El Monte Olivete y el convento de San Esteban


Crucero en el Monte Olivete. Imagen del libro "Salamanca monumental" de Antonio García Boiza

A finales del siglo XV la zona del Monte Olivete, homónima al sagrado monte del cristianismo y situada al sureste de la ciudad junto a la cerca nueva, era propiedad del concejo. Los dominicos, llegados a Salamanca en 1224 e instalados en la primitiva iglesia de San Esteban en 1256, llevaban tiempo mostrando interés por obtener su propiedad con objeto de ampliar su convento, alejar de la zona algunas actividades molestas (curtidurías) y eliminar la falta de intimidad que provocaba la presencia de la gente que circulaba por calle cercana al convento, llamada del Monte Olivete, que cruzaba dicho alto partiendo del Arroyo de Santo Domingo hasta alcanzar los rasos donde siglos después se construyó el colegio de Calatrava*2. En julio de 1492 y como merced por los servicios prestados, los Reyes Católicos dictaron una provisión ordenando la entrega a la orden de predicadores de una gran parte del monte que incluía la calle y todas sus construcciones con la única condición de dejar una calle pública de acceso de 26 pies entre la muralla y el nuevo inmueble. El Ayuntamiento ejecutó la provisión en enero del año siguiente quedando finalmente la calle-ronda con una anchura de 30 pies. El cierre de la zona, a pesar de la ronda, obligó a la apertura de una nueva puerta en la muralla, la puerta Nueva, que aliviaría los rodeos a los que se vieron obligados los vecinos.

No todo el terreno del Monte Olivete pasó pertenecer a los Dominicos y así lo atestiguan las escrituras de compraventa de solares de la zona durante el siglo XVI. En terrenos aledaños al convento de San Esteban, cerca de la puerta Nueva, fue fundado el Colegio de Santa María y de todos los Santos (vulgo del Monte Olivete) al iniciarse el siglo XVI, además la Universidad barajó en 1554 la posibilidad de comprar allí terrenos y casas para la construcción de los colegios de Gramática*.
Los dominicos establecieron una política de compra o cambio de solares de los terrenos del Monte Olivete que no eran de su propiedad, siendo la operación más importante el acuerdo con el Concejo en 1524 por el que la comunidad de monjes se hacía con la zona de la calle-ronda de la muralla a cambio de otros terrenos adquiridos por el convento en la zona este, frente al actual paseo de Canalejas. Estos terrenos pasarían con el tiempo a manos de la Diócesis de Salamanca en la operación inmobiliaria que Ayuntamiento y el Padre Cámara llevaron a cabo en 1890 por la que el consistorio cedió los terrenos del Monte Olivete para la ampliación del Colegio de Calatrava y algunos solares para la ampliación del terreno donde se iba a construir la iglesia de San Juan de Sahagún a cambio de los terrenos que ocupaban las iglesias de San Justo y Santa Eulalia que quedarían convertidos en plazas públicas.

El convento alcanzó su máxima extensión en 1819, cuando el edificio que había sido del colegio menor del Monte Olivete, ocupado desde 1786 por el colegio de la Magdalena tras la fusión de los colegios de Monte Olivete, Cañizares y San Millán y su traslado al edificio de este último, tuvo que ser derribado debido al estado ruinoso en que se encontraba a resultas de los daños recibidos por la ocupación francesa, los terrenos fueron adquiridos por los padres dominicos y añadidos a su recinto.

El período más infausto para el convento había comenzado en enero de 1809 con la entrada de los franceses en la ciudad. El convento se empleó entonces como albergue de los pobres del hospicio, enfermería y asilo de religiosos destituidos de otras órdenes (regulares). Aunque el edificio no corrió la suerte de otros de la ciudad, que fueron prácticamente demolidos para la construcción de defensas militares, si sufrió fuertes deterioros y el saqueo por parte de las tropas. El Estudio General, que existió en el convento desde 1299, quedó interrumpido.
Al final de la guerra se pudo llevar a cabo la restauración por la venta de algunas propiedades rurales del convento. La iglesia quedó abierta de nuevo en 1813.

Peor resultó para los frailes la desamortización de 1835 que significó la pérdida del convento, la orden fue suprimida y como el resto de los frailes españoles sus moradores optaron unos por acudir a Ocaña, donde el único convento dominico que quedaba se encargaba de recoger misioneros para el extremo oriente, o ponerse a las órdenes de algún obispo para efectuar el trabajo que se les requiriera en la correspondiente Diócesis.
La iglesia, claustro de los reyes y sacristía quedaron en propiedad de la Diócesis de Salamanca bajo la responsabilidad de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, fundada por la propia Orden Mendicante en 1470, y pasó, en 1840, a convertirse en parroquia de San Polo ante el estado ruinoso que mostraba su titular. Su biblioteca, o parte de ella, se incorporó a la de algunas Universidades entre ellas la de Salamanca y su archivo fue enviado al Archivo Histórico Nacional en Madrid. En sus locales se acumularon cuadros y otros objetos artísticos procedentes de los conventos suprimidos, reunidos siguiendo la Orden de 29 de julio de 1835 del Ministerio del Interior que establecía la creación de una Comisión Civil con la misión de “…examinar, inventariar y recoger cuanto contengan los archivos y bibliotecas de los monasterios y conventos suprimidos, y las pinturas, objetos de escultura u otros que deban conservarse”. Estas obras de arte acabaron siendo trasladadas al colegio de San Bartolomé (palacio de Anaya) donde el 10 de Octubre de 1848 se abrió al público el Museo Provincial.

Vista desde la enfermería del convento de
San Esteban, al fondo el crucero que recuerda
 las predicaciones de San Vicente Ferrer
en ese lugar en 1411.
Grabado de Daniel Urrabieta, 1871
También desapareció la botica del convento, de la que se tiene la constancia de su primer boticario D. Antonio Torres en el año 1506. El resto de las dependencias del convento, salvo la zona de la enfermería que había quedado para la atención de un pequeño grupo de frailes ancianos que recibieron el título de Venerables, las convirtió el Estado en cuartel de infantería. La presencia de los militares debió ser breve ya que salieron de allí en 1842, quedando desocupado durante un largo periodo durante el cual algunas familias ocuparon las dependencias vacías.

Solo un año después de la exclaustración se publicó el Real Decreto del 19 de febrero de 1836 que estableció la venta de los bienes del clero en pública subasta. Las propiedades del convento de San Esteban fueron enajenadas y nunca volverían a su propiedad.
En 1854 volvió a instalarse un cuartel en el convento, esta vez de caballería, que se mantuvo allí hasta el 24 de mayo de 1880 cuando pasó a ocupar el edificio del Trilingüe. Una buena parte del convento, aún en mal estado, esperaba el regreso de los frailes dominicos.
El 4 de noviembre de 1880, invitados por el general de la Orden para restablecer el convento, llegaron a Salamanca un grupo de dominicos franceses que habían sido expulsados en 1879 por el gobierno francés. Junto a ellos lo hicieron algunos dominicos españoles que se unieron al grupo para suavizar el impacto lingüístico y cultural. La ocupación fue parcial ya que el Real Decreto de 1 de abril de 1862 había mandado entregar el claustro de los Reyes a la Comisión de Monumentos para establecer allí el Museo Provincial. Por otro Real Decreto, el de 10 de enero de 1865, la Comisión también recibió el salón de Profundis.

Grupo de Dominicos de Toulouse en San Esteban 1880-1887
En julio de 1887 los frailes franceses abandonaron el convento y en él quedó un grupo de dominicos españoles formado a partir de los pocos que se unieron a los franceses en 1880. Solo tres años después el convento fue nombrado monumento nacional. El extinguido Estudio General volvió a ser establecido de nuevo en 1897.
El Museo Provincial permaneció en el edificio hasta que se trasladó en 1936 al edificio de las Escuelas Menores quedando todo el convento en manos de los Dominicos. En 1947 el Estudio General quedó convertido en Facultad de Teología.






@ C.H. B01/08/18 Rev 01






La enfermería de San Esteban y ¿el jardín público del Monte Olivete?



Son pocas las imágenes clásicas, y aún actuales, dedicadas a este recinto desconocido para una gran mayoría de salmantinos. Se trata de la galería de convalecientes o enfermería del convento dominico de San Esteban situada en su zona de clausura. Es una galería doble con dos tramos perpendiculares, uno de ellos muy corto, que se abre hacia el sur. Está formada por arcos rebajados soportados por columnas de basa ática, fuste liso y capiteles corintios de una exuberancia propia del plateresco. La solana fue construida hacia 1510, al parecer financiada por la familia Fonseca que dejó su firma con su escudo de cinco soles sobre uno de los capiteles de la galería baja, sin que se tenga la absoluta seguridad de si el donante fue D. Alfonso de Fonseca, el segundo, que fue arzobispo de Santiago de Compostela y luego patriarca de Alejandría, o su hijo D. Alfonso de Fonseca, el tercero, que sucedió a su padre en el arzobispado de Santiago, o tal vez lo fueron ambos, dudándose en añadir algún que otro mecenas. Desde la galería de la enfermería pudo disfrutarse de la huerta del convento que incluye el alto conocido como Monte Olivete, donado en 1492 por los Reyes Católicos. Todavía hoy, allí permanece la cruz que recuerda el lugar en el que la tradición sitúa la predicación de San Vicente Ferrer de 1411 y el supuesto milagro que allí obró cuando predicaba sobre su tema favorito, el Juicio Final, concretamente sobre el versículo del Apocalipsis de San Juan en el que un ángel gritaba desde el cielo.
–Temed a Dios y darle honor, porque vendrá la hora del juicio– y el santo continuó – tan cierto es hermano que el Juicio está cercano, que habéis de saber que yo soy ese mismo ángel del Apocalipsis. 
Ante los murmullos de incredulidad de los presentes, el santo mandó traer a una mujer que acababa de morir en la parroquia de San Polo. Y cuando la trajeron, San Vicente le dijo.
–En nombre de Dios te ordeno que te levantes y me digas ¿Es verdad que soy yo el ángel del Apocalipsis que vio San Juan?
A lo que ella contestó: 
–Sí es verdad, tú eres ese Ángel. 
Y dándola a escoger entre la vida o la muerte, ella escogió la muerte. Quedando todos pasmados de semejante prodigio.

Hace algún tiempo el Plan de Gestión de la Ciudad Vieja de Salamanca, cuya misión es proteger y poner en valor el patrimonio de Salamanca, realizó el estudio de impacto que supondría transformar el huerto del convento de San Esteban en jardín público, con acceso desde las ruinas del “Pozo de las nieves”. De conseguirse tal propósito, la historia que encierra no sería su único atractivo, su situación elevada hace del lugar un observatorio privilegiado de la monumentalidad de la ciudad, un insólito punto de vista, una nueva forma de mirar Salamanca.

¡Veremos!



© C.H. fc 14/04/18 Rev. 00 




Fraile en la galería de la enfermería del convento de San Esteban. José Suárez. Salamanca 1932.








Fuentes:

Francisco Vidal y Micó. Portentosa vida de el apóstol de la Europa S. Vicente Ferrer, Barcelona 1777

Alfonso Rodríguez G. de Ceballos. La iglesia y el Convento de San Esteban de Salamanca: Estudio documentado de su construcción. Publicaciones del Centro de Estudios Salmantinos),1987

Urbanismo de Ayuntamiento de Salamanca. Plan De Gestión De La Ciudad Vieja De Salamanca. Enlace

Morfología de la Salamanca medieval. Procesos de formación, articulación y gestión. Resultados físicos y topografías funcionales. Mª Eva Gutiérrez Millán 2010. Enlace

*Cartulario de la universidad de Salamanca (1218-1600) tomo III Vicente Beltrán de Heredia. 1971. Universidad de Salamanca. Enlace

*2Cartulario de la universidad de Salamanca (1218-1600) tomo V. Vicente Beltrán de Heredia. 1971. Universidad de Salamanca. Enlace

El voto de pobreza, la mendicidad y el asistencialismo entre los dominicos castellanos (1460-1550). Guillermo Nieva Ocampo.  Hispania Sacra, LXI 124, julio-diciembre 2009, 483-512. Enlace

Historiadores del Convento de San Esteban de Salamanca (1914.) Salamanca: Imprenta católica salmanticense, 1914. Enlace

La creación de la observancia regular en el convento de San Esteban de Salamanca durante el reinado de los Reyes Católicos. Guillermo Nieva Ocampo. Cuad. hist. Esp. v.80 Buenos Aires ene./dic. 2006 Enlace

Salamanca y sus alrededores su pasado, su presente y su futuro. Eleuterio Toribio Andrés. Talleres tipográficos "Cervantes" de Avelino Ortega, 1944. Enlace

Nieves RUPÉREZ ALMAJANO, «La Guerra de la Independencia y su incidencia en el patrimonio arquitectónico y urbanístico salmantino», Salamanca. Revista de Estudios, 40 (Salamanca, 1997), pp. 255-305. Enlace

San Esteban de Salamanca historia y guía. José Luis Espinel. Salamanca. Editorial San Esteban, 1978. Enlace

Historia de la Provincia Dominicana de España: De 1800 a la exclaustración. José Salvador y Conde. Salamanca. Editorial San Esteban, 1978. Enlace