Augusto Belvedere



Es el nombre que adopta José Vicente de Salles cuando huye de Lisboa, tras los acontecimientos de 1833, por haber apoyado al Principe Miguel, y llega al trono María II. Se trata de un pintor, miniaturista, grabador y fotógrafo de nacionalidad portuguesa que se anunciaba como pintor y fotógrafo de Cámara de Su Majestad Imperial. Era especialista en retratos con aluminio y tuvo un magnífico estudio en Lisboa, donde había sido discípulo del grabador Gregorio Francisco de Queiros, Director de la Real Escuela.

Nació en 1803 en la  parroquia de santa María de Telhado, Vila Nova de Famaliçeo, hijo de Joao José de Castro y de María Joaquina Mendes, labradores. Residió en Roma y hacia 1840 se instala en Barcelona en la Rambla, 11, donde da clases de dibujo y pintura y oferta realizar retratos en miniatura y cuadros históricos. En 1849 residía en Sevilla, en la calle de las Sierpes, donde inventó el método de dar color a las reproducciones al daguerrotipo.

En 1860 vive en Madrid en la calle Barrionuevo, número 12, anunciándose como retratista y fotógrafo, siendo recibido en audiencia por los Reyes de España en 1861 para presentarles su “Album Monumental Europeo”.

Parte luego para Valladolid, Avila, Burgos y otras capitales de Castilla, fijando su residencia en Valladolid, con visitas esporádicas a la Corte y en 1863, tras haberse desplazado por toda Europa para promocionar su “Album Monumental Europeo” anuncia que se ausenta de Valladolid, en verano como siempre, pero no a Paris, ni al extranjero.



Cartas de visita realizadas

 por Belvedere en Valladolid

Es conocido por su archifamosa fotografía de la Plaza Mayor durante una fiesta de toros, en que se ve una farola en el centro, rodeada de un armatoste de madera a modo de barrera para refugio de los toreadores, corrida que, tras arduos estudios de Enrique de Sena, fija en el viernes 20 de febrero de 1852. Esta fotografía fue regalada por el autor a don Mariano Alegría, heredero de una librería e imprenta y creador de una tienda bazar en la calle de la Rúa, número 25. La farola retratada pasó con los años a la plaza del Liceo y más tarde ocupó un espacio en los jardines de la Alamedilla.


© José María Hernández Pérez