(Número 5, anterior 1)
Ya en propiedad de D. Lorenzo Bailón Martín, le fue concedida licencia en 1927 para construir un nuevo edificio con una altura más que el precedente y que, con pequeñas modificaciones, persiste en la actualidad.
Se trata de un edificio de cuatro plantas con notorias líneas de imposta entre ellas, de arquitectura sencilla con fachada en el bajo de piedra franca y revocos pintados, imitando sillería, en las plantas superiores. En 1931, recibió el permiso para modificar los huecos de la fachada de la casa transformando la ventana del segundo piso en balcón.
Aspecto del edificio de Lorenzo Bailón, fotografía publicada en El Adelanto de 12-09-1928 |
D. Lorenzo Bailón había tenido establecimiento de comidas y bebidas en la plaza del Mercado, 38 y había conseguido un gran éxito entre los parroquianos del Mercado de Abastos. Especial atención debía requerir su chanfaina a juzgar por el comentario que publica El Coco de la Alamedilla en El Adelanto del 31 de enero de 1924:
¡Y no digamos nada de la chanfaina, apetitosa y nutritiva, a pesar de cuanto digan sus detractores, haciéndola pasar por indigesta y nociva a la salud! No hay más que visitar el clásico establecimiento de Bailón en la plaza del Mercado, de ocho a diez de la mañana, para convencerse de lo pueriles que son estos aventurados juicios acerca del plato salmantino por excelencia. Dejaros de garambainas y de gratuitos tallos no hay nada para los callos como un plato de chanfaina. Además, que su precio es económico y al alcance de todas las fortunas, hace de él, el desayuno ideal y recomendado por todas las autoridades médicas y curanderas del mercado de abastos Porque a real la ración y quince de vino y pan, te resulta mejor plan que si comes un lechón. El coco de la alamedilla |
Una vez instalado en el Pozo Amarillo, D. Lorenzo se vio obligado a traspasar el establecimiento de la plaza del Mercado por no poder atenderlo.
D. Lorenzo falleció en 1933 a los 62 años, pero el negocio continuó con gran éxito en manos de su viuda Teodora Crespo y sus hijos bajo la denominación de Viuda de Bailón e hijos.
En los últimos años el local comercial ha estado ocupado por diversos establecimientos hosteleros; el restaurante Dulcinea, que provenía de justo enfrente, y que debió tener abiertos ambos locales en su etapa de esplendor. Tras la crisis de 2008, se sucedieron varios negocios, en 2013 el restaurante Can Pan de corta duración y en 2015 la casa de comidas Pozo Amarillo que permanece allí.