Cristo de la Agonía Redentora

Catedral Nueva

 

Cristo de la Agonía Redentora,
 imagen tomada del blog jesusario.blogspot.com

 

 La primera referencia que de tal Cristo poseemos se debe al escritor valenciano don Bartolomé de Villalba y Estaña "El doncel de Xérica" quien en su libro de viajes por España El Pelegrino curioso y grandezas de España, redactado poco antes de 1580, dice, a propósito del convento de monjas de Santa Isabel, que visitó en 1572: "de la mesma regla, donde hay en la iglesia, sobre la mano izquierda, un Cristo crucificado de las más lindas y devotas preseas que se puede uno imaginar, que si tuviera la barba larga pudiera competir con el más devoto"1. 

Para don Manuel Gómez-Moreno "es un valioso crucifijo, en tamaño natural y del siglo XV, aunque desfigurado por la peluca y un sudario moderno de trapo encolado. Revela estudio exacto y minucioso del natural, acusando las arterias, y no mal trazado en conjunto; su rostro es muy expresivo y doliente, tiene extendidos los dedos de las manos, y el nudo del sudario, que sí es antiguo, se riza en menudos pliegues"2.

El Cristo, de gran patetismo, casi tétrico y carente en su aspecto físico de toda idealización, tiene los ojos abiertos y extraviados, separados los labios, sin apenas barba y bigote y se encuentra a punto de expirar. El sudario grande -de tela encolada, con reborde pintado en marrón, con moña al lado izquierdo y caída lateral de airosos pliegues cortos, se desliza por detrás más abajo de las rodillas y que deja a la vista el muslo izquierdo, como hacen los Cristos barrocos- es más moderno. La larga cabellera de pelo natural y la corona de espinas metálica, de cuatro cabos en dos órdenes, se añadieron en el siglo XVII; ha sufrido más de un repintado en sucesivas épocas, siendo la última restauración de 1997, apreciándose huellas sanguinolentas de latigazos por todo el cuerpo en cantidad exagerada, sobre todo en la de la sangre que brota en gruesos goterones de la llaga del costado. 

Los brazos tendiendo a la horizontalidad presentan venas y músculos muy señalados, las manos grandes y bien talladas con los dedos engarabitados, tronco vertical con pectorales sin apenas señalamiento, al igual que los intercostales, piernas fuertes muy arqueadas con robustas rodillas y grandes pies atravesados por un solo clavo. 

La Cruz, de made­ra, bastante plana y anchísima, barnizada en oscuro, es muy reciente, pues la anti­gua es la que carga un cofrade en la procesión del Miércoles Santo y en la que se coloca cada año una placa con el nombre del hermano que la portó.


Cristo de la Agonía Redentora, Catedral Nueva de Salamanca 
Foto José Luis Filpo Cabana en WikimediaCommons


Lleva la Cruz una enorme tablilla muy ancha y plana, de color negro, donde figura la inscripción de Jesús Nazareno Rey de los Judíos en los idiomas hebreo, griego y latín. 

La noche de Miércoles Santo de 1836 (30 de marzo) esta imagen del Cristo fue trasladada a la Catedral Nueva desde el convento de las Isabeles, pues las monjas, como consecuencia de la Ley de Exclaustración de Juan Álvarez Mendizábal del 8 de marzo, tuvieron que abandonar el monasterio y trasladarse al convento de Santa Úrsula por tener la Comunidad de las Isabeles menos de 20 religiosas. Volvieron de nuevo en 1848. 

Ya en la Catedral Nueva recibe culto el Cristo en un altar del crucero norte, en la crujía del Sr. Penitenciario, frente al sepulcro del Obispo don Francisco de Bobadilla, que fue quien puso la primera piedra de la Catedral Nueva y era tradición y costumbre de los estudiantes -especialmente coincidiendo con la época de exámenes- depositar delante del Cristo los apuntes de la asignatura y rezar una oración impetrando el éxito inmediato. 

El altar es semejante a los de las capillas renacentistas de la Catedral y difiere en que el fondo de la hornacina está cubierto por una tela de terciopelo de color morado oscuro que se extiende también por el pequeño dosel semicircular que lo cubre. La base en que se apoya la Cruz del Cristo está constituida por un monte de las calaveras de acentuado tono verdoso. 

Reclamada la imagen por las monjas en varias ocasiones, durante el siglo pasado, cuando desaparecieron las causas de su forzado abandono del convento, hubo poca voluntad de devolver el Cristo por parte del Cabildo catedralicio, con lo que las religiosas, imbuidas de su franciscano espíritu de resignación, desisti­ron de su demanda y se conformaron, quedando contentas de que recibiera culto su Cristo en la primera Iglesia de la ciudad. 

La talla del Cristo es en la actualidad protagonista de algunas celebraciones de la Semana Santa al desfilar en procesión la noche del Miércoles Santo, sobre unas andas de artística forja, fondo de metal dorado y bellos candelabros en las cuatro esqui­nas, soportadas por 56 hermanos. 

En 5 de mayo de 1984 se redactó el Acta fundacional de la Cofradía Penitencial del Cristo Yacente de la Misericordia. Tras los iniciales titubeos y en vista de las dificultades surgidas se decide variar el sentido procesional y se configura otra Cofradía que pueda tener suficiente apoyatura y una vez consolidada procesionar con el Yacente. 

Para ello se piensa en este Cristo de la Agonía y a finales de 1985 se solicita del Cabildo su autorización para sacar procesionalmente la imagen. El Cabildo sólo exige la aprobación de los Estatutos de la cofradía, lo que se realiza el 30 de octubre de 1986, cambiando la denominación, que se convierte en Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo de la Agonía Redentora y Yacente de la Misericordia. 

El segundo título que se da al Cristo que nos ocupa, de Redentora, se hace para distinguirlo del Cristo de la Agonía, que ya era ostentado por el titular de la Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía, con sede en la iglesia de los Padres Capuchinos. 

No obstante siguen los problemas de identidad de denominación antes apuntados, y con fecha 13 de marzo de 1988 se solucionan invirtiendo la titulación y pasando a ser Cofradía Penitencial de Cristo Yacente y de la Agonía Redentora. 

Con la cesión del Cristo el Cabildo permitió que se utilizara, para darle culto en ella, la capilla de la Virgen de la Verdad, también en el crucero norte de la Catedral Nueva. 

Sale por primera vez la procesión de esta Hermandad el 15 de abril de 1987, ya en la madrugada del Jueves Santo3. 

Con fecha 26 de noviembre de 1990 la Casa Real aceptó el nombramiento de S.M. el rey Juan Carlos I como Hermano Mayor Honorario y concedió a la Cofradía el privilegio de ostentar el título de Real, por lo que pasó a denominarse Real Cofradía Penitencial del Cristo Yacente de la Misericordia y de la Agonía Redentora. 

A partir de 1988 se reformó el itinerario de la procesión de esta Cofradía para dar lugar a un emotivo acto como es el de que la imagen del Cristo de la Agonía Redentora visite su antiguo convento de las Mm. Isabeles, en coincidencia con el recuerdo del otro Miércoles Santo de 1836 en que lo abandonó por las circunstancias antes apuntadas3. 

La Comunidad de religiosas sale a las puertas del convento a recibir al Cristo y celebra conjuntamente con la Cofradía el acto denominado Trilogía de la Pasión, que consiste en aunar poesía, canto y oración. 

La poesía corre a cargo del que actúa como "poeta ante la Cruz", acto público que la Cofradía viene celebrando desde 1986, todos los años, el Domingo de Pasión con acompañamiento de una coral. 

Del canto se encargan las religiosas de la Comunidad de Madres Isabeles.

 La oración por Salamanca es pronunciada por el asesor religioso de la Cofradía. 

El hermanamiento entre Cofradía y Comunidad de religiosas es muy estrecho y en la capilla del convento se celebran diversos actos, organizados por la Hermandad, a lo largo del año. 

Desde el año 2018, después de 30 años, el recorrido de la Real Cofradía del Cristo Yacente y de la Agonía Redentora varió su recorrido y no acudió al convento de Las Isabeles con el fin de evitar el paso por la calle Bordadores y su "ambiente festivo" incoherente con el recogimiento que se precisaba. Desde entonces el recorrido de la procesión es aproximadamente: Salida de la Catedral por la Puerta de Ramos a las 00:00 de la madrugada del Miércoles Santo al Jueves Santo, atrio de la Catedral, Plaza de Anaya, Calle Tostado, Calle San Pablo, Plaza del Poeta Iglesias, Calle Quintana, Calle Juan del Rey, Calle Prado, Calle Doctrinos, Calle de la Compañía, Rúa Antigua, Plaza San Isidro, Calle Libreros, Calle Calderón de la Barca, Catedral Nueva (entrada por Puerta del Obispo).

 

 

 

 

 

 

1.- Manuel García Blanco, El Museo - Crónicas salmantinas. I. Artículo: El itinerario salmantino de "el Pelegrino curioso". Salamanca, 1957. Pg. 72  y Seis estudios salmantinos. Salamanca, 1961. Pg.  65.

2.- Manuel Gómez-Moreno y Martínez, Catálogo monumental de España. Provincia de Salamanca. Valencia, 1967. págs. 203 y 204.

3.- Francisco Javier Blázquez y Luis Monzón, Semana Santa Salmantina. Historia y Guía ilustrada. Salamanca, 1992. Pg. 48.


 Por José María Hernández Pérez

06/03/2023 Rev. 00