Han pasado siglos dándose la circunstancia de que en el coro de la iglesia de Sancti-Spíritus, durante casi todo el año, no se encontraba el Cristo de los Milagros, que recibía adoración en la pequeña capilla de Santana, como se ha dicho anteriormente. El citado beaterio de Santa Ana se trocó en el magnífico monasterio de las Comendadoras de Santiago.
Este monasterio servía ya de parroquia en el siglo XIV como lo indica una inscripción del sepulcro del Licenciado Pedro Vidal, de 1363, pero ya en el siglo XII y seguramente en los tiempos de don Ramón de Borgoña o del segundo marido de su viuda doña Urraca, don Alfonso de Aragón ya lo fuera, aunque no figura como tal en el Fuero de Salamanca. En el año 1222 cedió el Cabildo la parroquia a las religiosas de Santa Ana, aunque con sujeción a la jurisdicción ordinaria.
Hasta que en 1945 fue trasladado el Cristo de los Milagros, con carácter definitivo, le sustituía en el altar otro Cristo, de época posterior, cuya efigie no es tan conocida y mucho menos venerada que aquella.
Coro de la iglesia de Sancti Spiritus Revista de Arte "Salamanca y sus costumbres" de 1928 |
Podemos ver la fotografía de este Cristo en la Revista de Arte "Salamanca y sus costumbres"1 de 1928, en "Salamanca, Arte y espíritu de la ciudad y su provincia"2 de 1954 y de nuevo en la obra de Cirlot, quien dice a propósito de él: "En este recinto [coro] pueden admirarse varias esculturas... y un Cristo crucificado de la segunda mitad del XVI"3.
Parece ser este Cristo el que en la actualidad se encuentra presidiendo uno de los salones de la sacristía, donde se halla junto con las imágenes del Bueno y del Mal Ladrón, aunque no hace demasiado juego con las pequeñas figuras de los dos malhechores.
El Cristo tiene la figura alargada, más pequeña que el natural, encarnación morena brillante, rostro pequeño con la faz grave dirigida ligeramente hacia la derecha, barba puntiaguda, espesa y rizada con cabellera de ondas no muy abundantes que caen sobre los hombros, brazos sensiblemente caídos de antebrazos potentes, dedos de la manos flexionados hacia los clavos, torso con costillas escamosas y vientre recto de suave anatomía, piernas finas con la derecha bastante adelantada, limpio de llagas y hematomas y ceñidor grande estofado con pliegues poco revueltos y moñas laterales.
La Cruz de madera oscura
es del tipo de gajos con abundantes ramificaciones podadas y aparenta solidez
en su corteza. La cartela con la inscripción infamante, muy grande, avolutada
sobre el cabecero, también de gran longitud.
1.- Revista de
Arte "Salamanca y sus costumbres". Publicación mensual ilustrada.
Salamanca, 1993. Edición facsímil de la de 1928. Pg. 215.
2.- Rufino Aguirre Ibáñez, Salamanca. Arte y espíritu de la ciudad y su provincia. Salamanca,
1954. Fotografía 73.
3.- Juan Eduardo Cirlot,
Salamanca y su provincia. Barcelona,
1956. págs. 106 y 108.