Como otras muchas calles de origen medieval, la Calle de Caleros era una calle gremial. En ella se efectuaba la mayor parte del comercio de la cal. Se utilizaba en la preparación de la argamasa, junto a la arena y el agua, con el mismo uso que hoy día tiene el cemento, pero también se utilizaba para enjalbegar (blanquear las
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paredes), se utilizaba como desinfectante, como medicamento y otros muchos usos. A principios del siglo XX, esta calle vio recortada su longitud con la unión de la Calle Pozo Amarillo y la Calle de la Guerra (que desapareció del nomenclator).
Calle de Caleros en el plano basado en Francisco Coello de 1858 y en 2012 |
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Calle de Caleros - Candido Ansede