Parque de La Alamedilla



Parque de La Alamedilla, 1950
Tarjeta Postal de Juan Sánchez 1981


Luz y color, ternura e inocencia casi infantil, optimismo y alegría, magia y costumbrismo son características constantes en la obra naif del pintor e ilustrador Juan Sánchez. Nacido en Salamanca en 1941 se formó artísticamente en la Escuela de Artes y Oficios local y vive y trabaja en Barcelona desde 1974.
La ilustración muestra su recuerdo idealizado, casi una ensoñación, del parque de La Alamedilla de los años 50. Una evocación con evidentes trazos de credibilidad como la aproximada distribución de los parterres, los paseos con arcos florales a modo de pérgola o la caseta del capataz de jardineros construida a finales de los años veinte en el lugar que muchos años después ocupó el estanque de los patos y que aún podemos ver en las fotografías de Ansede y Juanes y de Guzmán Gombau. Pero sobre todo es creíble por la presencia del errante templete de música que construyera en 1893 la empresa Moneo para ser colocado, ese mismo año, en el centro de la Plaza Mayor y que fue trasladado en 1898 al parque de La Alamedilla originando, por tal motivo, una gran porfía en la ciudad. El templete permaneció en el parque sin demasiado uso hasta 1906 cuando fue vuelto a colocar en la Plaza Mayor. Finalmente a finales del año 1930, con renacida disputa, fue desmontado y trasladado, otra vez, a un remozado y por entonces mucho más frecuentado parque de La Alamedilla. Fue colocado en su plaza central sobre una construcción de ladrillo que se acomodó como bar. Establecimiento que no falta en la divertida imagen, mostrando al camarero que atiende los veladores en su puerta.
Templete y casa del jardinero desaparecieron para siempre con la reforma de 1963 que diluyó la vieja disposición del antañón parque y lo convirtió, junto con el nuevo parque infantil de educación vial, en referente nacional en este tipo de instalaciones.
C.H. fc 05/01/18 Rev. 00



La casa del jardinero y las reformas de La Alamedilla 
de finales de la década de 1920
Ansede y Juanes 1928


Al hilo de nuestra publicación anterior acerca del recuerdo que el artista salmantino Juan Sánchez tenía sobre parque de La Alamedilla de los años 50, hoy reseñamos esta fotografía de Ansede y Juanes que fue reproducida en la revista “Salamanca y sus costumbres” en julio de 1928 donde ilustraba un artículo que comentaba las mejoras que se habían realizado en el parque de La Alamedilla por aquellos años.
En efecto, a mediados de los años 20 el parque de La Alamedilla se encontraba en un lamentable estado de descuido. La casi total falta de vigilancia, de atención y la incultura permitían la continua agresión por parte de "hordas de muchachos", y no tan muchachos, que mantenía el parque devastado. Los setos de euonymus que dibujaban los parterres habían sido diezmados; las flores, si brotaban, eran pronto arrancadas; los árboles, a los que trepaban en sus juegos los chiquillos, mantenían con dificultad su ramaje; los parterres se empleaban para celebrar meriendas campestres e incluso era posible encontrar en ellos corderos o cabras como si de prados se tratase. Además, el estanque situado en la parte alta del parque, aproximadamente donde hoy se encuentra el pabellón de deportes, se había convertido en un foco de infecciones por el agua estancada. Era tal el deterioro que al iniciarse la década de 1920 se había llegado a plantear en el Ayuntamiento la posibilidad de enajenar el terreno del parque para la construcción de una barriada.

Desde su creación como parque, a pesar de que periódicamente se intervenía en él, La Alamedilla no había alcanzado nunca los niveles de popularidad deseables. Pero en ese momento la ciudad crecía y se estaba modernizando y más que nunca necesitaba un pulmón verde que sirviera de lugar de juego a niños y de asueto para mayores.
Se eliminó la caseta de madera que servía para guardar los aperos de los jardineros y en su lugar se construyó una casa de obra, una verdadera casa rústica con techo en semicopete y porche de entrada en esquina, que además iba a ser el hogar de la familia del capataz de jardineros lográndose de este modo que incluso en las noches el parque no quedara totalmente desguarnecido. Se renovaron los parterres con más de setecientas plantas, sobre todo rosales de diversas variedades, y algunos paseos quedaron decorados con arcos de hierro en los que se enredaban rosas trepadoras de variedad wichuraiana. Un estanque o fuente grande con peces de colores y 16 chorros de agua sustituyó al antiguo y se embelleció su acceso desde el paseo del General Sanjurjo, como se denominaba entonces el paseo del parque que va desde la avenida de La Alamedilla a la avenida de los Comuneros, paseo muy concurrido y donde se colocaban las casetas de feria y otros espectáculos y actividades populares. Durante esos años se acometieron diversas mejoras en la vigilancia, se aumentó el número de bancos, aunque fuera en perjuicio de la contrata del servicio de sillas de alquiler, y se mejoró la iluminación, que a pesar de ello siempre se mantuvo deficiente. Finalmente en la primavera de 1932 quedó montado en la glorieta central del parque, sobre una construcción de ladrillo que sirvió de bar, el templete de música que había sido retirado de la Plaza Mayor.
Esta configuración del parque, en su parte baja, se mantuvo con algunas variaciones hasta la reforma total de 1963.

Fuentes:
Salamanca y sus costumbres. Publicación mensual ilustrada 1928. Edición facsimil de José Antonio Bonilla. 1994
Prensa histórica de la época, en especial el artículo de El Adelanto del 14 de Julio de 1929 firmado por "Theudia" seudónimo de D. Gabriel Hernández.
 C.H. fc 11/01/18 Rev. 00



La reforma del parque de la Alamedilla y el mercado del Ángel
Fotografía de Guzmán Gombau, 1963.


D. Guzmán Gombau realizó esta fotografía durante la reforma que en el año 1963 se realizó en el parque de la Alamedilla. Aquella reforma configuró la estructura que perduró en el parque los siguientes cincuenta años y que aún se percibe tras la última renovación de 2015. A pesar de que el estanque, con su pajarera, la pérgola central, el auditorio, las esculturas de Casillas, el minizoo, las piscinas y sobre todo el parque infantil de educación vial, con su teatro y su biblioteca infantil, fueron elementos muy importantes en la reforma, el mayor acierto de la intervención, sin lugar a dudas, fue la apertura del parque a la ciudad, derribando el muro y la verja que le aislaba y sustituyéndolos por setos intermitentes, desapareciendo las puertas y garantizando así su integración urbana.

En la imagen, al otro lado de la calle se perciben tres edificios que no existen hoy en día. El de la derecha, desde el punto de vista del observador, fue construido en 1929 en estilo ecléctico por don Joaquín Secall. El edificio, entonces en la avenida de Canals, 11 y 13, fue encargado por sus propietarios don Primo Garrido y don Luis García Romo como vivienda, a pesar de su apariencia de palacio, y conserva en la actualidad su fachada integrada en la del hotel Alameda Palace inaugurado en 2003. El de la izquierda es el viejo edificio del mercado del Ángel que en ese momento ejercía funciones de Almacén de Hierros y Coloniales.

El Mercado del Ángel fue construido por el abogado y constructor D. Ángel Borrego de Dios en 1908, era un edificio que, sobre un solar de 400 m2, disponía de dos plantas con la superior formada de tres galerías. Iba a ser el primer mercado cubierto inaugurado en la ciudad, ante el retraso que padecía la obra del Mercado Central de Abastos que el Ayuntamiento construía en la plaza de la Verdura (Plaza del Mercado) desde 1899. Con razón o sin ella, el Municipio puso desde el principio muchas trabas a su apertura inicialmente prevista para octubre de 1908 y que finalmente se realizó el 1 de enero de 1909, sin la debida licencia de apertura municipal ante la tardanza en su resolución. Inmediatamente, la licencia fue denegada aludiendo a razones de seguridad y sanitarias, lo que privó al mercado de captar suficientes arrendatarios para sus puestos. Esta situación inició un largo pleito resuelto a favor de D. Ángel seis meses después. Para entonces, el Mercado Central de Abastos ya había sido inaugurado y el mercado del Ángel no logró captar a los vendedores de la ciudad, que sin duda prefirieron un lugar más céntrico y sin la inseguridad de las licencias administrativas. Solo un año después de su apertura, fue cerrado y posteriormente vendido. Este negocio y quizás otros llevaron a D. Ángel Borrego a la ruina, que a principios de 1910 pretendió fijar su residencia en Argentina, sin que sepamos con seguridad si lo consiguió puesto que al año siguiente, el 25 de julio de 1911, murió en Salamanca por causas que también desconocemos.

El edificio del centro, fue construido como edificio de viviendas también por D. Ángel Borrego simultáneamente con el mercado del Ángel. Ambas construcciones fueron derribadas en los años 70.


 C.H. fc 05/10/15 Rev. 00




Construcción del Pabellón Municipal de Deportes de la Alamedilla 
1963-1964 (s.d.)


La escena, con un camión Pegaso y un seiscientos circulando por la Avenida Pérez Almeida, hoy Comuneros, parece propia de los años 60. 
El Parque infantil de Tráfico, transitado por algunas personas en la imagen, fue inaugurado el 12 de noviembre de 1963, encuadrado dentro de la reforma del parque de la Alamedilla llevada a cabo con un proyecto de D. Antonio García Lozano que remató una reforma parcial de D. Amando Diego Vecino. Por el contrario, el Pabellón Municipal de Deportes se encontraba en construcción. Se estaba levantando con un proyecto de D. Amando Diego Vecino, en el que también intervino D. Antonio García Lozano como director de obras, y no se inauguraría hasta el 16 de junio de 1964. 
Por tanto, la imagen parece corresponder con algún día del invierno de 1963-64. 

El Pabellón Municipal de Deportes de la Alamedilla fue inaugurado con el nombre de Pabellón Municipal de Deportes Otero Aenlle en honor del que fuera Gobernador Civil y jefe provincial del Movimiento entre 1961 y 1968. Este gallego, doctor en Farmacia y Licenciado en Ciencias Químicas, de indudable valía científica, volvió a sus quehaceres universitarios tras haber sido alcalde de Santiago de Compostela, Gobernador Civil de León y de Salamanca. 
Situado frente a la entonces Escuela de Maestría Industrial, que había nacido en 1930 como Escuela Elemental de Trabajo y mutado en la actualidad en IES Martínez Uribarri, el edificio ocupó el espacio de un campo de un fútbol anterior que junto con una pista de cemento, que hoy estaría situada aproximadamente en el patio del Colegio Rufino Blanco y en la que se celebraban fundamentalmente encuentros de hockey sobre patines y veladas de boxeo, constituían el grueso de las instalaciones deportivas municipales de la época.
El pabellón se inauguró dentro de la programación de los Festivales de Primavera, un festival artístico y cultural coincidente con las fiestas de San Juan de Sahagún, precedente del Facyl, con una competición internacional de hockey sobre ruedas, deporte que contaba con mucha afición en Salamanca, hoy prácticamente perdida. 
En 1986 fue totalmente remodelado su interior y parcialmente en el exterior según proyecto de D. Fernando Bueno y no hace muchos años se planteó su derribo y sustitución, aunque finalmente no se llevó a cabo.


C.H. fc 16/06/16 Rev. 00



Parque infantil de la Alamedilla. 1966

"Tiempos de amigos, de risas, de golpes y de juegos. 


Tiempos de monos obscenos en la pajarera del estanque, de jaulas de faisanes, de perdices, de raras especies de gallinas, de ciervos y de conejos de indias. Tiempos de guardas con uniforme de paño verde y sombreros de fieltro gris. Tiempos de presumidos y mal encarados pavos reales de pecho azul. Tiempos de barquillos sorteados y de helados mantecados. Tiempos de frías y pulidas estatuas de mármol negro y de coloridos 'dibus' de la tele. Tiempos de paternales paseos estivales, de parejas en casto celo y de abuelos batalleros. Tiempos de interminables colas en la piscina, en los columpios, en los toboganes y en las fuentes. Tiempos de cisnes negros y de cisnes blancos, de palomitas, de gusanitos y de patos. Tiempos de brincos en el tren de hormigón, de bajar por su pequeña chimenea y de volver a empezar. Tiempos de laberintos de tubos metálicos, de girar norias y de elevar palancas. Tiempos de cuentos y de tebeos. Tiempos de 'patis', de gomas, de cromos, de pañuelos de tela y de pelotas de caucho. Tiempos de regaliz y de refresco...Tiempos de un tiempo interminable, que acabó."

facebook 21 de enero 2015





Parque de la Alamedilla. 1966




Se ha iniciado, en las pasadas semanas, la remodelación del centenario (ca. 1889) parque de la Alamedilla. Más que un cambio radical representa una puesta al día después del largo periodo de abandono sufrido. La estructura del parque, que con pequeños cambios perdurará, deriva de la exitosa reforma de 1963 en la que se le dotó de las señas de identidad que le han caracterizado durante los últimos cincuenta años. El estanque, con su pajarera, la pérgola central, el auditorio, las esculturas de Casillas, el mini zoo, las piscinas y sobre todo el parque infantil de educación vial, con su teatro y su biblioteca infantil. Aquella reforma abrió el parque a la ciudad, derribando el muro y verja que le aislaba, sustituyéndolos por permeables setos que hoy apenas sobreviven. Desde 1963, solo se han realizado algunos retoques, como el del año 1985 y sobre todo el de 1993 que afectó fundamentalmente al parque infantil que perdió gran parte de su extensión al albergar en su interior el edificio de las piscinas cubiertas y otras dependencias municipales, quedando degradado a simple zona de juegos. ¡Ya tocaba!
facebook 23 de enero 2015




Parque infantil de la Alamedilla
Tarjeta Postal gentileza de Dª B. R. Vázquez de Aldana


A finales del pasado mes de abril, tras su última reforma, fue reabierto el parque de la Alamedilla. La renovación se había convertido en una necesidad debido al deteriorado estado en que se encontraba a causa del paso del tiempo y la evidente falta de cuidados. A grandes rasgos, la intervención ha mantenido la estructura de la exitosa reforma de 1963, desapareciendo algunas zonas, como las jaulas del abandonado mini zoo y los restos del que fuera parque infantil de tráfico; creándose otras nuevas, más acordes con los tiempos que vivimos; o actualizando las demás, como el lago o la plaza central con su nueva fuente de inusitado éxito entre los pequeños (y no tan pequeños).
Modernizado en sus dotaciones e infraestructuras, el parque se muestra diáfano y luminoso esperando poder acercarse a los niveles de popularidad que alcanzó en los años 60 y 70 cuando era prácticamente el único de la ciudad. ¡El tiempo lo dirá!

Se han recuperado, a modo de homenaje a la reforma del 63, algunos dibujos de Hanna-Barbera y un facsímil del original arco de entrada al parque infantil. La fotografía permite reconocer la estructura primitiva del mismo: una ciudad en miniatura cuyas calles, cruces y glorietas estaban provistas con señales de tráfico y semáforos. Disponía de un paso a nivel que acompañaba al entrañable tren de hormigón en el que han jugado, y jugarán, varias generaciones de salmantinos, y hasta incluía un puente a modo de paso elevado. Todo había sido concebido para servir de recurso didáctico para la educación vial de los niños. En la postal se ven algunas de las instalaciones del parque infantil, como el teatro de guiñoles o la piscina infantil junto al pabellón de deportes, mientras que otras quedan fuera del encuadre, como la biblioteca infantil y el almacén de minicars. 

Permite también observar, en el horizonte cercano que rodea al parque de la Alamedilla, los inicios de los drásticos cambios urbanísticos que transformaron la fisonomía de la ciudad.

P.S. Al parecer, la chimenea del tren de hormigón ha sido tapada. ¡Es posible que sea peligrosa y que incumpla 10 o 12 normativas europeas! Pero, con cierta pena, no podemos menos que canturrear: "Si lo que quieres es vivir cien años….. ¡vacúnate contra el azar!"


© C.H. fc 01/10/15 Rev. 00





Parque de La Alamedilla, Guzmán Gombau