Crucificado Salmantino

 Museo Arqueológico Nacional

 

Se trata de un Cristo románico, en madera policromada, de la segunda mitad del siglo XII, que se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional y que procede de alguna iglesia salmantina, sin que sepamos de cuál se trate, ni de cómo llegó al Museo. 

Walter Willian Spencer Coock y José Gudiol Ricart nos dicen que: "Otro ejemplar notable es el que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional (fig. 448). En él se acentúa el naturalismo, la blandura muscular y la exuberancia de pliegues en el paño"¹. La figura 448 se presenta junto a la 447, que es el Crucificado de San Cristóbal y el del Museo se denomina "Crucificado salmantino". 


Crucificado salmantino (MAN), imagen de la tesis doctoral
"Disposición del paño de pureza en la escultura del Cristo crucificado
entre los siglos XII y XVII" de Carmen Gómez García (2007)


Presenta este Cristo, de expresión patética, trágico y sublime, un tamaño ligeramente superior al natural, coloración levemente oscura entre mate y brillante, cuerpo longuilíneo y recto de fino torso y robustos brazos y piernas, con la parte posterior completamente plana y pegada al madero, constitución deforme al ser cargado de hombros, cabeza reducida y alargada con ligera inclinación hacia el pecho, cuello reducido que presenta una disposición rara respecto a la cabeza. 

El rostro presenta la frente y la nariz casi en idéntico plano vertical, enormes orejas, nariz chata de reducidas aletas y distanciada de la boca por bigote apenas dibujado, cejas arqueadas, grandes párpados de pequeños ojos que miran hacia la derecha y abajo, frente despejada con el inicio del cabello sin apenas dibujo pegado al cráneo, recortado en forma de solideo y con caída hacia atrás y en ligeros mechones sobre la parte alta de los hombros, clara y corta barba con mechones regulares de talla basta y vertical demasiado geométrica. 

Carece de corona de espinas, aunque por la forma de capacete del cabello, cabe la suposición de que tuviera corona en tiempos pero de las del tipo majestad. 

Brazos horizontales pero con ángulo en la articulación del codo, redondeados, sin apenas forma, manos grandes con las palmas abiertas y los dedos juntos y paralelos al travesaño de la Cruz. La unión al pecho se efectúa con una figura arqueada en las axilas, muy poco natural. Tórax plano de anatomía esquemática con costillas que se vislumbran sólo en el costado y que desaparecen cercenadas por el plano de la espalda, llaga en el costado sin apenas huella sanguinolenta, piernas juntas y gruesas, talladas en una sola pieza, rodillas finas y gruesas pantorrillas, pies paralelos de grandes dedos y basta talla, apoyados en tosco supedáneo y atravesados por un clavo cada uno.    

El paño suprafemoral parecido al del Cristo de los Carboneros en cuanto a dimensiones y plegaduras, si bien está dispuesto en dos órdenes distintos: el superior con anudamiento central plano y ancho y dos caídas laterales al doblarse hacia abajo el paño sobre la cinta de sujeción y el inferior con elevación del pliegue en el centro y otras dos caídas externas en pliegues menudos, paralelos y verticales como los anteriores, que rematan por abajo en orla curvilínea en buena imitación de fina tela. 

La Cruz, de madera negra, que carece de cartela, es plana y de poca anchura y está dotada de un gran brazo travesero dada la extraordinaria longitud de los brazos del Cristo, siendo también largo el cabecero. 

Se encuentra el Cristo presidiendo hoy la sala XXXII del Museo Arqueológico Nacional, situado sobre un enorme bastidor rectangular negro que cuelga del techo y lleva el número de inventario 60.540. Se dice en su placa identificativa que el origen es probablemente Oña, lo que no concuerda con las afirmaciones de Walter Willian Spencer Coock y José Gudiol Ricart. Anteriormente se encontraba en la sala XXXI². 

Acompañan al Cristo, también colocados sobre sendos bastidores negros colgados del techo, pero con absoluta independencia entre sí, una Virgen y un San Juan, de tamaño reducido. 

La Virgen, de madera, bellamente policromada y colocada a la izquierda, pertenece a un Calvario sintético de estilo gótico de tradición románica del siglo XIII y procede de la iglesia de Valderrey en Zamora. Lleva el número 57.316 de Inventario. 

La imagen estilizada y ligeramente escorada hacia su derecha la cabeza y tronco, presenta bello rostro de reducida frente, cejas muy perfiladas, grandes ojos con la mirada hacia la izquierda y arriba, cuello estirado, manos juntas sobre el pecho en actitud orante. La toca, sobre la cabeza, tiene pliegues monjiles y le cae sobre los hombros. El manto rojo, con dorada orla, pegado al cuerpo con finos pliegues verticales, va recogido sobre los brazos para caer a ambos lados de ellos. La túnica de reducido escote redondo, en color azul verdoso, también ceñida y con pliegues verticales.

San Juan, de similares características a la Virgen y de la misma procedencia lleva el número 57.318 de Inventario. 

Presenta rostro redondeado y lampiño, largo cuello, ojos enormes de arqueadas cejas, con la mirada hacia abajo, melena en forma de bucles cilíndricos, convergentes hacia el occipital, finos labios, mano derecha apoyada en la mejilla y la otra recogiendo el manto y a la vez portando un pergamino enrollado. Lleva los pies descalzos. Túnica roja de amplio escote redondo y manto azul con orla dorada y pliegues verticales en ambas prendas. 

Los dibujos del estofado de las dos imágenes son grandes y semejan tréboles de cuatro hojas con cuadrados en el centro. 

Debajo del Cristo y totalmente independiente, como las figuras de la Virgen y de San Juan, existe un pequeño frontal de altar que lleva el número 60.606 de Inventario. 

Es también gótico de tradición románica con el Pantocrátor dentro de la mandorla mística, rodeada de los símbolos de los Evangelistas: toro, águila, león y mancebo y en los laterales, en dos filas bajo arcos apuntados, los Apóstoles. 

Es de madera policromada del siglo XIII y de la escuela leonesa.





1.- Walter Willian Spencer Coock y José GudiolRicart, Pintura e imaginería románicas. ARS HISPANIAE.  Madrid, 1980. Volumen VI. Pg. 335.

2.- Ministerio de Cultura, Museo Arqueológico Nacional. Madrid, 1985. Pg. 51.



  Por José María Hernández Pérez

06/03/2023 Rev. 00