Don Tancredo




D. Tancredo, el rey del valor, en Salamanca
 Fotografía de D. Luis González de la Huebra, principios del s. XX


Este olvidado y peligroso lance taurino llegó a Salamanca el 30 de marzo de 1902.
Fue introducido en 1899 por el novillero valenciano, de poca fortuna, D. Tancredo López. Consistía en esperar al toro a la salida de chiqueros, sobre un pequeño pedestal colocado en el centro del ruedo, vestido completamente de blanco y con ropa de época. Supuestamente los bríos del animal en su embestida quedarían contenidos si el interfecto era capaz de mantener una quietud y calma máxima hasta hacer creer a la bestia que estaba en presencia de una estatua de piedra y que debía buscar pelea a otras zonas del coso, ¡no debía ser nada sencilla la misión mientras te olisqueaba semejante animal! 
El lance despertó gran interés en toda España en los primeros años del siglo XX, sobre todo tras su presentación en Madrid el 30 de diciembre de 1900. 
En 1901, se intentó contratar a D. Tancredo para que actuara durante las Ferias en Salamanca, pero fue imposible superar la prohibición del Gobernador Civil. Sin embargo, el nombramiento de un nuevo Gobernador, permitió que pudiera hacerse en 1902.
D. Tancredo López Llegó el 29 de marzo en el tren de Plasencia de las 8 de la mañana procedente de Madrid, hospedándose en casa de D. Luis González de la Huebra. Actuó al día siguiente, en una novillada, celebrada a las tres de la tarde y a dos pesetas de entrada general, en la que se lidiaron toros de la ganadería de don Victoriano Angoso Blanco para los diestros El Salamanquino y Chico de la Blusa.
Efectuó su "arriesgado experimento" en el tercer toro, como estaba anunciado, sin que sufriera ningún percance pero defraudando a la parroquia que esperaba algo más de la suerte, al menos en duración. En opinión de los cronistas, consumada la suerte, el peón se precipitó al meter el capote y llamar al toro, minimizando el tiempo y por tanto el peligro. 

No conocemos la fecha exacta de la fotografía de D. Luis, aunque sabemos que fue obtenida en los primeros años del siglo XX. Y es por esto que nos extraña lo vacía de la plaza de toros, dada la expectación por el lance en ese tiempo.¿Podría tratarse de un ensayo? 

D. Tancredo López, el torero inmóvil o el rey del valor, como lo calificaba la prensa de la época, murió en Valencia en el olvido en 1923. Su lance tuvo una gran cantidad de imitadores, generalmente realizado por personas desesperadas con necesidad de obtener dinero rápidamente. Debido a su peligrosidad acabó siendo definitivamente prohibido en los años 50.

Aunque hoy olvidada, durante muchos años pervivió en el lenguaje común la expresión "hacer el D. Tancredo" refiriéndose figuradamente a una persona que trata de eludir los problemas sencillamente sin hacer nada.


© C.H. fc 31/03/16 Rev. 00