Segunda mitad del siglo XVIII. Salamanca, 1993. Págs. 73, 83, 104 y 225.

2.- Andrea Barbero García y Teresa de Miguel Diego, Documentos para la historia del arte en la provincia de Salamanca. Siglo XVI. Salamanca, 1987. Pg. 64.

3.- Manuel Gómez-Moreno y Martínez, Catálogo monumental de España. Provincia de Salamanca. Valencia, 1967. Pg. 278.

4.-    Id.   id.   ob. cit.  Pg. 308.

5.- José Camón Aznar, Guía de Salamanca. Madrid, 1932. Pg. 106.

6.- Juan Eduardo Cirlot, Salamanca y su provincia. Barcelona, 1956. Pg. 160.

7.- Juan Antonio Gaya Nuño, Historia y guía de los museos de España. Madrid, 1968. S/pg.

8.- Amelia Gallego de Miguel, Museo de Bellas Artes. Salamanca. Salamanca, 1975. S/pg.

9.- Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, Guía de Salamanca. León, 1989. S/pg. 10.- Mercedes Moreno Alcalde, Museo de Salamanca. Salamanca, 1995. S/pg.

11.- Manuel Gómez-Moreno y Martínez, ob. cit. fotografía 399.


 Por José María Hernández Pérez

06/03/2023 Rev. 00