Desidia y Abandono de los Silos


Tenemos que reconocer que, los silos construidos por la Red Nacional de Silos y Graneros tras la Guerra Civil, para asegurar un abastecimiento de cereal, han sido no solo uno de los más importantes episodios de construcción pública, junto con los pantanos, realizados desde el ámbito conjunto de la ingeniería y arquitectura, habiendo sido uno de los proyectos más emblemáticos del franquismo, conformando una obra arquitectónica digna de valorar, que supuso una inversión de miles de millones de recursos públicos, tanto de inicio como de mantenimiento, durante medio siglo, conformando un patrimonio con un final de desidia y abandono, y que se ha ido desmoronándose de forma irremediable por no haber sabido o al menos intentado reconvertir dicho patrimonio en algo útil y ventajoso para darles una nueva vida. El proyecto que tuvo que aprobarse para poder construir, tanto silos como graneros, según el Servicio Nacional de Trigo (SNT), era alcanzar varios objetivos para que fuese viable dicha Red que, en un principio se vio condicionado por una serie de problemas circunstanciales, entre los cuales era necesario, por una parte y prioritaria que los agricultores realizaran las entregas de sus cosechas al SNT, y siempre teniendo en cuenta que si bien no había producción o cosecha, o los agricultores no vendiesen su producción al SNT, la Red no tendría futuro ni se podría haber comenzado a construir, fijándose por parte del SNT, para solventar dichos problemas, varios objetivos a saber: posibilitar la compra de toda la cosecha a los agricultores del trigo producido. Con el objeto de garantizar el consumo, se realizaría una reserva nacional al final de cada campaña autorizar la recepción en puerto de los granos de importación y la eventual exportación de excedentes realizar una selección y tratamiento del grano, para evitar plagas, y facilitar semillas de mayor rendimiento y calidad al agricultor. Por todo ello, fue necesario comenzar por la construcción de tres tipos de unidades de almacenamiento, en primer lugar, los silos y almacenes llamados de recepción, en segundo lugar, los denominados silos de tránsito y reserva, y en tercer lugar los llamados silos de puerto, que ya hemos relatado anteriormente. La red nacional de silos dio sus primeros pasos en el año 1944 con la construcción de la primera unidad, del tipo T en Alcalá de Henares (Madrid), y su puesta en servicio fue cinco años más tarde en el 1949, y hasta los años 1984 se construyeron 672 silos y 277 graneros, con una capacidad total superior a las 2,6 millones de toneladas. Según la Memoria de Actividades (1984), publicada por el SENPA, la Red de Almacenamiento, por Comunidades Autónomas estaba distribuida, según la tabla:

 

COMUNIDADES AUTÓNOMAS

SILOS

GRANEROS

TOTAL

NÚMERO

CAPACIDAD

(T)

NÚMERO

CAPACIDAD

(T)

NÚMERO

CAPACIDAD

(T)

GALICIA

0

0

4

9.160

4

9.160

CANTABRIA

0

0

2

7.100

2

7.100

PAÍS VASCO

10

22.100

7

4.500

17

26.600

NAVARRA

33

103.450

13

10.950

46

114.400

LA RIOJA

9

31.150

8

4.800

17

35.950

ARAGÓN

83

275.350

29

29.300

112

304.650

CATALUÑA

29

99.980

2

4.000

31

103.980

CASTILLA Y LEÓN

177

659.440

73

69.650

250

729.090

MADRID

8

30.780

2

1.200

10

31.980

CASTILLA - LA MANCHA

125

378.515

75

75.400

200

453.915

C. VALENCIANA

4

7.460

1

1.170

5

8.630

R. DE MURCIA

3

5.400

2

3.300

5

8.700

EXTREMADURA

66

202.490

28

26.729

94

229.219

ANDALUCÍA

124

474.594

31

56.150

155

530.744

CANARIAS

1

12.000

0

0

1

12.000

ESPAÑA

672

2.302.709

277

303.409

949

2.606.118

Red de almacenamiento propiedad del SENPA en 1984 



La conclusión, después de casi 50 años del régimen de monopolio triguero, gracias a la Ley 26 de 20 de junio de 1984, que restablece la libertad en el mercado triguero, (una vez suprimida con el Decreto Ley de Ordenación Triguera de 23 de agosto de 1937 mediante el que se creó el SNT), medida que vino forzada por las negociaciones para la incorporación de España a la actual Unión Europea, y que establecía que la producción y el comercio del trigo se regirían, en lo sucesivo, por los principios de libertad de producción, circulación y de precios en el marco de una economía de mercado. 

Todo ello fue seguido, por parte del Estado el tener que hacer frente, bien a los crecientes gastos de mantenimiento de la Red o a su definitivo abandono. Para ello se elaboraron unas líneas de actuación, con el objeto de solventar dicha situación, en un primer lugar mediante el desmembramiento patrimonial de la Red, planteándose la disidencia del SENPA, en favor de la Dirección General de Patrimonio, de algunas de las instalaciones en el territorio nacional. En segundo lugar, se procedió a la reversión a los Ayuntamientos, de acuerdo con el Reglamento de Bienes de Entidades Locales, de las unidades que fueron construidas en suelo cedido por los Entes Locales. En tercer lugar, se intentó revertir a los particulares de las instalaciones construidas en terrenos expropiados, al haberse extinguido la razón de interés social que justificó la expropiados, y por último se planteó la cesión, a título gratuito, de otras instalaciones a los Ayuntamientos.

El Real Decreto 2206 de 28 de diciembre de 1995, marcó otra línea de desmembración de la Red como consecuencia de las denominadas “encomiendas de gestión” a las Comunidades Autónomas, estableciendo que el FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria), sería el organismo pagador, en el ámbito nacional, de las ayudas del Fondo Europeo de Garantía Agraria (FEOGA), y a su vez, los departamentos de Agricultura de las Comunidades Autónomas asumieron estas funciones. 

La estructura autonómica del Estado y las transferencias de competencias de la Administración Central a las autonomías en materia agraria, obligaba a los gobiernos autónomos a desarrollar actuaciones de intervención, de regulación de mercados y de compra y almacenamiento y venta de productos, en particular de cereales. Como consecuencia, también en 1995 y mediante Real Decreto 2205, de 28 de diciembre, se refundieron el Fondo para la Regulación de los Productos y Precios Agrarios (FORPPA) y el SENPA en un nuevo organismo autónomo de carácter comercial y financiero denominado FEGA, que fue quien asumió todas las competencias y funciones de los organismos que refundía, entre ellas la tarea de conservación de la Red de Silos. En ese mismo año 1995, se empezaron a firmar los correspondientes convenios entre el Ministerio y las Comunidades Autónomas, mediante los que se cedían en uso los silos y almacenes de la Red Básica y se trasferían en propiedad el resto de las instalaciones.

Según el RD 2205, en 1966 comenzaron a firmarse los convenios con Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y el País Vasco; en 1997 con Aragón, Baleares, Navarra y Madrid; en 1988 con la Rioja y Murcia; en 1999 con Extremadura; en 2000 con Asturias y Castilla y León y en 2001 se iniciaban los de Cantabria, Canarias y Castilla – La Mancha, todo ello seguido de transferencias a los Ayuntamientos, a la Dirección General del Patrimonio y a los particulares conforme a las normas publicadas en dicho R.D.

El Estado, a través del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), aunque no siempre ha facilitado información sobre lo que está pasando con los silos, ha ido sacando a subasta este patrimonio industrial, que se conocía popularmente como “las catedrales del campo”, iniciando varios procedimientos de venta, entre muchas de todo el territorio nacional, de las 34 unidades de almacenamiento de la Red Básica con las que cuenta Castilla y León, entre las que se encuentran la provincia de Salamanca, aunque las administraciones de la Comunidad, no tienen el mínimo interés en hacerse con la propiedad de estos inmuebles para darles un nuevo enfoque que haga que perduren en el tiempo y no se vean abocados a su destrucción.

Es penoso que la historia de muchos de estos silos que se encuentran en poblaciones de la España rural, o “España vacía”, no tengan iniciativa, bien desde las instituciones públicas o privadas, para convertirse en un referente, para incentivar, sobre todo a gente joven para regresar al pueblo, no solo de visita sino para crear una oportunidad de formar un hogar, y/o porvenir de futuro, abriendo nuevos mercados y activar sectores que serían un acicate para darle otra oportunidad o sentido a este patrimonio olvidado y abandonado.

Son muchas las personas interesadas, entre los que se encuentran arquitectos, estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros, y otras profesiones que han propuesto “proyectos de innovación”, con el objeto de recomponer estas macroestructuras, centrado en la inserción urbana, habilitándolos nuevamente asignándoles otra función que rentabilice su uso, y la inversión a realizar para su nueva rehabilitación. Entre estos proyectos, ya hay alguno en estudio y funcionamiento, como son:

Uso residencial, bien como residencia de ancianos, de estudiantes, albergues o apartamentos para jóvenes. Como ejemplo tenemos el Silo de Pardynes en Lleida, que se ha habilitado para una residencia, con fondos europeos

 

Silo de Pardynes-Lleida rehabilitado para residencia (Foto: SEGRE)


Uso Turístico, y de ocio, que sería una opción, siempre que se acondicionen bien, ya que, debido a su altura, pueden potenciar sus terrazas para aprovecharlas como reclamo paisajístico, y así tenemos un silo como el Mirador de la Campiña de Fuentes de Andalucía, que se ha acondicionado como un espacio cultural multiusos y de ocio.


Silo-Mirador de la Campiña. Foto: fuentesdeinformacion.es


También el Silo de Alcalá la Real, en Jaén ha sido rehabilitado para recomponerlo en un centro de ocio como Espacio Joven y como programa pionero, con el objetivo de evitar los llamados “botellones” e implantar un nuevo sistema de diversión y ocio para los jóvenes de Jaén, funcionando desde el año 2004, realizándose una inversión de 60.000 euros, para adecuar el antiguo silo.


Silo de Alcalá la Real (Jaén). Foto: Google Maps


En 1953 el Castillo de Arévalo (Ávila), protegido por considerarse patrimonio desde 1949, fue convertido en silo Tipo G (granero), y abandonado, como tal en 1977 y el FEGA organismo que se ocupa de su gestión y tras una década de rehabilitación se ha convertido en un museo de la agricultura.

 

El Castillo-Silo de Arévalo-Ávila convertido en Museo de Agricultura.
Foto: José Luis Filpo Cabana Wikimedia Commons


Uso Científico, como así ha sucedido con el Silo de Bello, situado en Teruel, inaugurado el 1 de agosto del 2015, ha sido reconvertido en una hospedería, convirtiéndolo en una de las ofertas más atractivas de Aragón, al poseer un observatorio astronómico dotado con un telescopio instalado en la cúpula, donde aficionados y profesionales de la ornitología y la astronomía podrán contemplar el cielo nocturno y las aves de la Laguna de Gallocanta (Zaragoza).


 Mirador Silo de Bello-Teruel reconvertido en hospedería y observatorio (Foto: Miradorelsilo.com)


Del mismo modo está el Silo de Senillosa, formado por varios edificios, antiguo silo de arroz y ahora reconvertido en un observatorio, donde se disfruta de rutas turísticas a la vez que se disfruta de esplendidas vistas del parque, la playa de Can Cosme y l´Empordà.

 

Silo de Senillosa-Girona convertido en observatorio.
Foto: Foto Rutas populares de Cataluña en Wikiloc

 

Uso Cultural, que bien podrían usarse como salas de exposiciones, de todo tipo, actuaciones teatrales, teniendo como ejemplo el Silo de El Tanque en Tenerife, reconstruido y adaptado como espacio cultural.

Del mismo modo, en Francia el silo de Marsella, fue reconstruido como espacio cultural para seminarios, congresos y conferencias.


Silo El Tanque (Tenerife) reconstruido como espacio cultura. Foto en Tripadvisor.


Uso de Almacenaje, ya que los silos por su alta capacidad de almacenaje, bien puede reconvertirse y darle el uso que corresponda por su estructura, teniendo como ejemplo un histórico silo en Córdoba, inaugurado en el año 1951, con 70 años de existencia, ha sido reutilizado como gran depósito arqueológico de las piezas halladas en las últimas décadas en la provincia, rescatado por la Junta de Andalucía.

 Silo de Noreña (Córdoba) reconstituido en depósito arqueológico.
Foto: 
Américo-Toledano Wikimedia Commons


Usos Termales, como ha ocurrido en el pueblo de Alcaracejos en Córdoba, donde se ha podido recuperar y acondicionar un antiguo silo construido en el año 1960, reconstruyéndolo en un Centro Termal Los Pedroches, donde se combinan las técnicas mas avanzadas de termalismo y estética. De hecho, este edificio es el primero de este tipo en España y las antiguas celdas son a día de hoy piscinas, baños turcos y saunas, y las tolvas se han utilizado como depósitos de almacenamiento de biomasa.


 Silo de Alcarejos (Córdoba) reconstruido en Centro Termal. (Foto: el Día de Córdoba)


Uso como Energías Alternativas: Solar, Geotermia, Biomasa, existiendo varias propuestas y alternativas para este tipo de reconversión de los silos, existiendo un ejemplo de ello lo encontramos en el Silo de Castuera – Badajoz, programado como colector solar. (no ejecutada).


Proyecto de Silo en Castuera (Badajoz) programado como almacenamiento
de energía solar renovable. No ejecutada. (Foto: Facebook)


Uso Administrativo, como ha ocurrido con el silo de Navalmoral de La Mata en Cáceres, el cual se ha rehabilitado con una inversión de 1,5 millones de euros, con varias plantas de 460 metros cuadrados cada una, para albergar la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, desde el año 2013.

Del mismo modo, se ha reconstruido el Silo de La Albuera, a 24 km. de Badajoz, rehabilitándolo como sede del Ayuntamiento Local.


 Silo en Navalmoral de la Mata programado como Consejería de Agricultura,
Desarrollo Rural, Medio ambiente (Foto: Rodelar Wikimedia Commons)

Silo de La Albuera (Badajoz) constituido en sede del ayuntamiento
Foto: redacción Hoy.es


Otros usos, cabe la posibilidad de dar otro tipo de usos a los silos que aún siguen en pie, dependiendo de las ideas o proyectos, así como la inversión al objeto de recomponer todo el patrimonio de los silos, como podría ser agroindustrial, deportivo, bodegas, almacenamiento de cualquier tipo, etc., antes de que sean abandonados, o derruidos por falta de iniciativas y/o inversión.

En relación a los silos ubicados en la provincia de Salamanca, el FEGA ha logrado, tras varias subastas, por fin adjudicar los silos de Peñaranda de Bracamonte, por un importe de 585.000 € a la empresa García Bayón C.B. empresa del Grupo AN y el de Gomecello por un importe de 58.147,11 €.

El silo también salido a subasta que aún no ha tenido venta, es el silo de Cantalapiedra, valorado en 89.256 € y una superficie de 3.101,50 metros cuadrados, que al parecer no ha encontrado comprador. 

No sabemos los fines y los destinos de los silos ubicados en la provincia de Salamanca, pero la mayoría abandonados tendrán un final incierto y pasarán al olvido, cosa que está ocurriendo en todas las Comunidades donde existen silos, los cuales han salido a subasta pública por el FEGA al objeto de poder darles una segunda oportunidad, unos han sido comprados, otros demolidos y la mayoría abandonados a su suerte, siendo una de sus soluciones el poder incluirlos dentro del Patrimonio Industrial Arquitectónico, de ser así, sería posible proteger, recuperar y mantener estas grandiosas edificaciones para poder reutilizar y mantener un testimonio vivo en nuestras memorias que han marcado estilo de una época e historia vinculada a nuestros municipios y que con este documento quiero dejar patente, para todos aquellos que quieran compartir dicha información, para que no caiga en el olvido. 


Por Dr. Ángel Sánchez Sánchez
31/03/24 Rev.00









Patrimonio Industrial: Los silos. educacciontv