Calvario del Oratorio del Noviciado en el Convento de San Esteban

 

 

El Oratorio del Noviciado del convento de San Esteban, que se encuentra situado a espaldas de la Sacristía y de la Sala Capitular, pero sin acceso a través del Claustro, lo fundó fray Antonio de Sotomayor, confesor de Felipe IV y de toda su familia. 

El retablo del Oratorio fue concertado con el ensamblador Antonio González Ramiro en 1628 y el dorado y estofado con el pintor Antonio González de Castro, a excepción de siete huecos con lienzos de pintura. En cambio sí se comprometía a pintar en los pedestales de las columnas del primer cuerpo a los cuatro Evangelistas y en los bancos a los cuatro Doctores de la Iglesia latina: San Agustín, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio Magno1. 

Constaba el retablo de dos cuerpos: el bajo con una calle central y dos laterales separadas por medio de columnas estriadas de orden corintio, así como la base y el capitel respectivos. El centro lo ocupaba un lienzo de la Asunción de la Virgen y los dos laterales, así como otros dos recuadros sobre éstos, lucirían pinturas de santas y santos de la Orden. 

En el segundo cuerpo ocupaba la calle central un hermoso Calvario de escultura y las dos calles laterales lucían lienzos de pintura de Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. Se cree que ambos cuadros son los que hoy se encuentran depositados en el almacén del Museo del Prado2. Tras el Calvario y como fondo del encasetonado una pintura de la ciudad de Jerusalem en perspectiva y en las enjutas del arco unas virtudes.

La separación entre ambos cuerpos lo constituía entablamento de cartelas y florones y la parte superior del retablo remataba en frontispicio que alojaría en su tímpano la figura de Dios Padre en pintura. 

Los siete lienzos de pintura fueron obra en estilo protobarroco del dominico Juan Bautista Maino, quien, en afirmación del padre Juan de Araya "dice ser cosa aventajada y muy particularmente se excedió a sí mismo en el cuadro principal de la Asunción"3. 

El retablo desapareció, sin que se pueda precisar la fecha, que bien pudo ser mientras la exclaustración del siglo pasado pues los religiosos estuvieron ausentes de Salamanca entre 1835 y 1890. 

 

 

 

 

1.- Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, La iglesia y el convento de San Esteban de Salamanca. Salamanca, 1987. Pg. 104.

2.-  Id. id.  ob. cit.  págs. 118. 

3.-  Id. id.  ob. cit.  págs. 103 y 118.


Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00