Las cartas del General Pando sobre la Caja de Crespo Rascón






Luis Manuel de Pando y Sánchez (Ciudad Rodrigo, 18 de octubre de 1844-Madrid, 16 de enero de 1927) Tras una brillante carrera militar fue elegido entre 1888 y 1898 para el cargo de Diputado de las Cortes por las provincias de Pinar del Río y Santiago de Cuba. fue director de la Guardia Civil de 30 de agosto de 1902 al 23 de julio de 1903

Enarbolando su salmantinidad y aún con errores en sus planteamientos, el general Pando critica en sus cartas la inoperancia y posible corrupción política en el caso de la caja de Crespo Rascón y describen el ambiente de dudas que ensombrece el futuro de la fundación en Salamanca. La no concesión de créditos y los rumores sobre la nulidad del testamento de Crespo Rascón son los principales motivos para que Pando apele a las altas esferas del gobierno, en ese momento liberal, para que solucione la puesta en marcha de la Caja, en el convencimiento que la provincia agradecerá el gesto al gobierno que lo lleve a término independientemente de su signo político.

Las cartas fueron publicadas por el madrileño La Época el 21 de agosto de 1887 y reproducidas y comentadas, desde la optica liberal fusionista del diario El Fomento, el día 25 y 26 de agosto de 1887.




«Excmo. Sr. D. Segismundo Moret. Salamanca 6 de agosto 1887.


D. Segismundo Moret y Prendergast,
miembro del Partido Liberal, Ministro
de Estado entre 1885 y 1888
Muy señor mio y distinguido amigo: 

Con fecha 3 del actual me permití dirigir una carta, cuya copia tengo el gusto de acompañar á V. al Sr. León y Castillo, en la inteligencia de que se hallaría ya en Madrid al llegar aquélla; pero como veo que, por desgracias de familia, dicho señor retrasará su regreso á esa, me tomo la libertad de dirigirme á V., como Ministro y como amigo, en un todo y de la propia manera que lo hice á nuestro común amigo el Sr. León y Castillo, para los efectos que estime V. oportunos, pudiendo ya hoy agregar á lo que en aquella consigné lo siguiente, que es digno de tenerse en cuenta, y que conviene conozca á su vez mi distinguido amigo el señor Baró, si V. lo estima oportuno. Varios labradores y ganaderos, entre ellos, para concretar. Patricio Martín Calama, vecino de la Alberca, se han dirigido á la nueva Junta de patronos, y ésta, en sesión de anteayer, acordó no despachar las peticiones. De modo que una V. á esto el rumor que con insistencia circula de que se trata de entablar la nulidad del testamento, y se explicará V. los recelos de la opinión y el efecto que esta conducta causa á la provincia, así como mi impaciencia y mis temores, reflejo de los del público, que está indignado. 

Dispense V. esta libertad y esta molestia á su muy atento amigo, seguro servidor Q. B. S. M., Luis Manuel de Pando»




En los comentarios y rectificaciones que a la carta realiza el diario El Fomento se incluye el siguiente texto: Con datos fidedignos, podemos asegurar respecto al préstamo solicitado por Patricio Martín Calama, vecino de la Alberca, de que habla nuestro ilustre paisano, en la carta que ayer publicamos, que este sujeto acudió en demanda de 1.000 pesetas, acompañando como garantía del préstamo una certificación de la riqueza imponible, documento que no admite la Junta de Patronos. Advertiremos, por ultimo, que el sujeto en cuestión, que pedía 1.000 pesetas, presentaba certificación por riqueza imponible de 441, razón por la cual le ha sido definitivamente negado el préstamo.



«Excmo. Sr. León y Castillo. Salamanca 3 de agosto 1887


Fernando León y Castillo en 1895. Miembro del
partido Liberal de Sagasta, Ministro de Gobernación
de España del 10 de octubre de 1886 al 12 de
noviembre de 1887. Foto en Wikipedia
Mi muy distinguido amigo:

En los pocos días que llevo en ésta al lado de la familia, y sin pretender enterarme de lo que ocurre, porque cuando se viene de la corte se ansia el descanso, he llegado, sin embargo, á enterarme de importantes asuntos que al Gobierno interesan en esta provincia, la que si es modesta comparada con otras, tiene la circunstancia especial de ser fronteriza, y creo yo que por esta razón, ya que otras no se estimen, importa mucho despertar simpatías en la opinión para que ésta sea, en momentos dados, avanzado centinela de altos intereses, que valen más, bastante más, que los que inspire particular amistad por respetable que ésta sea.

Sorprende verdaderamente la unidad que resulta en la apreciación que hacen todos los partidos políticos, sin excluir el constitucional, acerca del carácter que se imprime aquí á la política ministerial, hasta el punto de ser frase corriente la de que el cambio de situación, cualquiera que sea la tendencia política que triunfe, se celebrará en Salamanca, como un fausto suceso. El motivo fundamental de este modo de apreciar las cosas tiene íntima relación, entre otras, con la Caja de socorros: para labradores, ganaderos, comerciantes é industriales, fundada para esta provincia y parte de la de Ávila por el Conde de Crespo Rascón. Es este asunto de tal importancia, que por sí solo basta para encauzar la opinión, sin que los compromisos políticos, ni los deberes de partido, ni nada, puedan evitarlo. El establecimiento de la Caja de Socorros con todo, el capital que los concesionarios legaron es la bandera de la provincia, y los Gobiernos que la abandonen perderán aquí todo el prestigio que deba conservar á la faz del sufrido contribuyente.

A la situación presente le corresponde el periodo más fatal, siendo realmente el más favorable, porque en sus manos ha estado y está el medio de fundar esa institución en beneficio exclusivo de las clases contribuyentes, tan agobiadas por la crisis agraria que cada vez se acentúa más, sin contemplaciones ó benevolencias que nadie se explica, aunque todo el mundo interpreta con una libertad que no es posible reproducir.

Infructuosos han sido hasta hoy los esfuerzos de V. y los no menos loables del Sr. Baró, que hizo un viaje á esta ciudad para enterarse de este importantísimo asunto, como tuvo necesidad de manifestarlo así, porque órganos del Gobierno civil repetían que su viaje era de recreo. No he de ocultar á V. que la opinión reconoce, y yo me felicito de ello, buen deseo en V.V.; pero señala cierta debilidad ó complacencia para tolerar que en los centros provinciales se anule todo impulso; lo cual los menos atribuyen á influencias políticas y los más á otro orden de consideraciones. Se halla, pues, á mi juicio, próximo el día en que, con relación á este particular de la Caja de socorros, se dude de los propósitos de todos, y por eso yo, que debo á V. amistad, que agradezco, considero deber mio anunciárselo. No puede nadie atribuir lo que se hace aquí en el asunto de la Caja á condiciones de temperamento, porque sobra actividad y energía para otros negocios, tales como el nombramiento de delegados administrativos que investiguen los actos de la comisión provincial, que administra á gusto de todo el mundo, menos, como acaba de suceder, cuando acuerda destinar según se asegura, respetable cantidad para reparar el mobiliario del Gobierno civil, que no utiliza ningún liberal de abolengo, porque todos, sin una sola excepción, se han retirado de este centro provincial.

El mismo delegado que visitó las dependencias de la Diputación, hizo su correspondiente visita al Ayuntamiento de la capital, sin que nadie sepa para qué, y otros delegados caen sobre pobres pueblos á caza de secretarios, que son sin piedad destruidos como en los periodos electorales de más triste recordación, ó van á hacer cuentas municipales que nunca se terminan, ó son encargados de los servicios de higiene, que rinden ahora pingües sumas, cuya aplicación desconoce la prensa local, no obstante sus investigaciones, como desconoce lo que pasa en el juego, que de esto hace tiempo parece no se le permite hablar.

No extrañe á V., amigo mio, que cada dia sea más completo el alejamiento de este Gobierno civil de los elementos más sanos y valiosos que siempre militaron en el partido liberal y tampoco le extrañe que los conservadores, que callan, pero que levantan acta de todo, se alcen con el prestigio que espera á quien organice la Caja, reuniendo en ella los fondos que están en poder de quien no puede tenerlos, exigiendo cuentas á todos los que deban rendirlas y poniendo en, estado de venta los inmuebles que pertenecieron á los finados Condes donantes, y á la vez siga una política de atracción, adecuada á los partidos dinásticos, que no lleve el terror á los pueblos ni aleje de la gestión pública elementos de arraigo que huyen en la actualidad de los centros oficiales; y buena prueba de esto es que no se ha encontrado un solo labrador, entre los muchos que hay en esta capital, que se presente á ser patrono de la junta de socorros para los de su clase, habiendo tenido que buscarle en los que viven en el campo. A tal estado llegan las cosas en esta desgraciada provincia, que está tan necesitada de la protección de los poderes públicos como, olvidada por los que más obligación tienen de velar constantemente por su bienestar. En mi gran deseo de cumplir con mi conciencia y con el deber que la amistad impone, me dirijo al Ministro y al amigo en la seguridad de que mis súplicas y mis ruegos serán atendidos y de que se pondrá remedio á tan enormes males. Y á, fin de que esto pueda tener lugar, conforme á mis, deseos, que son los mismos que los de todos los habitantes honrados de esta provincia, me permitiré hacer público cuanto a V. dejo manifestado, una vez que merezca su contestación, como procuro verificarlo siempre que de cuestiones, de interés general se trata. 

Dispense la molestia que le ocasione con este motivo y reiterándole el testimonio de mi consideración más distinguida, queda de usted muy atento amigo S. S. Q. B. S. M., luis Manuel de Pando»



Herido El Fomento en su sentimiento liberal, recuerda al general Pando que si inmoralidad hay en la administración actualmente, que manda él partido liberal, inmoralidad hubo en tiempo de los conservadores, y téngase en cuenta, que como decía el Sr. Moret ha pocos días, los liberales han mandado tres años desde la restauración, y en cambio los conservadores han estado siete años en el poder. Excusa además al Sr León y Castillo, de la obligación de enderezar los entuertos políticos de ningún lugar pero si le ruega que vigile al patronato de la fundación Crespo y Rascón para que cumpla sus deberes y aparezcan por fin sus deseados frutos.
Confirma los rumores sobre la anulación del testamento de Crespo Rascón y corrige al general Pando en el asunto de delegado del Gobierno Civil y el patrono labrador: Es cierto que un delegado del Gobierno civil giró una visita al Ayuntamiento de esta capital, mas fué en virtud de una Real orden del Ministerio de la Gobernación en que se mandaba instruir un expediente en averiguación de ciertas ilegalidades que se creian cometidas á raiz de las últimas elecciones municipales. Por ultimo, el labrador patrono de la Junta de la Caja, tiene su residencia en esta capital.

Aunque no hemos sido capaces de localizarla, la Junta de Patronos envió una carta al periódico La Época respondiendo a las del general Pando, pero seguramente en la misma línea apareció una carta firmada por El Corresponsal (en Salamanca) publicada en el periódico La Iberia del día 30 de agosto de 1887


CARTA DE SALAMANCA
 Agosto 28 del 87. 

Sr. Director de LA IBERIA

Mi distinguido amigo: Prepárase aquí la feria del próximo Septiembre con las solemnidades de costumbre, y el Ayuntamiento, el comercio y la capital  entera  procuran, por cuantos medios están a su alcance hacer lo más grata posible la estancia en esta histórica ciudad á los muchos forasteros que, en los días de feria, llegan ansiosos de contemplar sus preciosos monumentos, al par que de disfrutar de los variados espectáculos que se les han de ofrecer seguramente.  Otro aliciente  para  que nuestra feria se vea más concurrida que en años anteriores, será la celebración del Congreso agrícola, y más si se consigue, como se pretende y solicita, que presida su inauguración el ilustre estadista y notabilísimo orador el Excmo. Sr. D. Segismundo Moret.  Y en verdad que todos los que aquí vivimos, dependiendo en más ó en menos de la agricultura y del trabajo, hemos de agradecer al Ministro de Estado que se digne honrar y solemnizar con su presencia  dicho Congreso, pues hay aquí cuestiones palpitantes que se relacionan é influyen de una manera poderosa en la terrible crisis que venimos atravesando, para sobrellevar la cual, se hacen necesarias medidas que sólo puede dar el Gobierno y en las que el concurso del Sr. Moret seria valiosísimo en estos momentos. 
La por tantos conceptos célebre Caja Crespo-Rascón, continúa ocupando de una manera preferente la atención pública, pero no de un modo tranquilo y mesurado, cual corresponde á una institución que tantos beneficios está llamada á reportar al país, y cuya instalación definitiva ha de demorarse forzosamente algún tiempo, si se quiere que ésta sea firme y duradera, sino en forma tan violenta que hiere personalidades, disgrega elementos y ocasiona profundas y enconadas rivalidades, que transportan actualmente á Salamanca, á la famosa y triste época de los bandos de Doña Mana la Brava. Parecía  lógico pensar que las acertadas  resoluciones  dictadas por el Gobierno en este asunto y la intervención personal en él del director general de Beneficencia y Sanidad, Sr. Baró, habrían de poner término á las odiosas rivalidades suscitadas entre los que se titulan defensores de la Caja y los que por éstos se consideran como detentadores de ella; pero no ha sucedido nada de esto, pues las particulares é interesadas miras de unos y las injustificadas  impaciencias de otros, dan nuevos impulsos a esta lucha, al parecer interminable, de odios y rencores, en lo que se procura envolver, bien á pesar suyo, á multitud de personas que desean permanecer alejadas de ella, y en la que suelen utilizarse como armas de combate la refutación violenta, á veces el insulto y no pocas la calumnia, más ó menos encubierta. En una palabra, la Caja Crespo-Rascón podrá reportar todos los beneficios que se quieran á esta provincia, lo cual no pongo en duda, pero en cambio en su capital ha venido á servir de tea de la discordia, que ahonda más y más las divisiones que comenzaron por la política, y creo no equivocarme si digo que la dichosa Caja sirve de pretexto á algunas personas para perseguir fines puramente políticos. 
Y ya que de la fundación de los condes de Crespo-Rascón tratamos, diré á usted que ha llamado mucho la atención en esta ciudad, una carta que publica la Época del 21, suscrita por nuestro ilustre paisano el distinguido general Pando, en la que se muestra claramente que dicho señor está mal informado en cuanto á los asuntos de la caja se refiere. Yo, que he tenido ocasión de oír á algunos de los individuos que forman parte de la Junta de patronos, puedo decir á usted que la caja no puede funcionar al presente con todo su capital, porque la Junta no posee la titulación de las fincas, ni están bien  deslindadas las que pertenecen á aquélla, ni tiene en su poder el patronato los datos suficientes para hacer las inscripciones en el Registro de la Propiedad; circunstancias que imposibilitan á la Junta para proceder á la enagenación de dichas fincas, según así lo determinaron los difuntos condes, y por la cual se practican activas gestiones para  poder poner, cuanto antes, los bienes de la benéfica institución en condiciones de ser enagenados. Por lo demás, la Junta ha anunciado en el Boletín Oficial y en los periódicos locales las cantidades de que se ha hecho cargo, para que todos aquellos labradores o ganaderos que deseen recibir dinero de la caja, puedan solicitarlo desde luego, bajo las garantías que determina la Memoria de la fundación; y sí bien es cierto que muchas personas han reclamado los auxilios de la institución, como no ofrecen suficientes garantías, tienen forzosamente que quedarse sin el dinero que solicitan, porque pudiera darse el caso de que el alcalde, o cualquiera de los demás individuos que componen la Junta, o todos en mancomún, tuvieran que reintegrar á la caja de las cantidades que prestaran á personas que carecen de toda garantía y que mañana  pudieran  declararse insolventes. 
Por todo lo cual podrá usted comprender, señor director, que la actual Junta de patronos, cumple con mesura, celo y tacto la delicada misión que les está  confiada, en armonía con lo dispuesto por los testadores. Acerca de lo que indica el general Pando de que se traía de anular la fundación por alguien que en ello pudiera tener interés, podré significarle que considero estos temores como quiméricos, pues aún en el caso de que llegaran á realizarse, tendría la demanda de nulidad que luchar contra un elemento poderoso, la justicia de su causa. 
Algo y aún algos dice la carta de La Época respecto á  la gestión  administrativa da este gobernador civil; creo acerca de este particular que el autor de aquélla ha sufrido también en esto una grave equivocación. Yo puedo asegurar a usted, señor director, que el ministro de la Gobernación ha manifestado muy recientemente á este gobernador, que el Gobierno está satisfecho de su gestión administrativa, que los diputados y senadores de esta provincia le apoyan, y que la inmensa mayoría de la opinión aplaudo sus actos; y no digo la opinión unánime, porque siempre existen descontentos. De todo lo expuesto, con relación á la carta publicada en La Época por nuestro distinguido paisano, he podido deducir que ha sido victima de equivocados informes, pues los por mi adquiridos, y que dejo apuntados más arriba, los considero como fidedignos y exactos. Y para terminar, acerca de la carta de La Época, diré á usted que, si bien su autor, el ilustre general Pando, puede haber incurrido en algún involuntario error de informe, en cambio, por los elevados fines que persigue, y por sus buenos deseos en pro de esta provincia merecerá siempre de ella la consideración y aprecio á que tiene legitimo derecho. La recolección está terminada en casi toda la provincia, y puede decirse que, fuera de algunos pueblos que han experimentado grandes daños con las tormentas la cosecha es en general regular,  y podrá hacer  algo  más llevadera  la terrible crisis agrícola  porque está pasando este país desde hace algunos años. En cambio, como dolorosa compensación á estos pequeños beneficios, tenemos, desgraciadamente, la plaga filoxérica dentro de la provincia, la que de  día en día se va propagando de una manera extraordinaria por las márgenes del Duero, que es por donde hizo su fatal presentación y que amenaza destruir todo el viñedo de esta provincia. Con objeto de averiguar la extensión del mal, ha salido un ingeniero comisionado por el gobierno de provincia, y según mis noticias, la  cosa es más grave que lo que en un principio se creía. No va á hacer otra solución que tener que destruir ó desinfectar as plantas atacadas pero me temo que al empleo de este remedio extremo se opongan no pocos propietarios.— El corresponsal. 


Lejos estaría el general de Pando de detener sus alegatos y solicitudes defendiendo a la Caja de Crespo Rascón. Una vez puesta en marcha, su lucha pasó por lograr rebajar el interés de los créditos y detener la causa de nulidad del testamento de D. Mariano Crespo Rascón entablada por varios familiares.





El Fomento : revista de intereses sociales: Año VII Número 1019 - 1887 agosto 25

El Fomento : revista de intereses sociales: Año VII Número 1020 - 1887 agosto 26  

El Fomento : revista de intereses sociales: Año VII Número 1021 - 1887 agosto 27