Calvario del Sepulcro Arcediano Vidal

Catedral Vieja

 

  

Dentro de la Catedral Vieja y en el lugar más próximo a la puerta del claustro, se encuentra el sepulcro del canónigo don Alonso Vidal1, deán de Ávila y arcediano de Alba, fallecido en 1287, ocupando el arcosolio más adornado y con mayor viveza en los colores, de tonalidades rojas y azules, de los varios existentes en el crucero. 

Tanto Cuadrado como Camón Aznar, Eleuterio Toribio Andrés, Antonio García Boiza, Fernando Araujo, Rafael Santos Torroella, Juan Eduardo Cirlot y Daniel Sánchez y Sánchez, atribuyen el sepulcro al chantre Aparicio Guillén2, y Modesto Falcón3 solamente dice que no es el sepulcro del chantre Aparicio.  

Al parecer del siglo XIII, se cree del mismo Maestro del sepulcro de Esteban Domingo en Ávila, de la escuela leonesa, con el decorado del lucillo puramente gótico sin vestigios ya bizantinos, como alguno de los otros sepulcros de la Catedral Vieja. Sobre el arco, apuntado, la arquivolta exterior está compuesta de tetrafolios verdes y dorados, rematada en sus extremos por dos cabezas humanas una de hombre y otra de mujer con toca. La siguiente arquivolta, más ancha que la anterior, está formada por ángeles, con vestiduras talares portando hachones e incensarios, separados entre sí por doseletes que sirven al mismo tiempo de peanas que culminan en la clave con una cabeza de ángel. En el tímpano nuevo arco apuntado de tetrafolios predominando los tonos dorados y rojos. 

La parte delantera de la urna sepulcral presenta un precioso bajorrelieve de la Adoración de los Reyes, en la zona iz­quierda, con las cabezas de los tres caballos regios (colocados en vertical) que guarda un esclavo. (La iglesia siempre ha considerado a los Reyes Magos como los primeros creyentes, junto con los Pastores. Buena muestra son los bellos versos de fray Iñigo de Mendoza: "Ya parten con sus presentes, aquestos grandes señores, a ser entre lo vivientes, los tres primeros creyentes, después de nuestros pastores"). La Presentación del Niño -en brazos de su madre- se presenta en el lado derecho. Todo el friso está coronado por arquería gótica con arquillo individual trilobulado para cada figura y con castilletes en las enjutas, repitiéndose los arquillos góticos en la cenefa inferior pero en forma triangular. 

Enmarcan el friso de la urna dos pilastras adornadas de tetrafolios con los capiteles del mismo estilo. 

En las enjutas del arco superior dos relieves con figuras sentadas de cantores o amanuenses, ante atriles con un libro de rezos o cantoral. Encima un bello friso con tejadillo de labores moriscas de mocárabes. 

La figura yacente del arcediano, con el rostro vuelto hacia un lado, reposa sobre dos lujosos almohadones de adornos geométricos y apoya su mano derecha sobre el libro cerrado de los evangelios forrado con pastas verdes, viste dalmática roja con franjas horizontales pardas y azules, con bordados de oro en los adornos del collar y del manípulo. Es bella la simplificación de formas que da grandiosidad al mausoleo.


Sepulcro Arcediano Vidal en la Catedral Vieja
Fotografía de Santiago Abella.


En el tímpano del arco sobre tonalidad rojiza, destaca un precioso bajorrelieve, de  esmerada ejecución, con un programa iconográfico de las exequias de ambiente castellano que preside un Crucifijo rodeado de ocho elegantes y esbeltas figuras. 

El Cristo, de patética expresión en el rostro dolorido, presenta la figura contorsionada, con la cabeza y pecho en línea e inclinados hacia la derecha mientras caderas y muslos forman casi ángulo recto en sentido contrario y las piernas siguen alineación paralela a tórax y cabeza. De ojos cerrados y barba rubia recortada, luce pequeña corona de espinas, sobre corta melena poco dibujada. Los brazos muy largos, en pronunciado ángulo, se vencen hacia la derecha. Las piernas cruzadas en inverosímil escorzo para poder recibir un sólo clavo en los pies torcidos. El paño de pureza amplio y de color oscuro se desliza por el abdomen en geométricos pliegues que le llegan hasta la rodilla.


Calvario, detalle del Sepulcro.
Imagen realizada por Javier San José Lera en www.cervantesvirtual.com


Destacan en el grupo las dos Marías, con la Virgen ayudada en su desmayo por ellas, todas en pie con ricas vestimentas y fino tocado; junto a Cristo el centurión Longinos arrodillado e identificable por la lanza; al lado contrario otra persona: Stefaton, de pie con túnica corta y manto blanco, ofreciendo el hisopo impregnado en hiel y vinagre y San Juan, también en pie, imberbe y de rizada melena de tono oscuro y con rica vestidura. Las figuras de los extremos se supone corresponden al arcediano y a su hermana doña Teresa, ambos en actitud orante de rodillas. Dos ángeles que emergen desde la clave del arco inciensan al Crucifica­do y sobre el enclava­miento de las manos un sol y una luna, significando la victoria de Cristo en la Cruz sobre todo el universo. 

La Cruz de grandes brazos finos carece de cartela para la inscripción condenatoria. 

Tanto este sepulcro como el que se encuentra a su izquierda tuvieron la protección de una verja de hierro poco tupida y de finos barrotes -que llegaba hasta la altura de la urna- y que fue retirada al efectuarse una restauración en 1950, por el restaurador de la Dirección de Bellas Artes don Agustín Ballester Espí, al mismo tiempo que el retablo mayor, obra de los hermanos Delli (Dello y Nicolao) que ha vuelto a ser restaurado recientemente y que luce hoy en toda su grandeza.

 

 

 

 

1.- Manuel Gómez-Moreno y Martínez, Catálogo monumental de España. Provincia de Salamanca. Valencia, 1967. Pg. 118 – Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, Las catedrales de Salamanca. León, 1979. Pg. 25. y Elías Tormo Monzó, Salamanca. Las catedrales (Sobre estudios inéditos de D. Manuel Gómez-Moreno y Martínez). Madrid, 1.931. Pg. 54.

2.- José María Quadrado. Salamanca, Ávila y Segovia. Barcelona, 1984. Edición patrocinada por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia. Barcelona, 1979. Pg. 52. - José Camón Aznar, Guía de Salamanca. Madrid, 1932. Pg. 44. - Eleuterio Toribio Andrés, Salamanca y sus alrededores. Salamanca, 1944. Pg. 639. - Antonio García Boiza, Salamanca monumental. Madrid, 1959. Pg.  64 - Fernando Araujo, La Reina del Tormes. Guía Histórico-descriptiva de la ciudad de Salamanca. Salamanca, 1884. Edición  patrocinada por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca en 1984. Pg. 204. - Rafael Santos Torroella, Salamanca. Barcelona, 1967. Pg. 27. - Daniel Sánchez y Sánchez, La Catedral Vieja de Salamanca. Salamanca, 1991. Pg. 102 y 201 y Juan Eduardo Cirlot, Salamanca y su provincia. Barcelona, 1956. Pg. 45.

3.- Modesto Falcón, Salamanca artística y monumental. Salamanca, 1867. Pg.  83.


Por José María Hernández Pérez
06/03/2023 Rev. 00