Salamanca,..., se me presentaba en la calle de Zamora, vestida de paño y de terciopelo, de hierro y de gamuza, como una especie de ricahembra apercibida a asistir al Consejo o a la batalla, y más aficionada al templo que al sarao.....
Pedro Antonio de Alarcón. “Dos días en Salamanca”
Asentada sobre la vía de la Plata, la calle de Zamora fue durante siglos la principal entrada a Salamanca. Allí edificaron sus casas señoriales y mayorazgos muchos nobles linajes salmantinos. Hoy, muy remozada, apenas conserva vestigios de lo que fue, pero mantiene ese aire distinguido que parece consustancial a su innata naturaleza de vía de tránsito.
Calle de Zamora en el plano basado en
Francisco Coello de 1858 y en 2012
Foto 1 de 27
Entrando a la Plaza Mayor por el arco de la Calle Zamora. Guzmán Gombau.
Foto 2 de 27
Arco de entrada a la Plaza Mayor en la Calle Zamora. Fotografía de Guzmán Gombau.
Foto 3 de 27
Banco del Oeste en 1944. El edificio fue construído en 1920 en el solar que dejó el antiguo edificio donde estuvo el café Suizo
Foto 4 de 27
Edificio del Banco del Oeste convertido en 1944 en Banco Hispano Americano
Foto 5 de 27
Fachada del Casino de Salamanca por la calle Zamora. Fotografía de Venancio Gombau.
Foto 6 de 27
Fachada del Casino de Salamanca por la calle Zamora
Foto 7 de 27
Primer tramo de la calle Zamora, antes llamado calle de la Trinidad
Foto 8 de 27
Noble palacio del siglo XV, casa principal de los Señores de Montellano, transformado por compra, a finales del siglo XVI, en convento de Trinitarios. Desde finales del siglo XIX funcionó como parte del colegio de las Jesuitinas y hoy como Colegio Mayor Universitario Montellano.
Foto 9 de 27
Esperando al Conde de Romanones. Luis Gonzalez de la Huebra
Foto 10 de 27
La calle de Zamora en 1932. Autor desconocido. Asentada sobre la vía de la Plata, la calle de Zamora fue durante siglos la principal entrada a Salamanca. Allí edificaron sus casas señoriales y mayorazgos muchos nobles linajes salmantinos. Hoy, muy remozada y apenas conservando vestigios de lo que fue, mantiene ese aire distinguido que parece consustancial a su innata naturaleza de vía de tránsito. (Fotografía de la Colección del Centro de Documentación Alemana para la Historia del Arte) fc 31/12/14
Foto 11 de 27
La calle Zamora. Fotografía de Guzmán Gombau
Foto 12 de 27
Calle Zamora. En este edificio, derribado en 1955, estaba instalada la Cooperativa Cívico Militar.
Foto 13 de 27
Sede de la Caja de Ahorros en la calle Zamora
Foto 14 de 27
Calle Zamora (s.d.)
Foto 15 de 27
La calle Zamora , Guzman Gombau
Foto 16 de 27
Palacio del Duque de la Roca en 1955 antes de su derribo.
Foto 17 de 27
Edificio derribado en la esquina de la calle Zamora y la plaza de los Bandos. Fotografía de Guzmán Gombau
Foto 18 de 27
Calle Zamora. Guzmán Gombau a finales de los años 40
Foto 19 de 27
Calle Zamora Guzmán Gombau
Foto 20 de 27
Con el burro por la calle Zamora, Cándido Ansede
Foto 21 de 27
La calle Zamora en la década de 1960. Fotografía de Guzman Gombau.
Foto 22 de 27
Edificio conventual de las Isabeles en la esquina con la calle Zamora, habilitado en 1944 para albergar establecimientos comerciales. Foto Salvador, inicios de los 70'.
Foto 23 de 27
Calle Zamora esquina con calle Isabeles. Convento de Santa Isabel (derribado en 1973)
Foto 24 de 27
Calle Zamora frente a Vazquez Coronado
Foto 25 de 27
Edificio ARGOS, esquina calle Zamora y Vázquez Coronado, ca. 1955. Archivo Gombau, Filmoteca de Castilla y León.
Foto 26 de 27
Calle Zamora, iglesia de Santa María Magdalena de los carmelitas calzados. Cándido Ansede
Foto 27 de 27
Arco de homenaje para el recibimiento del conde de Romanones en octubre de 1904- foto Luis González de la Huebra
La metamorfosis del Casino
Tras el desahucio que le obligó a abandonar la sede que ocupaba desde 1865 en el piso superior del café Suizo, la sociedad recreativa Casino Mercantil de Salamanca alquiló en 1880 a don Leopoldo Maldonado, conde de Aldana, este inmueble de la calle Zamora, casi enfrente de su sede anterior. El edificio conocido como palacio Figueroa o de los Maldonado de Amatos fue mandado construir por don Juan Rodríguez de Figueroa en 1545 y su traza se atribuye a Rodrigo Gil de Hontañón. El antiguo palacio había llegado muy reformado al siglo XX, conservaba la entrada de medio punto con medallones en las enjutas y semicolumnas sobre pedestales y coronando un balcón, probablemente ventana en su origen, flanqueado de dos escudos borrados y mostraba elementos modernos como los miradores superiores o la ventana modernista del piso inferior amén de un establecimiento comercial denominado Casa Germán. Este es el estado que presenta la fotografía de Venancio Gombau.
En 1919, el Casino adquiere la propiedad del edificio y se empieza a pensar en una reforma en profundidad. Esta tiene lugar a comienzos de los años treinta. La obra fue dirigida por el arquitecto Santiago Madrigal y afectó a todo el inmueble que se amplió en la calle Concejo, variando la distribución y modificando el patio interior. En la fachada de la calle Zamora fueron eliminados los miradores y la ventana modernista, además la desaparición del establecimiento Casa Germán permitió la homogeneización de los huecos de ventana (2ª fotografía).
Entre los años 1948 y 1949, una nueva reforma, dirigida esta vez por Fernando Población, recreció el edificio en una planta, igualando las alturas en todo el conjunto, siendo también ampliado el patio neo plateresco. Con pequeñas variaciones, este es el estado actual del edificio.
D. Norberto, el profesor de matemáticas, y el palacio de Montellano
A un mes y un día de arresto mayor y 5.000 pts. De multa fue condenado en 1968, por injurias a la autoridad, el admirado catedrático de análisis matemático de la Universidad D. Norberto Cuesta Dutari. La denuncia fue presentada por el obispo de la Diócesis molesto por las opiniones del profesor, opuestas a las intenciones de demolición del este edificio, vertidas en un artículo titulado "Luz y Taquígrafos" publicado en la "Hoja del Lunes" del 11 de septiembre de 1967. D. Norberto, que se negó a cumplir la condena, logró detener el proyecto de derribo del convento, consiguiendo que la Dirección General de Bellas Artes dictaminase su conservación.
El noble palacio del siglo XV, casa principal de los Señores de Montellano, fue transformado por compra, a finales del siglo XVI, en convento de Trinitarios. Desde finales del siglo XIX funcionó como parte del colegio de las Jesuitinas y hoy como Colegio Mayor Universitario Montellano.