Cristo del Altar Mayor de la Parroquia del Carmen

 

El retablo mayor procede de la antigua parroquia de Santo Tomás de los Caballeros1 (vulgo Santo Tomé) ya citada en el capítulo CCCXIII del Fuero de Salamanca y consta de banco, cuerpo y ático divididos en tres calles y dos entrecalles, asentado todo sobre zócalo de cantería. De poquísima gracia es del gusto de la transición, en madera oscura con adornos dorados y pequeño respecto al muro frontal de la iglesia que presenta un elevado arco de medio punto.


    

Retablo de la iglesia del Carmen de arriba a la izquierda
en una fotografía de Zarateman en Wikipedia y arriba
de Salamanca en el ayer

 

Se encuentra muy reformado y sustituyó en 1766 al anterior, de Antonio González Ramiro, construido en 16122. El cuerpo central ocupa además de la parte media del banco el espacio de la cornisa rompiéndola por medio de un arco romano de adornada arquivolta. En la parte superior y en reducido camarín una buena imagen de la Virgen del Carmen atribuida a Esteban de Rueda2. Debajo sobre fondo completamente liso el Cristo, que luego describiremos. 

Las calles laterales de hornacinas decoradas con festones alojan a la izquierda una imagen de Santa Teresa, bello ejemplar del taller de Gregorio Fernández, de la segunda mitad del siglo XVII (que a principios de siglo se encontraba en la sacristía)3 y a la derecha otra talla de San José con el Niño en brazos, del siglo XVIII. 

La separación entre cuerpo y ático se hace por medio de un desangelado friso con estípites y peanas en los intercolumnios y el ático se cierra en semicírculo y aloja en su centro, en una hornacina rectangular, lienzo barroco al óleo del Calvario. Los laterales del ático se adornan con rocallas de flores arriñona­das, cogollos, festones y cornucopias y rematan con verticales floreros. 

El banco presenta netos decorados con rocalla y las calles se encuentran separadas por cuatro columnas de fuste liso y capiteles compuestos que asientan sobre basas soportadas por ménsulas decoradas con volutas y festones. 

En la anterior iglesia de Santo Tomé, erigida en 1104 y que había sido consagrada en 1136 por el obispo don Berengario, el lugar de Santa Teresa lo ocupaba San Bartolomé y en la hornacina de San José recibía culto una imagen del patrono de la parroquia Santo Tomás Apóstol. Esta iglesia dejó de ser parroquia en 1867 y fue derribada en 1859, dando lugar a la actual plaza de los Bandos.


Cristo del Altar de la iglesia del Carmen 
Fotografía de Zarateman en Wikipedia


Se conservaron en la parroquia del Carmen la mayoría de los altares de la de Santo Tomé, de gusto barroco, que eran los de la Virgen de Atocha, imagen que había sido trasladada a la iglesia del convento de los Padres Carmelitas desde Madrid hacia 1713, del Cristo de la Zarza, de San Miguel, de San Antonio, de Santa Lucía, con retablo de Antonio González Ramiro4, de la Aparición de Cristo a Santo Tomás y el de San Francisco de Paula, hasta que por la prescripción del Concilio Vaticano II desaparecieron los retablos laterales y hoy quedan solamente vestigios a través de algunas imágenes sueltas, colocadas sobre humildes peanas en el descarnado muro. 

Anteriormente existieron en Santo Tomé las capillas de San Juan Bautista, fundada en la primera mitad del siglo XIV por don Gonzalo Rodríguez de las Varillas y la de Nuestra Señora del Carmen cuyo retablo ejecutó Lorenzo de Noba en 17805. 

Presidiendo el altar mayor existe un Cristo gótico, de tamaño menor que el natural, cuerpo de esmerada anatomía, tonalidad oscura brillante, cabeza pequeña con corona grande de espinas naturales, mirada hacia la izquierda, barba tupida y negra, pecho abultado con las costillas pronunciadas y el vientre hundido, ligeramente inclinado hacia la izquierda, antebrazos musculosos, brazos en abierto ángulo, elevados por encima de la cabeza, los dedos de las manos separados y abiertos con abundancia de sangre y la pierna derecha sobre la izquierda, con las rodillas juntas y escoriadas. Los pies en la misma posición, uno sobre otro, hacen que las rodillas queden adelantadas. 

Lleva amplio paño de pudor, del color del Cristo, anudado al lado derecho con una moña grande, de la que nace un gran colgante, dejando ver parte del muslo y los pliegues sobre la pierna izquierda son curvilíneos y acortinados. 

La Cruz grande y ancha es plana y de color negro, con la cartela ultrajante muy blanca, grande, alargada y sencilla, apergaminada en los latera­les y con la inscripción trilingüe. 

 

 



1.- La Basílica Teresiana. Publicación mensual. Jacinto Vázquez de Parga. Artículo: "Lo que fue santo Tomé de los Caballeros". Salamanca, 1920. págs. 43 y 44.

2.- Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, Guía de Salamanca. León, 1989. Pg. 143.

3.- José Camón Aznar, Guía de Salamanca. Madrid, 1932. Pg. 86.

4.- Pilar García Aguado, Documentos para la historia del arte en la provincia de Salamanca. Primera mitad del siglo XVII.

Salamanca, 1988. Pg. 157.

5.- María del Camino Paredes Giraldo, Documentos para la historia del arte en la provincia de Salamanca. Segunda mitad del siglo XVIII. Salamanca, 1993. Pg. 122.   



 Por José María Hernández Pérez

06/03/2023 Rev. 00