Introducción



BREVE HISTORIA SOBRE LOS SILOS

Desde la época prehistórica, ya se utilizaban sistemas de almacenamiento del grano, existiendo diversos ejemplos de ello, a saber, vasijas y cavidades excavadas en la roca con cierres de arcilla, del mismo modo en el periodo romano aparecen los denominados “siri”, “putei” y “dolia”, así como los “horreum”, que sustituyen los anteriores silos ibéricos (Rodríguez Marín, 2004). 


Horreum en el puerto de Ostia (Roma) (Foto: Sailko Wilimedia Commons)


En el periodo musulmán, esta función de almacenaje pasó a unos edificios con función específica, las “alhóndigas” y, que dio paso durante la cultura cristiana, a las “cillas”, que eran almacenes o bodegas de almacenamiento de trigo, vino y aceite, existentes en los monasterios, bajo autoridad de la iglesia, que correspondían al diezmo entregado por los productores de la zona, y de este diezmo, las dos novenas partes las entregaba la iglesia a la corona, en virtud de concesiones y gracias apostólicas, conociéndose como tercias reales donde se almacenaban las dos novenas partes, denominándose por ello “tercias” , siendo los edificios de propiedad municipal (Gallego, 1945), y los “pósitos”, estos últimos exclusivos para cereales y cuya distinta denominación obedece a la titularidad de la propiedad de cada agricultor, y con una función de préstamo a los agricultores en tiempos de escasez, tuvieron inicialmente un carácter asistencial bajo control eclesiástico, pasando a depender de los municipios desde el siglo XVI, que siguieron usándose en nuestra Península, para el almacenamiento del grano hasta el siglo XX.

 

Alhóndiga en Ávila (1521) (Foto: J. Laurent, Ayuntamiento de Ávila)

Cilla del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria). Foto Willtron, Creative Commons

Cilla del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria). Foto monestirs.cat

Tercia Mota del Cuervo (Toledo). Foto: B25es Creative Commons.

Casa de La Tercia en Alhama de Murcia
Fotos: Fundación Integra Digital

Pósito de La Guardia (Toledo). Foto: Malopez 21, Creative Commons

Pósito de Campo de Criptana (Ciudad Real) (Foto: blog historia local de Campo de Criptana)



Los grandes conflictos bélicos europeos surgidos al inicio del siglo XX, afectó a la inestabilidad política en España, con la guerra civil, comenzando un periodo de escasez y hambruna con una demanda de productos básicos, sobre todo el pan, como fuente de alimentación, que abocó al llamado “problema triguero” que, afloró en Europa durante el primer tercio del siglo XX, agravado con el desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que llevó a muchos estados, como el español a la intervención de los mercados con el objetivo de regular y estabilizar los precios, que venía dado por un sistema agrario y de posesión-explotación de la tierra obsoleto y de un régimen de cosechas altamente irregular, tal y como reflejan las dos grandes cosechas de trigo de 1932 y 1934, que provocaron una situación de sobreoferta y la subsiguiente caída de precios que afectó a los pequeños productores de trigo. La compleja situación de continuos enfrentamientos entre la República y sus opositores hizo del “problema triguero” un arma de enfrentamiento político, con unos años donde se presentan numerosas propuestas por parte de todos los sectores afectados (políticos, productores, economistas...) sin que llevaran a ningún resultado práctico. Mediante Decreto de 15 de septiembre de 1932, el gobierno anunció la creación de los primeros silos cooperativos oficiales, cuyo emplazamiento, características y desarrollos de su cometido serían objeto de reglamentación, pero la incapacidad del Estado en tiempos complicados impidió que prosperara el plan para su desarrollo.

Con el comienzo de la guerra civil (1936) la producción de trigo iba en aumento, sin grandes oscilaciones productivas, aunque si fluctuaciones muy importantes a nivel de precios de mercado, donde se produjo una fuerte disminución en la producción y comercialización de productos básicos, como el trigo y la leche, que dieron paso al comienzo del llamado “mercado negro” que todos conocían y la mayoría practicaban como consecuencia de la hambruna y las necesidades alimenticias reales del momento en que vivió la población, de posguerra civil  que era imposible atajar por la coyuntura económica del país en ese momento (Vicens, 1959). 

A dicho desequilibrio económico se unió el territorial, en aquel momento la división geográfica no solamente no era clara, sino que a medida que avanzaba la contienda, la territorialidad iba cambiando (Sanz, 1965). El estado, aún en esa situación tan difícil, económica y territorial, debía responder de algún modo, intentando solventar el problema (Tortella, 1994).

En marzo de 1936 los ingenieros agrónomos Rafael Cavestany, Antonio Bartual y Miguel Cavero publicaron un estudio titulado “Organización del mercado triguero nacional y creación de la Red Nacional de Silos”, en el que se insistía en la creación de dicha red, como instrumento indispensable para una política eficaz en la resolución del problema triguero, lo que originó la necesidad de una regulación e intervención de los mercados para evitar los movimientos especulativos. 

Finalmente, el 23 de agosto de 1937 se promulgó en Burgos, en plena Guerra Civil, el Decreto Ley de Ordenación Triguera (B.O.E. nº 518 de 23 de marzo de 1938), por el que se creaba el Servicio Nacional del Trigo (SNT), siendo el artífice de la creación el ingeniero agrónomo vallisoletano D. Dionisio Martin Sanz, Subsecretario del Ministerio de Agricultura entre 1937 y 1939, con sede en Burgos, cuyo proyecto de intervención se incluía la construcción de una red de almacenes y silos para la recogida de trigo, la retirada de excedentes en años de sobreproducción, junto a la importación en años deficitarios y el abastecimiento de las fábricas de harinas. Se trataba de aquel famoso “ni un español sin pan” del general Francisco Franco que denotaba las aspiraciones y las carencias de la España autárquica.

Durante la posguerra, surgió la etapa del racionamiento (siendo suprimidas las cartillas y cupones de racionamiento hacia mediados o finales del año 1951) que obligaba a los agricultores a entregar todo el trigo a la administración, a excepción de un máximo del 25% del total producido como reserva para el propio consumo, almacenando el resto en los silos para bien procesarlo o exportarlo al exterior. Con ello, se blindó un sistema en el que el Estado se comprometía a ordenar la producción del trigo y sus derivados, comprar la cosecha, construir los silos, financiar el almacenamiento de excedentes, regular los precios y cargar con las pérdidas de las exportaciones del producto permitiendo su aprovechamiento en pienso para el ganado, como un complemento muy importante de la economía agrícola de la zona, junto con otros productos secundarios de la producción como la paja. 

Una vez finalizadas las cosechas y la recolección del trigo para su posterior almacenamiento, requería de ciertas medidas para evitar el deterioro del grano, por ello había que almacenarlo en recipientes estancos, herméticos, ya que la ausencia de aire impedía la aparición de hongos así como una de las plagas más destructivas de los granos de cereales como el gorgojo del trigo (Sitophilus granarius), insecto de distribución mundial, que provoca pérdidas en granos mal almacenados con descensos importantes en los rendimientos. El servicio indicaba obligatoriamente al agricultor la zona a cultivar en atención al interés general, y éste tenía que declarar la superficie cultivada y la producción. 

Del mismo modo los tenedores de trigo tenían que declarar la superficie cultivada y la producción, así como las existencias, que no podían vender directamente a los fabricantes de harina, ya que sólo podían vender al precio de tasación y estaban obligados a vender a la Jefatura comarcal del Servicio Nacional del Trigo (SNT), por Decreto Ley, en la cantidad obligatoria por éste exigida. El servicio vendía después la producción en monopolio a los industriales harineros a precio de venta fijado, y como medida complementaria, el Decreto Ley prohibía los molinos maquileros (persona encargada de cobrar una porción del grano) de cierta capacidad de molturación (Barciela, 1997).

En 1941 comienza a plantearse de forma seria por parte del SNT la creación de un sistema territorial de silos de grano, con locales propios denominándose Unidades de Almacenamiento, que eran aquellos lugares donde se podía albergar cereal. 

En una clasificación básica se establecen dos tipos de unidades de almacenamiento:

a) Horizontales, lo que se denominan graneros, y

b) Verticales, lo que se denominan silos, donde existen celdas en cuyo interior se almacena el grano; pudiendo ser bien elevadas o apoyadas en función de que llegaran o no a la planta inferior del silo.

Sección interior de un silo vertical (Foto: SNT,1947)


Pero hasta 1945 no se elabora el Plan General de la Red Nacional de Silos y Graneros (RNSG) con una propuesta inicial de 437 silos (estructuras verticales de almacenamiento). 

La construcción de la RNSG quería lograr los siguientes objetivos:

Posibilitar la compra por parte del Estado a los agricultores, de toda la cosecha de trigo, así como su almacenamiento en puntos estratégicos que favorecieran una rápida distribución desde las zonas productoras.

Constituir una reserva al final de cada campaña, para compensar las deficiencias iniciales de una posible cosecha inferior en la campaña siguiente, permitir la recepción de los trigos de importación y la eventual exportación de excedentes.

Garantizar un correcto almacenamiento y conservación de los granos, así como su selección y tratamiento para conseguir y proporcionar semillas de mayor rendimiento.


Para una correcta comprensión de la RNSG hay que observar como la territorialidad de la red queda patente en la distribución de las distintas unidades por todo el territorio nacional, siendo mayor su número lógicamente en aquellas regiones productoras de cereal frente a provincias costeras o muy montañosas que no facilitaban el desarrollo de este tipo de cultivo extensivo. Por dicha razón, España se dividió en un total de 150 provincias productoras dadas por las distancias máximas entre industrias molineras y centros tradicionales de comercio del cereal. Cada una de estas comarcas quedaba organizada en torno a una unidad de cabecera de recepción. 


Red Nacional de Silos (Foto: Servicio Nacional del Trigo)

La implantación de la red se realiza de forma progresiva desde el centro productor al centro exportador, y para lograr estos objetivos eran necesarios tres tipos de unidades de silos, como primera clasificación por el SNT en 1950 y que los dividía en tres categorías a saber:


Silos y almacenes de recepción 

Este tipo de silo solían ser de carácter local y en general, eran los más pequeños. Su función era recoger el grano en las cercanías inmediatas al silo y almacenarlo o para su venta local o para transportarlo a otro silo de mayor capacidad, conservándolo hasta el momento de su reexpedición hasta las industrias harineras u otros silos de tránsito, puerto o reserva. En esta categoría había tanto unidades de almacenamiento horizontal o graneros, bajo un único proyecto y todos con iguales características, así como unidades de almacenamiento vertical (SNT 1958) (Por ejemplo, el silo de Osuna en Sevilla)

Silo de recepción: en Osuna (Sevilla)
(Foto: Vanbasten 23, Wikimedia Commons)

Silos de tránsito y reserva

Este tipo de silos es de carácter supralocal, es decir, estaban preparados para recibir el grano de los silos de recepción a ellos adscritos y regular el tráfico de grano entre centros productores y consumidores. Tenían también la función de “reserva” al objeto de almacenar grandes cantidades de materia prima para, en caso de necesidad distribuirla a lo largo de todo el territorio nacional, así como que permitiera regular los precios entre años de cosechas variables. Su localización era estratégica, cerca de infraestructuras de transporte como el ferrocarril y en zonas de gran conectividad. 

El almacenamiento de estos silos estaba entre las 35 a 50 toneladas. Estaban muy mecanizados, y permitían el flujo de grandes cantidades de grano. Fueron los primeros en construirse y presentan una mayor singularidad arquitectónica frente a los silos de recepción, más seriados. Entre estos macrosilos están los de Arévalo, Medina de Rioseco, Córdoba, Mérida, y Huesca, entre otros. Un ejemplo es el silo de Córdoba, el más monumental de la red en pie. 

Tan solo existen 10 unidades en España, y de momento se encuentran en perfectas condiciones de conservación. 

Como características de este tipo de silos son:

Antigüedad superior a 50 años.

Ubicación en zonas urbanas consolidadas, en ciudades importantes.

Una altura superior a los 30 metros.

Fachadas muy ornamentadas

Comunicación vertical en la parte frontal del edificio

Estructura de hormigón armado

Celdas cuadradas de ladrillo armado

Celdas de mayor dimensión que la mayoría de tipos.

Valor arquitectónico y maquinaria exquisito

Perfecta conservación

 

Silo de Arévalo (Ávila) salido a subasta (Foto: Avilared)

Silo de Medina de Rioseco - Valladolid (en venta) Foto: La Voz de Rioseco

Silo de tránsito: en Córdoba (Foto: Américo-Toledano Wikimedia Commons)

Silo de Mérida-Badajoz (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)

Silo de Huesca (Foto: https://www.silosstm.com)


Silos de puerto

Están en áreas portuarias y con instalaciones capaces de descargar el cereal desde los buques, almacenarlo y enviarlo por ferrocarril o camión hacia el interior o también para ejecutar las operaciones inversas: recepción de trigos por ferrocarril y camión, y salida para cargar buques situados en el muelle y recibirlo o expedirlo hacia el interior. 


Silo de puerto: Málaga (derribado en 2006) 


Con ellos la red pretendía abrir a los mercados los principales puertos nacionales, pero la concepción autárquica de la red y los problemas acontecidos en torno a la construcción del silo de Málaga en 1952, que provocó la construcción únicamente de dos unidades, junto con el de Santa Cruz de Tenerife. La capacidad de almacenamiento llegaba hasta las 30.000 toneladas. El mejor ejemplo, el de Málaga, tristemente fue derribado recientemente en el año 2006, y el abandono del Silo de Santa Cruz de Tenerife.

Silo de puerto: Santa Cruz de Tenerife (1965) En abandono
(Foto: Diario de Avisos)


Como características a destacar, de este tipo de silo de puerto están:

Su zona de ubicación es portuaria.

Poseen una altura máxima de 40 metros.

Elevada carga de ornamentación en fachada.

Posición elevada de las celdas en planta baja núcleo de comunicación vertical centrado.

Estructura de hormigón armado.

Celdas de ladrillo armadas, cuadradas.

Gran valor arquitectónico estructural y de maquinaria.

Buen estado de conservación antes de su demolición en 2006

Excelentes vistas hacia la ciudad y hacia el mar.


Silos de selección de semillas

Posteriormente se incrementó el tipo de silos con nuevas estructuras entre los que se encontraban los “silos de selección de semillas” (horizontales y verticales), los silos de secado de granos y los adquiridos y acondicionados por la administración que sirvieron también para almacenar grano, estando entre otros los castillos de Arévalo y de Torrelobatón (SENPA, 1971).


Silo Castillo de Arévalo (Ávila) (Foto: José Luis Filpo Cabana,Wikimedia Commons)    

Silo de Torrelobatón (Valladolid) (Foto: El Día)



Años 1940

En esta década los avances fueron muy limitados, siendo 12 las unidades construidas hasta 1950, y la capacidad de 21.050 toneladas de cereal. La falta de actividad se justificaba por las dificultades económicas de las postguerra, especialmente por la falta de materiales de construcción y de maquinaria, así como medios de transporte y vías de comunicación.  Aun así, la construcción no era urgente debido a la caída de la producción, la desconfianza de los agricultores hacia el Gobierno, el rechazo a las vías de comercialización oficial y el mercado en esos años. El servicio funcionó gracias al arrendamiento de almacenes; sin embargo, habían resultado escasos y habían planteado dificultades a la hora de entregar los trigos, sin garantías de pesaje exacto ni de limpieza. Los primeros silos no se construyeron hasta 1949, siendo estos los de Valladolid, Villada (Palencia) y Alcalá de Henares (Madrid).

Foto macrosilo Valladolid (1949) (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)

 Silo de Villada -Palencia (1949) (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)

Silo de Alcalá de Henares – Madrid (1949) (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)



Años 1950

En esta década, aunque fue un periodo irregular y de desencuentros, ya que mientras desde diversos frentes nacionales se insistió en la necesidad de fomentar la construcción de la llamada “Red” , la visión desde las políticas agrarias extranjeras era netamente opuesta (liberalismo económico), puesto que estaban presentes las grandes carestías de infraestructuras como la falta de un sistema ferroviario adecuado y de maquinaria que garantizara la fluidez del grano dentro y fuera de nuestras fronteras. No obstante, el paulatino aumento de la producción agraria y la recuperación económica general impulsaron el desarrollo de la red, especialmente entre 1955 y 1957. 

La primera inauguración oficial tuvo lugar el 6 de junio de 1951, con el silo de Córdoba. Además, a partir de 1953 se puso en marcha el concepto de “Red” gracias a los primeros trenes con vagones tolva, que unieron los silos de Córdoba y Mérida con el silo del puerto de Málaga, permitiendo las primera exportaciones de trigo. Para ello se construyeron principalmente unidades horizontales, de poca capacidad y poco mecanizadas, denominadas graneros.

Silo de Córdoba (1951) (Foto: Américo Toledano,  Wikimedia Commons)

Silo de Mérida – Badajoz (1953) (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)


 

Años 1960

En estos años hubo una gran actividad constructora, en especial en el periodo comprendido entre los años 1966 y 1970. Se construyeron principalmente unidades verticales y silos metálicos, con una capacidad total de 971.020 toneladas. En esta época se sustituyeron los carros tirados por bueyes, por remolques y camiones, lo que conllevó a un reajuste en la técnica de su construcción, incorporándose una mejor mecanización y electrificación de los mismos.

Cabe destacar que a pesar de que hubo un auge constructivo en estos años, también surgió una paralización de los planes relativos a los silos de puerto, cuyos proyectos estaban finalizados, pero nunca fueron aprobados, así ocurrió con los silos de Las Palmas de Gran Canaria, Cádiz, La Coruña, Barcelona, Valencia y Santander. Tan solo se inauguró en 1965 el silo de Santa Cruz de Tenerife, segundo y último de los silos de puerto del SNT (el primero fue en Málaga en 1952). 


Silo en Santa Cruz de Tenerife (abandonado) (Foto: Diario de Avisos)


 

Años 1970-1980

Entre los años 1971 y 1984, es una fase irregular en la construcción de silos y corresponde al último periodo. Tras una desaceleración en los primeros años, en 1975-1976 hay un repunte constructivo, donde se aprueba la construcción de los “macrosilos” y a la reestructuración y cierre de algunas instalaciones. El último silo que se construyó fue el de Valchillón, (Córdoba), en 1990.


Silo de Valchillón (Córdoba) 1990 (Foto: CFA1877, Wikimedia Commons)




SILOS Y UNIDADES DE ALMACENAMIENTO DE RECEPCION QUE INTEGRAN LA RED DEL SENPA


La Red del SENPA contó con un total de 968 unidades, 693 silos (aunque 15 de ellos fueron ampliaciones) y 275 graneros. 


 Distribución de silos de la red básica en España (FEGA - 2003)

La red básica en Castilla y León es la más importante de España, distribuidas en 54 unidades de almacenamiento, lo que supone un 33,78% del volumen total de almacenamiento de todo el territorio nacional, situándose en segundo lugar Andalucía con el 20,79% de la capacidad total, siendo la Comunidad de Madrid la que ocupa el último lugar con el 1,02% de la capacidad total de almacenamiento.

Distribución de macrosilos de la red básica en España (FEGA - 2003)

Los macrosilos en España constituían un total de 28 macrosilos, con una capacidad total de 554.500 toneladas, donde destacaba Castilla y León con 10 macrosilos, siendo la provincia de Soria la más destacada con tres macrosilos, seguida de Valladolid y Zamora ambas con dos macrosilos cada una.


 Macrosilo en Soria (Foto: Heraldo Diario de Soria)

Macrosilo de Pancorbo en Burgos (Foto: La Razón-Castilla y León)

 Macrosilo en Cinco Casas-Ciudad Real (Foto: La Tribuna de Ciudad Real)

 Macrosilo en Zamora I (Foto Rodelar Wikimedia Commons)

 Macrosilo en Zamora II (Foto: Región digital.com)

 Macrosilo en Trujillo-Cáceres (Foto: Jialxv Wikimedia Commons)

Macrosilo en Tarancón-Cuenca ( Foto: Gatoland,  Wikimedia Commons)

 

El Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) estableció una nomenclatura alfabética de los diferentes tipos de silos, que se fue incrementando hasta completarla con el último silo realizado en 1990 y que pasamos a enumerar:


1. Tipo A:

Silos destinados solamente a la recepción del cereal y su conservación hasta el traslado a otros silos o retirada por harineros y agricultores. Se trata de los primeros silos componentes de la Red, construidos conjuntamente con los de tránsito. Existen 22 unidades en España, con una altura máxima de 27 metros. El tipo inicial constaba de 11 celdas con un núcleo de comunicación en el interior. Posteriormente se proyectaron tres variantes más añadiendo uno, dos o tres cuerpos de 9 celdas cada uno. Estas variantes, junto con el tipo inicial, fueron nombradas por el propio SNT como subtipo: 

A1: Con 8 unidades construidas durante los años 1949-1959, con una altura máxima de 23 metros, forma cuadrada, 11 celdas, posición elevada y construidas en hormigón armado.

A2: Con 5 unidades construidas y puesta en servicio entre 1950-1952, con una altura máxima de 24 metros, forma cuadrada, 20 celdas, posición elevada y construidas en hormigón armado.

A3: Con 6 unidades construidas, durante los años 1949-1961, con una altura máxima de 22 metros, forma cuadrada, 23 celdas, posición elevada y construidas en hormigón armado.

A4: Con solo 3 unidades construidas y puesta en servicio entre los años 1950 y 1951, con una altura máxima de 27 metros, forma cuadrada, 27 celdas posición elevada y construidas en hormigón armado. 

 

Silo Tipo A en Ávila (Foto: Jacinta Lluch Valero, Wikimedia Commons)


 Esquema y distribución en España silos Tipo A (SNT,1958)



2. Tipo B: 

Silos de recepción al igual que el tipo A, pero con elevador en una de sus esquinas y de mayor altura, alcanzando los 40 metros las 39 unidades construidas en el todo el territorio nacional. Presentan el mismo número de celdas que un A1, aunque de mayor tamaño. También se construyeron dos subtipos:

B1: Con 26 unidades construidas y puesta en servicio entre los años 1952-1968, con una altura máxima de 34 metros, de forma cuadrada, entre 11 y 19 celdas, posición elevada, y construidas en hormigón armado.

B2: Con 13 unidades construidas y puesta en servicio entre los años 1964-1981, con una altura máxima de 40 metros, de forma cuadrada, 35 celdas, posición elevada, y construidas en hormigón armado.


Esquema y distribución en España silos Tipo B (SNT,1958)


Silo Tipo B La Palma del Condado (Foto: 19Tarrestnom65, Wikimedia Commons)


3. Tipo C: 

Silos de recepción que destacan por la forma de sus celdas cilíndricas de hormigón, así como su puesta en funcionamiento fue en un intervalo de tiempo de tan solo 4 años, del 1952 al 1954. Solamente se instalaron un total de 23 silos, en las comunidades de Castilla y León y Castilla La Mancha. Su altura máxima es de 26 metros, de forma circular, con 6 a 12 celdas, posición apoyadas y sin estructura es de fábrica de bloque.

Esquema y distribución en España silo Tipo C (SNT,1967)

 
Silo Tipo C Medina del Campo-Valladolid
(Foto: Vanbasten 23, Wikimedia Commons)


4. Tipo D: 

Silos de recepción surgidos como evolución formal de los tipos A y B. Fue la tipología más extendida a lo largo de todo el territorio nacional, contando con 389 unidades construidas. Su gran número es debido a un menor coste y funcionalidad de ahí que están desprovistos de todo tipo de ornamentación. Su puesta en servicio fue entre los años 1953-1981, con una altura máxima entre 24-28 metros, de forma cuadrada, con un número de celdas entre 9 a 39, de posición elevada y con una estructura en bloque de hormigón armado.

 

Esquema y distribución en España silos Tipo D (SNT, 1965)

Silo Tipo D Toledo (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)


5. Tipo E: 

Silos de recepción de capacidad superior a los tipos anteriores, con dos elevadores, siendo una variante del silo tipo D. Cuando es necesaria una capacidad de almacenamiento superior a las 3250 toneladas se pueden conseguir agrupando lateralmente dos silos tipo D y refundiendo en una sola las torres de maquinaria. Existen 41 unidades en España, con puesta en servicio entre los años 1958-1981, su altura máxima es de 33 metros, forma cuadrada, con 24 a 40 celdas posición elevada y su estructura de hormigón armado.

 

Esquema y distribución en España silos Tipo E (SNT,1967)

Silo Tipo E Arévalo (Ávila) (Foto: Wikimedia Commons)


6. Tipo F: 

Silos de recepción de gran capacidad, con forma de cruz, surgidos como variante del tipo A y B y se asemeja en capacidad a los tipo E. Solo existen 6 unidades en España y se construyeron entre los años 1959 y 1965. Su altura máxima es de 31 metros, forma cuadrada, con 27 a 30 celdas, posición elevada y su estructura es de hormigón armado.


Esquema y distribución en España silo Tipo F (SNT, 1970)


Silo Tipo F Zamora (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)



7. Tipo G: 



Graneros de almacenamiento horizontal, construidos en fabrica. Existen 277 unidades de este tipo extendidos por todo el territorio nacional.

Silo Tipo G Granero de Dosbarrios-Toledo (Foto: Vanbasten23,Wikimedia Commons)



8. Tipo GA: 

Graneros de recepción exclusiva, de almacenamiento horizontal, construidos en fábrica y con cubierta a dos aguas. Hay 14 tipos de unidades por todo el territorio.

 

Silo Tipo GA Zorita-Cáceres (Foto: Mentxuwiki, Wikimedia Commons)


9. Tipo GV: 

Silos conocidos como “graneros verticales”, de tal forma que la maquinaria es igual a la de un silo tipo D. Existen 14 unidades debido a su coste, aunque disponen de poca ocupación en planta. Su puesta en servicio fue entre los años 1962 a 1968. Su altura máxima es de 30 metros, forma cuadrada, dispone de 5 celdas, y torre vertical, posición elevadas y apoyadas y su estructura es de hormigón armado. Es en realidad de un granero vertical de recepción.

 

Esquema de silo GV (SNT, 1967)

Silo Tipo GV Monasterio-Badajoz (Foto: Vanbasten 23, Wikimedia Commons)


10. Tipo H: 

Silos de recepción surgidos de la unión frontal (a través de la torre elevador) de dos silos tipo D. Su puesta en servicio se realizó entre los años 1965-1969, por tanto, son silos similares a los tipo D. Solo existen 

13 unidades en todo el territorio español. Su altura máxima es de 26 metros, forma cuadrada, con 20 celdas, elevadas y apoyadas y su estructura de hormigón armado.

Esquema y distribución en España silo Tipo H (SNT, 1970)


Silo Tipo H Madrigal de las Altas Torres-Ávila (Foto: Ávilared)

 

11. Tipo J:

Este tipo de silo fue la última tipología cronológica de los silos de recepción creados por el ya denominado SENPA, si bien por su capacidad y volumen, también podría ser calificado como silo de tránsito. El último silo de recepción tipo H se construyó hacia 1969 y el primer silo tipo J no se edificó hasta 1981. En cuanto a su funcionamiento es similar al tipo D, con torre frontal, tres filas de celdas, pero en este caso las celdas elevadas se sitúan transversales y de modo alterno.


 Planta y distribución en España silo Tipo J (SENPA, 1990)

Silo Tipo J Segovia
(Foto: Arturo Francisco Barbero, Wikimedia Commons)


12.  Tipo MC: 

Silos de recepción, de construcción metálica dominante, con celdas metálica y sección circular o rectangular, con una altura máxima de 14 metros. Fueron construidos a partir de la década de los años 1960, se construyeron 37 unidades, actualmente abandonadas la mayoría.

Esquema y distribución en España silo Tipo MC (SENPA, 1978)

 
Silo Tipo MC Palencia (Foto: Rodelas, Wikimedia Commons)


13. Tipo MR:

Este tipo MR son similares al tipo MC y construidos poco después, siendo utilizados para almacenar menor cantidad de trigo, pero con idéntico funcionamiento a un tipo D. Se construyeron 30 unidades, entre 1966 y 1973. Su estructura es de acero, con celdas cuadradas, y una altura máxima de 32 metros.

Planta y distribución en España silos Tipo MR (SENPA, 1978)

 

Silo Tipo MR Badajoz (Foto: Adolfobrigido, Wikimedia Commons)


14.   Silos de Tránsito y Reserva TR

Silos de tránsito ubicados en zonas estratégicas, con conexión a vías de ferrocarril (Azcárate 2009) poseyendo una completa instalación de selección de semillas totalmente mecanizada. Estos silos de tránsito, en cuanto a capacidad se refiere, macrosilos, teniendo al menos 10.000 toneladas de capacidad, situándose todos ellos entre los años 1956 y 1970, aunque, nunca se les denominaba como tal, macrosilos, sino silos de tránsito.

Planta y distribución en España silos Tipo TR (SENPA, 1978)

 
Tipo Silo TR Mérida-Badajoz (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)


15.    Macrosilo Tipo TC

La construcción de este tipo de silos, con capacidades superiores a las 10.000 toneladas, comienza sobre el año 1970, siendo el silo de Toro (Zamora) el último en construir, finalizando en el año 1973. A partir de este momento, observando la transición que se avecinaba, se prescindió el concepto de tránsito comenzando a utilizar el concepto de macrosilo (SENPA,1973), debido a su evolución volumétrica y operativa de los silos de tránsito, clasificándose en los Tipos: TC, TE, TH, TV, TF.
Planta y distribución en España macrosilos Tipo TC (SENPA, 1990)

 Silo Tipo TC Guadalajara (Foto: JavierMunozF, Wikimedia Commons)


Este tipo denominado macrosilo, fue el primero, donde se sigue utilizando la nomenclatura T (de tránsito) a la que se añade la C porque las celdas que alberga son cilíndricas, elevadas sobre muros diagonales en la planta baja, aunque la torre frontal posee formas rectas. Su construcción es de hormigón armado y ladrillo cerámico.



16.   Macrosilo Tipo TE

Este tipo de macrosilos fue el siguiente de los denominados, siendo objeto de concurso para su diseño y construcción, siendo la característica principal el que se construye junto a las vías del ferrocarril. Presenta celdas elevadas de tipo hexagonal, con una amplia torre para albergar la maquinaria. Su construcción es de hormigón armado y sin ornamentos.

 Planta y distribución en España macrosilos Tipo TE (SENPA, 1990)

 Macrosilo Tipo TE Pancorbo-Burgos (Foto: El Correo de Burgos)


17.   Macrosilo Tipo TH

Este tipo de macrosilo TH se construyó en Barciela (La Coruña) en 1981, y también su diseño fue a base de celdas hexagonales, como el tipo TE, pero con disposición distinta, y a base de hormigón. Como referencia, construido en el año 1976 y siendo uno de los más grandes de España, con 40.000 toneladas, está situado en El Cuervo (Cádiz).

Planta y distribución en España de macrosilos Tipo TH (SENPA, 1990)

 Silo Tipo TH El Cuervo-Cádiz (Foto: Vanbasten 23, Wikimedia Commons)


18. Macrosilo Tipo TV

Los macrosilos de este tipo TV son los grandes silos de tránsito-macrosilos de la última época de la Red de Silos construidos, para lo cual se construyeron de hormigón armado, con cuatro líneas de celdas, de las cuales las dos centrales son de una forma cuadrada, mientras que las laterales y traseras son de forma trapezoidal, mostrando por dicha construcción una imagen innovadora y diferencial de otro tipo de silos, y como referencia está el silo de Marchena (Sevilla) de 40.000 toneladas, construido en 1982.

 

Planta y distribución en España macrosilos Tipo TV (SENPA 1990)

Tipo Silo TV Marchena – Sevilla (Foto: Diario de Morón)


19. Macrosilo Tipo TF

Este tipo de macrosilo, fue el último que se construyó en España hacia el año 1990, con celdas hexagonales y gran desarrollo longitudinal en contraposición con el tipo TV, de estilo vertical. Tan solo se construyó un solo silo ubicado en Córdoba.

Planta y distribución en España de macrosilos Tipo TF (SENPA, 1990)


 Silo Tipo TF Córdoba (Foto: Américo-Toledano, Wikimedia Commons)


20.  Silos de Selección de Semillas Tipo SA 

Constituyen los primeros silos de selección de semillas. No se diferencian demasiado desde el exterior con respecto a los otros tipos de silos, pero desde el interior se observan un mayor número de compartimentos necesarios para la selección. Solo existen 2 unidades en todo el territorio nacional (Briviesca-Burgos, y Toledo), fueron construidos en 1960 y 1975, con una altura máxima de 34 metros, con celdas cuadradas, y estructura de hormigón armado.

 

Planta y distribución en España silos Tipo SA (SENPA, 1978)

 Silo Tipo SA Briviesca-Burgos (Foto: Vanbasten23, Wikimedia Commons)


21.  Silos de Selección de Semillas Tipo SV

Sobre los años 1970, se construyeron este tipo de silo SV (selección vertical), con estructura de hormigón armado y celdas de ladrillo, estando la maquinaria en posición vertical, siendo de mayor tamaño que los del tipo SA. Silos o graneros destinados al secado de grano y de selección de semillas que tuvieron mayor acogida. Existen en España 10 silos de este tipo construidos entre los año 1971 y 1972.
 Planta y distribución en España silos Tipo SV (SENPA,1978)

 Silo Tipo SV Villar de Chinchilla (Albacete) (Foto: Rodelar, Wikimedia Commons)





Videos:


¿Cómo funciona un silo? Espiral Animación de Patrimonio, Fábrica de Arquitectura y Silosygraneros.es



Grain Storage. nexus-studio








Por Dr. Ángel Sánchez Sánchez
31/03/24 Rev.00