Consuelo Vello, la Fornarina


 Retratos de Venancio Gombau


Retrato de Consuelo Vello, la Fornarina,
 por Venancio Gombau. Repositorio Gredos de la USAL


Cuando Consuelo Vello, la Fornarina, actuó por primera y única vez en Salamanca era ya una gran estrella del cuplé de fama internacional. 

Había remontado, gracias a su belleza, desde unos orígenes humildes como lavandera y cantonera en su Madrid natal, pasando por modelo de pintores y corista de teatro, hasta convertirse en destacada artista de varietés, género que con el paso del tiempo habían pasado de los cafés cantantes y teatros de tercera a ocupar grandes teatros en las calles principales de las ciudades. 

El tono picante del teatro de variedades, en clara beligerancia con la mojigatería religiosa de la época, atrajo la atención de muchos jóvenes inquietos e intelectuales e incluso de maduros adinerados en busca de "mantenida". La sociedad conservadora calificó al género de "ínfimo", en una muestra de agravio que no pudo evitar su éxito. 

En 1912 la empresa arrendadora del teatro Moderno dedicaba una parte importante de la programación al género "ínfimo", o sicalíptico, contrataba bailarinas y cancionetista como La bella Montalvito, Dianita o Pastora Imperio y esto a pesar de las muchas protestas por indecencia y falta de ideales artísticos llegadas de medios conservadores como El Lábaro. En noviembre de ese año, la empresa del Moderno se hallaba en tratos para la contratación de la Fornarina.

El teatro Moderno, situado en la Cuesta del Carmen y conocido también como “La Bombonera de don Cayo” por el nombre de su promotor y propietario el médico-oculista D. Cayo Alvarado, había sido construido bajo los planos del arquitecto Carlos Grasset en estilo ecléctico muy abigarrado. 

Fue inaugurado en marzo de 1909 y no solo hubo una inauguración, si no que se hicieron dos. La primera, más familiar, fue el 24 de marzo de 1909, en la que la Filarmónica de Salamanca fue la encargada de amenizar la noche con obras de diversos compositores, como Beethoven o Chopin entre otros, y a la que asistieron solo los socios de la misma. La segunda y oficial inauguración fue el día 10 de abril de 1909, en la que se celebró el espectáculo a cargo de la compañía que dirigía el primer actor Luis Echaide. El programa constaba de varias obras, y comenzó a las 6 de la tarde con la comedia: Los Hugonotes. El teatro, convertido en sala cinematográfica, permaneció en pie hasta 1965.

Teatro Moderno en 1912 por Venancio Gombau

La negociación de la empresa teatral con la artista condujo a la firma de un contrato por el que la Fornarina ganaría 500 pts. diarias más viajes, mantenimiento y otras menudencias. Llegó a Salamanca el día 28 de noviembre de 1912 en el tren de las cinco de la tarde y actuaría al día siguiente con dos funciones a las 7 y a las 10, con un programa en el que aparecería también la bailarina Cándida Cortés y un buen número de películas cinematográficas. Precedida de sus triunfos en París, Berlín y Viena además de en los mejores escenarios nacionales, actuó en la ciudad con un éxito clamoroso y llenos diarios, interpretando hasta ocho cuplés por función y dejando muestras de su espontaneidad y buen corazón.

Marchó el día 2 de diciembre en el tren de las 3 de la tarde. Durante los cinco días de su estancia en la ciudad, Venancio Gombau debió fotografiarla y también sabemos que lo hizo José A. Gombau.

En junio de 1915, un cáncer obligó a su urgente hospitalización. Operada el 14 de julio fallecería tres días más tarde a los 31 años de edad en la plenitud de su vida y su carrera.